Elise Flameforge es una omega con poder mágico dada por su padre, que por error del destino se involucró con el alfa Nate, que es una basura completa. Pero, afortunadamente, se da cuenta de ello, justamente en la misma noche que conoce a Reymond Perasi, el hermano ilegitimo de Alán y tío de Nate. Sin saberlo, ella se involucra en una guerra de poder y resentimiento, que lleva muchas vidas sin resolver. Después de todo, Reymond, es la reencarnación de un demonio desterrado por amar a una diosa… una diosa que ha reencarnado en el cuerpo de Elise Flameforge, sin tener recuerdos de su vida pasada. ¿Qué sucederá cuando Reymond la proteja del retorcido Nate? ¿Qué sucederá cuando Elise se case con el tío de su exnovio y terminé enamorándose de él? Reymond es un alfa, que no sabe amar gentilmente, pero, eso no hace que su amor sea menos fuerte que los demás. Sin embargo, ¿Elise comprenderá sus motivos? ¿Podrá seguir amándolo cuando sepa todo lo que ha vivido por amar a Reymond? ¿Podrá este alfa amar libremente a su Luna o el destino entrelazado no será suficiente para esta pareja?
Leer másOchenta años despuésLa brisa golpea mis mejillas mientras los hijos de mis nietos corren por un jardín que me trae buenos recuerdos. Una mano, arrugada se coloca sobre la mía, para entregarme un poco de calor que tanto disfruto sentir de él.Su cuerpo, ya no es el mismo de antes, pero, sin duda, aunque este tan mayor, se mantiene en forma como todo hombre dedicado a su físico ahora que no es el alfa líder de la manada.— Cariño, debes comer.— Me lleno viendo a mis bisnietos correr por el jardín.— Oh, entonces debes recordar todas las veces que follamos ahí.— Reymond, no actúes como un vil pervertido.— El pervertido mira a otros anhelando que llegue su momento, yo solo estoy recordando cuanto practicaba para hacer posible que tuviéramos cinco hijos cuando solo querías uno.Respiro profundo, Reymond es de los
Me sentía como en un cuento de hadas, una donde el príncipe no necesita que la princesa le diga que quiere que haga o diga, porque este aparece tan rápido que no es posible para mí controlar mi agitado corazón.— No has cambiado, cuando estás inmensamente feliz, liberas tus feromonas con fuerzas, mientras tu rostro se torna tan rojo como un tomate y tus ojos brillan con intensidad.>> Antes lo hacías por los helados, ahora lo haces por un hombre que si le dices que una baldosa te hizo caer, es capaz de destruir la empresa que la fabricó y eliminar del mundo ese objeto peligroso que dañó al amor de su vida.— Padre, detente…— No podría hacerlo, si has domado a un villano como lo dijiste antes, debemos resaltar todo lo que ese villano es capaz de hacer o convertirse si su linda luna quiere o no algo.— Padre, pareces celoso.— Te equivo
Un mes despuésMientras los arreglos para el cese del enfrentamiento apenas está aplicándose, yo estoy preparándome para mi segunda boda con el mismo hombre, solo que esta vez el motivo no es la venganza, si no, el amor.Durante nuestro tiempo como esposo, sucedieron tantas cosas donde se puso en juego la fuerza del amor que nos tenemos y lo que tuvimos como resultado, fue un amor del que no tengo dudas, porque podría dudar de muchas cosas, menos, de que Reymond es el hombre que quiero y necesito en mi vida.Lógicamente, rompimos con las creencias de muchos seres que querían vernos lejos del otro, pero, eso ya ha dejado de importarnos, sobre todo, porque es mi última vida y no pienso vivirla bajo los deseos de alguien más.Así que, sonriente, observo a la mujer segura de lo que está haciendo. Ya no hay dudas, ni deseo de probarle a alguien que no soy menos mujer por ser una omega sin man
En el momento exacto en el que quedo solo con el bikini como tela cubriendo mi cuerpo, la mirada de Reymond se oscurece de puro deseo calentando mi cuerpo que aunque aún no ha entrado en celo completamente, lo anhela.‘¿Eres una ninfómana acaso? Acabas de ser saciada al menos cinco veces’ me digo mentalmente.— Mamá… — dice Joosher intentando nadar hacia mí.— Sí, cariño, tu madre está aquí. — digo sintiendo como sus palabra hacen que la plenitud y felicidad se instauren en mi pecho para expandirse por todo mi cuerpo.— Luna… — dice Reymond con su voz baja y ronca.— Sí, la luna está hermosa esta noche.— Podría morir feliz hoy por verte, mi luna. — dice Reymond extendiendo su mano para ayudarme a entrar a la piscina.— Sería una lástima que murieras sin casarnos en e
