Intento comprender como puede alguien saltar en una conversación de forma tan… impresionante. Por eso, pienso que es broma o que en el peor de los casos, escuché mal, pero, cuando miro al hombre frente a mí, no me da tiempo para pensar que eso sea posible.
— Estoy esperando tu respuesta. — ¿Es este un efecto por beber mi sangre? — pregunto y él niega. — Ya no tengo mi forma demoniaca notoria, así que, comprenderás que no hay manera de que pueda hablar y verme normal, si he perdido el control de mis pensamientos. — Entonces, ¿Por qué me pregunta algo tan absurdo? — Soy el hijo ilegitimo de mi madre. — anuncia él. ‘¿Cómo es posible que una mujer tenga un amorío con alguien más cuando tiene su hogar con su esposo e hijo?’ me pregunto mentalmente. — ¿Cómo puedes ser el hijo ilegitimo? Según veo, usted es menor que el señor Perasi, así que, si ella está casada con el padre del señor Alan, quiere decir que usted… — Mi padre nunca se casó con ella, porque al final, yo fui producto de una violación. — informa Reymond y yo retrocedo en la cama. — No puede ser. — ¿No crees posible que los demonios abusen sexualmente de otras criaturas? Anteriormente te dije que la había tomado. — Creí que no era tan… literal. — Bueno, si lo es. Mi padre abusó de mi madre. Él fue un demonio en todo el sentido de la palabra. Así que, te preguntaré de nuevo, ¿No crees posible que los demonios abusen sexualmente de otras criaturas? En realidad, si lo creo posible, porque muchos humanos son unos egoístas a los que solo les interesa lograr sus objetivos y no los medios que utilizaron para llegar a ellos. Sin embargo, es… difícil de comprender que sabiendo él su procedencia, lo mencione con tanta naturalidad a alguien tan extraño. Porque es la primera vez que nos vemos, para que me cuente algo tan… difícil de explicar, pero, tal parece que eso a él no le interesa en lo absoluto, porque ni siquiera se muestra afectado. — ¿Vas a violarme? — pregunto al notar en el lugar en el que me encuentro. Mi pregunta, parece causarle gracia, porque me sonríe de una forma que no parece malestar, burla o sarcasmo. En realidad, parece muy genuina para ser por alguna de esas causas. — No, Elise. No voy a abusar sexualmente de ti. — ¿Estás seguro? — Estoy seguro. — ¿Por qué? — ¿No lo sabes? Quien abuse de ti, podrás matarlo. No importa si es el mismísimo dragón Eros, podrías matarlo porque tu sangre es vida o muerte, dependiendo de cómo la tomen. >> No me mataste, porque así lo decidiste, aceptaste que tu mana diera permiso para que mi cuerpo lo recibiera. Pero, si alguien intenta hacerte daño, entonces, tu sangre se mezclará con el mana que enviará un hechizo mortal. — ¿Es eso posible? — ¿No eres consciente del poder que tienes, Elise? Ni siquiera necesitas grabar hechizos tontos, solo debes pensar en que parte de tu esquema mágico usar y el poder que tienes se encargará del resto. — ¿Cómo sabes tanto de mí? — Porque tú eres mi solución, Elise. Llevo años buscándote y estoy seguro de que no soy el único que lo hace. No me sorprende su respuesta, después de todo, venir de la familia más poderosa de magos, fue la causa de su eliminación, porque si uno no se somete a una familia que lo defienda, entonces es una amenaza para todos. Por eso, mataron a mi familia. — Entonces, vas a usarme para matar a tu propio hermano y padrastro. — Mi padrastro murió hace muchos años, él fue asesinado por tu familia. — confiesa Reymond y yo me quedo aturdida. — Debes estar mintiendo. — digo escuchando un ruido extraño — El padre de Alan si fue el esposo legítimo de mi madre, por eso, cuando supo del abuso sexual que experimentó su esposa, buscó a tu padre para vengarse con su ayuda. Pero, como no quiso ayudarlo, intentó matarte con el fin de someter a tu padre, pero, fue él quien perdió la vida. Intento procesar lo que dice y de inmediato, niego porque no puedo aceptar que Nate y yo tengamos un destino tan retorcido. Mientras intento comprender lo que sucede, el ruido se hace más notorio, pero, a Reymond no parece importarle, por eso, me concentro en lo que estamos hablando. — En fin, yo nací y es por eso, que Alan me odia, porque por el abuso de mi padre, yo nací y también, fueron asesinados sus padres. Durante muchos años, Alan quiso matarme y aunque él tiene toda la fuerza, poder y grandeza digna de un alfa, anhela el dinero, poder y fuerza que poseo. — ¿A qué te refieres? — pregunto confundida. — ¿No te das cuenta? No te has encontrado a