Jezabel convence a Estrella y a Rebeka de no permitir a Archer casarse.
La chica manejaba mientras sus labios se curvaban en una enorme sonrisa y su mano derecha se movía de lado a lado al ritmo de la canción.
Rebeka iba relajada, tranquila, sabiendo que ya estaba por acabar el peligro de ser descubiertas. Ya iban de camino al aeropuerto. Estaba todo planeado: llegarían hoy y esperarían a que Farah se les juntara el día de mañana. Serían la misma familia de tres que se apoyaba y hacían locuras que hicieran sonreír a la pequeña Estrella. Esa niña era todo lo que a su mamá y su abuela les importaba.
Así que todo iba bien…
Muy bien.
De hecho, iba demasiado bien para ser verdad.
La paz acabó en cuanto notó como, a pesar de que Jezabel iba cantando y bailando a todo pulmón mientras manejaba, y de cómo la pequeña estrella sonreía y seguía el coro sin dejar de peinarse la peluca color violeta que tenía sobre su cabeza; la chica detrás del volante se desviaba de camino, tomando la ruta de la izquierda, en vez de la derecha.
—El aeropuerto quedaba hacia el otro lado… —exclama Rebeka con sumo cuidado. La mujer había notado lo loca que era la chica con la que se había amigado su hija, y la verdad es que hasta miedo le daba. Sabía de las locuras que podía llegar a hacer.
—Lo sé —Jezabel tan solo se encoge de hombros y sigue manejando sin dejar de agitar sus brazos.
Ahora comienza a sonar Despacito Remix y tanto ella como la pequeña gritan emocionadas.
—¿Vas a ir primero a ponerle gasolina al auto? —Vuelve a preguntar Rebeka.
—Ajá —es todo lo que responde la chica.
El cuerpo de la madre de Farah se pone rígido en cuanto nota que Jezabel sigue de largo y no se detiene a ponerle gasolina al auto.
—Jezabel. ¿Qué estás haciendo?
—Hablaré con ustedes.
Ella estaciona el auto un poco más adelante, en un terreno baldío, y, aunque se saca el cinturón de seguridad, no se mueve.
—Debemos estar en el aeropuerto en media hora. Sino estamos en ese tiempo nos dejará el vuelo.
—Si después de los que voy a comentarles ustedes deciden seguir yéndose, las llevaré al aeropuerto. Tenemos quince minutos para hablar, en diez llegamos al aeropuerto y en 5 se identifican. El vuelvo sale en 30 más, así que estarán a tiempo.
—Pues yo digo que no. No a lo que sea que tengas que decir. Ya me advirtieron sobre ti y lo persuasiva que puedes ser. ¡Vamos al aeropuerto! —Se altera Rebeka.
—¿Estás bien, abu? —Pregunta Estrella preocupada, mientras mira de Jezabel a Rebeka y así sucesivamente.
—En perfectas condiciones, cielo —Responde con dulzura, a pesar de tener incertidumbre por lo que sea que se venga con la loca que tiene delante de ella.
—Archer Alarcón… —comienza a hablar Jezabel —, ¿creen que es justo para él
?—Nunca ha sido justo para él —Rebeka baja su mirada hacia sus manos, estando avergonzada.
—¿Mi papá? —Los ojos de la niña brillan, tal cual como lo hacen cada vez que la mención del nombre de su padre sale de algún lado.
—Sí, es tu padre. Un hombre maravilloso que, si supiera de ti, te trataría como lo más importante del mundo, te protegería como nadie, y te amaría de manera incondicional, con todo su corazón. ¿No te gustaría conocerlo?
—Jezabel… ¡No! —Rebeka se pone nerviosa y mira la sonrisa de su nieta mucho más amplia mientras asiente emocionada.
—Quiero estar con mi papá y que me trate como su princesa.
—Será así, pero para eso él no debe casarse. Es decir, sé que, si lo hace y se entera de ti, nada cambiaría porque tú serías su prioridad, tú lo serías todo en el mundo, pero él estaría infeliz al saber que está casado con una mujer, mientras ama a otra. Y más si esa otra tiene una hija suya.
—No quiero que papi esté con otra. Se lo dije a mami, y aunque ella dice que está bien, la escucho llorar por las noches. Está triste —la sonrisa de la niña decae y termina haciendo un puchero.
—Jezabel, entiendo por qué haces esto. Es justo lo que he tratado de hacer con Farah desde que decidió ocultar a Estrella, pero a la larga he entendido a mi hija. El problema que se nos vendrá encima es enorme. No estamos hablando de unas simples personas que nos odian y ya. Estamos hablando de personas que, además de odiarnos, son capaces de quitarnos del medio de la manera en que sea. Somos un estorbo. Lo único por lo que no nos han hecho nada es porque hemos estado calladas.
