Después de dejarlo, se convirtió en una de las mejores superestrella de la industria del entretenimiento. Ella había renacido de sus cenizas, dejando atrás todo el pasado que una vez la lastimo. ¿Quién imaginaria que su nuevo jefe, seria su exmarido?
Leer másDoce años después…James firmó de prisa un documento que White le había entregado. White, que ahora tenía cuarenta años, se negaba a retirarse, decía que continuaría al lado de James hasta que la vida se lo permitiera. Por otra parte, Andrés ahora tenía su propio estudio y se dedicaba a reclutar nuevas estrellas del entretenimiento. Ese año, después de que James y Astrid se casarán formalmente y ante Dios, la mayor de los King dijo adiós a este mundo. Se marchó con la plena satisfacción de que su nieto y su nieta política vivirían felices por mucho tiempo. Jared, quien terminó mudándose a Estados Unidos, ahora era un famoso director de cine y había encontrado el amor en una joven actriz. Nunca perdió su amistad con Astrid, para la mala suerte de James. Astrid, después del nacimiento de su segundo hijo, decidió retirarse del mundo del espectáculo, para ocuparse de totalmente de la crianza de sus hijos. James agradeció a Dios por tal acción. Para ellos, su familia era fundamental y esta
Astrid decidió hacer una cita con el ginecólogo. Ahora que las cosas marchaban en paz, estaba dispuesta a formar la familia con la que siempre soñó, conociendo su pasado y la identidad de sus padres, quiere tener una vida llena de felicidad junto a James.― ¿Señora King? ― pregunto la joven enfermera.―Sí, soy yo.―Adelante por favor. El Dr. Spencer la espera.―Bien.Astrid tomó su bolso y entro al consultorio.Un hombre de mediana edad le sonreía con calidez desde su escritorio, por petición de James, vino al mejor especialista de la ciudad. Desde que tuvo el aborto hace dos años, sus periodos menstruales son con más dolor y abundante sangrado. Por eso prefirió venir con un experto antes de suspender el método DIU.―Adelante, señora King.―Gracias.―Estuve leyendo su expediente médico. En él se menciona que tuvo un aborto hace dos años.Astrid sintió que su cuerpo se enfriaba. Tan solo la palabra aborto, le causaba terror. Solo Dios sabe las veces que se ha arrepentido de tal acción,
Era para tu madre…Las palabras de la anciana resonaron en los oídos de Astrid y también en el de todos los presentes.Muchos fruncieron el ceño sin entender a qué se refería la mayor de los King, se suponía que Astrid era una niña huérfana, sin familia, que había sido adoptada por la abuela en un acto de caridad.―Abuela… ¿Qué dijiste? ¿Dijiste mi madre? ― el corazón de Astrid latía a toda velocidad, era la primera vez que podía tener una respuesta de su pasado. Tendría respuestas sobre quien era y si Dios era bueno con ella, tal vez podía conocer a esa madre.La anciana suspiró, como si ya no fuera posible seguir evitando este tema, tomo las manos de Astrid y los entrelazos entre las de ella. Y la miro con una mezcla de tristeza y a la vez felicidad.―Es momento de que lo sepas mi niña. Finalmente, te diré quién eres en realidad.Todos los presentes en la sala se conmocionaron, cuando la anciana dijo quién eres en realidad, tenían la leve impresión de que se trataría de algo importa
SALA DE TRIBUNAL.Un lugar arraigado a las normas y costumbres, su jerarquía tan bonita y claramente delineada. Los medios de comunicación se llenaron a rebosar en las antecámaras del exterior. La propia solo estaba repleta de gente, la mayoría de pie.El acusado parecía totalmente impasible, mientras avanzaba hacia su asiento, pero en el momento en que vio a James en la fila detrás de la mesa del fiscal, su expresión se oscureció como una bestia enojada.El fiscal encargado del caso era Marcos Brien, llevaba un traje azul sencillo y bien confeccionado, con una corbata a rayas de un verde apagado. Su grueso cabello sobre las orejas estaba plateado y se entrelazaba con un suave marrón. El hombre tenía algunos cuarenta y ocho años y era uno de los fiscales más exitosos de la historia de Londres.El hombre levantó la vista de sus notas informativas y miro hacia la mesa del acusado, luego se centró en el juez Primont.Un hombre alto y corpulento, con un cuello ancho y cabello negro. Su ro
