El caos se ha desatado, Holly junto al agente Dominic intentan salvar sus vidas de un grupo de sicarios que los persiguen. Ella dará todo para poder regresar a lado de sus hijos y de su amado Adam. Mientras tanto Nicholas decide enmendar lo que ha hecho y salvar a todos, tiene que regresar al infierno para enfrentarse al tipo a quien le vendió su vida. Huir o quedarse, solo toma una decisión. —Quédate… para siempre conmigo.
Leer másRORY—¿De verdad, esto? —lo escruté con la mirada.Papá se bajó del auto, la verdad es que no me imaginé nunca que viniésemos a un lugar como este. Me había puesto botas y vestido, él me había traído a un campo de tiro.—Oye, quita esa mirada fea—me hizo bajar al auto—, te enseñaré, anda.Resoplé, me ajusté los guantes al bajar.—¿Mamá sabe que me trajiste aquí?Se estremeció.—Digamos que es nuestro pequeño secreto.—Ah, entonces también tienes miedo de mamá.—No es eso—refutó—, pero ¿has visto esa mirada que hace?, Chery es un amor excepto cuando se enfurece.Me reí por lo bajo.—Sí, “todos los West son iguales”Me abrió la puerta.—También eres una West—fue amable al decirlo, entonces me percaté de lo descuidado que fue mi comentario.—No quise…—pero mejor dejé de hablar, ¿los haría sentir mal por mi inseguridad?—Nena, por si no te ha quedado claro, eres hija de Chery y mía, tienes la misma sangre que tus hermanos, por lo tanto, su carácter es similar.Me lo pensé un poco.—Nunca
20 AÑOS ATRÁS, EMACIA, MACEDONIA RORY—Mamá ¿Por qué tengo que quedarme aquí?—¡Cállate! —tiró de mi brazo con fuerza, enterrándome las uñas. Chillé—. Has lo que te digo.—Pero no quiero—resbalé con la acera congelada y ella continuó arrastrándome—, tengo miedo.Todavía era de noche cuando me llevó a rastras al callejón del mercado, era el complejo del área de comida para los trabajadores del parque industrial que cruzaba la calle. El hedor de los residuos que resbalaban de las tuberías de los edificios mohosos era penetrante. El suelo estaba resbaloso por los residuos de la nieve que cayó esta mañana, aun así, la nieve se había teñido oscura en esta parte. Unos perros hurgaban en las bolsas tras el contenedor de basura.Hasta el final del callejón había puertucha estrecha. En donde al momento de llegar salió una mujer enorme.—Llegas tarde, perra—escupía al hablar—, no te pagaré el tiempo perdido.—Aquí está—me arrojó a los pies de la mujer—, ponle tiempo, ella pagará—mis manos rasp
DAKOTAQuizá ha sido un error.Ese pensamiento ha cruzado mi mente una y otra vez.Si miró años atrás, Nicholas nunca me ha querido.¿He sido solo objeto de su capricho?Esos pensamientos se arraigan en mi cada vez que lo noto distante conmigo.A caso él… ¿de verdad estuvo enamorado de mi amiga? ¿y si él creía que me comportaría como ella una vez que nos casáramos? ¿se habrá desilusionado?Al fin y al cabo, nuestro matrimonio fue apresurado e impulsivo.¡Ah!, debo parar.—¿Cómo me veo, mami? —mi hija dio una vuelta completa.—Te ves hermosa—la abracé, luego le acomodé las alas—, eres la hadita más hermosa que haya visto jamás—besitos.Ella palmeó sus manitas y dio saltitos.—Una foto, una foto para papi.—¿Quieres una foto? —tomé mi celular y comenzó una exhaustiva sesión de fotos.Aurora definitivamente era como yo.—Para papi, para papi.—Bien, bien, le mandaré a papi—abrí su chad, pero descubrí que su última conexión había sido diez horas atrás, tragué en seco, de igual modo se las
HOLLYTRES MESES DESPUES —Adiós Hanzel, ten cuidado con los dulces.—Adiós Kity, no hagas travesuras.—Adió Chris…—¡Le traeré un chocolate miss Austen!Despedí a los niños de la escuela con un poco de dificultad para que la peluca sobre puesta no se me cayera (me decidí por vestirme de Cruella). Hoy era noche de Halloween y todos estaban ansiosos por salir a pedir dulces. La mayoría de los niños se habían disfrazado y el resto de los docentes también lo habíamos hecho. Empujé el carrito para arrullar a mis bebés, los disfracé de dálmatas.—Miss Austen—se acercó una mamá—, que agradable tenerla de vuelta.—Gracias, ya debía regresar—me había ausentado todo un mes, a petición, claro de Adam (aunque más bien fue una orden).—Aw, que preciosos están—se asomó para ver a los bebés—, sí que le gustan los niños, los tenía muy bien escondidos.Luego otras dos mamás también se acercaron.—Miss Austen, felicidades, se ve muy bien.—Quisiera saber su receta—otra mamá chismosa— ¿Cómo le hace p