—Y dime… ¿Es bueno vivir así? —Jezabel la mira, sus ojos se encuentran aguados, no soporta más la angustia y las injusticias —. Mi padre culpa a mi madre por haberse enfermado, se alejó de su hijo mayor y de mí, incluso llegó a odiar la inclinación sexual de mi hermano y lo echó a la calle, y a mí ni siquiera me mira. Si lo mío tuviese solución, yo la tomaría, porque es mejor vivir feliz y plena, a vivir escondida, como una cobarde y siendo infeliz. Lo de ustedes tiene solución, detrás de Archer hay personas que lo aman y lo adoran, van a proteger a esta niña y a apoyar a Farah con sus vidas, pero lo mío no tiene solución alguna, ¿quieres que te diga por qué? —ella sigue hablando, sin dejar que Rebeka le responda —. Mi madre tiene Alzheimer, y prácticamente nunca se acuerda de nada, poquitas veces recuerda algo, y mi padre la odia por eso, él nunca nos aceptará, mi familia está rota y sin solución alguna, pero ustedes…, ustedes tienen la oportunidad de estar todos juntos y ser felices.
Jezabel solloza y Estrella se acerca a ella, limpiándole las lágrimas con sus pequeñas manos.
—Archer no merece que sigan haciéndole esto, Rebeka. Basta. Yo no soporto más guardar un secreto como este y eso que tan solo llevo poco tiempo sabiéndolo. Me asfixia.
—Entiendo, pero…
—Pero aun así tenemos que ir al aeropuerto. ¿No?
—Sí. A fin de cuentas, debemos tomarnos fotos allí y enviárselas a Farah para que no sospeche nada de nuestro plan —Rebeka se encoge de hombros.
Jezabel voltea a mirarla con sus ojos muy abiertos y Estrella se carcajea.
—¡¿Sí vamos a ir donde papá, Abu?! —La niña no puede contener su emoción.
—Así es cariño. Finalmente conocerás a tu papá en persona.
Stefan ve a Archer y a Farah durmiendo en su cama.—Todavía tengo miedo de que esto sea un sueño y que cuando despierte tu hayas reaccionado de peor manera y me odies para siempre —admite Farah mirando a Archer con nada más que adoración.La expresión del chico se suaviza y sonríe, dejando un casto beso en sus labios y tomándola de la mano para guiarla hacia el mueble donde primero se sienta él y la hace acomodarse entre sus piernas.—Nunca te había dicho que te odiaba porque pensaba que era algo que jamás sentiría por ti, y no voy a mentirte, Farah, en cuanto supe de la existencia de Estrella, te odié. Te lo dije de manera directa, porque puedo ser tímido para algunas cosas, pero no me gustan las mentiras, y lo sabes…, sin embargo, puede que te haya odiado en ese instante, y puede que todavía sienta que me quitaste mucho, pero también sé que vas a recompensarlo, conmigo y con Estrella. El odio que pude sentir por ti no duró ni dos horas, y es demasiado obvio que eso pasa cuando es im
27 de febrero de 2022.Archer Alarcón.—No creo que sea prudente que lleguemos juntos… —dice Farah al terminar de tragar un bocado de uno de los dos sándwiches que le preparé —. Es decir, sé que todo está bien…, o eso creo —se corrige —, pero ¿no te parece muy apresurado un ‘’nosotros’’?Frunzo el ceño y vuelvo a terminar de preparar mi sándwich, sobre todo cuando la estaba mirando como un idiota que ahora no quiere ver nada más que no sea ella. Ella y esos profundos ojos negros que me recuerdan a un bosque oscuro en el que me he perdido y no hago el más mínimo esfuerzo por ser encontrado. Es un placer vivir en ese bosque para siempre.—¿Crees que nuestros amigos no saben sumar uno más uno? Ninguno de los dos apareció anoche, ni siquiera para saber cómo se encontraba su hija luego de todo el desorden que se armó, cosa que no me enorgullece porque significa que no estoy comenzando mi labor como padre con buen pie… —pongo mis sándwiches listos sobre un plato y me volteo, antes de ir hac
—¿Qué cosa, papi?—Tú, eres perfecta —su sonrisa se amplía mucho más y lleva sus manos también hacia su cabello.—Es cortito, pero me gusta. A veces uso las pelucas porque me gusta usarlas, no porque sean necesarias o porque me de vergüenza mi poco cabello. Me enorgullece porque, como dice mami, significa que soy una guerrera que ha superado algo muuuuuy grande.—En eso estoy totalmente de acuerdo.—Igual, para mí es más dificil superar la escuela que superar la escuela, que superar mi enfermedad. Mami dice que es al revés, pero yo no lo creo.—¿Se te hace muy dificil la escuela?—Sí. La mayor parte del tiempo lo paso en clases virtuales o mi maestra, la tutora designada para mí, viene a casa a darme clases, desde hace dos años, poquitas veces he ido a la escuela.—¿Ella no puede ir al colegio todavía? ¿No puede ir de manera constante? —Le pregunto a Farah.—Se supone que ahora a finales de marzo, que estaría comenzando el primero de los dos cuatrimestres de primaria podría comenzar s