un demonio cualquiera, Elise. Por eso, es que solo puede recurrir a trampas tontas para anunciar al mundo que no soy un hombre lobo simple. Es obvio que ellos tienen una enemistad de la que no quiero ser parte, por eso, me levanto decidida a finalizar mi encuentro con Reymond en este lugar y fingir que no he hablado con él. — Te he ayudado, así que, es mi momento de irme, adiós. — digo de inmediato. Él está por hablarme, pero, un reflector, nos hace colocar la mano cerca de nuestros ojos para poder recuperarnos del fastidio visual. Es entonces, cuando me doy cuenta de que la trampa de la que habla Reymond, es cierta. Ya que, en el helicóptero se encuentra Nate con alguien con quien comparte rasgos faciales. Unos que en estos momentos, me causan desagrado ver. — ¡Miren todos a mi querido hermano…! — dice el señor Perasi. Las personas en el helicóptero, se miran entre sí, porque no parece que haya algo extraño. Pero, yo sí comprendo que hablaba el señor Perasi, ya que, presta atención a las extremidades de su hermano, que se ven perfectamente normales. — ¡¿Qué haces ahí, Elise?! — ¿En dónde más debería estar si no es con su prometido? — pregunta Reymond y yo abro mis ojos para mirarlo a él, con completo asombro. — ¡¿Qué has dicho?! — pregunta Nate con evidente malestar. Reymond, sin mi consentimiento, coloca su mano en mi cintura y se pega más a mi cuerpo al punto que mi espalda toca su pecho. — ¿No lo han escuchado? Esta mujer, será mi esposa. — dice Reymond y yo siento que todos estos años lejos de la prensa, se han ido a la basura por una simple frase. ‘Estoy condenada.’ Me digo mentalmente.Siempre crecí escuchando a mi padre y a los humanos decir que hay mezclas de especies que pueden ser más oscuros y malos que los propios demonios del infierno, pero, creía que mi padre exageraba y que los humanos al no conocer las demás especies en el mundo, inventaban esas cosas, pero, ahora lo confirmo.Porque solo eso explicaría porque en estos momentos Reymond me tiene a su lado, mientras su padre y mi reciente exnovio me observan fijamente intentando comprender todo lo que está sucediendo.Pero, lo peor es que yo solo escuché como Reymond los invitó a entrar y me llevó a este incomodo encuentro, sin atreverme a decir o hacer otra cosa. Por eso, estoy aquí… en el lugar y con las personas equivocadas.— Entonces, eres la prometida de mi hermano menor.— Oh, Alan, ¿tanto me quieres ahora que me llamas hermano menor y no bastardo asesino? — pregunta Reymond aumentando el ambiente tensionado que ya hay con la mirada asesina que Nate me muestra.— ¿Es verdad, Elise? ¿Lo que ha dicho mi
Mi respuesta, no le agrada siquiera un poco, por eso, me coloca contra la pared y su cuerpo de tal forma que siento como las arcadas me invaden, porque el olor de otras mujeres y mucho sexo esta incluso en su ropa.Por eso, lo aparto con fuerzas e intento vomitar, aturdiendo a Nate que no me agarra con fuerzas e incluso, se aparta de mí como si le hubiese revelado una terrible noticia que parece impactarle más que la noticia de que seré su tía.— Por eso vas a casarte con él, ¿no es así?— ¿Por qué lo dices? ¿Acaso has notado que él si es un hombre y no un niñito que cree que la buena vida es follar con muchas mujeres sin temor a enfermarse por ser tan promiscuo?— Sabes que no es por eso que hay un matrimonio tan rápido entre ustedes. Dime, Elise, ¿acaso te lanzaste primero a su cama, para probar con cuál de los dos te quedarías? ¿También complaciste a mi padre o solo fue entre mi tío y yo? — pregunta él y yo lo abofeteo.El enojo puede más que mi intención de ser alguien pacifista,
Al día siguienteDespués de haber usado un poco de magia, mi cuerpo comenzó a fallarme. Ya que, una de las razones por las que no uso magia, es porque mi cuerpo no puede soportar tanto agotamiento y por ello, debo usarlo lo menos posible.Por fortuna, solo se siente como si estuviera a punto de tener un resfriado y no algo peor. Además, también debo sentirme agradecida porque después de haberle dicho a Reymond que me dejará pensarlo, dejó de insistir en su plan y me envió a casa sin algunas otras intenciones.— No le des importancia, Elise. Lo mejor es que te prepares para trabajar y no pienses en cosas que seguramente quedarán en el olvido. — me digo levantándome de la cama.Debo reconocerlo, tengo mucho miedo, ya que, ayer rompí muchas reglas y me expuse a peligros innecesarios por no pensar sabiamente sobre lo que debería o no hacer. Por eso, deseo que Reymond lo olvide, porque si sigue insistiendo, tendré que desaparecer sin dejar un solo rastro.Con eso en mente, me preparo y me