ADAMFue una travesía el viaje de Grecia a casa.Holly estaba muy ansiosa por volver, compartía su sentir, aunque, quizá, ella lo estaba más que yo. Apenas y pudo dormir en todo el viaje.Es gracioso, hace solo un par de días que habíamos salido solo dos personas y ahora llegamos cuatro. Llegar a casa también me hacía temblar las piernas.Sostener a nuestros bebés, tal como la primera vez, aun me resultaba tan fascinante y delicado. Estuve al pendiente de ellos todo el tiempo, tampoco pude dormir. Para cuando aterrizamos Holly casi bajó corriendo las escaleras, pero el movimiento brusco la hizo frenarse.Pasé todo el tiempo preguntándole si tenía algún malestar.Para cuando llegamos a casa, mi corazón se sentía ya agitado, hasta tal punto, mi ansiedad por llegar fue palpable.Apenas y el auto se detuvo frente a la casa, la puerta se abrió y Holly salió corriendo a la par que los niños salían a su encuentro.Bajé para unirme a ellos.—¡Mami! ¡Mami!—¡Bebés! ¡Mis bebés!El nudo en mi g
HOLLYNos hemos quedado dos días aquí en el hospital.A pesar de que los bebés estuvieron bien, querían descartar cualquier tipo de daño, si es que lo tuviesen, así que los tres estuvimos sometidos a varias pruebas analíticas. Adam nos llevó a Atenas, ya que los médicos nos sugirieron viajar luego de ocho días.Hablamos un poco con los niños al día siguiente de hablar con nuestros padres. Los abuelos estaban cuidándolos bien. Creían que nuestras vacaciones se habían extendido, aún no les decimos de sus nuevos hermanitos. No fue difícil volvernos a adaptar a una rutina con bebés; No hace mucho que tuvimos a los trillizos. Me vitaminé y comí lo mejor que pude para poder llenar a estos bebés de nutrientes.Al tercer día, decidimos contarles a los niños sobre sus hermanitos, quisimos hablar primero con Alice y Tony.Aprovechamos que los bebés estaban durmiendo.Esperamos la video llamada.—Hola, cariño—contestó mamá.—Hola mami, ¿Cómo están?—Bien, llevamos tres días de una fiesta improvi
ADAMDesde que conocí a Holly, mi vida ha estado al limité de la cordura.Pese a que ella, es mi estabilidad, hay ocasiones… especiales, en las que ha cortado de tajo mi cordura.Como hoy.Apenas tomamos una semana de descanso después de mucho tiempo, festejamos nuestro aniversario como la luna de miel a solas, que no tuvimos, y enterarme en esa misma semana en que iba a ser papá. Donde en esa misma semana, nació… no uno, sino dos, ¡dos bebés más!De los cuales asistí su parto, me mojé con su sangre, los sostuve en mis manos y corté el cordón umbilical.Estuve en un estado de shock, pero al verlos y ver a Holly que reaccionaba… de manera normal después de sus partos. Verla… creí que estaría aterrorizada, después de lo que pasamos.Pero me di cuenta de que la he subestimado todo este tiempo.Después de ser trasladados al hospital más cercano; que revisaran a ambos bebés y a Holly determinando que estaban bien, salvo que ellos un poco bajos de peso.Ahora estábamos en una habitación, se
ADAMEl policía dobló por una calle más angosta, casi me rosaban las rodillas. Llegamos hasta una casita de dos pisos.—Es ahí—bajé a Holly conmigo, el policía bajó también—¡Kyría Triantafyllou! —(¡Señora Triantafyllou!—Ya escuché, ya escuché—una viejecilla salió de la parte superior, con un trapo limpiándose la boca—¿Qué quieres? —fue osca.—Aquí hay una embarazada.La señora no vio a Holly, simplemente hizo un gesto.—Súbanla.—No se preocupen, la señora Triantafyllou es muy buena, esperaré aquí abajo al paramédico—se ofreció el policía.Tomé a Holly en brazos y subí las escaleras hacia donde estaba la señora.—Por aquí—señaló su sala, luego nos miró—¿Dónde está la embarazada?—Soy yo—se quejó Holly.—¿Qué? ¿están bromeando? —pareció irritada.—No, no—se excusó rápidamente Holly— es un embarazo críptico.La señora nos miró aguda.—Oh, esto será difícil—suspiró—, por favor, siéntense mientras preparo todo, ¿es tu primer parto?Ayudé a sentarla.—No, el tercero.La señora dio un resp
ADAM—Me gustaría quedarme un poco más—ella hizo puchero—, pero ya extraño mucho a los niños—arrastró la maleta.—Vendremos cuantas veces quieras—la tomé de la barbilla para besarla—, con o sin niños—ella sonrió complacida.—¿Te he dicho lo mucho que me encanta que me concientas?Le di un toquecito a su nariz.—Me encanta escucharte decirlo—le guiñé el ojo.Arrastré nuestras otras maletas a la entra, mientras llamaba al capitán.—Bien—Holly dio un tirón a la maleta que se enganchó en uno de los escalones, dio un paso hacia mí algo brusco y de pronto escuché agua regarse.—¿Qué fue…? —brusco me giré, al tiempo que la llamada entraba.—¡Adam! —me miró sorprendida, luego miró hacia abajo y yo con ella. Un charco de agua estaba bajo sus pies, su pantalón húmedo—, no puede ser.—Hay, mierda—mascullé, sin poder creer lo que estaba pasando. —¿Señor, sucede algo? —me decía el capitán.Reaccioné.—¿Dónde está el hospital más cercano? —le exigí.Me dio la dirección, estaba a veinte minutos de