—Creo que es momento de dejar de cuidar a esa testaruda —toma una bocanada de aire y se separa de mí —. Las cosas que han pasado ahora me han dejado pensando mucho. Sé que nací para tomar lo que quiero, pero es mejor cuando está contigo porque quiere, y aunque Gaily está prometida a mí y sé que nunca voy a quererla, ella sí está dispuesta a hacer todo para que lo nuestro funcione —niego con mi cabeza al escucharlo hablar.
—Serás infeliz estando con una persona a la que no amas.
—También lo sería estando con una persona a la que sí amo, pero que no me corresponde de la misma manera.
—Entonces… estás decidido…
—Ella ya no está en peligro, así que la dejaré ir. Mickayla estará mejor siendo una persona normal y teniendo una pareja normal.
—¿Podrás soportarlo? ¿Tú? ¿El territorial, posesivo y ambicioso Heikel Sanderson? ¿Estás seguro?
—Sé que una parte de mi morirá al no tenerla o al verla feliz en los brazos de alguien más, pero también sé que prefiero eso antes de verla ser infeliz conmigo. Tengo otras cosas con las que lidiar, Farah. Esta vida que llevo no se rige por la felicidad. Lleva sudor, lágrimas y sangre, mucha sangre. Estaremos mejor el uno sin el otro.
—Me sorprende escucharte hablar así.
—Me sorprendo a mí mismo al escucharme también.
Le doy otro abrazo y salimos de su habitación mientras observo cómo va dándole órdenes a los hombres que están con él.
Cuando llegamos a la entrada él mira la mansión, observa alrededor y me regala una genuina sonrisa. De esas que casi nunca se ven en él y que solo le da a las personas que se han ganado un lugar en su oscuro corazón.
—Serán felices aquí. Muy felices. Tendrán más hijos. Tal vez un perro o dos. Una abuela mimosa para ellos. Y un tío llamado Heikel al que verán una vez cada año, pero que los va a querer mucho.
—De eso no me cabe duda… —murmuro, con mis ojos ya cristalizados y las emociones a flor de piel.
—¡Tío Heikel! ¡Tío Heikel! ¡No te vayas! —Estrella se remueve entre los brazos de Archer, quien la trae cargada mientras baja las escaleras.
—Tengo que irme, Cielo. —Heikel mete sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón de vestir y observa cómo, cuándo Archer llega al final de las escaleras, Estrella baja y corre hacia él. Abraza la cintura del alto hombre y lo hace reír. La levanta entre sus brazos, pero la deja sobre el brazo que no tiene lastimado, y mi pequeña rodea su cuello con una mano y con la otra le enseña una hoja —. ¿Qué tenemos aquí?
Heikel toma el dibujo con su mano libre y sonríe sin dejar de mirarlo.
—Hice un dibujo de tío Stefan como un superhéroe porque él me protegió primero, pero ya se lo di. Ahora te entrego este a ti porque tú y papi fueron dos superhéroes para mí. El de mi papá todavía lo estoy haciendo, porque él vive conmigo y puedo dárselo en cualquier momento. Hice el tuyo de primero porque sabía que en cualquier momento te irías y quería que lo llevaras contigo y supieras que te quiero muchísimo.
—Yo también te quiero, mi Cielo —le asegura y la sonrisa de Estrella se amplía.
—Por favor, no tardes mucho en venir la próxima vez. Te extraño mucho.
Heikel la observa con culpa. A pesar de que él no tiene vínculo sanguíneo alguno que lo una a nosotras, Estrella y yo lo queremos como si sí lo estuviera. Es mi hermano menor por un año. Ese que me ha protegido y ayudado desde que toda esta locura comenzó, sin segundas intenciones, sin querer o pedir nada a cambio. Solo quiere que sea feliz y yo quiero que él lo sea. Espero que las decisiones que tome a partir de ahora no lo lleven por un espiral de consecuencias erradas.