Soy consciente que no es bueno mentir, mucho menos, de una forma tan descarada. Pero, no pueden juzgarme cuando soy una persona lastimada y acorralada, que solo intenta equilibrar las cosas con este desgraciado.— Elise…— Aléjese de mí, señor. Desde lejos puede hablarme y yo no tendré que reprimir la repulsión que su aroma me causa. — digo con frialdad, observando en su mirada cuanto le impacta lo que he mencionado.— Estás jugando con fuego.— Hasta donde sé, quien viene y juega con fuego es mi querido alfa, Reymond. — digo.El malestar me invade por mentir de forma tan descarada, pero, necesito alejarlo de mí tanto como sea posible, sin embargo, Nate no piensa lo mismo al detener el ascensor, sin importar que no tengo su tiempo libre.— No me hagas perder el control, Elise, porque vas a arrepentirte.— Ya me he arrepentido. — susurro y él se aleja un poco complacido.— Entonces, si te has dado cuenta, ¿Qué piensas hacer para implorar mi perdón?— ¿Ah?— Ya sabes, puedes arrodillart
La sangre se congela, mi respiración es pesada y mis pies se mueven retrocediendo lentamente mientras mi vista se nubla por todo el dolor que siento al ser difamada de esta manera.— No puede ser… — susurro completamente herida.— ¡¿En dónde está esa maldita mujer?! — grita el señor Geles y yo doy un pequeño salto ante el susto que me hace experimentar su grito.— Entre, señorita. Si no lo hace, será peor. — dice la asistente.— No puedo hacerlo. — digo sintiéndome completamente desprotegida.Así que, como una tonta, corro lejos de esa oficina donde comienzan a escucharse ruidos fuertes de cosas lanzándose y maldiciones que no puedo tolerar escuchar. Por eso, corro hacia el ascensor, donde de inmediato, presiono el botón para ir al primer piso y así marcharme de una empresa que en estos momentos me asfixia.
Aunque sé que no debería aferrarme a un hombre que me ha confirmado con su aspecto que tiene conexión con el infierno, no puedo alejarme de él. Sus palmadas en mi espalda y la forma en la que me arrulla, hace que sea imposible para mí alejarme.Sobre todo, porque me siento demasiado afectada por un video que esta editado, porque así de bajo ha caído Nate al castigarme cuando no fui yo quien estuvo con él en ese video.— Es un malnacido. — susurro en medio del llanto.— Sí, realmente lo es. — dice Reymond.Él no menciona algo más, solo me consuela al punto que me da un pañuelo y solo permite que abran la puerta, cuando ya me he calmado un poco.— ¿Puedes bajar por tu cuenta? — pregunta Reymond y yo comienzo a asentir.Aun con muchas ganas de llorar, bajo del auto sorprendiéndome al ver que el lugar en el que me encuentro e
Lentamente, levanto mi mirada porque sé que no hay manera de fingir que no lo estaba viendo y desviarla sería mostrar cuan avergonzada me siento. Por eso, detallo su cuerpo aunque mi mirada lo recorre rápidamente.— ¿Ya acabaste, pervertida?— Solo miraba una mancha en tu pantalón, Reymond. Pero, si eso es motivo de perversión, no soy alguien para contradecir a un alfa. — digo encogiéndome de hombros.— Entonces, lo que te estabas preguntando es si te dejaría lavar mi pantalón, ¿es eso lo que quieres? — pregunta Reymond y yo de inmediato me escandalizo, sobre todo, porque comienza a desabrochar el pantalón.‘¿Acaso he escuchado mal?’ me pregunto mentalmente.— ¡Por supuesto que no quiero hacer eso! — digo escandalizada.— Soy un alfa, Elise. Si alguien en el mundo sabe que es sentir deseos lujuriosos, soy
Narra ReymondIntento concentrarme en que es lo que debo hacer, pero, no me es posible, porque las ganas de asesinar son más grandes que las de vivir y todo por un idiota que es tomo menos hombre. Porque eso es Nate Perasi, un intento de hombre que solo sabe actuar de forma baja.— Ni siquiera los demonios son capaces de llegar tan bajo como esto. — digo mirando el video publicado.— Señor, ya hemos usado una contramedida, como recomendaron los abogados, realizaremos una demanda y…— ¿Son idiotas o solo se están haciendo los idiotas? — pregunto confundido.— ¿Disculpe?— Una maldita demanda no va a solucionar las cosas, yo quiero que quiten el video y suban el original con un virus donde se muestren cada una de las perversiones de quien vea el video.>> Si ellos van a especular de lo que no saben, entonces, no pueden enojarse porque especulen de lo que con pru