Ella vive en el inframundo, rodeada de muerte y almas en pena, pero siempre ha creído que la muerte no es el fin, sino el comienzo de algo hermoso. Hades, Dios del inframundo y rey de los muertos, posa sus ojos sobre aquella ninfa que es capaz de ver la hermosura del infierno.
Leer más—Es verdad… mi hijo es algo rebelde——¿Algo? — Pregunto con sarcasmo. —Tú sabes que cuando estas cerca, es un niño desobediente y le gusta mucho explorar—Se encoje de hombros y se ríe.—¿Qué te puedo decir? Es mi hijo, Minte… tenía que sacar algo de mí—Antes de que caiga la noche, llegamos a un lugar ideal para Ares, nos costó mucho trabajo hacer que el señor por fin se decidiera, ya que los lugares que vimos, no les gustó nada.—Bueno, voy a montar las carpas, ven hijo, ayúdame—Calix emocionado empieza a ayudar a su padre, yo me siento en el suelo y veo como ambos se ponen a montar todo. Ares le explica cómo debe hacerlo y él obedece a su padre y sigue su ejemplo lo mejor que puede.Ya con todo listo, nos acomodamos para dormir, ha sido un viaje bastante agotador.A la mañana siguiente nos levantamos y Ares sale a cazar junto con el niño, mientras ellos se van, yo junto varias ramas y piedras para hacer la fogata.Mientras camino, no puedo evitar pensar que hoy debo ver a Hades, pe
—Ares— Digo en un tono algo molesta.—Tranquila Minte, su madre murió y traje al cachorro para que no muera...—Arqueo una ceja y salgo poco a poco de la habitación, él se acerca a mí, posando sus manos sobre mi cintura y depositando un pequeño beso en mis labios.—Ve afuera a jugar con tu perro Calix... tu madre y yo tenemos que hablar——¿Oh? — Le digo de forma dubitativa. —¿Tenemos que hablar? — Pregunto en un tono que solo él escucha.—Claro que si… tenemos mucho que hablar… bueno… quizás hablar no sería la palabra adecuada—Me sonríe de forma picarona.Escuchamos como Calix se aleja de la cabaña, Ares me levanta haciendo que rodee su cintura con mis piernas y nos metemos al cuarto. Luego de un rato, el niño regresa y él se levanta para atenderlo.—Si quieres yo voy, me imagino que estas muy cansado——Más que tú ahora mismo no— Se acerca a mí y me besa. —Descansa…—Veo como se enrolla una túnica sobre su cintura, la amarra con un cinto negro y sale de la habitación, al otro lado de
—Hades… eres mi perdición, pero al mismo tiempo mi salvación…—Un suspiro de tristeza se me escapa, pongo mis manos sobre mi rostro y trato de tranquilizarme.—Vamos Minte… ya han pasado siete años desde que te dejo, ya debiste de haberlo superado… ya… debiste olvidarlo—Froto con fuerza mi cara y aprieto con fuerza los puños.Sé que estos futuros encuentros no llegaran a nada, se nota que el ADORA a Perséfone y que… se ha olvidado de mí al punto de que no quiere hablar de mi existencia, pero… quiero tener esta tonta fe de que… quizás… algún día él vuelva a amarme… aunque sea un poco.La mitad de mes pasa bastante rápido, pero luego siento como si mis deberes se hubieran vuelto toda una tortura, me cuesta mucho concentrarme a la hora de tocar para los dioses ya que por mi mente pasan las imágenes de Hades durmiendo y mi corazón sólo quiere tocar para él, las clases de Apolo de canto se me hacen muy confusas y las tardes de té con Hera se han vuelto un caos ya que no tengo ánimos de ir
Ares suelta un fuerte gruñido y empieza a embestirme con fuerza y rapidez.Hace que pase mis brazos alrededor de su cuello y me levanta de la cama, mis uñas se entierran en su piel con fuerza, por más que trato de ahogar un poco mis gemidos, me es imposible, me toma con fuerza de las caderas y hace que baje mi cuerpo con fuerza, haciendo que llegue a un punto muy placentero de mi cuerpo.—Minte… Minte— Susurra mi nombre cerca de mi oído, provocándome cosquillas.—Ares…ya casi… Ares— Susurro de la misma forma.Al decirle esto, se levanta de la cama conmigo entre sus brazos y me lleva hasta un sillón estilo imperial, en donde no tiene respaldo, sólo descansa brazos. Me acuesta ahí y planta bien sus pies sobre el suelo para empezar a embestirme con aún más fuerza, el mueble se mueve adelante y atrás de forma muy brusca, las patas de madera se arrastran por el suelo, pero el sonido queda bastante opacado por nuestros gritos y gemidos de placer.Puedo sentir como su miembro palpita dentro
