Las advertencias de mi padre, vienen a mi mente comprendiendo que estoy en un grave peligro. Después de todo, el mundo es un caos y todos desean tener en su hogar una maga que le ayude a lidiar con sus demonios.
Por esa razón mi familia desapareció, pero, fácilmente fue encontrada por un demonio que gobernaba en la oscura Europa. Sin embargo, yo pude escapar de la masacre de mi familia, una que se sacrificó para que yo viviera como una simple humana. Así debía vivir para estar cómoda, pero, el peligro de muerte, me hizo olvidar la promesa que tanto mi padre me hizo insistir en recordar. — No puede ser. — susurro sintiéndome mal por ser descubierta. El hombre que está detrás del conductor, sale del auto tan rápido que me aturde, pero, comprendo cual es el problema, después de todo, su brazo derecho arrastra el suelo y su mirada es digna de un asesino. ‘¿Acaso tengo tan mala suerte para ser un cambia-formas?’ me pregunto mentalmente. — A ti te necesito. — dice el hombre y yo de inmediato, intento escapar, pero, él me alcanza fácilmente. Su olor, me asfixia, por lo que, comienzo a toser, mientras compruebo que es un alfa con un poder de feromonas demasiado fuerte. Su pecho con escamas que parecen una armadura impenetrable, sus garras en vez de manos y su olor a fuego, me dicen que viene del mismo infierno. — Aléjate de mí. — digo intentando empujarlo, pero, él fácilmente me levanta del suelo como si fuera una pluma que debe tener en su mano. — Vas a ayudarme. — dice él metiéndome en el auto con tanta rapidez que me aturde. — No sé qué quiere de mí, pero, yo no puedo ayudarle. — digo de inmediato. — Me han envenenado, los Perasi me han envenenado y yo necesito que no se salgan con la suya. — ¿Perasi? — pregunto confundida. — Sí, tu suegro me ha tendido una trampa. Mi mente parece ser un caos, porque el hombre que respira con dificultad, me está confesando que quien le hizo esto fue una familia que me ha dado las peores de las traiciones. — No sé de qué habla, pero, no puedo ayudarlo. — digo intentando abrir la puerta, pero, eso no me es posible. — No te vas a ir hasta que me ayudes con esto. Yo te pagaré todo lo que quieras, solo… ayúdame con esto. — Eres un alfa muy fuerte, ¿Cómo es posible que caigas en una trampa? ¿Acaso eres tonto? — pregunto y de inmediato, cubro mi boca. — Diría que ese nulo miedo para hablarle así a un alfa es de la familia Flameforge. — dice el hombre que ya ha empezado a causarme miedo. ‘¿Cómo puede saber el apellido real de mi familia?’ me pregunto mentalmente. — Vengo del infierno, eso es algo obvio, pero, estoy pagando una condena aquí y por eso, he sido dañado. Así que, ayúdame, mi pequeño ángel. — dice él y yo tensiono mi cuerpo. — No tengo porque ayudarte. — digo con frialdad. Aunque soy buena reprimiendo mi poder mágico, este hombre parece alterarme tanto que este se libera sin mi permiso. Lo cual, me molesta, porque si Nate con su traición no activo mi poder mágico de donde lo tenía escondido, ¿Por qué este hombre sí? — Ayúdame, pequeño ángel o no te soltaré por mucho que me lo supliques. — susurra él. — ¿Crees que puedes retenerme? No sabes con lo que estás lidiando. — Sé con lo que estoy tratando, seguramente tienes bloqueado la mayoría de tu mana para pasar desapercibida, así que, si quieres romper todos los candados que mantienen seguro tu poder, tendrás que tomarte tu tiempo, así que, aunque tienes la magia, no eres un peligro para mí— dice el hombre y yo niego. — No te podrás mover si no te lo permito. — digo con seriedad. — ¿Sabes, pequeña? Lo que me han dado me tiene como un loco. Así que, estoy pidiéndote amablemente que me ayudes, pero, si no deseas, puedo beber de tu sangre y así sentirme mejor. De inmediato, el pánico se apodera de mí, porque sé lo que significa. Así que, intento alejarme de él, pero, su poder es muy grande y con mi poder siendo bloqueado, no soy rival para él. — Es tu decisión, ¿dejarás andar el auto para que nadie nos vea o prefieres que actúe aquí? — pregunta él con frialdad. De inmediato, dejo que el auto pueda moverse y eso le causa satisfacción al hombre que cada vez se transforma más en un animal con escamas y otro animal que seguramente ha sido extinto porque no logro reconocerlo. Sin saber que me hará, me aferro al asiento del auto porque el conductor, maneja tan rápido que siento que realmente vamos a morir. ‘¿Por qué debí tener tan mala suerte esta noche?’ me pregunto mentalmente. Las piernas del hombre a mi lado, parecen de un animal que se hacen cada vez más grandes e incluso, podría decir que su piel se está tornando de un color rojo fuego que causa mucho miedo. — ¿Quién eres exactamente? — No necesitas saberlo. — dice él. — Aunque me cueste la vida no voy a ayudarte. No sé quién eres o que intenciones tienes exactamente. — digo con seriedad. — Mis intensiones es tener lo que por derecho me corresponde, pero, tu querido suegro… mi hermano, es la avaricia hecha persona y por eso, me ha tendido esta trampa. — ¿E-eres el hermano del señor Perasi? — pregunto aturdida. — Sí, desgraciadamente. — dice él. ‘¡Estoy sentada con el tío de Nate!’ grito mentalmente. — Un momento, si tú eres un ser extraño… Nate… — Es un simple lobo. Por tu expresión, parece que no sabias que te estabas metiendo a una guarida muy peligrosa. — dice el hombre extraño. Cuando estoy por responder, el auto se detiene y él me saca rápidamente del auto, abrazándome de tal manera que siento su piel caliente hacerme daño. El hombre, apenas entramos a la sala, me lanza sobre un sillón grande donde me observa seriamente. — ¡Haz algo! — grita él con molestia. — No soy tu sirviente para hacer lo que desees. — ¡No voy a dejar que esos malnacidos se salgan con la suya! ¡Así que, ayúdame a lidiar con esto por las buenas o por las malas, pequeña! — grita él. Entonces, él también fue traicionado por esa familia… aunque él pertenece a ella, fue traicionada por ellos. El enojo inicial por Nate, se apodera de mí con fuerza y por eso, tomo una decisión que no sé si después me costará. — Te ayudaré. — Bien, ¿Cómo lo harás? — pregunta él y yo de inmediato, me levanto sobre el sillón para agarrarlo del cuello y pegando mis labios a los suyos, pasar mi preciada sangre.Mi padre me enseñó muchas veces que la manera de vivir sin ataduras es no pensar en venganzas sin sentidos y que si nos habían otorgado un poder supremo como es el uso de la magia, debíamos usarlo con prudencia.Por lo que, no debíamos tomar alguna inclinación sobre guerras de humanos, bestias o demonios. Pero, esta noche, estaba rompiendo por segunda vez lecciones que mi padre se esforzó tanto en enseñarme.‘Esto lo hago por mí. Debo saber más de Nate y su familia, para saber cómo hacerles pagar.’ Me digo mentalmente.Por eso, paso por medio de mi beso, la sangre que poco a poco calma el cuerpo del hombre que me tiene prácticamente como su prisionera. Él de inmediato me abraza, pero, sus brazos aunque se sienten muy grandes para ser humanos, no tienen las escamas ni se sienten calientes como antes.Por lo que, solamente dejo que me lleve a donde desee, comprendiendo que primero debo saber dónde estoy y a donde me lleva, para saber hacia dónde puedo escapar una vez que él este complac
Intento comprender como puede alguien saltar en una conversación de forma tan… impresionante. Por eso, pienso que es broma o que en el peor de los casos, escuché mal, pero, cuando miro al hombre frente a mí, no me da tiempo para pensar que eso sea posible.— Estoy esperando tu respuesta.— ¿Es este un efecto por beber mi sangre? — pregunto y él niega.— Ya no tengo mi forma demoniaca notoria, así que, comprenderás que no hay manera de que pueda hablar y verme normal, si he perdido el control de mis pensamientos.— Entonces, ¿Por qué me pregunta algo tan absurdo?— Soy el hijo ilegitimo de mi madre. — anuncia él.‘¿Cómo es posible que una mujer tenga un amorío con alguien más cuando tiene su hogar con su esposo e hijo?’ me pregunto mentalmente.— ¿Cómo puedes ser el hijo ilegitimo? Según veo, usted es menor que el señor Perasi, así que, si ella está casada con el padre del señor Alan, quiere decir que usted…— Mi padre nunca se casó con ella, porque al final, yo fui producto de una vio
Siempre crecí escuchando a mi padre y a los humanos decir que hay mezclas de especies que pueden ser más oscuros y malos que los propios demonios del infierno, pero, creía que mi padre exageraba y que los humanos al no conocer las demás especies en el mundo, inventaban esas cosas, pero, ahora lo confirmo.Porque solo eso explicaría porque en estos momentos Reymond me tiene a su lado, mientras su padre y mi reciente exnovio me observan fijamente intentando comprender todo lo que está sucediendo.Pero, lo peor es que yo solo escuché como Reymond los invitó a entrar y me llevó a este incomodo encuentro, sin atreverme a decir o hacer otra cosa. Por eso, estoy aquí… en el lugar y con las personas equivocadas.— Entonces, eres la prometida de mi hermano menor.— Oh, Alan, ¿tanto me quieres ahora que me llamas hermano menor y no bastardo asesino? — pregunta Reymond aumentando el ambiente tensionado que ya hay con la mirada asesina que Nate me muestra.— ¿Es verdad, Elise? ¿Lo que ha dicho mi
