—¿Qué cosa, papi?
—Tú, eres perfecta —su sonrisa se amplía mucho más y lleva sus manos también hacia su cabello.
—Es cortito, pero me gusta. A veces uso las pelucas porque me gusta usarlas, no porque sean necesarias o porque me de vergüenza mi poco cabello. Me enorgullece porque, como dice mami, significa que soy una guerrera que ha superado algo muuuuuy grande.
—En eso estoy totalmente de acuerdo.
—Igual, para mí es más dificil superar la escuela que superar la escuela, que superar mi enfermedad. Mami dice que es al revés, pero yo no lo creo.
—¿Se te hace muy dificil la escuela?
—Sí. La mayor parte del tiempo lo paso en clases virtuales o mi maestra, la tutora designada para mí, viene a casa a darme clases, desde hace dos años, poquitas veces he ido a la escuela.
—¿Ella no puede ir al colegio todavía? ¿No puede ir de manera constante? —Le pregunto a Farah.
—Se supone que ahora a finales de marzo, que estaría comenzando el primero de los dos cuatrimestres de primaria podría comenzar segundo grado de manera definitiva.
—¿Segundo grado? ¿Con seis años? —Pregunto abriendo mis ojos muy ampliamente. Estrella me mira orgullosa de sí misma.
—Nuestra hija, a pesar de su enfermedad, y de muchas otras cosas por las que hemos pasado, se volcó en los estudios. Creo que fue su manera de distraerse de todo. Avanzó muchísimo en poco tiempo —murmura Farah. Y aunque me tiene emotivo lo que han contado, el hecho de que Estrella me llame ‘’papá’’ y que Farah diga ‘’nuestra hija’’, me ponen el triple de emotivo.
—Waoow… —susurro, sin poder dejar de mirar a la pequeña frente a mí. Es mi más grande orgullo. Ella y su madre son lo que hacen sentir completo —. ¿Cómo te atreves a decir que es más dificil superar la escuela que tu enfermedad cuando avanzaste un montón en tu escuela? En este momento estuvieses en el jardín todavía. Apenas estarías comenzado tu ultimo nivel en el jardín o comenzando el primer grado.
—Es porque me esfuerzo mucho, no porque sea fácil, papi —ella rueda sus ojos, pero enseguida vuelve a lanzarse sobre mí y rodea mis hombros con sus brazos.
Me levanto y la llevo acuestas, cargándola.
—Archer… —escucho la voz de Farah y volteo a mirarla. Ella me señala hacia la sala, la cual no había visto porque en cuanto llegué me centré en lo más importante: mi hija.
En cuanto miro lo que ella me señala, mi boca se abre al no poder creer lo que mis ojos ven: Hay dos colchonetas tiradas en el piso, en una de ellas está Stefan y en la otra está Rebeka, la mamá de Farah. En el mueble están durmiendo Jezabel, quien tiene su cabeza sobre el regazo de un Ángel que se encuentra dormido sentado, en uno de los dos extremos del mueble. Detrás de ellos se ve la habitación de Aarón, la cual tiene la puerta abierta y se puede visualizar a Aarón y Stella durmiendo abrazados y enredados con un acolchado.
—¿Tú donde dormiste? —Le pregunto a Estrella.
—Con la abuela.
—¿Y por qué no se fueron todos a sus hogares?
—Porque querían ver tu reacción cuando te enseñaran la foto.
—¿Qué foto? —Pregunto extrañado. Estrella da una pequeña sonrisa traviesa y se acerca a mi oído, como si lo que fuese a contarme es un secreto.
—Tío Stefan fue a su departamento a buscar a mami anoche y los vio durmiendo a ti y a mami juntos. Les tomó una foto.
—¡¿Qué?! —Grita Farah, y es lo que hace que todos se despierten. Estrella y yo reímos de inmediato.
—¿Ya desayunaste? ¿Quieres que te prepare algo?
—Revisé la heladera de tío Aarón y tomé cereales con yogurt que habían allí. Me puse a hacer dibujos mientras esperaba a que se despertaran, pero nadie lo hacía. ¡Juro que cuando tío Aarón se despierte le diré que me comí sus cereales y que mami se los pagará!
—Tranquila. Yo hablo con tío Aarón. Estoy seguro que él no te pedirá nada a cambio y que te dejará comer todo lo que quieras siempre.
—¿Siempre?
Veo que lo de preguntar algo que ya está afirmado lo sacó de mí, por lo que sonrío antes de responderle:
—Siempre.
{-}
Estrella y yo terminamos preparándole el desayuno a todos.
El preparar algo que comer para todos fue idea de mi hija y yo enseguida le dije que sí, porque de esa manera me salvé de tener a todos sobre mi haciéndome preguntas locas o lanzando indirectas. Pobre de Farah, quien se encuentra en el living aguantándolos a todos…, sobre todo a Jezabel. Es quien más la hace avergonzar con sus indirectas muy directas.
Mi hija y yo salimos de la cocina del departamento de Aarón y mientras ella llevaba la jarra de exprimido de naranja, yo llevaba todas las tostadas y distintas cremas para ponerles encima y los vasos para el jugo.