—Haré mi esfuerzo por venir más seguido. Promesa de honor.
Deja a mi hija en el suelo y le entrega el dibujo que consta de un hombre con cabello rubio, ojos grises con motitas verdes, un traje con una S en el pecho y una capa que ondea en su espalda, a uno de sus guardaespaldas. Se acerca al hombre, con una cara que delata a la muerte en persona y, aunque susurra por lo bajo, yo, que estoy más cerca, alcanzo a escuchar lo que le dice.
—Protege este dibujo más que a mí hasta que llegue a la mansión. Si tiene un solo rayón fuera de lugar, algún punto o cualquier mínima cosa que ahora no tiene o que Estrella no haya puesto allí, te despellejaré vivo con mis propias manos… —Heikel se endereza y le sonríe. Entonces allí si habla fuerte, para que tanto Archer, como Estrella y yo lo escuchemos —. Enmarca el dibujo en un cuadro que tenga diamantes de alta calidad. Llama a E. Él tiene los mejores. Y déjalo en mi habitación.
—¿Un cuadro con diamantes? ¿Diamantes de verdad? —Pregunta mi hija, impresionada.
—El mejor dibujo del mundo debe ir enmarcado en el mejor cuadro del mundo.
—¡Te haré muchos más dibujos y que sean maaaaaas grandes para que los enmarques todos!
—¿Escuchaste Ezequiel? —Heikel mira al hombre que ahora tiene el dibujo en sus manos y lo observa con nerviosismo. Asiente sin dejar de mover su cabeza —. Quiero que vacíen una de las habitaciones y la ambientes con muchos cuadros, será exclusiva para los dibujos que me haga mi sobrina.
—Sí, señor.
Estrella grita emocionada y salta sobre su tío político, abrazándolo Muero de amor al mirarlos y prometerse entre susurros que él pronto volverá. Yo sé que sí lo hará. Sobre todo, si resulta ser cierto que estoy embarazada.
—Bueno, ahora sí debo irme.
Archer se acerca a él, Heikel extiende su mano como saludo, pero Archer hace algo totalmente inesperado. Lo atrae y lo abraza, palmeando su espalda y dándole las gracias. Heikel aclara su garganta y me hace sonreír la manera en la que él también palmea el hombro de Archer y rápidamente se separa. A mi tan solo me saluda con la mano y enseguida da media vuelta y sale del lugar, sin mirar atrás. Supongo que fueron muchas demostraciones de cariño para la piedra fría que él es.
Archer se acerca a mí. Vuelve a tener entre sus brazos a una Estrella que se encuentra recostada en su pecho mientras ve a su tío partir. Saluda a Heikel con la mano y él le sonríe, antes de subir a su auto y ponerlo en marcha.
Suspiro. Volteo a mirar al hombre de mi vida y la niña de mis sueños.
—Parece que todo ha acabado… —susurro. Me acerco a ellos y los rodeo con mis brazos. Nos abrazamos entre los tres.
—Te equivocas, cariño. La historia de nosotros siendo felices por siempre, recién comienza.
Este fue el final de esta historia. Todavía falta el epilogo 1 y epilogo 2+ la nota de agradecimiento, que aconsejo que lean, porque allí diré la información necesaria para el tercer y último libro de esta trilogía. Estoy ansiosa por mostrarles la historia de Jezabel y Ángel. Saludos.