Asiento levemente con la cabeza y corro hasta la habitación en donde me quedo, sin pensarlo dos veces, empaco mis cosas apresurada. Una vez que tengo todo, corro de regreso a la sala del trono, ansiosa por volver con mi pequeño, pero al mismo tiempo triste.—Todo listo Diosa Hera—Ella me dedica una enorme sonrisa y asiente feliz con la cabeza, antes de irnos, me giro hacia Hades.—Si me hubiera pedido que me quede, lo hubiera hecho sin dudarlo… sólo tenía que preguntar—Sin esperar su respuesta, Hera abre un portal y me lleva con ella, lo último que alcanzo a ver es el rostro pálido de Hades con los ojos abiertos como platos.Cuando llegamos al Olimpo, tomo una enorme bocanada de aire y me quito la capucha, miro el cielo y puedo ver las hermosas estrellas, una enorme sonrisa se dibuja en los labios y un enorme suspiro se me escapa.—Ve a casa Minte, Calix te espera muy ansioso—Volteo a verla y asiento con la cabeza. Me encamino a casa apresurada, emocionada y entusiasmada de por fin
—Ya veo, por una muy buena razón es porque están recluidas me imagino— Se rasca levemente la barbilla. —No entiendo del todo por qué deben estar recluidas o por qué son así y me gustaría que me lo dijeras algún día——Quizás——Por cierto… has mencionado que eres parte del sequito de mi hermana——Así es—— ¿Conoces a una...? — Se calla abruptamente.Mira a su alrededor como si se cerciorara de que nadie le escucha, camina unos pasos para luego detenerse y volver a mirar a su alrededor.— ¿Conoces a otra ninfa? Digo… no a cualquier ninfa, me refiero a una en específico——Si me dijera el nombre… tal vez pueda contestar su pregunta— Rio quedamente al ver su nerviosismo juvenil.—Se llama Minte y también forma parte del sequito de mi hermana—Al oir esto, me dan unas ganas terribles de reírme en su cara y de decirle que soy yo, pero no puedo.—No, no la conozco— Me muerdo la lengua por tal mentira. —Hay muchas ninfas en el sequito de mi señora, que no conozco a todas, sólo a unas cuantas——
Hago una breve reverencia y salgo de la habitación para luego dirigirme a la salida del Inframundo.Camino por los largos pasillos del castillo, refunfuñando por su forma de tratarme.—Uno que sólo quiere ayudar y lo tratan como basura… esto es absurdo, Hades antes no era así, pero desde que se casó con esa bruja… es de lo peor, es insoportable, no lo tolero, me largo de este horrible lugar, en definitiva, es Inframundo es un lugar horrendo y aborrecible, en especial sus gobernantes, que son de lo peor…—Me pongo a despotricar en mis pensamientos y sacando todo el coraje que tengo dentro, cuando reacciono, ya me encuentro en las afueras del castillo.—Y yo que pensaba que podía quedarme ayudar y estaba emocionada… pero ahora, me pongo a dudar si fue buena idea volver— Murmuro para mí misma son prestar mucha atención a mi alrededor.Llego hasta donde está el viejo y me mira con el ceño levemente fruncido, le explico lo sucedido y puedo escuchar como resopla con enojo y frustración mient
—La tenia amarrada a mi cintura con un cordel de oro—Una vez que termino de afinarla, regreso la vista al rey, que sigue parado mirando hacia su ventana, un pequeño suspiro se le escapa para luego mirarme por encima de su hombro.—Iré a cambiarme… regreso en un momento—Miro brevemente por encima de mi hombro y veo como Hades desaparece detrás de una puerta, regreso la vista al frente y miro con mayor atención a su habitación, que es pequeña y bastante humilde, a comparación de la que compartíamos hace años, que era muy grande y lujosa, con una hermosa alfombra en medio de la habitación, una cama enorme con preciosas sábanas blancas y rojas… en fin… muy diferente a lo que estoy viendo ahora.Una vez que sale del baño se acerca a la cama arrastrando los pies para luego tumbarse en ella.—Espero puedas hacer algo… estoy demasiado cansado, pero no puedo dormir… de verdad tengo unas ganas terribles de poder por fin pegar el ojo, aunque sea un rato—Ya acomodado, me pongo a tocar mi lira
—Y-Yo… B-Bueno… debo decir que me sorprende eso… yo…— Quedo estupefacta por esto. — ¿Qué te puedo decir? La verdad es que se me hace de mal gusto que diga esas cosas——En fin… te llevaré al otro lado para que no sospechen y ten mucho cuidado por favor pequeña ninfa, las cosas en el Hades ya no son como antes y las pocas buenas personas que conociste… han cambiado mucho—Con la advertencia de Caronte en mente, nos encaminamos al palacio de Hades, al menos yo, ya que me dejo en la orilla y se fue.Sigo con mi camino, viendo siempre por encima de mi hombro y con miedo constante de que algo me ataque; Que diferente se siente a como lo recuerdo, antes podía andar sin problemas por este lugar, pero ahora… tengo miedo a cada paso que doy, es como si una bestia me esperara en cada esquina o debajo de cada piedra, es horrible.Cuando por fin llego al palacio de Hades, un guardia me intercepta, pero enseguida le digo que vengo de parte de Zeus y le muestro el pergamino que me entregó, al ver qu