Pone una de sus manos sobre mi espalda baja y la otra sobre su mejilla, para luego depositar un beso apasionado en mis labios, sus manos acarician mi espalda con suavidad.Separo un poco mis labios y lo miro directo a los ojos.—Hades… tenemos que irnos—Su rostro está levemente ruborizado, sus ojos se posan sobre mis labios y sin hacerse esperar me vuelve a besar. Puedo sentir como el calor de nuestros cuerpos aumenta de golpe, sus labios poco a poco se empiezan a deslizar por mi cuello de forma apasionada.—Hades…— Susurro su nombre llena de placer.—Minte… mi amada Minte… y-yo… nunca he estado con una mujer… a diferencia de mis hermanos, yo soy inexperto en estos asuntos, de verdad quiero estar contigo, pero tengo miedo de echarlo a perder—Tomo su rostro con ambas manos y beso suavemente sus labios.—Entonces… descubramos juntos ese nuevo mundo—Me levanta del suelo haciendo que rodee su cintura con mis piernas, besa mi cuello con suavidad deslizando con delicadeza la fíbula dejan
—Tío Hades, no te enojes… simplemente vengo a traer un mensaje de mi padre Zeus—— ¿Qué quiere el molesto de mi hermano? A diferencia de él yo tengo cosas que hacer y estoy demasiado ocupado como para tener que atender a sus estúpidos mensajes——Entiendo señor del inframundo, pero dice que espera a que en esta ocasión asista a la fiesta ya que es el cumpleaños de su hija Perséfone——Sí, si… dile que iré y que no me vuelva a molestar con estupideces como esta——Muy bien tío, le daré tu mensaje de inmediato—Hermes me mira sorprendido y luego me dedica una pequeña sonrisa, al oir el gruñido de Hades, se retira enseguida, desapareciendo en una suave brisa tal y como llego.—Parece que tienes que asistir a otra fiesta— Rio de forma disimulada.Me acerco a él y pongo una de mis manos sobre su hombro, apretándola suavemente.—Retírense—Sus consejeros se van a paso apresurado, si bien es cierto que Hades es un hombre paciente y amable, cuando se enoja es todo lo contrario, muy contadas vece
—Bueno…— Se queda callado por un rato. —Es que… bueno Hera…—El dios de los cielos no sabe que contestarle a su hermano mayor, miro de reojo a Hades y esté no le quita la vista de encima a su hermano menor, que se limita a rascarse la nuca de forma nerviosa. Tomo de la mano a mi amado y él regresa a tener esa expresión suave y tierna que lo caracteriza estando conmigo.—Por cierto hermano, te presento a Minte, mi mujer—Al salir de semejante situación incómoda, Zeus me voltea a ver y me da un apretón de manos.—No sabía que estabas casado con una ninfa——No estamos casados, vivimos juntos— Le contesto de forma amable.Zeus guarda silencio, ahorrándose sus comentarios por nuestra situación, luego nos invita a disfrutar de la fiesta, del vino y la comida. Mientras buscamos una mesa, él recorre la vista a los invitados— ¿A quién buscas, cariño? ——A mi hermana Hera y como era de esperar… ella no está aquí, eso quiere decir que no estaba de acuerdo con la fiesta de la hija de Zeus, es un
Luego de un rato el dios que fue a buscar a la festejada llega acompañado de una mujer de cabello negro, largo hasta la espalda baja, algunas flores adornan sus cabellos, su túnica es de un color amarillo cálido con bordados de flores en las orillas, su piel bronceada le da un toque exótico a la mujer.Miro de reojo a mi amor y veo que tiene los ojos abiertos de par en par, ladeo levemente la cabeza y le tomo de la mano sacudiéndolo levemente, parpadea varias veces y me voltea a ver confundido.— ¿Estas bien? ¿Quieres volver al inframundo ya? — Pregunto preocupada.—No, estoy bien—Me suelta la mano de forma brusca y se aleja de mí, lo miro extrañada mientras veo cómo se va acercando poco a poco a sus otros hermanos, los suficientemente cerca para ver mejor a los tres.—Por cierto ninfa, no me dijiste tu nombre——Me llamo Minte— Contesto un poco apenada por no haberme presentado antes. —Un gusto Diosa Hera—Ella me toma de la mano y me lleva lejos de ese alboroto.—Descuida, mis estúp
