ADVERTENCIA: Libro con contenido explícito. No apta para lectores que se impresionan facilmente Su nombre era Namar, ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. Criada en secreto por una esclava, creció escondida de los ojos de su padre. Un terrible encuentro llevará a Namar a huir de palacio para convertirse en la concubina de un despiadado Alfa. ¿Podrá Namar encontrar la felicidad?
Leer másAl caer la noche, los lobos levantaron el campamento. La tienda de campaña del Alfa era custodiada por varios guardias. Alfa Caleb se encontraba en un escritorio, sentado revisando algunas cosas y escribiendo en un pergamino, mientras que Namar, permanecía sentada en una silla, en una esquina del lugar. El joven Alfa levantó la vista para ver a la loba y se percató que ella permanecía con sus ojos semicerrados, con su cabeza apoyada sobre su puño, al borde de caer dormida. - ¿Te aburre estar aquí? - comentó Alfa Caleb. Namar abrió los ojos - pensé que siempre habías soñado con ser una princesa. - De hecho, es bastante tedioso… - confesó.- ¿Qué preferirías estar haciendo? Lavando trastos, sirviendo la mesa, siendo de entretención para mis hombres… - Apuesto a que sus lobos se divierten más que usted, allá afuera. - ¿Con Astrid? Es muy probable. - No me refiero a eso- Sé a lo que te refieres… ¿Quieres salir? Ir y sentarte alrededor del fuego, bailar y canturrear tontamente, como
- Ahora te comportas como una princesa… - dijo Alfa Caleb poniendo los ojos en blanco.- Lo siento… - dijo - Todo esto ha sido demasiado…- Actúas muy asustada para ser alguien que hace unas horas me pedía que la asesinara… - Tal vez, Hasú me hizo ver las cosas desde otra perspectiva… - dijo Namar sin levantar la vista.- Hasú ¿Eh? - Dijo pensativo.En ese momento, Astrid y Asya acudieron, para ayudar a Namar.- Llévenla a sus aposentos… - Dijo Alfa Caleb - déjenla descansar, mañana debe acompañarme.- ¿Acompañarle, Alfa? - preguntó Namar- Debo ir de visita a una de nuestras manadas aliadas, mi Luna debe acompañarme. Debido a los recientes acontecimientos, no es seguro que permanezcas sola aquí mientras yo no esté.Alfa Caleb se retiró y las tres lobas se quedaron un momento en silencio, sin poder contestar nada. Asya y Astrid ayudaron a Namar a llegar de vuelta a su habitación. Cuando cerraron la puerta de la alcoba, Namar se sentó en el gran sofá y dijo.- Las cosas no podrían ir
Hasú la arregló con dificultad, debido al gran nerviosismo que estaba cargando sobre su menudo cuerpo; sus manos temblaban al intentar abrochar el hermoso collar de pedrería, atrás del cuello de la joven loba.-Hasú… cálmate, por la diosa – le dijo Namar al intranquilo sirviente.-Lo siento mucho, princesa Namar… -¿Por qué estás tan aterrado?-Usted no conoce hasta donde puede llegar nuestra Luna madre, con tal de evitar que la casa de los Alfas se vea envuelta en escándalos… ella levanta su dedo y pueden morir cincuenta lobos a la vez – dijo Hasú con manos y voz temblorosas-¿De qué hablas Hasú? -En el pasado, se enteró que nuestro anterior Alfa, su pareja, tenía una amante. Al momento de él enfermar, ella tomó el papel de Alfa provisional en nuestra manada, y lo primero que ordenó fue la ejecución de la joven loba y de toda la servidumbre, para que no quedaran testigos de la infidelidad de su pareja.-Oh, por la diosa… - Namar llegó a comprender las implicancias de lo
Alfa Caleb, mientras tanto, continuaba sus labores, como de costumbre. Aquel día, atendía las necesidades de los lobos en su manada, en una reunión realizada en “la gran mesa”, en la torre más alta, junto a los grandes líderes de las distintas zonas. - Alfa Caleb, por las razones que planteo aquí, es muy necesario que concretemos al fin la construcción del puente entre nuestra manada Luna Cristal y la manada Luna Zafiro, nos encontramos aislados de nuestros propios aliados y aquella distancia nos está jugando muy en contra – comentó uno de los lobos allí presentes. - Como antes lo he mencionado, a todos, esto es más sencillo de realizar con palabras – dijo Alfa Caleb – Mientras yo permanezca en el poder, los recursos de mi manada serán dirigidos a las necesidades de mi pueblo. Aun hay mucho que subsanar… comprendo que los motivos estratégicos, son parte de su preocupación, pero no destinaré todo el dinero de mis arcas en construir un puente, cuando los lobos de nuestra manada requier