Mi respuesta, no le agrada siquiera un poco, por eso, me coloca contra la pared y su cuerpo de tal forma que siento como las arcadas me invaden, porque el olor de otras mujeres y mucho sexo esta incluso en su ropa.Por eso, lo aparto con fuerzas e intento vomitar, aturdiendo a Nate que no me agarra con fuerzas e incluso, se aparta de mí como si le hubiese revelado una terrible noticia que parece impactarle más que la noticia de que seré su tía.— Por eso vas a casarte con él, ¿no es así?— ¿Por qué lo dices? ¿Acaso has notado que él si es un hombre y no un niñito que cree que la buena vida es follar con muchas mujeres sin temor a enfermarse por ser tan promiscuo?— Sabes que no es por eso que hay un matrimonio tan rápido entre ustedes. Dime, Elise, ¿acaso te lanzaste primero a su cama, para probar con cuál de los dos te quedarías? ¿También complaciste a mi padre o solo fue entre mi tío y yo? — pregunta él y yo lo abofeteo.El enojo puede más que mi intención de ser alguien pacifista,
Al día siguienteDespués de haber usado un poco de magia, mi cuerpo comenzó a fallarme. Ya que, una de las razones por las que no uso magia, es porque mi cuerpo no puede soportar tanto agotamiento y por ello, debo usarlo lo menos posible.Por fortuna, solo se siente como si estuviera a punto de tener un resfriado y no algo peor. Además, también debo sentirme agradecida porque después de haberle dicho a Reymond que me dejará pensarlo, dejó de insistir en su plan y me envió a casa sin algunas otras intenciones.— No le des importancia, Elise. Lo mejor es que te prepares para trabajar y no pienses en cosas que seguramente quedarán en el olvido. — me digo levantándome de la cama.Debo reconocerlo, tengo mucho miedo, ya que, ayer rompí muchas reglas y me expuse a peligros innecesarios por no pensar sabiamente sobre lo que debería o no hacer. Por eso, deseo que Reymond lo olvide, porque si sigue insistiendo, tendré que desaparecer sin dejar un solo rastro.Con eso en mente, me preparo y me
Soy consciente que no es bueno mentir, mucho menos, de una forma tan descarada. Pero, no pueden juzgarme cuando soy una persona lastimada y acorralada, que solo intenta equilibrar las cosas con este desgraciado.— Elise…— Aléjese de mí, señor. Desde lejos puede hablarme y yo no tendré que reprimir la repulsión que su aroma me causa. — digo con frialdad, observando en su mirada cuanto le impacta lo que he mencionado.— Estás jugando con fuego.— Hasta donde sé, quien viene y juega con fuego es mi querido alfa, Reymond. — digo.El malestar me invade por mentir de forma tan descarada, pero, necesito alejarlo de mí tanto como sea posible, sin embargo, Nate no piensa lo mismo al detener el ascensor, sin importar que no tengo su tiempo libre.— No me hagas perder el control, Elise, porque vas a arrepentirte.— Ya me he arrepentido. — susurro y él se aleja un poco complacido.— Entonces, si te has dado cuenta, ¿Qué piensas hacer para implorar mi perdón?— ¿Ah?— Ya sabes, puedes arrodillart
La sangre se congela, mi respiración es pesada y mis pies se mueven retrocediendo lentamente mientras mi vista se nubla por todo el dolor que siento al ser difamada de esta manera.— No puede ser… — susurro completamente herida.— ¡¿En dónde está esa maldita mujer?! — grita el señor Geles y yo doy un pequeño salto ante el susto que me hace experimentar su grito.— Entre, señorita. Si no lo hace, será peor. — dice la asistente.— No puedo hacerlo. — digo sintiéndome completamente desprotegida.Así que, como una tonta, corro lejos de esa oficina donde comienzan a escucharse ruidos fuertes de cosas lanzándose y maldiciones que no puedo tolerar escuchar. Por eso, corro hacia el ascensor, donde de inmediato, presiono el botón para ir al primer piso y así marcharme de una empresa que en estos momentos me asfixia.
Aunque sé que no debería aferrarme a un hombre que me ha confirmado con su aspecto que tiene conexión con el infierno, no puedo alejarme de él. Sus palmadas en mi espalda y la forma en la que me arrulla, hace que sea imposible para mí alejarme.Sobre todo, porque me siento demasiado afectada por un video que esta editado, porque así de bajo ha caído Nate al castigarme cuando no fui yo quien estuvo con él en ese video.— Es un malnacido. — susurro en medio del llanto.— Sí, realmente lo es. — dice Reymond.Él no menciona algo más, solo me consuela al punto que me da un pañuelo y solo permite que abran la puerta, cuando ya me he calmado un poco.— ¿Puedes bajar por tu cuenta? — pregunta Reymond y yo comienzo a asentir.Aun con muchas ganas de llorar, bajo del auto sorprendiéndome al ver que el lugar en el que me encuentro e