Me siento en la orilla de la cama y miro al suelo por un largo rato, esperando a que él aparezca... pero nada, decido esperar un rato más por si tiene muchos pendientes, pero nada, él nunca aparece.El nuevo día llega y me levanto de la cama, me siento tan fatigada y cansada, pero eso me pasa por no dormir nada en toda la noche. Decido ir a verlo a la sala del trono, para preguntarle porque no fue al cuarto a descansar.Una vez que llego abro la puerta y asomo la cabeza, al verlo ahí sentado perdido en sus pensamientos me alivia, al menos sé que está bien, ahora lo que me preocupa es que no llego al cuarto a dormir y me gustaría saber porque.—Hola cariño— Saludo de forma tímida mientras entro a la sala del trono. — ¿Por qué no llegaste al cuarto a dormir? Te estuve esperando——Fui a dormir pero a otro cuarto, no quería molestarte creí que estabas dormida——Sabes que no me molesta que llegues tarde cielo, de hecho siempre lo haces y nunca me he enojado—Me acerco al trono y pongo una
Me acomodo en la cama y me duermo, debo mantenerme positiva de que ahora si podré darle un hijo a mi querido Hades.Pasan dos días desde que él vino a verme, quiero pasar a verlo a la sala del trono pero… estoy segura de que me echara como las últimas veces, así que mejor lo dejo tranquilo y me voy al río.Pasa una semana y por fin puedo dar la noticia a mi querido Hades de que por fin estoy en cinta, espero que esto lo ponga feliz y arregle las cosas entre nosotros.Camino emocionada por los pasillos del castillo, imaginando en como seria nuestra pequeña criatura o si será un niño o niña, a quien se parecerá más, un sinfín de preguntas rondan por mi cabeza y después de mucho tiempo estoy emocionada.Llego hasta la sala del trono pero me detengo en seco al oir una discusión al otro lado de la puerta, pego un poco mi oído y escucho la voz de Hades.—Zeus, lo he pensado por bastante tiempo y por fin me he decidido—— ¿Te casarás con esa ninfa que llevaste a la fiesta? —Al oir eso mi co
—Dioses, Hades ¿Qué te paso? —Pongo mi mano sobre su mejilla y le curo la herida al instante.—Nada Minte, es un simple arañazo, nada de qué preocuparse—Quita mi mano de su mejilla y se va, sin darle importancia que lleve mi morral colgando sobre mi espalda, me muerdo el labio con fuerza y esto me ayuda a seguir con mi decisión de irme del palacio.Camino por los pasillos y para mi mala suerte me topo con Perséfone, que me mira con desagrado y asco.—Oye ninfa, ¿A dónde ha ido Hades? Me quiero largar de este lugar cuanto antes——No sabría decirle diosa Perséfone, sólo vi que caminaba por los pasillos, pero le perdí de vista cuando dio una vuelta——Pff… menudo idiota… no entiendo para que me trajo a este asqueroso lugar, espero mi madre me encuentre pronto—La forma en la que habla y actúa es como la de una niña mimada, tal y como la describió la Diosa Hera. No me gusta la forma en la que se expresa de Hades ni de mi hogar, pero yo no soy nadie para ir en contra de una diosa.—Bueno,
—Tranquila Minte, no te pasará nada malo—Asiento con la cabeza y caminamos por el enorme pasillo, luego nos detenemos en una enorme puerta de oro, Hermes toca a la puerta y estas se abren de par en par, ambos entramos a la enorme habitación.No puedo evitar sorprenderme por el enorme espacio lleno de comodidades, enormes sillones de color rosado claro, cojines peludos sobre ellas a juego y unas mantas se posan sobre los respaldos de color blanco y en medio de la sala hay una enorme alfombra que tiene bordado en el centro un ave extendiendo sus plumas.Llegamos hasta un jardín llenos de hermosas flores, a lo lejos se ve a la Diosa Hera sentada en una silla de madera recubierta de cojines al tiempo que toma una taza y le da un ligero sorbo.—Diosa Hera, he traído a la ninfa como me pediste—Ella mira por encima de su hombro, se levanta de su asiento dejando la taza sobre la mesa para luego acercarse a nosotros con una enorme sonrisa en los labios.—Gracias Hermes, retírate—Él hace una