POV: Leo.
Un ruido insistente me despierta. Gruño con exasperación mientras me giro boca abajo y tapo mi cabeza con la almohada. Intento soportar el constante sonido, pero un dolor sordo me atraviesa el cráneo.
—Jodeeeer... —bufo, con rabia contenida. Busco el origen de mis recientes molestias, pero no lo encuentro.
Deja de sonar, por lo que siento alivio por unos pocos segundos, hasta que vuelve a la carga nuevamente. Ya un poco más despierto, caigo en la cuenta que es mi teléfono el que suena. El tono movido me hace reaccionar. Ruedo por la cama, moviéndome hacia el otro lado, donde veo a duras penas la luz del teléfono pestañear.
Lo tomo entre mis manos y enfocar la vista en el pequeño aparato me cuesta trabajo. Achico mis ojos para que el reflejo sea menor, pero igual siento como si un rayo me atravesara la cabeza.
«Maldita resaca», maldigo entre dientes, jus
POV: Leo.Cierro la puerta sintiéndome extraño, esa chica me produce sentimientos encontrados y eso, es algo que no esperaba sentir tan pronto. Sacudo la cabeza para enfocarme en Maddie y la veo recorriendo la casa, admirada, casi con la boca abierta cuando se acerca a los amplios ventanales de cristal que decoran el salón.—Está hermosa. Me encanta —exclama, mirándome emocionada.—La verdad es que sí. Tuve mucha suerte al encontrarme con esta oferta tan buena —digo, casi sin creer que ya sea dueño de tan increíble apartamento.Pasamos el rato, Maddie entra a cada habitación y yo sigo sus pasos. No hablamos de lo que nos preocupa, solo de algún detalle que nos llama la atención o que deseamos halagar. Intentamos alargar el momento en que soltemos todo lo que llevamos dentro.—¿Cuándo te mudas? —pregunta Maddie, para interru
POV: Leo.Cerca de las nueve de la noche el mismo guardia sube a entregarme la invitación al evento. Pensé que demoraría más, teniendo en cuenta que la asistente del doctor Parker tuvo que llamarme para pedirme la dirección de mi apartamento. Pero me sorprendió mucho que él mismo subiera, en vez de mandarme a llamar.El sobre que me entrega, a la larga se observa que es bien elegante. Con cuidado, lo abro y saco la tarjeta que lleva dentro.Invitación especial a:Evento benéfico para la recaudación de fondos de la fundación "MIA" para víctimas de violencia. La conferencia será impartida por la presidenta de la fundación, Jeanne Jhonson. Lugar: Hotel y Resort "Bustamante" en Riviera Maya.La fina caligrafía es muestra de opulencia y prueba de que, detrás de este evento, hay mucho dinero e
POV: Leo.La conferencia termina y yo estoy emocionado. Es difícil escuchar tales hechos y situaciones y no sentir que debemos hacer mucho más. Soy consciente de todas las carencias de la sociedad cuando de estos temas se trata. Muchos justifican la violencia física, el maltrato y el abuso, cuando en realidad, nada es motivo suficiente para hacerlo. Las mujeres, tienen derechos, al igual que los hombres. Y nada determina que alguna merezca más reconocimiento o no. Solo que se les respete de igual forma.Siento mucho coraje, pero a la vez, creo que es bueno que al menos existan fundaciones de este tipo. Las cuales intentan, a partir de experiencias cercanas, corregir estas situaciones aberrantes en la sociedad. Cada día de trabajo, es una batalla ganada en esta guerra.La chica de la conferencia, a quien presentaron como la presidenta de la fundación "MIA", agradece la asistencia de todos y, en especial, reconoce la parti
