ADVERTENCIA: Libro con contenido explícito. No apta para lectores que se impresionan facilmente NUEVOS CAPÍTULOS TODOS LOS DÍAS Su nombre era Namar, ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. Criada en secreto por una esclava, creció escondida de los ojos de su padre. Un terrible encuentro llevará a Namar a huir de palacio para convertirse en la concubina de un despiadado Alfa. ¿Podrá Namar encontrar la felicidad?
Leer más- Alfa Caleb- AstridLa joven se presentó en los aposentos de Alfa Caleb. Cuando sus ojos se encontraron con los de Emir, su corazón se encendió y también el del joven Beta. - Sabía que volverías, Astrid - Dijo Alfa Caleb. La joven intentó despegar la mirada del joven Beta, sin éxito, sintiéndose como una lobezna tonta e inexperta. - Sí Alfa… - se limitó a decir. - Astrid - Dijo Emir, sin poderlo evitar. Luego miró hacia el suelo - Yo… saldré un momento. Esperaré afuera - Volvió a mirar fijamente a Astrid y luego salió. Alfa Caleb observó el extraño momento con curiosidad. - Curioso… - comentó el joven Alfa - Bien… vamos a lo importante ¿Encontraste a Vera?- Ella falleció hace poco tiempo, Alfa.Los ojos de Alfa se entristecieron con gran frustración. Sentía que para ese momento, todas sus esperanzas de saber si Namar y él compartían lazos de sangre, se extinguían por completo. - En efecto, llegué hasta donde ella vivía. Era una pequeña cabaña cerca de las montañas frías, tal
- Por favor, informen a Alfa Caleb que he regresado - Astrid, a dos días del equinoccio de primavera, se presentó nuevamente en el palacio de la manada Luna Cristal.Cuando la joven loba partió en su misión, recopilando información sobre la verdadera identidad del padre de Alfa Caleb. Su plan de partir de manera silenciosa, como era de esperarse, fue un completo fracaso. Cuando los guardias la vieron partir, en silencio y sin una escolta, ni un destino claro, pensaron que la joven loba se encontraba en rebeldía e intentando huir, por lo que la intentaron retener. - Alto ahí, Astrid… ¿Dónde crees que vas?- Tengo asuntos importantes que no son de vuestra incumbencia. Nuestro Alfa me ha enviado.- ¿Dónde está tu escolta?- No tengo escolta.- Pues… ¿A dónde te diriges?- No es vuestro asunto.- ¿Quieres que creamos que nuestro Alfa te ha enviado, sin escolta, a una misión secreta? ¿Acaso crees que somos idiotas?- Prefiero no responder a tu pregunta… - dijo Astrid, con superioridad - S
La desesperación y la algarabía llenaron los pasillos del palacio Alfa de la manada Luna Sangrienta. Su Alfa había sido gravemente envenenado. Los curanderos de palacio llegaron al salón, cargados de sus bolsos con remedios y aparatos. Namar y los presentes fueron despedidos del lugar. Kerim llegó rápidamente junto a ella. La abrazó, intentando calmar su desesperación. La joven reunió fortaleza en su interior, para pensar en lo que debía hacer: Como única hija del Alfa de la manada, estaba en su deber, encontrar al responsable de aquel suceso.Antes de que los criados que allí se encontraban, se dispersaran, gritó con gran autoridad.- ¡Detengan a todos los criados encargados de servir la mesa y preparar los alimentos! - ¿Namar? - Se atrevió a decir el joven Beta. - Nuestro Alfa fue envenenado. Tenemos un traidor en palacio. La algarabía se congeló, dando paso a un inmenso silencio y temor en el ambiente. - ¡¿Qué esperan?! - Ordenó Beta Kerim - Vuestra princesa ha hablado. ¡Guard
Capítulo 39Aquella noche, el joven Kerim conoció los placeres en compañía de Namar. El joven e inexperto lobo se entregó al fuego, ignorando por completo los planes de la joven loba, quien no le dio descanso en toda la noche, para que no hubiese ni un ápice de duda en él, al momento de revelarle su embarazo. En aquel enrevesado plan se encontraba en juego la vida de su hijo, por lo que Namar no dudó ni un solo segundo en entregarse por completo al joven Beta, sin negarle absolutamente nada, permitiendo que Kerim volcara todo su deseo reprimido en una sola noche.A la mañana siguiente, Kerim despertó con Namar durmiendo en sus brazos. La observó detenidamente, ya no había vuelta atrás para él: después de aquella noche, sus destinos se habían enlazado. Había dormido con la hija de su Alfa. Por un momento temió por su vida y se culpó por dejarse llevar, sin embargo, el fuego encendido en su interior, era el que realmente prevaleció en sus sentimientos. La amaba y no permitiría que nada