Horas despuésMi cuerpo ya no parecía mi cuerpo, aunque se ve igual de cierta manera, todo duele y hay partes de mi cuerpo que se encuentran tan rojas que podría delinear los dedos de Reymond en mi cadera, mi trasero o mi cintura.Estaba completamente roja y adolorida, pero, el placer de un buen sexo, no me lo quitaba alguien, por eso, quería seguir durmiendo, sin embargo, una nota de Reymond sobre la almohada a mi lado, me hizo recordar donde estábamos y que además de ser mujer, debo ser madre.Su letra hermosa cursiva diciéndome que estaba en la piscina y que él y Joosher me esperaban, hicieron que me levantara de la cama y mi mirara al espejo durante varios minutos que me resultaban a mí lentos para poder procesar todo lo que estaba en mi cuerpo.Reymond no me arañó, pero, si se atrevió a hacerme ciertas marcas con su boca y el agarre fuerte sobre mi cuerpo, que dudo que vaya a
Mi cuerpo deseaba esto y mi mente, por primera vez en mucho tiempo, está de acuerdo con lo que mi cuerpo quiere, por eso, lloro, ya que, el éxtasis que estoy experimentando es tan grande que es imposible para mí no llorar de la felicidad.Reymond, no duda en mostrar su felicidad gruñendo al punto de pensar que en cualquier momento se va a transformar en lobo. Sus brazos, están a cada lado de mi rostro, con las venas tensionadas por la fuerza que hace por no perder el control.— Oh, nena… desde que tengo memoria me han dicho que por mi procedencia no podía estar en el cielo, pero, ¿Por qué justamente me siento incluso en la mejor parte del cielo?>> ¿Por qué tu canal se siente tan jodidamente bien? Me cuesta tanto controlarme porque tu querida vagina me succiona tragándose todo de mí. ¿Qué hago, mi luna? Pareces no querer soltarme y yo tampoco quiero sal
Sé cómo terminará todo si no me doy prisa en comprar algo que controle mi periodo en celo, sobre todo, porque está por anochecer, pero, mi cuerpo no se mueve. Es como si realmente le perteneciera a él.— Reymond…— Ódiame, si quieres. Puedes odiar todo el mundo, pero, nunca odies tu cuerpo ni lo que eres, Elise. porque eres lo más valioso que Joosher y yo tenemos. — dice Reymond y yo lloro.Su agarre es firme al punto de ser muy fuerte, pero, sus besos, son tan lentos y cálidos que dejan un hormigueo en mi cuerpo que hacen que sienta que pronto voy a enloquecer. Las marcas, se sienten en mi piel como si estuvieran apenas haciéndolas.Es como si mi mente me recordara lo que he intentado ignorar porque me atormentaría. Por eso, cuando Reymond acerca su mano a esa parte de mi cuerpo, intento alejarla de esta, pero, él toma mi mano tan rápido que no me da tiem
He vuelto a la vida, tengo a mi hijo y Reymond no parece molestarse por dormir al lado de una mujer que estuvo un año muerta, este podría ser el sueño de cualquier mujer que desea vivir un poco más de lo que le corresponde.Pero, la verdad es que hay más cosas que aún me cuestan aceptar y que finjo no tenerlas para que todo esté bien. Una de esas son mis cicatrices, esas que me impiden colocarme ropa interior o bikinis reveladoras.— ¿Qué acabas de decir? — pregunta Reymond y yo corro hacia la habitación más cercana.— Quiero estar sola, así que, sigue con tus rutinas de ejercicio, por favor. — digo cerrando la puerta, pero, como siempre, está puerta no es impedimento para que Reymond entre destruyéndola toda.— ¿Crees que tus marcas te hacen menos mujer, Elise?— Ahora no. — digo agotada.Reymond respira pro
El vuelo no fue desagradable, el mundo parece estar en calma desde el cielo, aunque los noticieros informan que el final de todo está cerca y no precisamente porque alguno cederá, si no, porque todos vamos a morir.Esa frase tiene a todos alarmados, pero, Reymond parece tranquilo y al mostrarse así, el resto de la manada también se muestran calmados. Apenas llegamos, noto que cambio inmenso, porque aunque este lugar tiene cierto parecido a la isla de Helmut Baumann, este me gusta más.Reymond toma al pequeño y este comienza a forcejear con él, pero, afortunadamente no muestra sus garras, causando que Joosher mire sus manos como si estuviera apenas descubriendo que existen o que así no son.— Ha funcionado. — dice Reymond sonriendo.— ¿Qué cosa?— Desde que nació he estado buscando medicina para que no pueda cambiar sus extremidades a su antojo. Por fortuna, e