Trilogía Destinados. Libro II A Leonardo Rowe le han roto el corazón. Después de varios años amando sin límites a la mujer que pensaba era su alma gemela, fue traicionado de la peor forma posible. Ahora se refugia en el sexo y el alcohol, buscando ese momento de nirvana en el que todo se vuelve nada. Sin embargo, cuando la noche acaba y los días pasan, esa piedra continúa molestando en su zapato. Mary Brown era su redención, pero se convirtió en su castigo. Una oportunidad de trabajo lo lleva lejos. Y con ello, la salida que tanto ansiaba. Un encuentro. Un viaje. Una coincidencia. Pero también, el eterno recordatorio de lo que sus ojos no pueden ocultar. Y que otros pueden ver. Jenny Parker puede ser su solución y él, está dispuesto a negar todo aquello que le hace tanto daño; para entregarse de una vez a lo que tanto ansía. Ahora Leo siente que la vida le sonríe, que comienza a ponerlo todo en su lugar. Y por unos años, está convencido de eso. Hasta que todo vuelve a cambiar y el giro, no puede ser más inesperado. Un compromiso que se siente obligado. Una antigua promesa que sale a la luz. Un trámite que no se completó. ¿Será que podrá al fin, pasar página? ¿O existirá algo más fuerte que lo unirá a eso de lo que tanto huye? Cuando en el pasado quedan cuentas pendientes por resolver, el presente mismo se encarga de ponerlo todo en su lugar. Orden de lectura 1-Solo dos veces al año 2-Solo un: ¡Sí, acepto! 3-Solo un para siempre
Leer másPOV: Andrea. Se supone que hoy es un día feliz; mi hermano y mi cuñada, aunque ya llevan casados unos dos meses, se declaran su amor en una hermosa ceremonia con la familia. Pero yo, a pesar de que me siento orgullosa de ellos, no puedo dejar de pensar en lo que mi vida es. Primero Maddie, ahora Leo; son el constante recordatorio de lo que no tengo. A mis veintiocho años, todavía no he podido encontrar ese sentimiento que te deja sin sentidos, pero que, a la vez, te hace sentir estable y completamente a gusto. O tal vez sí, lo encontré, pero de esas dos condiciones solo obtuve la primera. Un amor obsesivo e intenso, que me marcó de mil maneras y ninguna buena. Apartada de todos, observo a los novios bailar en el centro de la pista. Tomo un sorbo de mi champagne y disfruto del burbujeo delicioso en mi lengua; cierro los ojos y suspiro. —Cualquiera pensaría que, siendo la madrina de bodas, estarías allí, con tu pareja de baile —escucho una voz masculina
POV: Leo.Dicen por ahí que a la tercera va la vencida. Quisiera creer que con la segunda fue suficiente, pero no podíamos dejar a las mujeres de mi familia sin su ansiada ceremonia. Por más que para nosotros nuestro pequeño e intenso reencuentro, haya sido más que suficiente.Ahora estoy aquí, en el altar, esperando por la mujer más maravillosa que he tenido la dicha de conocer; mi esposa. A pesar de que esto podría considerarse como una renovación de nuestros votos, igual me siento nervioso. En todo el proceso de preparación, estuvo la mano delicada de Mary, pero hubo un pequeño detalle, del cual me encargué solo yo y que nadie conoce. Lo que más deseo ahora, es ser testigo de sus reacciones cuando se dé cuenta.Me considero un hombre afortunado por tener la dicha de despertar cada día a su lado; y hoy, quiero demostrarle, a ella y a todos, cuánto es
POV: Leo.Si alguien, hace cinco años atrás, me hubiera dicho cómo terminaba la historia nuestra, me hubiera reído mucho, o tal vez, se hubiera llevado la peor parte de mi temperamento.Nunca creí que mi felicidad pudiera estar ligada a una sola persona, aunque siempre supe que había dejado gran parte de mi alma en su custodia; mantenía las esperanzas de que eso cambiara algún día. Sin embargo, el destino es jodido y no le gusta tener cuentas pendientes; la nuestra era demasiado extensa. Muchas promesas que cumplir, muchos hechos que aclarar.Hoy, con toda la convicción que soy capaz de mantener, agradezco lo que la vida nos ha ofrecido después de mucho andar, a tientas, sin rumbo y desubicados.Verla ahora; sentirla entre mis brazos, con su respiración tranquila vibrando en mi pecho; me llena de una paz sincera y cómoda; casi como si se sintiera la perfecció
POV: Mary.Lo veo ahí, mirándome con tantas emociones contenidas, atento a cada movimiento y sé, con demasiadas suposiciones. Pero no creo que realmente sea consciente de lo que yo pretendo proponerle hoy, aunque todo lleve a pensarlo. Mi vestido, el ramo, pueden dar indicios de algún evento determinado, pero estoy casi segura que él cree que es algo solo convencional, nada más allá.No me atrevo a hablar otra vez, la valentía solo me alcanzó para saludarlo. Ahora tengo miedo de perder la voz, con tantas palabras queriendo salir de mí. Él espera en silencio a que yo le brinde alguna explicación; tomo una respiración profunda, antes de comenzar.—Hace mucho tiempo te juré que estaría a tu lado, tanto en los buenos momentos como en los malos —susurro, casi sin voz y dibujo una sonrisa triste en mis labios—. Como sabes, no tuvimos la dicha de q
