HOLLY
—No acepto ningún tipo de cantante o trovador en este lugar—gruñó el búfalo este, por suerte hablaba mi idioma.
Después de recorrer cuatro tabernas y que en ninguna nos aceptaran, no iba a rendirme con este último. El dueño de la taberna parecía toda una caricatura, con el cabello largo y esponjado, barba enorme, gordito y enorme.
—Por favor, señor, prometo que no será en vano—pedí, haciendo el intentó más grande por ponerle ojos de cachorro.
—¡Ya dije que no! —gritó el gordo búfalo peludo.
Mi mamá me dijo que no tengo que rogar nunca, pero esta es una emergencia, se trata de mi vida, o bueno, al menos solo es para refugiarse.
—Piénselo bien, le prometo que habrá muchas ganancias.
Me miró examinándome, ¿a quién no le agrada ganar dinero?
—¿Y si se van todos?
—Nada de eso—le sonreí anchamente—, verá que será la mejor idea que haya tenido nunca.
Sí, sabía que iba a dudar, seguramente no lo hubiese dudado si fuese una cara bonita.
—¿Siempre es así de molesta? —bufó hacia Dominic.
—La mayoría de las veces—contestó Dominic, divirtiéndose.
—Solo tenemos el equipo de karaoke, confórmate con eso.
—Es más que suficiente.
La taberna estaba, algo llena, pero era la primera que me decía que si… bueno, no del todo, pero si, puedo conseguirlo, solo tengo que ser mi alter ego.
Respiré profundamente, a lo lejos, vi a Dominic divirtiéndose, creo que esperaba la hora en la que pudiese rescatarme. Bien Holly, tu puedes, hazlo por ti, tienes que salir de aquí.
Busqué en la rockola una canción que me supiese, I LOVE ROCK & ROLL, una arriesgada, pero lo intentaré.
Hay diosito, ayúdame con estos extranjeros. Bien, debo invocar a la Gloria Ruiz, mi alter ego debe desempolvarse.
Respiré hondo.
—¿La están pasando bien? —grité animada, sentí el calor en las mejillas cuando la mayoría de las personas giró hacia mí—. Lamento interrumpir sus comidas, pero tengo un poco de problemas económicos—me reí tontamente, sentí un poco más de nervios cuando escuché algunos gruñidos.
M****a.
¿Por qué no funciona mi carisma aquí?, Holly, tienes que salvar esto o si no el búfalo ese te echará de aquí y ese agente tarado se burlará de ti.
Apreté el micrófono entre mis manos y respiré profundamente, comencé a cantar.
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—No creí que cantaras tan bien y que tampoco juntáramos tanto—Dominic se acercó con un saquito de papas.
Desde la primera canción que canté, se pasó por las mesas para juntar dinero, por fortuna a la gente les gustó mi voz y varios se acercaron para pedir canciones, eso me hizo sentir más segura, ahora me dolía la garganta.
Él se encargó de darle la cantidad necesaria al búfalo gordo, quien nos regaló una sopa de papa caliente con pan.
—Esto de verdad es una taberna—dije ronca, cuchareando aquella sopa algo insípida.
—No te quejes, cómela—gruñó—, el equipo de extracción vendrá en la madrugada por nosotros.
—¿Cómo está Adam?
—Aun no tengo noticias sobre él.
Apreté los ojos, no debo pensar mal, en mi corazón sabía que estaba bien.
Por mi bien, terminé aquella sopa insípida, Dominic se despidió del búfalo y emprendimos la búsqueda para un hospedaje.
—Odio el frio—refunfuñé.
—Los hoteles están repletos, solo queda esta posada—señaló la fachada de lo que parecía una casa de piedra rustica, incluso el piso era de madera vieja.
Dentro había poca gente, una viejecita pequeña estaba en el recibidor, otras tantas estaban en los sillones, tendidas frente a la chimenea.
—¡¿Quieren una habitación?! —chilló la viejecita.
La miré atónita, llamó a Dominic para decirle las ventajas de hospedarnos en su posada ya que la mayoría de los turistas se iban a los grandes hoteles.
—Entonces deme una habitación con dos camas.
Sentí las miradas en mi espalda, miré de soslayo, aquellas viejecillas nos estaban mirando y susurrando. Oh dios, entonces las cosas no cambian ni, aunque esté en otro continente.
La viejecilla dueña de la posada le dio las llaves a Dominic y las indicaciones de llegar a la habitación. Esta posada más bien parecía un motel.
Estuve en uno una vez con Adam, hay dios, hasta donde nos había llevado esa calentura.
—Te quedarás en la habitación, haré un recorrido al perímetro y te conseguiré algo de ropa—me indicó—. No salgas, ni contestes si alguien llama ¿entendiste?
Asentí.
—¿Puedo tomar una ducha?
Me miró entrecerrando los ojos.