-¿Un mes, Alfa Caleb? Tal vez no he sido lo suficientemente clara en explicar lo mucho que se molestaría mi padre al enterarse de sus mentiras-No soy un lobo que esté acostumbrado a recibir extorsiones… ahora me veo obligado a tomar como pareja a una loba engreída y caprichosa, con tal de proteger a mi manada de sus represalias. Fingir que esta unión es de mi agrado, está completamente fuera de mis principios… tendrá un mes para pensarlo muy bien, debido a que, en lo que a mi respecta, usted siempre será, la pareja que jamás deseé y fui obligado a tomar. Un mes es mi última palabra, si no ha cambiado de parecer, en la luna llena del equinoccio de primavera, convocaré a una ceremonia de unión, como indica la ley y te tomaré como mi pareja.-De acuerdo, Alfa, no continuaré insistiendo… en un mes será. Que importa esperar un poco más… - dijo Rhada con decisión y fiereza La joven hizo una suave reverencia y salió. Su rostro irradiaba felicidad y victoria, al caminar por los pacillo
Alfa Caleb recostó a la joven loba en su lecho y, y se posó junto a ella, observó sus intensos ojos verdes. En su interior existía una lucha, su lobo la deseaba y amaba intensamente, pero su parte humana aun sentía un fuerte rechazo hacia su sangre, a pesar de saber que Namar era inocente de todo lo que Alfa Drago había urdido en su contra. La joven loba, por su parte, solo observaba, sin lograr descifrar lo que ocurría en la mente del joven Alfa ¿Cómo debía actuar ante tal situación? Todo lo que estaba ocurriendo jamás lo pidió ni estuvo en sus más remotos pensamientos. De ser una esclava, luego una fugitiva, se transformó en la concubina y, ahora, en la pareja del Alfa de la manada Luna Cristal.El joven Alfa sacudió los pensamientos de su cabeza y le permitió a su lobo tomar el control. Su lobo Cemil, lamió con deseo los pechos de la joven loba; cuan diferente era poder poseer a su pareja predestinada por la Luna; más aun, que privilegio tenía él, al haber encontrado a su mate y po
En la sala de las concubinas, el alboroto estaba empezando a resonar alrededor del resto del castillo.-¡No, no, no! – gritaba Varinia, completamente enloquecida al enterarse de que Namar caminaba por palacio vestida de princesa - ¡Arrg! Esa sucia zorra… ¡Es sabido que las lobas pelirrojas son unas brujas! Ha hechizado a nuestro Alfa. ¡Ya casi era mío! – Hasú entró a la sala horrorizado.-Por el amor de nuestra diosa… ¿Qué son esos gritos?-¡Hasú! – dijo Varinia ardiendo en furia – ¡Tú! Infeliz… ¡Tú la ayudaste!-¿Qué le ocurre a esta loba… hasta que al fin se volvió completamente loca… ¡Guardias!-¡No estoy loca!... es Namar. La han visto pavonearse por el castillo vestida como una princesa y con un pañuelo de nuestra fallecida Luna en su cuello… ¿Quieres que ella sea la nueva Luna, no? ¿Cómo te ha comprado para que la ayudes?-Espera… un momento, lobita tonta – dijo Hasú, moviendo sus manos delicadamente – estás muy equivocada… ella es una princesa, y camina por el castil
La joven loba entró a los aposentos del Alfa, y este se sorprendió ante este hecho. -Princesa Rhada… -Alfa Caleb – dijo, muy coquetamente, haciendo una suave reverencia, sin despegar su vista del imponente Alfa.Hasú aun permanecía en la habitación y al ver que la joven esperaba tener una conversación a solas, hizo una reverencia en silencio y salió rapidamente del cuarto. Namar, al ver que Hasú se retiraba del lugar corrió a hablarle.-¿Qué ocurre, Hasú? ¿Alfa Caleb la ha llamado? -¿Qué modales son esos, esclava? – dijo en tono de secreto – las princesas no corren de ese modo, conserva la compostura, alguien podría verte.-Lo siento… -¿Por qué ese interés en saber lo que ocurre en la habitación, Namar? – dijo Hasú, queriendo indagar en los sentimientos de Namar. Ella se sintió acorralada.-Yo solo quiero saber qué ocurrirá conmigo.-Las cosas ya están de un modo; nada puedes hacer… hasta donde sé, si lo que buscabas era irte de este lugar, me temo que no podrás hace
La reunión culminó y Alfa Kadir y su hija hicieron una leve reverencia y salieron del salón. Alfa Caleb se levantó de su trono y caminó hacia su alcoba en silencio; Hasú, junto a Namar caminaron tras él. Al llegar a la habitación, Hasú cerró la puerta y quedaron los tres solos.-Alfa, ¿Qué ocurrió? – preguntó Hasú, muy preocupado. El joven Alfa se sentó sobre la cama y tomó su rostro entre sus manos. Hasú comprendió qud las cosas se habían complicado – oh, por la diosa. Esto está muy mal… ¿Qué haremos?Hasú empezó a exaltarse. Alfa Caleb puso una mano apoyada sobre su muslo y la otra haciendo movimientos circulares en su frente y cien, como intentando aliviar un fuerte dolor de cabeza. El encargado de los esclavos no paraba de gritar y correr por la habitación; al ver que su reacción no ayudaba en nada a la situación, Namar se acercó a él y le dio una fuerte bofetada, para hacerle reaccionar.-¿Qué crees que haces, esclava? – dijo el encargado de los esclavos sobándose la mejilla ar