Ella vive en el inframundo, rodeada de muerte y almas en pena, pero siempre ha creído que la muerte no es el fin, sino el comienzo de algo hermoso. Hades, Dios del inframundo y rey de los muertos, posa sus ojos sobre aquella ninfa que es capaz de ver la hermosura del infierno.
Leer másSuelto a Perséfone de la muñeca con brusquedad y doy dos pasos atrás, dándole su espacio. Ella todavía sigue tendida en el suelo sollozando, pero sin dejar de mirarme con desprecio... una mirada muy normal en ella cuando me observa, algo a lo que me he acostumbrado con el tiempo.—Deberías considerarte afortunado de que me he quedado a tu lado todos estos años.Sus palabras me causan tanta gracia, que no puedo evitar reírme con fuerza, trato de calmarme un poco, pero todavía se me escapan algunas pequeñas risas. Perséfone de verdad tiene un sentido del humor bastante grande.—¿Agradecerte? Claro que no, te quedaste por arrogante y orgullo, nada más.Ella curva los labios y se levanta del suelo, sobándose la muñeca. Me mira de forma retadora, pero he decidido pasar de su absurdo juego de poderes, sería ridículo sobajarme a su nivel y estoy seguro de que Minte me diría lo mismo.—De no ser por mí, no tendrías la familia que tienes ahora y ¿Así es como me lo agradeces? Viniendo a ver a e
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi, pero... ¿cuándo ha transcurrido realmente? ¿dos siglos? ¿tres? O quizás cinco... no estoy seguro, he perdido la cuenta y decidido dejar que el tiempo pase, reamente ya no me importa nada, sólo quiero seguir sumergido en mis pensamientos, recordándola eternamente.—Mi señor, tenemos...Las palabras de mi consejero pasan completamente desapercibidas para mí, pese a que lo estoy mirando de forma fija, sólo veo como sus labios se mueven, pero no emiten sonido alguno. Un resoplo se me escapa, he decidido que tengo suficiente por hoy, así que me levanto de mi trono de ébano y me encamino hacia mi habitación, dejando al consejero hablando solo.En el camino, las imágenes de mi hermosa mujer pasan delante de mí, como fantasmas que me atormentan día y noche, escucho su risa al final del pasillo, puedo ver como su imagen se esconde detrás de una puerta tratando de asustarme. Una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar cómo me toma
Caída la noche, salgo a paso apresurado de la cabaña y me cuesto en el cielo, listo para ver como aparecen las constelaciones, una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al ver como Crío, el titán de las constelaciones, deja salir la constelación de mi madre, que la hizo a partir de su alma. El titán se sintió tan conmovido por todo lo que ella sufrió, que decidió darle un lugar en el cielo. Ahora ella me mira desde arriba, espero este sonriéndome.—Vaya... no pensé que fueras a estar aquí.La voz de Ares me saca de mi trance, todavía estando en el suelo volteo a verlo con indiferencia, hacia siglos que no lo veía. Regreso la vista al cielo y un suspiro se me escapa, he decidido ignorar su presencia.—El lugar en donde veo el cielo está ocupado por turistas y mientras buscaba otro lugar, vi este sitio, creí que estaba abandonado.No le contesto y sigo observando la constelación de mi madre, ella se encuentra acostada mirando, de forma irónica, el cielo. Ares se sienta a unos metros de m
—Los primeros pasos de Calix— Baja la mirada y sus ojos me siguen, luego un ligero suspiro se le escapa, una sonrisa nerviosa se dibuja en sus labios. —Dioses... ¿Qué he hecho? — Dice con nerviosismo mientras se pasa una de sus manos por su cabello. —Espero no arrepentirme de esto... — La imagen se vuelve borrosa, pero todavía se escucha su voz. —¡Calix, cielo! Regresa con mamá.Se escucha como corre por el lugar, algo cae al suelo y luego... silencio absoluto, el recuerdo ha acabado. Sonrío de tan solo pensar que ha guardado eso en su dije, con esto en mente, estoy más que decidido a irme y buscar la tranquilidad que mi pobre madre no tuvo.—En fin... nos vemos Hades, gracias por nada.Salto del balcón y aterrizo en el suelo, silbo con fuerza y mi lobo corre hacia mí para luego detenerse enfrente de mí, se agacha y me subo a su lomo, acaricio con ternura su cabeza, tomo con fuerza su pelaje.—Vámonos amigo, aquí no hay nada para nosotros...Mi fiel amigo suelta un chillido sordo y se