04 de abril de 2022 Farah Brownbear —¿Entonces…? Winston me mira por el retrovisor luego de subirme al auto. Yo todavía me encuentro sin palabras. Abro y cierro la boca un par de veces, sin saber qué decir o cómo actuar. Él sonríe, sabiendo la respuesta antes de que yo pueda dársela. Paso saliva con fuerza a través de mi garganta. —¿Solucionaste todo en la empresa? —Prueba con hacer otra pregunta antes de comenzar a alejar el auto del lugar de donde acabo de salir. Parpadeo cayendo en cuenta de lo que significan los papeles que tengo en mis manos. —Supongo que no puedo dejar a cargo a Stella, está embarazada… —le recuerdo. —Por lo menos esta pregunta sí me la estás respondiendo —bromea. —Creo que ascenderé a Josh Fernsby. Tengo entendido que ya se graduó. Es perfecto para el puesto. Yo seguiré estando al mando de la empresa, pero trabajaré desde casa y él será quien siga en mi linea. Creo que eso no le gustará mucho a Analía porque ellos ahora es que están solucionando las co
16 de marzo de 2022 El viaje luego del almuerzo con los cumpleañeros Ángel Alcacer Desabotono los tres primeros botones de la camisa de mi traje. Al sentarme, ya me he quitado mi saco y he desajustado un poco mi corbata. No me interesa verme elegante para la persona con la que me veré. Sean negocios o no, esta persona, aunque es admirable debido a la impecable trayectoria de su carrera, por otro lado, es detestable. Él le ha hecho cosas a ella que la han llevado a la tristeza, al desconcierto y a ser infeliz. Algo que, desde que la conocí, no tolero. No me gusta verla hablar con miedo, no me gusta verla llorar, no me gusta escucharla desear que todo hubiese sido diferente. No lo tolero. Quiero arruinar a todo aquel que le hace daño. Nadie es digno de la presencia de ella. Ni siquiera yo. Pero algo tengo muy en claro: y es que nadie lo hará mejor que yo, si se tratara de conquistarla y hacerla feliz. Trabajaría al máximo para que ella me aceptara, para que me diera una oportunida
¡Buenas! Paso por aquí humildemente.Bueno, les agradezco de todo corazón a quienes han apoyado esta historia y la anterior. Espero que decidan quedarse e ir por Jezabel y Ángel que será la tercera y última historia de esta trilogía.Tengo tres datos extras para que sepan y si se interesan puedan ir a ver o estar al pendiente de cuando ocurra:En estos días estaré subiendo la sinopsis del tercer libro que estará titulado ''Los Millonarios no sufren por falta de amor''. Así que, pido que estén al pendiente para que lo guarden en sus bibliotecas.Heikel será el protagonista de el primer libro de una serie llamada ''Italia en llamas'', que subiré para el año que viene, pero será en otra plataforma. Sería un total de cuatro libros: Cosa Nostra, Ndrangheta, La Camorra y Sacra Corona Unit. Esos son los nombres y, como puede notarse, prevalece el tema Romance Oscuro, Mundo Mafia, Erotismo, etc.Tengo otros libros que me gustaría ofrecerles como Lectura: Princesas Infernales, Demonios Inferna
Por ciertas cuestiones, he decidido no subir más historias a esta plataforma. Voy a acabar con los 2 que están en proceso (Snape y El Amor es un mito), porque firmé un contrato y debo cumplirlo. Si quieren saber sobre el tercer libro de esta trilogía y el segundo de Realeza Infernal, pueden buscarme en Book-net o en mi IG: Aiis Fernández.Fue una decisión difícil, por todo el apoyo que he tenido acá, pero algunas cosas no duran para siempre. Quisiera poder seguir, pero se me dificulta por muchas razones. Sé que no soy una escritora profesional, ni mucho menos. También sé que no voy a llegar a serlo, pero eso no significa que no quiera darle lo mejor a mis historias.Saludos!
