Sinopsis Secretos de Traición Emanuel Ferreira, un hombre viudo de 45 años, busca un escape al vacío que dejó la muerte de su esposa. En una relación casual con Georgina López, su seductora y joven secretaria, cree encontrar un respiro. Pero esa ilusión se convierte en pesadilla cuando descubre que Georgina no solo está jugando con él, sino también con su hijo Ismael. Atrapado entre la rabia y el miedo de perder a su hijo, Emanuel decide actuar con inteligencia. En su camino se cruza Verónica Ortiz, una camarera de 40 años, madre soltera y luchadora, quien lo escucha y le ofrece ayuda en el momento más oscuro. Juntos traman un plan para exponer a Georgina, pero mientras las verdades salen a la luz, nuevas emociones florecen entre Emanuel y Verónica. El drama se intensifica cuando Georgina, movida por su sed de venganza, se alía con el exmarido de Verónica. Sin embargo, esta alianza tóxica la lleva a perderlo todo, mientras Emanuel lucha por recuperar a la mujer que le devolvió la esperanza. Secretos de Traición es una historia llena de giros impactantes, traiciones y emociones profundas, donde el amor, la honestidad y la valentía se enfrentan a las sombras del engaño. ¿Puede Emanuel salvar lo más importante de su vida y encontrar una segunda oportunidad en el amor?
Leer másCapítulo:Un Nuevo Latido / Un Silencio EternoPrimera Parte: Un Nuevo LatidoStephen no quería soltarla. No quería separarse ni un solo centímetro de Joselín. Después de tanto sufrimiento, ahora que la tenía entre sus brazos, era como si todo lo demás desapareciera.Ella, con la cabeza recostada en su pecho, sentía su corazón latir fuerte y seguro. Y eso era todo lo que necesitaba.Stephen le besó la frente con devoción, cerrando los ojos.—Te amo —susurró—. Te amo con toda mi alma.Perdoname, Joselín… por todas las injusticias que te hizo pasar mi madre.Te juro por Dios… —su voz tembló— que vos sos la única mujer de mi vida.Siempre lo fuiste. Siempre lo serás.Joselín le acarició la mejilla, sonriendo con ternura.—Ya está, amor… —le susurró—. Vamos a superar todo esto.Yo no quiero estar más triste.Quiero pensar en nuestro bebé.Quiero que seamos felices.Y así lo vamos a hacer.Stephen la abrazó más fuerte. No necesitaban hablar más. No necesitaban remover heridas. Ellos se ent
Capítulo: Donde Empieza la Luz Punto de vista: Joselín El cuarto estaba en penumbra, apenas iluminado por la luz tenue de la lámpara de pared. Joselín reposaba semiacostada sobre la camilla, con las piernas cubiertas por una manta liviana y las manos cruzadas sobre el vientre, como si pudiera proteger con ellas el pequeño universo que latía dentro suyo. No sabía por qué, pero no podía dormir. Quizás era el silencio. O el peso de todo lo que había escuchado de Emily. O el vacío que todavía le apretaba el pecho… ese que solo podía llenarse con una sola voz. Y entonces… esa voz llegó. Retumbando por el pasillo. No fue su corazón lo que escuchó. Fue la voz de Stephen. No gritaba. No hablaba fuerte. Pero su voz se filtraba desde el pasillo, quebrada, temblorosa. El eco de sus palabras viajaba por las paredes como un secreto que ya no quería esconderse. Y entró a su habitación como si alguien abriera las ventanas del alma. —¡Por tu culpa casi pierdo a mi hijo! Joselín se quedó h
Capítulo: Lo Que el Corazón SabeEl sol comenzaba a filtrarse entre las cortinas del hospital, dibujando una luz suave que acariciaba el rostro de Joselín. Estaba sentada, aún débil pero serena, mientras su padre le sostenía la mano como cuando era niña, como cuando tenía fiebre y él le prometía que todo iba a estar bien.—¿Estás bien, hija? —preguntó Fabián, con esa voz baja que a veces escondía más emoción de la que podía sostener.Joselín asintió, apenas.—Sí, papá. Estoy mejor.Fabián respiró profundo. Se le notaba en la mirada que algo venía. Se aclaró la garganta y se sentó al borde de la cama, sin soltarle la mano.—Bueno… ahora te voy a hablar como tu padre. Pero también como ese hombre terco que, cuando empezaste con Stephen, quiso separarlos.Joselín lo miró sorprendida. Él bajó la mirada y sonrió con tristeza.—¿Te acordás de eso?—Claro que sí, papá —respondió ella, con una sonrisa suave—. Lo peleaste más que mamá…Fabián soltó una risita entre dientes, pero se le humedeci
Capítulo: A Corazón Abierto La luz blanca del hospital no alcanzaba a calmar el temblor que se le había instalado en el pecho a Fabián. No sabía cómo había llegado hasta allí, ni cómo había estacionado, ni siquiera si había traído consigo los papeles que Lilian le había pedido. Solo recordaba el llamado. Las palabras entrecortadas. El “tu hija está internada” que lo partió al medio. El miedo le había nublado la vista. El corazón se le había ido a los pies. Y ahora… estaba frente a una imagen que jamás habría imaginado. Stephen. Tirado contra la pared como un animal herido, las manos en la cara, los hombros sacudidos por un llanto que ya no se molestaba en esconder. Fabián no lo pensó. El instinto le ganó al razonamiento. —¿Qué le hiciste? ¡Yo te mato! —rugió, avanzando un paso, como si las palabras fueran puños. Stephen alzó la cabeza. Tenía los ojos inyectados, la barba crecida, la piel vencida. No era el médico brillante ni el joven encantador. No era el hombre que soña