La joven vertió el licor en la copa del joven lobo, para luego tomar otra copa de la mesa y verter también hidromiel en ella. No era necesario beber el contenido, solo fingir que lo hacía. El joven e inexperto lobo, que había pasado su corta vida en servicio a su Alfa, no conocía aun las artes que Namar podía ofrecerle. Por esta razón, al ver que se producía un inesperado acercamiento entre ellos, el nerviosismo lo consumió. Chocaron copas, Namar le dedicó una sonrisa, mientras Kerim intentaba mostrarse tranquilo y en control de la situación. El joven lobo bebió de golpe la copa, fingiendo despreocupación.- Princesa Namar, debo preguntar… ¿Cuáles son tus planes para esta noche? - preguntó Kerim, directamente, con su más convincente rostro de despreocupación. La joven supo inmediatamente a qué se refería y esbozó una sonrisa.- ¿Qué es lo que esperarías tú de esta noche, Beta Kerim, para llamarla una cena exitosa?- A decir verdad, estoy muy satisfecho con esta velada. Creo que, en e
Namar se dirigió a sus aposentos nuevamente, después de entrenar con Kerim. Cuando caminaba a través de los pasillos, sintió que su cuerpo se volvía cada vez más pesado, hasta el punto de caer inconsciente. Una de las criadas acudió en su ayuda.- ¡Princesa Namar! ¡Ayuda! - Gritó, al no tener la fuerza suficiente para levantarlaKerim oyó su llamado y acudió hasta el lugar.- Namar… - dijo con preocupación. Tomándola en sus brazos - Llama a la curandera - ordenó.Kerim la llevó hasta su cama y la joven criada llamó a una de las curanderas para que la examinara. Al llegar esta, Kerim salió de la habitación, para que la joven loba pudiese hacer su trabajo con tranquilidad. Transcurrió un largo período de tiempo en que la curandera logró examinarla, muy preocupada. Para cuando Namar despertó, se encontraba sola con ella. - Princesa Namar - la preocupación se dibujaba en el rostro de la joven loba.- ¿Qué ocurrió? - dijo Namar, incorporándose con dificultad.- Princesa, con cuidado - dij
Astrid caminó por los pasillos, hasta los aposentos de Alfa Caleb. Inhaló hondo y anunció su llegada. Los guardias le permitieron entrar. Permaneció de pie junto a la puerta, esperando a que su Alfa le dirigiera una mirada o una palabra. El joven lobo se encontraba ensimismado, de pie junto al gran balcón, con sus manos entrelazadas tras su espalda, observando el ir y venir de la manada y, más allá, el enorme desierto que le separaba de Namar. Rompió el silencio. - ¿Conoces algún método para conocer la parentalidad entre lobos?- ¿Mi Alfa? - Dijo Astrid, sin comprender. Aquella pregunta le tomó por sorpresa, ya que no sabía qué esperar ante su llamado. - Ya lo has oído… - dijo el joven Alfa, volteando a ver a su antigua cortesana - ¿Eres una curandera no? … ¿Acaso creíste que te llamaría por otro motivo?- Lo siento, Alfa. Francamente, no sabía qué pensar ante su llamado. - Si requiriera de otras artes, llamaría a mis cortesanas ¿No lo crees? - dijo algo molesto - Ahora bien… ¿Sabe
Namar y Kerim entrenaron durante al menos una hora. El joven lobo estaba impresionado al darse cuenta de la habilidad de aquella joven loba; sin embargo, para Namar, era el único modo de poder sacar toda su rabia e impotencia, al no tener la posibilidad de correr y gritar. El rostro de Caleb no se borraba de su mente ¿Cómo estaría él? Su corazón no se atrevía a contar los días que faltaban para el equinoccio de primavera; fecha en la que, irremediablemente, verían sus vidas separadas. Para ese momento, Caleb ya había leído las palabras de Alfa Drago, en las que confesaba la posibilidad de que Namar fuese su hermana. Revelación que fue muy mal recibida por parte del joven Alfa, e hizo retumbar los muros de su castillo.“Alfa CalebQuisiera, en primer lugar, agradecer su hospitalidad, al mantener retenida y esclavizada a mi amada hija. No puedo ya enumerar el millar de favores que ha hecho vuestra manada a la mía, durante el período de mi reinado; creo que jamás me hartaré de sus afabl
- Cuando las criadas me informaron que habías salido de tus aposentos, tenía la sospecha de que te encontraría aquí - comentóNamar caminó de vuelta, para dejar la espada en su lugar. - No sabes nada sobre mí - Dijo, alargando el brazo para dejar la espada, pero Kerim, en un rápido movimiento, golpeó la espada con la de él, impidiéndole envainar. - ¿Estás tan segura de eso? Puedo deducir muchas cosas solo con observarte. Tu elección de arma al momento de entrenar, me hace inferir muchas cosas más…La joven le dedicó una mirada inquisitiva, luego se apoyó sobre la empuñadura de la espada, dejándola sostenida sobre el suelo - Te escucho… - Le dijo ella en tono desafiante. Puedo ver que eres una loba astuta, más no egoísta. Llegaste en poco tiempo a ser una Luna en territorio enemigo, sin embargo, fuiste capaz de dejarlo todo para rescatar a un ser querido… - Namar sintió que su fortaleza se quebraba al recordar a Tabita, pero intentó no demostrarlo - En cuánto a tu elección de arma,