Él se apoyó en su hombro.Cuando entraron a la habitación, James se acostó con dificultad y pregunto ― ¿Qué paso con Brad? ¿Dónde están los demás?―Ha sido arrestado, no tienes que preocuparte.―Llamare a White, no dejaré que su sucio dinero compre la justicia.― ¿Cuándo dejarás de ser voluntarioso? Deja que White se encargue. ¡Bloqueé el arma por mí! ¿Sabes que pudo matarte? Si la bala se hubiera desviado un poco más…Ella se cubrió el rostro con las manos ocultando sus lágrimas ― No sé qué hubiera hecho James. Creo que hubiera agarrado esa misma arma y me hubiera ido contigo.Él le hizo un gesto para que se sentara en el borde de la cama para abrazarla, pero ella se negó ―No, no puedes hacer esfuerzos…―Estaré bien, acércate quiero abrazarte.Astrid se negó ― Por favor descansa, no me des más preocupaciones, ¿de acuerdo? Todo… ― suspiro levemente ― Todo ha sido demasiado. Susi, Susi no está y yo… yo tengo que encargarme de su sepultura. No tienes idea de lo que eso significa para mi
Miles de momentos juntas en el pasado volvieron a la mente de Astrid y solo hacían que la pérdida fuera más dolorosa.James dio un paso adelante para agarrar a Astrid, la abrazó por detrás y la llevo a su pecho ― Astrid, ven…Quizás fue por la impresión o tal vez fue que su corazón se conmovió. Brad siguió mirando al cuerpo inerte de Susi, y no se percató de que Astrid era tomado por James.― ¡Déjame! ¡No lo creo, no creo que se haya ido! ― Astrid se liberó de sus grilletes con fuerza, se dio la vuelta para enfrentar a James y agarró su mano ― ¡La ambulancia! ¿Por qué la ambulancia a la que llamaste aún no ha venido? ¡Tienen que salvarla!―No hay nada que hacer, está muerta …― ¡No es cierto, ella está bien! ¡Ella estaba hablando conmigo hace un momento! ― Astrid no entraba en razón, lo agarró del brazo y lo miró con dolor en sus ojos.James sacudió levemente la cabeza y sus ojos tristes la miraron.En ese momento, Brad pareció volver a la realidad, sus ojos ahora estaban llenos de ve
Con una mirada de pánico, Astrid estaba asustada, sus pupilas se dilataron. Ella dijo nerviosa ― Brad, ¿Qué quieres hacer? ¡Baja el arma!― ¿Bajarlo? ¿Crees que te dejaré ir tan fácilmente? ― Dijo feroz y los miro con profunda hostilidad ― Nadie va a salir de aquí. Y aprovechemos que estamos todas las partes, ¡No voy a rescindir el contrato, nunca la dejaré volver a tu lado! Ella es mi mejor creación. ¡No estoy dispuesto a dártelo así tan fácil!― ¡No soy un maldito objeto! ― mordiéndose los labios, Astrid señalo a Brad ― ¡Soy un ser humano! Tengo mis propios pensamientos. Te he dado suficiente dinero. Ya no voy a estar a tu disposición. ¡Te lo ruego… déjame ir!― ¡No! ¿Qué te dejé ir? ¡Nunca, nunca Astrid! ― Brad había perdido la razón, sonrió y miro lascivamente el cuerpo de Astrid ― Además, todavía no te he probado, es algo que me debes. Así que camina hacia aquí, ¡Ahora! ― ordeno mientras la apuntaba con el arma.James la abrazo con fuerza ― ¡De ninguna manera! ― luego se paró del
Asustada y ansiosa, Astrid negó violentamente y grito ― ¡Si me tocas, James no te perdonará!Fuera de la puerta, Susi grito ― ¡Brad! ¡Suéltala! Si te atreves a lastimarla, ¡Te dejaré! ¿Entiendes? ¡Me iré también!Al escuchar esto, Brad, que se inclinaba, se detuvo. Su cuerpo se congeló y sus ojos se estrecharon levemente.Mirando hacia la puerta, Astrid grito ― Brad, ¿realmente quieres que todos te abandonen? Solo la tienes a ella, ¡y la vas a perder!En realidad, ninguno de los dos esperaba que Susi dijera algo así.Susi, al no escuchar movimiento, se asustó y grito ansiosa ― ¡Brad, te lo ruego, no le hagas daño! ¡Déjala ir! No me importa qué tipo de persona eres, siempre estaré contigo, pero si la lastimas, te abandonaré. Si quieres que te deje para siempre, solo hazlo.Brad, que escuchaba sus palabras, frunció las cejas y miro a Astrid que estaba debajo de su cuerpo. Las lágrimas resbalaban por las esquinas de sus ojos. Ella lo miro con miedo.Le gustaba, le satisfacía crear eso en
Susi negó con la cabeza violentamente ― ¡No puedes hacer eso! ¡Perdiste la cabeza! ¡La secuestrando!Él se rio despreocupado ―Susi, ¿qué te pasa? Esto no es un crimen, traer a un amigo a casa, ¿cómo puede ser un secuestro? Mejor cállate y prepara mi habitación, si no vas a cooperar, mejor quítate y no interfieras.Él dijo con frialdad.Al ver la frialdad en sus ojos, el corazón de Susi salto, miró a Astrid con preocupación y dijo muy nerviosa ― ¿No puedes dejarla ir?― ¡Ya te dije que si no vas a cooperar no interfieras!Susi se mordió el labio con fuerza, respiró hondo, cerró los ojos y finalmente se alejó.Andrés salió con el auto, miro alrededor, pero no había nadie. Llamó a Astrid, nadie respondió, entonces empezó a preocuparse, no era habitual que ella apagar su celular y que desapareciera. Decidió llamar a James.Cuando James se enteró de esto, estaba furioso, sin saber a dónde había ido, pensó que se había escondido como la última vez, pero un presentimiento se instaló en su co