En la ClínicaAl llegar, Mateo y Adriana a la clínica se encontraron con los padres de Diego, sus hermanas, también con Marcos, Claudia, Arantza. Estos, saludaron a todos, preguntando por Angélica y Diego.—Entraron a la sala de parto, porque Angélica, había comenzado el trabajo de parto, aclaró Arantza —algo preocupada, puesto que sabía que su hermana estaba nerviosa y antes de entrar, quería ver a Mateo.—Me retrasé en la salida porque Adriana, debió amamantar al bebé antes de salir —respondió él, pasando un mensaje de texto al celular de su hermana y de Diego.[«Estoy aquí hermanita, acompañándote, voy llegando con Adriana, te deseamos, salgas pronto y con total éxito de este proceso, trayendo a nuestro sobrino sano y salvo» chateó él].[«Ya vamos a sala de parto, ella estaba un poco nerviosa, pero ya está más tranquila y gracias cuñado» respondió Diego].[«Por favor, dale mi mensaje de una vez, porque me quería ver, me dijo Arantza. Di que le amo, que aquí afuera estoy esperando p
En CabimasUna vez que comenzó el interrogatorio, el indiciado negó en todo momento ser el autor de ese siniestro. Alegando que estaba en determinado sitio con sus amigos. Obviamente, todos eran tan delincuentes como él, por esta razón, ni el detective, ni la fiscal le creyeron.Por otra parte, Liliana se había ido a refugiar a casa de sus primos. Ella, sospechaba que al detener a su cómplice, este la delatará. Sin embargo, ella no se tranquilizó porque sus mismos primos, no la toleraban, razón por la cual sus nervios, estaban incontrolables.Esa noche, en el recinto policial Nava, Charles y Tony se reunieron con el detenido para que hablara. Ellos, le hicieron ver que lo tenían grabado quemando los locales, que recibirá una condena a cadena perpetua, por ser el autor material e intelectual de la muerte de dos personas.Sin embargo, ellos ofrecieron ayudarlo con el fiscal, para reducir la pena, si confesaba el nombre del autor intelectual del mismo. Haciendo ver a este que no era just
—Adriana, no tiene cara de celosa o tóxica. Pero, Claudia sí. Me huele cada vez que llegó y me abraza. Es como si buscara en mi ropa o en mi cuerpo, algún olor distinto al de ella o al mío propio —explicó Marcos, sonriendo y levantando su copa.—¡Ja, ja, ja! —se carcajeó Mateo— Pero, no será que le has dado motivo para ello —cuestionó este, con una sonrisa pícara.—¿Sabes que volvió Marisol de Cárdena? —cuestionó él— Ella, tiene un olor muy peculiar que me encanta —confesó Marcos, hablando bajito y mirando hacia la puerta de entrada del mismo.»La primera vez que estuvo en la oficina, se me acercó, me dio un beso y me abrazó. Cuando llegue aquí, ni siquiera me le acerqué a un metro de distancia a Claudia y comenzó a estornudar, porque algo le había dado alergia, al revisarme estaba impregnado del olor de ella.»No me quedó más que decir a mi mujer, que ella había estado con su esposo y que al despedirse de mí, como se me acercó se me pegó el olor.—¡O sea! Mi cuñada tiene radar detect
—¿A dónde vamos? —preguntó Adriana, alegre y asombrada.—A las Islas Bahamas —respondió Mateo satisfecho, sabiendo que esto le agradará a ella.—¡Gracias, gracias mi amor! Es un sueño hecho realidad —aclamó ella feliz, dando un brinco de felicidad— ¿Cómo sabes que anhelaba esto? Nunca te lo mencioné —comentó ella, feliz y dichosa.—¡Esa es mi obligación! Saber exactamente lo que sientes, deseas, para apoyarte, ayudarte y complacerte —agregó él.—¡Amor! Deja que me despida de los niños —suplicó ella.—¡No, mi amor! Después, lloran si ven que te marchas, solo serán siete días —aseguró él, tomando a su mujer de la mano.Los dos subieron a la camioneta, en donde los esperaba Sebastián, que fue el encargado de llevarlos al aeropuerto. Al llegar a este, los esperaba el Capitán de la nave quien los felicitó, junto con el resto de la tripulación.—¿Estás cansada? —preguntó Mateo, observando lo hermosa que se veía, recordando las ganas de amarla que sentía desde la noche anterior.—No. Pero, s