Si hay algo que define a Archer Alarcón es su timidez, ternura y amabilidad. Es un hombre que muy difícilmente pierde los estribos y se enfada, pero, así como tiene sus virtudes también tiene sus defectos: es controlable, manipulable e indefenso.Él conoció a Farah en la primaria y el flechazo por ella, fue instantáneo. De esos amores a primera vista que muy pocos padecen, pero que a él le tocó vivir en carne propia. El miedo que sentía de ser rechazado, nunca lo dejó hablar de sus sentimientos, y fue en la secundaria cuando, por culpa de su mejor amigo, Farah supo de los sentimientos de él por ella.Poco a poco se fueron acercando y su amor fortaleciendo. Vivian en un cuento de hadas donde cada caricia se sentía el cielo y esos pequeños besos secretos los llevaban a volar alto, muy alto…, hasta que, de un momento a otro, todo se estropeó.Ella, al ser mayor por dos años, entró primero en la universidad, sus prioridades eran otras; ya no quería estar con un niño, o al menos, eso fue l
Marzo 2019.Archer Alarcón.—Llegó tu momento de brillar —susurra Ángel en mi oído y yo volteo a mirarlo con cara de pocos amigos.—¿A qué te refieres? —Coloco mis manos en jarras y miro a la pobre limpiadora detrás de él, ella me está vigilando muy atentamente, pero ya me he prometido que no romperé ninguna copa esta vez.Fue una promesa de honor que me hice a mí mismo.—¿Ves a esas chicas de allá atrás? Te están mirando desde hace rato —miente, sé que miente.—No le creas, Cura Joven. Sabes de los juegos mentales de nuestro amigo, no vayas a caer —bufo. ¿De verdad piensa que caeré en las redes de alguien que conozco muy bien?Diría que está muy equivocado, pero si hay algo de lo que estoy muy consciente y no cambio por nada del mundo, aunque sé que está mal, es que me dejo disuadir por todo el mundo. Más si son mis amigos.Ángel empina la botella de alcohol en mis labios y masajea mis hombros, está preparándome como si me fuese a enviar a un ring de boxeo. Cuando dejo de tomar una c
18 de febrero de 2022.Los Ángeles, California.Farah Brownbear.—¿Seguro que estás bien, amor? —Le pregunto a mi niña, ella rueda sus ojos y voltea a mirarme con cara de pocos amigos.—¿Otra vez esa pregunta, mamá? Soy una niña grande que sabe decirte cuándo está mal y cuando no —me aclara, y yo levanto mis brazos en modo de paz.Si ella me lo dice con tanta firmeza, le creo. Es una niña de siete años que suele ser transparente en todos los sentidos. Es sincera, demasiado. No tiene pelos en la lengua y si hay algo que no le gusta, no solo te lo dice, sino que sugiere de una vez hacer algo al respecto para que, eso que no le gusta, cambie a algo que le gusta.Creo que ha estado conviviendo mucho conmigo. He tratado de cambiar, pero por más que trato, no puedo; con ella soy un amor de persona, ella me lo dice, soy la mejor mamá del mundo, sé que sí…, pero mi carácter para con los demás no cambia, e incluso a ella en ocasiones le hablo un poco fuerte para que me haga caso, porque es tod
—¿Es por la empresa?—Es lo único que nos dejó tu padre. No quiero perder eso de él. Si crees que es necesario que la vendamos, entonces accede y firma el contrato. Es tuya ahora, desde que el murió pasó a tus manos, pero… —deja de hablar y levanto un poco mi mirada para ver su rostro angustiado. Ella está conteniéndose para no llorar.—Él me trató mal, mamá —reprocho, aunque sé que lo hizo por mi bien. Sé que mi padre tenía razón, pero las palabras que me dijo tiempo antes de su accidente, me dolieron muchísimo, todavía trato de olvidarlas.—No te trató mal. Te dijo una verdad necesaria.—Lo sé, pero…—¿Cómo harás con los empleados? Dejarás a mucha gente sin trabajo.—Seguiré allí, solo...—Solo venderás la mayoría de tus acciones de Daniels y te quedarás con una parte mínima, lo que lo hará el dueño absoluto de las empresas, y ya sabes lo que pienso. A pesar de todo, todos los trabajadores que están allí, lo están por ti. La mayoría renunciará al verlo tomar el mando y ser ese hombr