Aunque sé que no debería aferrarme a un hombre que me ha confirmado con su aspecto que tiene conexión con el infierno, no puedo alejarme de él. Sus palmadas en mi espalda y la forma en la que me arrulla, hace que sea imposible para mí alejarme.
Sobre todo, porque me siento demasiado afectada por un video que esta editado, porque así de bajo ha caído Nate al castigarme cuando no fui yo quien estuvo con él en ese video.— Es un malnacido. — susurro en medio del llanto.— Sí, realmente lo es. — dice Reymond.Él no menciona algo más, solo me consuela al punto que me da un pañuelo y solo permite que abran la puerta, cuando ya me he calmado un poco.— ¿Puedes bajar por tu cuenta? — pregunta Reymond y yo comienzo a asentir.Aun con muchas ganas de llorar, bajo del auto sorprendiéndome al ver que el lugar en el que me encuentro eLentamente, levanto mi mirada porque sé que no hay manera de fingir que no lo estaba viendo y desviarla sería mostrar cuan avergonzada me siento. Por eso, detallo su cuerpo aunque mi mirada lo recorre rápidamente.— ¿Ya acabaste, pervertida?— Solo miraba una mancha en tu pantalón, Reymond. Pero, si eso es motivo de perversión, no soy alguien para contradecir a un alfa. — digo encogiéndome de hombros.— Entonces, lo que te estabas preguntando es si te dejaría lavar mi pantalón, ¿es eso lo que quieres? — pregunta Reymond y yo de inmediato me escandalizo, sobre todo, porque comienza a desabrochar el pantalón.‘¿Acaso he escuchado mal?’ me pregunto mentalmente.— ¡Por supuesto que no quiero hacer eso! — digo escandalizada.— Soy un alfa, Elise. Si alguien en el mundo sabe que es sentir deseos lujuriosos, soy
Narra ReymondIntento concentrarme en que es lo que debo hacer, pero, no me es posible, porque las ganas de asesinar son más grandes que las de vivir y todo por un idiota que es tomo menos hombre. Porque eso es Nate Perasi, un intento de hombre que solo sabe actuar de forma baja.— Ni siquiera los demonios son capaces de llegar tan bajo como esto. — digo mirando el video publicado.— Señor, ya hemos usado una contramedida, como recomendaron los abogados, realizaremos una demanda y…— ¿Son idiotas o solo se están haciendo los idiotas? — pregunto confundido.— ¿Disculpe?— Una maldita demanda no va a solucionar las cosas, yo quiero que quiten el video y suban el original con un virus donde se muestren cada una de las perversiones de quien vea el video.>> Si ellos van a especular de lo que no saben, entonces, no pueden enojarse porque especulen de lo que con pru
El desespero me invade porque no puedo permitir que a ella le pase algo después de tantos años buscándola. Así que, desesperado corro hacia su habitación donde al verla inconsciente mi pecho amenaza con romperse.— ¡¿Qué rayos hacen que no está el doctor aquí?!— Ya viene en camino, señor.— Si algo le llega a pasar a Elise, estarán en graves problemas. — advierto con ella en la cama, intentando que mis feromonas la alivien, pero, no es así.Su cuerpo parece estar sufriendo mucho al punto que se transforma en humana o en lobo con pocos segundos de diferencia.— Esto no puede ser un castigo por reencontrarnos, ¿verdad?— Señor, los dos fueron castigados reencarnando en la tierra sin saber de sus recuerdos siendo ángel o demonio, cuando se volvieron a encontrar, las cosas se complicaron en la vida de ambos y cu