—¿Por qué se supone que mi madre te está dando las gracias? —Pregunta Farah, quien es la única que no se encuentra desayunando. Según ella, el desayuno que le hice esta mañana estuvo más que suficiente; sin embargo, Estrella y yo también desayunamos antes y ahora estamos desayunando de vuelta. Estoy muy orgulloso de mi hija, ¿ya lo había dicho? —Por nada —Responde su madre. —Jezabel tuvo la idea de interrumpir la boda de papá, mami —le comenta Estrella. Yo casi me atraganto con el pedazo de tostada y Rebeka abre los ojos ampliamente al escucharla. —¡Estrella! —Déjala —dice Jezabel, colocándose recta en su asiento y mirando a todos con la barbilla en alto y actitud de ser el ser más imponente del mundo, y en cierta forma, lo era —. Me enorgullece que todos sepan que fue mi idea. —Pedazo de loca… —murmura Ángel, mirando hacia otro lado. Él no ha probado bocado de comida. Dice no tener hambre, lo cual es raro. Suele comer incluso más que yo. —Imbécil —responde ella, cruzándose de br
28 de febrero de 2022Farah Brownbear.—¡Quiero a todo mundo en la sala de juntas! ¡Ahora! —Entro al edificio gritando.Tengo que apretar mis labios con fuerza para no reírme como quisiera. Tengo que aparentar rectitud y seriedad, algo que últimamente me cuesta mucho hacer. Quiero sonreír a cada rato. De solo pensar en el día de ayer mientras miraba a mi hija y su padre jugar, cantar y contarse mil cosas, es imposible no querer estar con los labios ensanchados a cada rato.Sin embargo, también recuerdo las palabras de Archer a la perfección: no debo demostrarle miedo a las personas. Mucho menos si se trata de su abuela, a quien sí le temo, he de decir, pero ella no tiene por qué saberlo. No tiene por qué seguirlo creyendo. Llegó Farah Brownbear, aquella que antes era insolente, aquella a la que algunos denominaban como: ‘’Corazón de hielo’’, o directamente aseguraban que ni corazón tenía.Antes, mi seria, indestructible y firmeza forma de ser se debía a una careta que debía imponer de
Me levanto y me encamino hacia la sala de junta donde todos me esperan. Vuelvo a contenerme para no reírme en sus caras por lo mal y angustiados que se ven. Ellos creen que de verdad regresó la Farah que era una arpía con ellos, que no los dejaba descansar y que no quería más que perfección para su empresa. —Comentaré unas cosas y ordenaré otras —comienzo a decir. Miro la hora en el reloj postrado en la pared sobre mí y volteo a verlos a todos, quienes ahora me miran atentos. —Traigo buenas noticias: más de la mitad del personal que habían despedido han decidido regresar, el resto no lo hizo y se les indemnizó por el mal trato recibido a causa del imbé…, de Edward —me corrijo rápidamente, antes de continuar hablando —. Más manos de obra, menos trabajo —los oigo celebrar y yo sonrío con malicia —, pero eso será a partir del día dos porque hoy nadie se va de acá sin que una segunda revista esté lista para salir mañana mismo. La sala se queda completamente muda. —Es imposible que añ
28 de febrero de 2022Archer AlarcónSiento su cuerpo ponerse rígido en cuánto hago el pedido. Levanta su mirada a la mía y analiza mi rostro, yo frunzo el ceño, esperando a que hable, y pienso que no va a hacerlo.Me gustaría que fuese abierta conmigo en este aspecto, porque a pesar de que soy parte de ese pasado tan hermoso como doloroso, no parezco ser tan fiable o seguro como para ella hablar de eso conmigo.Su rostro perdido me pide disculpas y mis hombros se hunden cuando confirman lo que ya sé: no dirá nada, y no me gusta obligar a las personas a hablar si no lo quieren hacer.Justo cuando estoy por asentir, sintiéndome derrotado, su voz me sorprende:—Necesito estar un poco distanciada para poder hablarte de todo, porque si sigo sentada en tus piernas, y teniendo tu cuerpo a solo un centímetro de mí, voy a llorar a cada segundo, queriendo que me tengas abrazada y nunca terminaré de contarte todo. Va a ser muy dificil.Aun procesando en mi mente todo lo que ha dicho, muevo mi c
Todo lo que ella me cuenta es demasiado para soportar. No imagino lo que tuvo que vivir, no quiero siquiera pensar lo que fue estar en su piel en ese momento. Debió ser horrible, y yo… yo no estuve allí. De solo pensarlo mi pecho punza en dolor. >>Tuve lo que se le llama Síndrome del Gemelo Evanescente. Ellas serían gemelas. No sería solo Estrella. Iban a ser Estrella y Luna. —Íbamos a tener dos hijas… —susurro. Sintiendo el shock asentarse en todas mis terminaciones nerviosas. —Perdóname, Archer, fue mi culpa. Fue mi culpa. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y la hago levantarse para cargarla hasta el mueble más cercano y sentarnos allí. Ambos lloramos juntos. Ahora la entiendo. Entiendo su miedo. El trauma que desarrolló todo lo que vivió y todo lo que ese temor causó. Ella ha perdido mucho. Demasiado. Y eso ya ha acabado. Es hora de que termine porque no es justo que sigamos perdiendo cuando no le hemos hecho daño a nadie. No lo merecemos. Ella menos que nadie.