—No tardaré.
Cerró la puerta al irse.
Esto se sentía una especie de deja vu, terminé encerrada en una habitación.
Fui a tomar una ducha de agua caliente para que no me diese hipotermia, en el proceso no pude evitar contener más mis pensamientos.
Los recuerdos de la balacera, los estallidos y gritos, el cuerpo de Adam siendo arrastrado lejos de mí, su mirada… no puedo evitar pensar en su mirada. Me solté a llorar, todo el estrés que tenía acumulado lo descargué llorando y gritando mientras los chorros de agua caliente me caían en el cuerpo.
ADAMEl grito salió desde lo más profundo de mi.Impactado, sentía un agujero profundo en mi pecho, un dolor sin expresión física.Esas últimas fuerzas que pude soltar me robaron toda la energía, pero el punto de mi enfoque y las esperanzas, fue el rostro asustado y resignado de mi Holly.Cuando ella desapareció de mi vista, no me importó si yo me desangraba.—Tengo que… ella—protesté apenas despegar los labios.Sentía el auto alejarse y unas manos rápidas y toscas colocándome vendajes, sentí un pinchazo en el cuello. Se escuchaban los fuertes impactos contra los vidrios, en el armazón del auto.—Holly—mascullé, el chocar de mis dientes hizo que me doliera la cabeza.Mi cuerpo estaba flojo, demasiado débil, me esforcé por tener abiertos los ojos, “Por favor, amor, abre los ojos” escuchaba las palabras de Holly.Me aferré a ella, a la cantarina voz que me mantenía flotando, trayendo conmigo su rostro. Perdí la noción del tiempo, cuando menos me lo esperé ya estaba en otro lugar, apenas
HOLLYCuando al fin pude salir del baño, encontré ropa abrigable, ¿Dónde la consiguió? no tengo idea.Dominic no estaba en la habitación, me vestí rápidamente, por si llegaba. Luego me senté en el borde de la cama mirando hacia la ventana; no sabía la hora que era, habíamos pasado mucho tiempo de viaje y aun no sentía la realidad del tiempo. Quizá ya era de noche, enormes volutas de nubes oscurecidas estaban sobre este pueblo; me abracé las rodillas consolándome.Ahora mismo podría haber estado tomando un vuelo con mis hijos y mi familia hacia México y no pasar este infierno. En un lugar que no conozco, con alguien que tampoco conozco, intentando salvar mi vida.Triste, seguí mirando por la ventana, fuera unos chispazos blancos caían adormecidos al suelo. No me gustaba la nieve, significa que hace el suficiente frio como para morirse y yo no quiero eso.Escuché un fuerte estruendo, me sobresalté, me quedé atenta.Otro estruendo sacudió la pared, mi corazón se aceleró, escuché el eco d
DAKOTAInquieta me pasee una y otra vez por la habitación, nerviosa.—Dakota, por favor, tienes que calmarte—me decía Cherise.Negué con la cabeza.—Es que cómo pudo hacerme esto ¡Ese imbécil va a pagármelas!Cherise soltó un bufido.—Ese imbécil es mi hijo—masculló.Me dejé caer en la cama de nuevo, sin sentir un poco de remordimiento por haber ofendido a su hijo.—¿Cómo pudo hacerlo? —repetí furiosa—¡dejarnos a las dos!Cherise se levantó de su lugar y vino hacia mí para sacudirme por los hombros.—Mi hijo intenta cuidarlas—su semblante se entristeció y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas—. Las ama demasiado como para dar su vida por ustedes—lloró—, él es mi hijo—tomó aire—, él también es mi bebé.Sostuvimos la mirada, la tensión era asfixiante, ella también sufría y yo estaba siendo deliberadamente tonta. Es cierto, ahora, ambas somos madres, me había puesto como loca cuando Nicholas mencionó el separarme de mi bebé, no puedo imaginar la angustia de ella, al saber todo lo qu
NICHOLAS, UN PAR DE DÍAS ATRÁS.—Ya me están doliendo los nudillos por golpear a este bastardo—se quejó Dao.—Esto es aburrido—el otro tipo chascó la lengua bajando las cartas frente a él—, el jefe se fue, ¿por qué seguir aquí? —arrojó las cartas a la mesa.—Vete si quieres, yo me quedo hasta que mis nudillos se destruyan.El otro tipo tomó de su chaqueta una cigarrera.—Nos vemos en la noche, te relevaré—luego salió de la habitación.Esperamos a que se escuchara salir de la casa.—Jefe, es hora.Me deshice del nudo suelto de las muñecas y Dao se encargó de soltarme los pies.—¿Tienes todo? —me sobé las muñecas.—Si—tomó de debajo de la cama un maletín, lo colocó sobre esta y lo abrió.Dentro había ropa limpia y un par de armas.—Jefe… lamento haberlo golpeado tanto.—No te mataré si es lo que piensas—Respiró aliviado—¿Dónde está Pearce?—En Creta, ha pasado unos días ahí, pero recién recibió una llamada de Rhodes, le advirtió que la Interpol está buscándolos—me quité la camisa mancha