El vuelo llegó al referido aeropuerto, a la hora estipulada. Ahí, los esperaba, un chófer y su camioneta, la cual había rentado Mateo para el traslado tanto de ellos, como de la tripulación hasta el hotel donde hizo las reservaciones.—¡Bienvenida, mi amor! —mencionó Mateo, abriendo sus brazos y mostrando el panorama a Adriana para que bajara las escaleras. Pero ella le informó, que le costaba mucho caminar y le temblaban las piernas. Ante esto, él la miró y le sonrió preguntándole bajito…—¿Por qué no me dijiste al salir de la habitación? Te hubiese dado un Ibuprofeno —aclaró él.—Porque sentía la molestia, pero no me recordé del ajetreo y lo duro que me castigaste hoy, en nuestro primer día de luna de miel —respondió ella haciendo un puchero.—¡Perdón, por favor! Mi amor, recuerdo que te pregunté si paraba y me respondiste que no, solo que no fuera tan duro y así lo hice —expuso él, levantando a esta en sus brazos y bajando con mucho cuidado las escaleras del avión.Una vez en la su
Mateo González, un joven y exitoso empresario, de treinta años de edad, billonario, guapo, quien durante los últimos cinco años, se dedicó a viajar, para recorrer el mundo. Este viaje, que estaba a punto de culminar fue interrumpido debido a que su hermano mayor y CEO de la Corporación González & Asociados, Marcos González, sufrió un accidente.Esto, lo mantiene hospitalizado, en coma, sin la certeza de su recuperación. En virtud de esto, Mateo regresó para asumir su cargo, el cual ocupa su hermano desde hace varios años. Al llegar al aeropuerto fue recibido por uno de los choferes de la mansión, quien lo condujo a la clínica donde está recluido. Una vez ahí, fue guiado hasta la UCI.«¡Dios mío! ¡No puede ser!», pensó él, lamentándose al observar a su hermano, en este estado tan deplorable. ¡Aquí estoy, hermanito! —Expresó, en voz alta, dejando que sus lágrimas corrieran por sus mejillas, agregando— ¡Tú cuentas conmigo!Mateo, se acercó a su hermano le besó en la frente y le comenz
En la cafetería:—¡Ninguna mujer me amarrará para ella sola! —contestó Mateo con una fuerte carcajada— ¡Ja, ja, ja! —Él, se hizo la señal de la cruz, en su cuerpo como protección, ignorando que ya estaba en su camino, quien lo mantendrá enamorado y domado de por vida.—¡Ya veremos! ¡Ja, ja, ja! —Dudó su amigo, sonriendo también— ¿Qué te parece si nos vemos hoy en la Disco, para relajarnos? —preguntó finalmente Pablo, antes de salir del Café. —¡Perfecto! Ya los negocios pueden caminar solos —argumentó Mateo sonriendo y aceptando la invitación— Además, tengo ganas de una buena escapada con acompañamiento femenino —agregó él, con una sonrisa.Los dos caminaron hacia el estacionamiento, se despidieron y cada uno arrancó en su flamante vehículo de lujo y deportivo.A pocos metros del lugar…—¡Por favor! ¡Por favor! Señorita, diga al Doctor Pérez que Adriana León está aquí, que es de vida o muerte —expresó, con angustia y temor al entrar al área del consultorio médico, en el cual había var
En el Ferrari —¡Estoy sumamente agradecida contigo por todo lo que has hecho por mí! Sin embargo, mi mamá necesita con urgencia este medicamento, porque los dolores son muy fuerte —aseguró Adriana con mucha tristeza.»¡Por favor, disculpa! —Agregó ella— Necesito que me entiendas, mi mamá desde hace horas debió ser inyectada —mostrando el paquete que contenía las inyecciones y que llevaba en las manos.—¡No hay problema! Te entiendo, perfectamente —contestó él. Para Mateo, esto fue novedoso, era la primera vez que una mujer le rechazaba una invitación.Él, observó de reojo como ella apretaba sus manos, evidenciando una fuerte angustia. De repente, Adriana dejó correr nuevamente las lágrimas, sintiendo una fuerte presión en su pecho, como un mal presentimiento. Él, volteando hacia ella, le sugirió:—¡Calma, Adriana por favor! Cuando las cosas pasan, es por algo. ¿Tú crees en Dios? — preguntó Mateo, con una mirada acogedora.—¡Totalmente! —respondió ella— Si no es por Él, mi madre, hace