Caminamos tomados de la mano por todo el hotel, sin soltarnos. No hablamos, solo disfrutamos del momento, sintiendo cada pedacito de tiempo.No estoy claro hacia dónde vamos, pero se siente bien estar en su compañía. Ella me sigue, en ningún momento pregunta nada, lo deja todo en manos del destino, como yo mismo le pedí.—¿Hacia dónde te gustaría ir? —pregunto, una vez llegamos a una bifurcación. Un camino sigue a la playa; el otro hacia una zona de confort bastante privada.Ella mira a ambos lados. Pero al final se decide por la zona donde se observan unos amplios muebles con infinidad de cojines de colores. Tira de mi mano y es ella ahora quien guía el camino.—La playa es demasiado íntimo, todavía no llegamos a eso —dice, con voz divertida. Yo asiento, sonriendo ante sus palabras—Como desee, señorita Parker —respondo, b
Me despido de la chica en la puerta de mi habitación. Antes de irse, sin mucha vergüenza, me pide que le dé la oportunidad de repetir. Yo solo le respondo con una sonrisa maliciosa, pero no le confirmo. Y por supuesto que no lo haré, en estas condiciones no acostumbro repetir. Si algo queda dicho, antes de irnos a disfrutar, es eso. En estos tiempos no soy hombre de una mujer y a todas les queda claro desde el inicio.Cierro la puerta y me apoyo en ella. Tapo mi rostro con mis dos manos y suspiro.«Estoy cansado».No solo lo pienso por la noche anterior y todo lo que hice, sino, que me siento agotado mentalmente. Como si estuviera constantemente dándole vueltas y vueltas a lo mismo. Sin un resultado aparente.Pensé que mi atracción por Jenny podría cambiar eso. Pero ella, con su habilidad de leer a las personas, supo ver más allá de mi arrogancia. Y pues, no me gustó. M
La beso con ganas, su sabor me encanta y me hace jadear. La rodeo con mis brazos y me aferro a ella. Gime entre mis brazos y mi ego salta por las nubes. Me sigue el beso que a cada segundo aumenta en intensidad y muerde mis labios para alargarlo aún más. Cuando nos separamos, ambos jadeamos buscando oxígeno. La temperatura del ambiente baja poco a poco, mientras calmamos nuestras ansias.Apoyo mi frente en la suya y la miro a los ojos, con toda la sinceridad que lleva el momento. No encuentro qué decir, así que solo me quedo así, sintiéndola.—No sabía que estabas ahí —dice, de pronto, haciendo un puchero—. ¡Qué vergüenza!Se tapa el rostro y yo río, divertido con su forma de actuar. Ella todavía lleva el efecto del alcohol en sus venas, al parecer, el consumo fue alto. De lo contrario, no creo que se hubiera atrevido a tanto.—Fue tierno
La fiesta acaba cerca de las once de la noche. Se espera que haya sido un evento fructífero y que se haya recolectado una muy buena cantidad de dinero para el desarrollo de la fundación. Jenny y yo nos despedimos de todos, para luego irnos hacia un lugar más privado y donde podemos conversar sobre esos temas que eran demasiado íntimos para comentarlos antes.Caminamos por la playa, tomados de la mano, disfrutando de la brisa marina, el olor a salitre y el constante sonido de las olas. Hablamos poco, pero aprovechamos para de vez en cuando besarnos con pasión. Estar en compañía de Jen me gusta. Me hace sentir diferente, pero bien. Ella es increíble, agradable, audaz y decidida. Su carácter es dócil, pero a la vez, muestra su fortaleza interior.En contra de todo lo que pensaba, pasar el tiempo con ella me hace bien. No solo me mantiene entretenido, sino que logra hacerme olvidar todo el sufrimiento qu
«Por Dios, ¿qué acabo de hacer?».La miro a los ojos. A ella. A la verdadera dueña de esos ojos que me llevaron más allá de mí mismo. En su rostro puedo ver la decepción y el dolor que le provoqué con mis palabras.—Jen...yo —intento hablar, justificarme, pero ningún elemento es lo suficientemente bueno.—No, no lo hagas. No es necesario —interrumpe mis vanos intentos de arreglar todo. Cierra los ojos, buscando fuerzas en su interior.Ella aún está debajo de mí. Todavía estoy dentro de ella. Pero ya no siento los espasmos de su orgasmo, ya no siento el calor sofocante que me rodeaba. Nada. Todo se enfrió. Por mi culpa. Por mi falta de claridad.—Lo siento —digo al fin. Ella gira su cabeza hacia un lado. Evita mi mirada.—Por favor, déjame en paz —pide, sin fuerzas. Una lág