HOLLY—Despierta—Dominic me sacudió el hombro.Me erguí rápidamente, la vista nublada y la mente turbada.—¿Qué pasa? —me cubrió rápidamente la boca.Me sobresalté. —Sh, están aquí.Sentí un fuerte estremecimiento, apreté los labios.Agucé el oído, yo no escuchaba nada, pero, de alguna manera ese silencio era inquietante.Dominic me apretó junto a él, escrutando a hurtadillas la por la cortina de la ventana a nuestras espaldas.Mi mente me gritaba desesperada que quería desaparecer. —Nos iremos por la ventana del baño—musitó en mi oído, asentí, atenta—, debes correr hacia la parroquia que vimos antes de llegar aquí, ¿entiendes? —volví a estremecer, el pecho me dolía por la respiración agitada—. Espérame ahí, estaré tras de ti—Mis ojos se volvieron hacia la joven que estaba recostada en la cama; Dominic frunció el ceño y negó con la cabeza—. Debemos dejarla, nadie la busca a ella correrá más peligro con nosotros.Es una niña sola, ella no tenía a nadie ¿Cómo podía dejarla en tal es
HOLLY —¿Por qué te escondiste aquí?De entre aquel resplandor, el rostro de la persona no era visible, pero, no necesitaba verlo para reconocerlo por la voz.—T…tu—mi voz apenas fue un hilo de aliento.—Vámonos, te sacaré de aquí.Se acercó a nosotras, entonces ya podía ver su rostro.Nunca pensé que me sentiría aliviada al ver el rostro de Nicholas, la persona a quien no esperaba ver, pero, aun así, no pude evitar echarme hacia atrás. Por todo lo que he escuchado de Nicholas no sería nada bueno que él estuviera aquí.—¿Dónde está el agente Bonhuer?Nicholas me miró entrecerrando los ojos.—No es momento de dudar—presionó—, vámonos…Alguien se coló por el umbral de la parroquia.—Hora de irnos, muñeca—era Dominic.Viendo que Dominic estaba al lado de Nicholas no me quedó más remedio que aceptar irnos con ellos.Miré hacia atrás a la aterrada Rory.—¡Vámonos, ya! —rugió Nicholas saliendo del lugar.—Vamos—le hablé con calma a ella—iremos al hospital.—¿Estás segura?—Sí, lo juro.Dudó
NICHOLASNo es difícil entender a esta mujer.Para ella soy un ser vil, un monstruo que intenta arrancarle lo más preciado que tiene. Pero prefiero mil veces que me odie de esa manera.Necesito sentirme odiado por alguien más que no sea yo, lo necesito para tener valor para lo que voy a hacer.Holly terminó de sacar su ira sobre mí, pero en sus ojos pude ver que se había arrepentido de haber soltado sus últimas palabras “Patético”Lo soy, terminé siendo un patético hombre de terribles decisiones.—Tienes toda la razón, preciosa—le sonreí.La vi tragar en seco, se replegó en el respaldó y no volvió a decir más. Si de verdad tenía sentimientos por Adam, lo que le dije lo dejaría pasar.La intensa mirada a su lado no se me quitaba de encima, la chica que Holly recogió estaba maltrecha, puedo ver sus notables heridas y otras tantas que aún no han sanado. Rondaba quizá por la edad de Eros, incluso su gesto de desagrado me recordaba a él.—¿Poio eínai to ónomá sou? —(¿Cuál es tu nombre?)No
HOLLYLa verdad es que me valió un reverendo cacahuate el volar en un helicóptero, con esos enormes audífonos y bien sujeta. Yo solo pensaba en que estaría mejor, ya no estaría a la deriva, vería de nuevo a Adam.Lo que pasara con Nicholas me tenía sin cuidado, lo sé, eso puede sonar muy cruel, pero él lo ha sido conmigo, por su culpa ha pasado todo esto.Rory, dormía, estaba lo suficientemente cansado como para no sentir las sacudidas del helicóptero, tan solo verla me dolía el cuello y el alma. Es tan pequeña y menuda que me duele bastante el imaginarme su vida, yo no sé lo que pueda pasar después con ella, pero si nadie la ayuda ¿en dónde parará?Yo sé que estoy pasando por una situación poco favorecedora, pero, esa niña no merece seguir haciendo lo que hace, solo necesita una oportunidad. Decidí cerrar los ojos para no pensar en el miedo a las alturas.Poco después, la voz de Dominic me despertó sobre el ruido.—Prepárense para aterrizar.Un fuerte estremecimiento me recorrió el