Namar se dirigió a sus aposentos nuevamente, después de entrenar con Kerim. Cuando caminaba a través de los pasillos, sintió que su cuerpo se volvía cada vez más pesado, hasta el punto de caer inconsciente. Una de las criadas acudió en su ayuda.- ¡Princesa Namar! ¡Ayuda! - Gritó, al no tener la fuerza suficiente para levantarlaKerim oyó su llamado y acudió hasta el lugar.- Namar… - dijo con preocupación. Tomándola en sus brazos - Llama a la curandera - ordenó.Kerim la llevó hasta su cama y la joven criada llamó a una de las curanderas para que la examinara. Al llegar esta, Kerim salió de la habitación, para que la joven loba pudiese hacer su trabajo con tranquilidad. Transcurrió un largo período de tiempo en que la curandera logró examinarla, muy preocupada. Para cuando Namar despertó, se encontraba sola con ella. - Princesa Namar - la preocupación se dibujaba en el rostro de la joven loba.- ¿Qué ocurrió? - dijo Namar, incorporándose con dificultad.- Princesa, con cuidado - dij
La joven vertió el licor en la copa del joven lobo, para luego tomar otra copa de la mesa y verter también hidromiel en ella. No era necesario beber el contenido, solo fingir que lo hacía. El joven e inexperto lobo, que había pasado su corta vida en servicio a su Alfa, no conocía aun las artes que Namar podía ofrecerle. Por esta razón, al ver que se producía un inesperado acercamiento entre ellos, el nerviosismo lo consumió. Chocaron copas, Namar le dedicó una sonrisa, mientras Kerim intentaba mostrarse tranquilo y en control de la situación. El joven lobo bebió de golpe la copa, fingiendo despreocupación.- Princesa Namar, debo preguntar… ¿Cuáles son tus planes para esta noche? - preguntó Kerim, directamente, con su más convincente rostro de despreocupación. La joven supo inmediatamente a qué se refería y esbozó una sonrisa.- ¿Qué es lo que esperarías tú de esta noche, Beta Kerim, para llamarla una cena exitosa?- A decir verdad, estoy muy satisfecho con esta velada. Creo que, en e
Capítulo 39Aquella noche, el joven Kerim conoció los placeres en compañía de Namar. El joven e inexperto lobo se entregó al fuego, ignorando por completo los planes de la joven loba, quien no le dio descanso en toda la noche, para que no hubiese ni un ápice de duda en él, al momento de revelarle su embarazo. En aquel enrevesado plan se encontraba en juego la vida de su hijo, por lo que Namar no dudó ni un solo segundo en entregarse por completo al joven Beta, sin negarle absolutamente nada, permitiendo que Kerim volcara todo su deseo reprimido en una sola noche.A la mañana siguiente, Kerim despertó con Namar durmiendo en sus brazos. La observó detenidamente, ya no había vuelta atrás para él: después de aquella noche, sus destinos se habían enlazado. Había dormido con la hija de su Alfa. Por un momento temió por su vida y se culpó por dejarse llevar, sin embargo, el fuego encendido en su interior, era el que realmente prevaleció en sus sentimientos. La amaba y no permitiría que nada
La desesperación y la algarabía llenaron los pasillos del palacio Alfa de la manada Luna Sangrienta. Su Alfa había sido gravemente envenenado. Los curanderos de palacio llegaron al salón, cargados de sus bolsos con remedios y aparatos. Namar y los presentes fueron despedidos del lugar. Kerim llegó rápidamente junto a ella. La abrazó, intentando calmar su desesperación. La joven reunió fortaleza en su interior, para pensar en lo que debía hacer: Como única hija del Alfa de la manada, estaba en su deber, encontrar al responsable de aquel suceso.Antes de que los criados que allí se encontraban, se dispersaran, gritó con gran autoridad.- ¡Detengan a todos los criados encargados de servir la mesa y preparar los alimentos! - ¿Namar? - Se atrevió a decir el joven Beta. - Nuestro Alfa fue envenenado. Tenemos un traidor en palacio. La algarabía se congeló, dando paso a un inmenso silencio y temor en el ambiente. - ¡¿Qué esperan?! - Ordenó Beta Kerim - Vuestra princesa ha hablado. ¡Guard