Nos sentamos todos en la mesa y al principio nadie dice nada. Tan solo nos disponemos a comer.
—Te pido que no me odies, Archer… —comienza a decir Rebeka y yo levanto mi mirada hacia ella, quien ya me observaba con vergüenza en sus ojos.
—No lo hago. Aún Farah y yo tenemos mucho de qué hablar y miles de decisiones que tomar, pero no las odio. A pesar de todo, las entiendo. No voy a decir que, pienso que estuvo bien, porque sigo creyendo que pudieron decirme todo y así haber podido luchar juntos, ser más fuertes juntos, pero independientemente de eso, también sé que el rencor, odio o todas esas cosas dañinas no nos llevarán a ningún lado, y que hay una niña de por medio que ya se convirtió en mi todo y a la que jamás la haría presenciar algo así, malo y con poca capacidad de razonamiento. Lo importante es no perder más tiempo y disfrutar de ellas lo que resta de mi vida.
El alivio en el rostro de mí, otra vez, suegra, es opacado por la voz de Jezabel, quien dice:
—¿Disfrutar de ‘’ellas? —Hace comilla en sus dedos al decir la palabra ‘’ella’’.
—Sí. Esta mañana Farah y yo hemos decidido que, a pesar de que iremos con calma, no vamos a escondernos de nadie. Queremos estar juntos, siempre ha sido así, y como ya dije, no perderemos más tiempo.
—¿Ven lo que les dije? Me deben un gracias —Jezabel mira a Rebeka y esta última sonríe, yendo a abrazarla. La sorpresa en el rostro de la rubia es evidente, pero aun así la abraza de vuelta.
—Gracias, Bel.
—Un placer.
—¿Por qué se supone que mi madre te está dando las gracias? —Pregunta Farah, quien es la única que no se encuentra desayunando. Según ella, el desayuno que le hice esta mañana estuvo más que suficiente; sin embargo, Estrella y yo también desayunamos antes y ahora estamos desayunando de vuelta. Estoy muy orgulloso de mi hija, ¿ya lo había dicho? —Por nada —Responde su madre. —Jezabel tuvo la idea de interrumpir la boda de papá, mami —le comenta Estrella. Yo casi me atraganto con el pedazo de tostada y Rebeka abre los ojos ampliamente al escucharla. —¡Estrella! —Déjala —dice Jezabel, colocándose recta en su asiento y mirando a todos con la barbilla en alto y actitud de ser el ser más imponente del mundo, y en cierta forma, lo era —. Me enorgullece que todos sepan que fue mi idea. —Pedazo de loca… —murmura Ángel, mirando hacia otro lado. Él no ha probado bocado de comida. Dice no tener hambre, lo cual es raro. Suele comer incluso más que yo. —Imbécil —responde ella, cruzándose de br
28 de febrero de 2022Farah Brownbear.—¡Quiero a todo mundo en la sala de juntas! ¡Ahora! —Entro al edificio gritando.Tengo que apretar mis labios con fuerza para no reírme como quisiera. Tengo que aparentar rectitud y seriedad, algo que últimamente me cuesta mucho hacer. Quiero sonreír a cada rato. De solo pensar en el día de ayer mientras miraba a mi hija y su padre jugar, cantar y contarse mil cosas, es imposible no querer estar con los labios ensanchados a cada rato.Sin embargo, también recuerdo las palabras de Archer a la perfección: no debo demostrarle miedo a las personas. Mucho menos si se trata de su abuela, a quien sí le temo, he de decir, pero ella no tiene por qué saberlo. No tiene por qué seguirlo creyendo. Llegó Farah Brownbear, aquella que antes era insolente, aquella a la que algunos denominaban como: ‘’Corazón de hielo’’, o directamente aseguraban que ni corazón tenía.Antes, mi seria, indestructible y firmeza forma de ser se debía a una careta que debía imponer de
Me levanto y me encamino hacia la sala de junta donde todos me esperan. Vuelvo a contenerme para no reírme en sus caras por lo mal y angustiados que se ven. Ellos creen que de verdad regresó la Farah que era una arpía con ellos, que no los dejaba descansar y que no quería más que perfección para su empresa. —Comentaré unas cosas y ordenaré otras —comienzo a decir. Miro la hora en el reloj postrado en la pared sobre mí y volteo a verlos a todos, quienes ahora me miran atentos. —Traigo buenas noticias: más de la mitad del personal que habían despedido han decidido regresar, el resto no lo hizo y se les indemnizó por el mal trato recibido a causa del imbé…, de Edward —me corrijo rápidamente, antes de continuar hablando —. Más manos de obra, menos trabajo —los oigo celebrar y yo sonrío con malicia —, pero eso será a partir del día dos porque hoy nadie se va de acá sin que una segunda revista esté lista para salir mañana mismo. La sala se queda completamente muda. —Es imposible que añ