Capítulo – El Latido que Me Partió el AlmaStephen no supo qué lo llevó hasta la clínica aquel día.Tal vez fue el instinto.Tal vez la esperanza.O quizás… la culpa.Una compañera del hospital lo había dicho al pasar:—Escuché que la Dra. Torres está en seguimiento médico. Está muy pálida… pobre chica.Y eso bastó para que saliera corriendo.Aparcó frente a la clínica y permaneció inmóvil en el auto.El corazón le martillaba el pecho como si ya supiera lo que estaba por descubrir.Entonces la vio.Joselín.Bajaba del coche de Mateo, acompañada por Paula y Lilian.Lucía hermosa… pero cansada.Sus pasos eran lentos, su rostro pálido.Una de sus manos reposaba, instintivamente, sobre su abdomen.Stephen sintió que el aire le faltaba.Esperó.Los siguió a distancia, con el pecho a punto de estallar, hasta la recepción.Escuchó que preguntaban por el consultorio número 3.Y fue tras ellos.No sabía qué buscaba.Solo necesitaba saber si ella estaba bien.Se detuvo junto a una máquina expen
Capítulo – La Primera Consulta La luz de la mañana se filtraba tímidamente por las cortinas del cuarto. Joselín estaba recostada, con las manos sobre el vientre aún plano, pero que ya sentía como un refugio sagrado. No podía explicar por qué, pero esa pequeña vida que crecía dentro suyo le daba fuerza… y al mismo tiempo, miedo. No tengo miedo del bebé. Sino de sí misma. —¿Seré una buena madre? —susurró en voz baja, apenas audible. Había pedido licencia en el hospital. Su mentora, la Dra. Rosales, había sido clara: "Tenés que frenar, Jose. Entre el viaje, el estrés, la guardia y todo lo que estás cargando… te vas a romper." Y ella, por primera vez, había aceptado sin luchar. Lilian, como si intuyera todo, la envolvía en cuidados maternales que la hacían sentir otra vez una niña. Comidas calientes, infusiones suaves, mimos en la espalda. Y silencio… ese silencio dulce de una madre que sabe cuándo no hacer preguntas. Pero Joselín pensaba. Pensaba demasiado. —¿Y si hubiera es
Capítulo – Divorcio y simplicidad La mansión estaba en silencio.Un silencio diferente al habitual. No era paz…Era abandono.Margaret bajó las escaleras con su bata de satén color marfil, impecablemente planchada, aunque ya hacía días que nadie la notaba. El desayuno no estaba listo. La mucama se había ido dos semanas atrás. No soportó más los gritos, ni las órdenes, ni el desprecio.Encendió la cafetera sola. Y mientras el aroma del café llenaba la cocina, Margaret no pudo evitar notar la ironía: todo aquello por lo que tanto había luchado, la perfección de su mundo, se estaba desmoronando.Entonces el timbre sonó.Un sobre de papel grueso, elegante, con su nombre estampado.Margaret Inés Lathman de Jones.Lo abrió sin apuro, como quien ya sabe que dentro hay una herida… pero igual se corta.Divorcio.Las palabras eran claras, firmes, legales.Edward Jones solicitaba la disolución del matrimonio.El mundo le tembló un instante. Pero no lo mostró.Se sirvió una taza de café. La sost
Capítulo – Voces que Arden Joselín no había salido de su cuarto en todo el día. Las primeras horas las pasó abrazada a la almohada, con los ojos fijos en el techo como si buscara en las grietas alguna explicación. Pero no había respuesta. Ni en el silencio, ni en los suspiros, ni siquiera en sus propias lágrimas. A media tarde, tomó el celular y marcó. Paula atendió al instante. —¡Jose! ¿Cómo estás? Qué lindo escucharte… —En casa… en Alicante. No quería hablar con nadie, Pau. Pero contigo sí. Tengo que contarte lo que me pasa… Y le contó. Todo. Las fotos. El beso que vio desde el taxi. El correo del hospital que supuestamente decía que Stephen se quedaría en Londres. Su voz era un hilo frágil, entrecortado por lágrimas. Paula se quedó en silencio. Luego, su voz se quebró también. —¡No puede ser! Ese tipo te ama, Jose… ¡todos estábamos esperando la boda! ¡¿Qué pasó con él?! —No lo sé… —susurró Joselín, cubriéndose el rostro—. No quiero saberlo. No puedo. Además… acabo de enter
Capítulo – La Vida Que Late En Silencio Después de desayunar un té con galletitas junto a Lilian su mamá —en medio de silencios que decían más que mil palabras—, Joselín se encerró en su habitación. Tenía el test de embarazo desde hacía días guardado en su cartera, pero nunca se había sentido lo suficientemente fuerte para usarlo.Hasta ahora.Apenas Lilian cerró la puerta detrás de ella, Joselín se quedó en la cama, abrazada a una almohada, mirando el techo. El estómago se le revolvía, no sabía si por los nervios, las náuseas… o ambas cosas. Tenía miedo. No sabía qué resultado quería ver. Ni siquiera sabía si estaba lista para saberlo.Pero algo dentro de ella —esa fuerza invisible que siempre la impulsaba a cuidar de los demás, incluso cuando estaba rota— la hizo levantarse.Fue al baño, abrió el envoltorio con manos temblorosas, y siguió las instrucciones como quien sigue un ritual sagrado. Dejó el test sobre el borde del lavamanos, sin mirarlo, y volvió a la cama.No tenía el co