Narra EliseSoy consciente cuán importante es para un lobo el orgullo, por lo que, una vez publicado el video pornográfico, ninguna familia me querrá tener como su familiar. Así que, me he mentalizado a ser una solitaria loba a la que nadie extrañaría.Por lo que, sus palabras me resultan extrañas cuando no es algo que diría un hombre lobo y mucho menos, siendo un alfa, ¿acaso está desesperado por vengarse de los Perasi? No, no puede ser eso cuando puede hacer eso con alguna de las decenas de mujeres que fueron usadas por Nate.— Parece que la persona que se encuentra mal aquí es usted. — digo intentando caminar, pero, me tambaleo.— Deja de sobre exigirte, tu cuerpo está muy afectado por todo lo que estás experimentando. — me dice Reymond.— Yo… estoy bien, iré al baño un momento y me marcharé.— No
No logro comprender como piensa Reymond, después de todo, no es normal que un alfa, que prioriza su orgullo y buen nombre, ahora me esté diciendo que quiere casarse conmigo aunque estoy en medio de un escándalo del que nadie le gustaría que lo relacionaran.— ¿Está por morir? — pregunto intentando comprender la causa de todo esto.— No, Elise, no estoy por morir.— Entonces, ¿Por qué está haciendo esto? — pregunto mirándolo seriamente.— Creo que ya te mencioné porque quiero casarme contigo.— ¿Por qué conmigo? Nate es tan desgraciado que en vez de ser lobo, debería ser un perro, que con cualquier perra en celo se le olvidaría que está comprometido. Así que, como me dañó a mí, pudo hacerlo con alguien más.>> Por lo que, podría escoger a otra mujer que no
Debo reconocerlo, aunque no estoy enamorada de él ni mucho menos lo conozco para saber si me agradará, mi corazón late frenéticamente por lo que me ha dicho, porque es como si supiera que esas son las palabras que quiero escuchar.— Reymond… — digo aturdida.— ¿Si, Elise?— No entiendo, escucho lo que estás diciendo, pero, no comprendo.— ¿Qué no comprendes, cuando he sido tan claro en lo que quiero que comprendas?— ¿Por qué yo?— En realidad, deberías decir: ¿y porque yo no? Eres alguien que además de pedirlo, merece ser tratada como la mejor mujer que uno podría tener a su lado. Así que, mi promesa es que estando casados te trataré de esa forma. — dice él y yo niego.— Gracias por toda la ayuda — digo intentando alejarme.Pero, por mucho que intente soltarme
No sé porque lo hace, pero, no veo un motivo claro para negarme si a él no le importa lo del video. Además, es la única oportunidad buena que tendría de ser la esposa de un alfa, uno que no me rechazó, si no que, desea que nos casemos aun con todo lo que ha sucedido.— ¿Por qué sigues queriendo que nos casemos?— Porque llevo años buscándote, Elise y ahora que te he encontrado, no pienso dejarte ir, ya que, tu lugar es a mi lado, sobre o debajo de mí, pero, nunca lejos, ¿lo comprendes? — pregunta él colocando sus manos en mis piernas.Sin avisarme, él me eleva y coloca sobre la mesa, donde quedo completamente asustada.— ¡¿Qué estás haciendo?! — pregunto escandalizada.— Firma, Elise. Somos dos personas solitarias que anhelan ser escogidos por quienes tanto queremos, así que, sabiendo ese sent
Gimo de nuevo y eso hace que cierre los ojos y muerda con fuerzas mi labio inferior, porque ¡no debí gemir así! no… no… no… ¡No debí gemir! Oh, por Dios, estoy loca. Completamente loca.— ¡Elise, ¿Qué demonios estás haciendo con mi tío?! — grita Nate, pero, aunque esta rojo del enojo, no me concentro en él si no, en lo que siento por la cercanía y feromonas de Reymond.Porque por más que quiero decir que no me están afectando, ahora lo hace más que antes. Así que, me aferro a sus brazos, deseando que ese contacto con su piel sea suficiente para poder avanzar, pero, no es así.— No puedo atenderte ahora, Nate. Regresa por donde has venido. — dice Reymond, intentando alejarse de mí, pero, yo me aferro a su camisa.— No te vayas. — susurro.— Solo quiero alejarme un poco para ca