- Por favor, informen a Alfa Caleb que he regresado - Astrid, a dos días del equinoccio de primavera, se presentó nuevamente en el palacio de la manada Luna Cristal.Cuando la joven loba partió en su misión, recopilando información sobre la verdadera identidad del padre de Alfa Caleb. Su plan de partir de manera silenciosa, como era de esperarse, fue un completo fracaso. Cuando los guardias la vieron partir, en silencio y sin una escolta, ni un destino claro, pensaron que la joven loba se encontraba en rebeldía e intentando huir, por lo que la intentaron retener. - Alto ahí, Astrid… ¿Dónde crees que vas?- Tengo asuntos importantes que no son de vuestra incumbencia. Nuestro Alfa me ha enviado.- ¿Dónde está tu escolta?- No tengo escolta.- Pues… ¿A dónde te diriges?- No es vuestro asunto.- ¿Quieres que creamos que nuestro Alfa te ha enviado, sin escolta, a una misión secreta? ¿Acaso crees que somos idiotas?- Prefiero no responder a tu pregunta… - dijo Astrid, con superioridad - S
- Alfa Caleb- AstridLa joven se presentó en los aposentos de Alfa Caleb. Cuando sus ojos se encontraron con los de Emir, su corazón se encendió y también el del joven Beta. - Sabía que volverías, Astrid - Dijo Alfa Caleb. La joven intentó despegar la mirada del joven Beta, sin éxito, sintiéndose como una lobezna tonta e inexperta. - Sí Alfa… - se limitó a decir. - Astrid - Dijo Emir, sin poderlo evitar. Luego miró hacia el suelo - Yo… saldré un momento. Esperaré afuera - Volvió a mirar fijamente a Astrid y luego salió. Alfa Caleb observó el extraño momento con curiosidad. - Curioso… - comentó el joven Alfa - Bien… vamos a lo importante ¿Encontraste a Vera?- Ella falleció hace poco tiempo, Alfa.Los ojos de Alfa se entristecieron con gran frustración. Sentía que para ese momento, todas sus esperanzas de saber si Namar y él compartían lazos de sangre, se extinguían por completo. - En efecto, llegué hasta donde ella vivía. Era una pequeña cabaña cerca de las montañas frías, tal
- ¡Mátenla ahora! – Dijo el Alfa - Pero, Alfa, es su hija - ¡Ese demonio jamás será mi hija! No quiero ver su rostro… ¡Llévensela y mátenla ya! Tírenla al río. Su nombre era Namar. En aquel tiempo las cosas no eran como lo son ahora. Ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, el Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. La partera, con la cachorra en brazos, no fue capaz de acatar tan terrible orden, por lo que buscó entre los rincones de palacio, a una esclava y le e
El encargado se dirigió hasta la celda donde dormía Namar, muy preocupado. - Namar… - dijo muy serio – ¿Qué has hecho? - ¿De qué hablas? Yo no he hecho nada – intentó mentir - Has cometido el peor error de todos… te has dejado ver por el Alfa. - Debía ver a madre Tabita… ese Alfa es un despiadado animal. - Ese Alfa es tu padre, Namar… ¿No comprendes aun la gravedad de la situación, verdad? Alfa Drago ha ordenado que preparemos a la nueva esclava para servirlo en sus aposentos… él desea acostarse contigo. - ¿Qué? Pero Argos, yo no puedo acostarme con él… ¡Él es mi padre! - Pero eso, nuestro Alfa no lo sabe. Le has dicho que has llegado en el último barco de esclavos… él ni siquiera sospecha que tu sigues con vida, Namar.- Por la diosa ¿Qué haré? - Ay, pequeña… mejor hubiese sido tu muerte. Terminar como la concubina de tu propio padre… - No, Argos… no lo haré.Namar habló decidida, caminó fuera de las mazmorras, pero los guardias la detuvieron. - Alfa Drago ha ordenado que v