POV: Leo.Llamo al celular de Jackson y no me responde. Insisto una y otra vez porque la verdad, no quiero que Maddie y él tengan problemas sin hablar antes de lo que sucede.Mientras conduzco, voy pensando en si mi primo todavía estará en la cabaña. Antes de ir hacia allí, que está un poco alejado del centro del pueblo, paso por casa de mi tío Mario. Él se extraña de que pregunte por su hijo, pero no hace más preguntas. Cuando salgo de allí, prometiendo regresar un día de estos, no me queda más remedio que ir hasta el bosque.Conduzco por unos diez minutos y al llegar a la entrada del camino, dejo aparcado el auto. Me fijo en los alrededores y veo un auto que no conozco, a unos metros más allá. Me acerco, porque no creo que sea el de Jackson. La matrícula es de otro estado y me extraña este hecho, pero puede ser de Estela.Emprendo viaje
POV: Leo.Definitivamente, Mary nos descubrió.Si bien no sabe en concreto lo que teníamos planeado, imagina que sea algún complot. Y no estaría tan desencaminada. Lianny, Sofía y yo estábamos planeando un encuentro, pero no se suponía que ella llegara tan rápido y me viera aquí. Aunque supongo que perdí la noción del tiempo con mi hija y no me di cuenta que había escampado.Verla llegar toda mojada y dando brinquitos para quitarse sus zapatos, después de diez angustiosos meses de no verla, me dio un poco de ternura y me quedé hipnotizado; pero luego, tuvo que quitarse su chaqueta y dejar prácticamente a la vista sus bien proporcionados atributos. En ese momento pude determinar el verdadero tamaño de mi necesidad, de mis ganas de ella.Se suponía que debía esconderme; esperar a que ella se perdiera de vista o algo, pero no aguant&e
POV: Mary.Gotas gruesas caen y apuro el paso; cuando salí de la oficina pensé que me daría tiempo llegar, pero parece que no será así. Camino por la acera, lo más pegada posible a la pared, pero los techos en esta parte de la ciudad no sobresalen demasiado, por lo que no cubren lo suficiente. Pego el bolso a mi cuerpo lo más que puedo e intento no mojarme.Llueve a torrenciales y yo, resignada, me quedo en el primer portal que encuentro, para escampar. Otros transeúntes se ven obligados a hacer lo mismo y pronto, no cabe nadie más en este pequeño espacio. Aun así, todo es silencio y cada uno está concentrado en su propio mundo. Yo miro hacia el frente, mientras siento las gotas de agua correr por mi rostro al chorrear mi cabello. Pienso en la vida que llevo, las cosas que hago, lo que me hace feliz; y llego, hoy como cada día, a la misma conclusión. Lo que sea que creo, e
POV: Leo.Mañana se cumplen diez meses de no verla. De extrañarla. De añorarla.Y de ser, oficialmente, soltero.Fue difícil aceptar que ella necesitaba tiempo; sentí tantas cosas al escuchar sus palabras, que por un momento pensé no aguantar y pedirle, rogarle, que me dejara sanar junto a ella. Pero me abstuve de hacerlo, porque si eso era lo que ella necesitaba, entonces eso le daría.Hay varias razones para haber actuado así, para haberme dejado llevar por su corriente.Ella sacrificó su vida entera, se vio privada de tanto; exigirle ahora que corte sus alas, cuando ya al fin es libre, no sería lo mejor. A la larga, se arrepentiría de no haber volado alto. Aunque al final, como me prometió, regrese a su lugar. Junto a mí.En medio de todo lo que sentimos aquella maravillosa noche, no esperaba lo que vino a continuación. Dos días despu&
POV: Mary.Las lágrimas no dejan de caer. Es tan difícil querer, pensar, que debemos hacer lo correcto, cuando el corazón grita una cosa y la conciencia otra.La carta de mi madre me hizo entender muchas cosas, aclaró varios temas que no tenía idea cómo se habían desarrollado; pero también me abrió los ojos.Yo sé que mi lugar está con Leo, no tengo dudas, él es el amor de mi vida, el único hombre que he amado y que amaré. El padre de mi hija y todavía, mi esposo, gracias a las gestiones manipuladoras de mi madre. Pero no pretendo ser ciega y pensar que estoy bien. Que me siento a gusto.Todavía tengo miedo. Todavía no confío del todo. Todavía me despierto a media noche, jadeando, luego de revivir mis mayores pesadillas.Estar sola.Perder a mi hija.No aguantar más.Rendirme.A pesa