28 de febrero de 2022Archer AlarcónSiento su cuerpo ponerse rígido en cuánto hago el pedido. Levanta su mirada a la mía y analiza mi rostro, yo frunzo el ceño, esperando a que hable, y pienso que no va a hacerlo.Me gustaría que fuese abierta conmigo en este aspecto, porque a pesar de que soy parte de ese pasado tan hermoso como doloroso, no parezco ser tan fiable o seguro como para ella hablar de eso conmigo.Su rostro perdido me pide disculpas y mis hombros se hunden cuando confirman lo que ya sé: no dirá nada, y no me gusta obligar a las personas a hablar si no lo quieren hacer.Justo cuando estoy por asentir, sintiéndome derrotado, su voz me sorprende:—Necesito estar un poco distanciada para poder hablarte de todo, porque si sigo sentada en tus piernas, y teniendo tu cuerpo a solo un centímetro de mí, voy a llorar a cada segundo, queriendo que me tengas abrazada y nunca terminaré de contarte todo. Va a ser muy dificil.Aun procesando en mi mente todo lo que ha dicho, muevo mi c
Todo lo que ella me cuenta es demasiado para soportar. No imagino lo que tuvo que vivir, no quiero siquiera pensar lo que fue estar en su piel en ese momento. Debió ser horrible, y yo… yo no estuve allí. De solo pensarlo mi pecho punza en dolor. >>Tuve lo que se le llama Síndrome del Gemelo Evanescente. Ellas serían gemelas. No sería solo Estrella. Iban a ser Estrella y Luna. —Íbamos a tener dos hijas… —susurro. Sintiendo el shock asentarse en todas mis terminaciones nerviosas. —Perdóname, Archer, fue mi culpa. Fue mi culpa. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y la hago levantarse para cargarla hasta el mueble más cercano y sentarnos allí. Ambos lloramos juntos. Ahora la entiendo. Entiendo su miedo. El trauma que desarrolló todo lo que vivió y todo lo que ese temor causó. Ella ha perdido mucho. Demasiado. Y eso ya ha acabado. Es hora de que termine porque no es justo que sigamos perdiendo cuando no le hemos hecho daño a nadie. No lo merecemos. Ella menos que nadie.
28 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Sube que ya vamos tarde.—Dijeron que nos veríamos dentro de una hora en el restaurante…—Ya ves que no.—No. Me iré solo.—Es que ya no vamos al restaurante. Cambiaron los planes. Sube —comienzo a estresarme cuando lo veo negar con su cabeza —¡Ángel, sube al auto!—No.—Por favor, tío Ángel…La sonrisa del susodicho se borra de su rostro cuando mira a mi hija asomarse desde la parte trasera hasta quedar en medio de los dos asientos delanteros de mi auto. Lo mira con carita adorable y junta sus manos en súplica. Yo aprieto mis labios para no reír.—¿Así que eso harán a partir de ahora para convencerme de hacer lo que quieran? —Pregunta él, cruzándose de brazos.Mi niña intensifica su mirada de gatito de Sherk, y yo sonrío orgullosa de ella cuando mi mejor amigo resopla y rodea el auto para subirse. Decide subir hacia la parte trasera y saludar a Estrella dándole un beso en su mejilla.Arranco el auto mientras ellos comienzan a hablar y escucho
—Yo se lo dije y ella no me hizo caso —escucho a Stella refunfuñar y salgo de mi estupor para observar cómo se voltea entre los brazos de Aarón y cruza sus brazos molesta —. Quiero golpear a mi mejor amiga. Mucho.—Quiero entender por qué quieres golpear a Jezabel…Ella vuelve a voltearse entre los brazos de Aarón para dejar de mirarlo y ahora mirarme a mí.—Le dije que había una chispa entre ella y Ángel. Me aseguró que no, que solo son amigos que se hacen bromas y compiten por todo, y para demostrármelo, llamó a su ex, quien ahora no es su maldito ex porque lo llamó justo para decirle que sí quería regresar con él.—Vaya…—Hace un año terminó con Darvin. La verdad es que era un buen chico. Ella lo hacía enloquecer, y siempre buscaba motivos para terminar con él. Pensaba que él la engañaba con la veterinaria de su gata, o que viajaba para ver a sus padres a otro país para no tener que soportar su actitud, y que a él le molestaba su forma de ser…, aunque eso último era cierto. Darvin
—Entonces, el cumpleañero… —Sé que soy más importante que todo mundo, incluso cuando no es mi cumpleaños, pero el día de hoy se han excedido un montón —Ángel se acerca a nosotros y yo me coloco al lado de Archer, mientras observo la escena, con una ceja enarcada. Esto va a estar interesante. —¿Eres Ángel? ¿El cumpleañero? —La persona más importante del día, del mundo, y digamos que del universo también —el mencionado se encoge de hombros. —Bueno, una buena autoestima, supongo —el chico ríe y estira su mano hacia Ángel, entregándole una caja envuelta con un lazo de regalo. Oh, oh. —Los amigos de Jezabel, también son los míos. —Lo dudo —responde Ángel, dejando al chico pasmado en su lugar. Ángel rompe la caja del regalo y saca lo que hay en él. Tira la caja al cesto de basura que hay a un lado y luego observa con una ceja levantada el reloj de lo que parece ser plata, que había dentro. —¿Te parece que me visto con diseños de segunda mano? O lo que es peor… ¿Te parece que me pongo