Alguien carraspea la garganta a mis espaldas, miro por encima de mi hombro y regreso la vista a Apolo, que se ha quedado callado, pero sigue teniendo una expresión de enojo, se cruza de brazos y curva los labios.—Calix, esto no va a funcionar.Una risa sarcástica se me escapa, Apolo grita a todo pulmón, iracundo por lo que acaba de decir, su grito ha sido tan fuerte que ha hecho temblar un poco el lugar, me levanto de mi sitio y me giro para verlo mejor.—Bien, para ser honesto, estaba empezando a preguntare ¿Cuándo por fin te animarías a hacerme lo mismo que a mi pobre madre? Y la verdad... me alegro que lo hayas hecho, ya no soportaba tener que verte la maldita cara.Me agacho y de debajo de mi cama, saco el mismo morral que usaba mi madre, en ella se encuentra algunas de mis ropas, abro el cajón de la mesita de noche y saco el collar de mi madre; ella me habló de él cuando era niño y me lo encontré por pura casualidad mientras paseaba por la orilla del río, me sentí tan feliz, per
Cuando entro al recinto, todos me miran sorprendidos, la música suena que antes sonaba por todo el lugar, ahora ha parado y todo está en completo silencio, incluso han dejado de hablar. Pongo los ojos en blanco y empiezo a caminar por el lugar, pero Hades me intercepta, sonriéndome de oreja a oreja. Me enferma ver al maldito rancio y más tenerlo cerca.—¡Hijo mío, me alegro de que hayas podido venir! — Pasa uno de sus brazos por mis hombros y me acerca a él de forma bonachona. —Ven hijo, ven... quiero que por fin conozcas a tus hermanos.Aparto al viejo de forma violenta y brusca, me acomodo la ropa y miro con desprecio al maldito desgraciado, él abre los ojos de par en par, no sé porque mierda le impresiona mi reacción, no es que nos llevemos de maravilla.—Mira, viejo rancio... no eres mi padre, tus lacras no son mis hermanos... es más, no tengo hermanos y si vine a esta ridícula y mierdosa fiesta, fue porque mi padre me comprometió a venir, no fue por voluntad propia.Me giro sobre
—No llores... tu vida ha sido todo un calvario y debo decir que... me has conmovido tanto que he decido inmortalizarte, todos los mortales conocerán tu historia y serás una figura de fuerza, de nunca darte por vencido sin importar las circunstancias, serás... una de las ninfas más inspiradoras en la historia, de eso estoy seguro.Una luz blanca se visualiza a la distancia, una enorme sonrisa se dibuja en mis labios ya que una sensación cálida me inunda, una vez más siento paz y tranquilidad, estoy llena de felicidad... por fin son libre de todo ese sufrimiento y tristeza que tanto me asolaba día y noche... por fin... soy libre. Esta libertad que me invade, es... es algo con lo que podía soñar, era algo inalcanzable para mí, pero ahora... ahora es parte de mi existencia, pero es verdad que no podré ser feliz en plenitud estando lejos de mi pequeño hijo, que ahora se ha quedado solo en el mundo.Espero reunirme pronto con mi hijo y que nadie nos vuelva a separar nunca más. Él ha sido mi
—No te atrevas a tocar a mi madre— Sisea de forma amenazadora.—Hijo.... no te atrevas a tocar a mi esposa— Le dice en el mismo tono su padre.Calix suelta una carcajada sarcástica, muy propia de Ares, se gira hacia su padre, ambos tensan el cuerpo. Tomo del brazo a mi hijo y tiro de él con suavidad, esperando a que se calme, pero eso no sucede e invoca una lanza junto con su armadura.—¿Qué hacen aquí? Te enojas porque le planto cara a tu maldita esposa, que viene solo a querernos joder la vida, mi madre no ha hecho nada más que vivir de forma tranquila alejada de todos ustedes, malditas escorias— Cada palabra que dice le cuesta trabajo por el coraje, además de que está apretando un poco los dientes. —Irrumpen en nuestro hogar y lo primero que hace tu maldita mujer es desearle la muerte a mi madre ¿¡Qué carajo le pasa?!—Es la verdad, tu madre no ha hecho más que hacerme la vida miserable y mientras ella siga viviendo, yo jamás podré ser feliz.—¿Estas loca? Hades sigue contigo, nunc
La voz de Hades interrumpe el momento, todos se hacen a un lado dejando que el rey del Inframundo se acerque a mí, para este punto... no quiero verlo, ni a él ni a Ares, no quiero seguir sufriendo ni ser el segundo hogar, quiero ser la primera, quiero ser la mujer amada y amar de la misma forma.—Gracias Hades, por... traerme de regreso a la vida y lamento que hayas roto tu regla de no revivir a nadie.—Haría lo que sea por ti Minte... y lo sabes.Sus palabras son dulces y amargas, siento que estoy volviendo al punto de partida, en donde sus promesas eran tan dulces y de ensueño, que me dejaba envolver por ellas. No quiero regresar a esa ilusión que solo me hace daño, mi corazón ya no soportaría más sufrimiento y quiero que en esta segunda oportunidad se me ha dado, ser realmente feliz y plena, no sólo fingirlo.Bajo la mirada, entristecida y apenada, ya que he notado que en su dedo todavía lleva su anillo de casado; así que... en todo este tiempo ha seguido casado con Perséfone, nunc