Me levanto y me encamino hacia la sala de junta donde todos me esperan.
Vuelvo a contenerme para no reírme en sus caras por lo mal y angustiados que se ven. Ellos creen que de verdad regresó la Farah que era una arpía con ellos, que no los dejaba descansar y que no quería más que perfección para su empresa.
—Comentaré unas cosas y ordenaré otras —comienzo a decir.
Miro la hora en el reloj postrado en la pared sobre mí y volteo a verlos a todos, quienes ahora me miran atentos.
—Traigo buenas noticias: más de la mitad del personal que habían despedido han decidido regresar, el resto no lo hizo y se les indemnizó por el mal trato recibido a causa del imbé…, de Edward —me corrijo rápidamente, antes de continuar hablando —. Más manos de obra, menos trabajo —los oigo celebrar y yo sonrío con malicia —, pero eso será a partir del día dos porque hoy nadie se va de acá sin que una segunda revista esté lista para salir mañana mismo.
La sala se queda completamente muda.
—Es imposible que añadamos un extra a la revista de este primero de marzo, puesto que ya ha sido distribuida a todos los locales de venta del mundo, por ello, debemos hacer una segunda revista y tenerla lista para antes de las 23hs que es el límite para enviarla a las imprentas y que las distribuyan hacia los locales en las madrugadas. Voy a motivarlos a trabajar, habrá una recompensa de un 15% más de sus salarios para principios del mes que viene si esto se logra hacer.
Todos vuelven a emocionarse y yo sonrío.
Total…, la venta de esa segunda revista, con la información que traerá, será imposible que no sea un éxito en ventas.
—¿De qué trata esta segunda entrevista? —Consulta Gustavo, un trabajador de la empresa.
—La señorita Stella Gilabert va a entrevistarme en media hora y yo contaré mi historia. No completa, pero si diré puntos claves para que nos dejen en paz por un buen tiempo y tengan con que entretenerse hablando. Y sí, por si se lo preguntan, hablo del tema de Archer y yo teniendo una hija de la que nadie sabía. ¿Alguna objeción?
—Solo ese tema no abarca a toda una revista —otro trabajador menciona lo obvio.
—Así es. Esta revista será más corta y por eso costará la mitad del precio habitual. Había unos temas que sacaron porque era demasiado contenido para una sola revista ¿No? Pues, pido que desempolven todo y se pongan manos a la obra. Pero yo debo aparecer al principio de la portada.
Todo mundo empieza a caminar alborotados, comienzan a gritar, se tropiezan y mueven sus dedos como locos en sus teclados.
Volteo a mirar a Analía, quien tiene en ceño fruncido.
—¿Entonces también darás una entrevista? ¿No será solo para la revista?
—Oh, no. El canal televisivo de un amigo tendrá la primicia y es quien informará que todo estará perfectamente detallado en la revista que saldrá el día de mañana.
—¿Quieres que llame un estilista?
—Obviamente.
Debo estar perfecta para todo lo que diré y la repercusión que tendrá. Salga bien o salga mal, yo solo sé que debo verme hermosa.
{-}
—Te ves cansada… —es lo primero que dice Archer al yo entrar a su departamento.
—¿Recuerdas que te comenté que quería adelantarme yo y contar mi propia historia? —Él asiente —. Pues, lo hice. Estamos trabajando en eso y todo mundo está corriendo de un lado al otro tratando de cumplir la meta, la cual es tener esta revista lista para hoy, cosa que es prácticamente imposible. Lo sé. Amenacé a todos con echarlos si no lo logran, pero en realidad es un incentivo, no los voy a despedir. Temblaban de miedo.
—Uy, tengo a una chica mala… —sus brazos rodean mi cintura y me hace retroceder hasta que quedo atrapada entre la pared y él.
—Una que solo es romántica cuando está contigo —aseguro y mi corazón se derrite cuando lo veo sonreír.
—Estás llegando a las dos de la tarde y nuestra hija pedía almorzar desde las once, dijo que solía comer temprano, así que le di de comer. Salió hace una hora con su abuela y Jezabel, quien las vino a buscar para llevarlas a comprarse ropa para ponerse esta noche. Estaba muy emocionada, parece que arregló sus diferencias con Ángel. Yo intenté darles dinero, pero Jezabel se impuso diciendo que ella compraba todo, y se fueron. Se llevaron a Winston y a Gael, un guardaespaldas que contraté anoche.
Por un momento quise protestar, pero es algo estúpido hacerlo. La seguridad de nuestra hija está primero, así que entiendo sus decisiones. Asiento y junto nuestras narices.
—¿Tú almorzaste? —Pregunto.
—Preferí espérate y que habláramos. Hay cosas que debemos conversar y decisiones que tomar. ¿Tienes que regresar enseguida al trabajo?
Suspiro. Ha llegado el momento.
—Puedo irme entre cuatro o cinco, más o menos, pero es muy probable que, o llegue demasiado tarde o me quede a dormir allá.
—Puedo ir contigo y ayudarte, si quieres… —Sonrío ante su propuesta. Este hombre nunca va a dejar de sorprenderme. Es un amor de persona, todo lo que está bien en el mundo.
—Prefiero que te quedes aquí con Estrella y pasen más tiempo juntos. Ella está muy feliz. No sabes lo arrepentida que estoy de haberles quitado tanto tiempo juntos —mi voz sale rota y él acuna mis mejillas entre sus manos.
—Creías que estabas protegiéndola. Lo entiendo. Solo te pido que ya no creas que tienes que hacerlo todo sola. Me tienes a mí, Farah. Siempre me vas a tener.
Asiento, y sin poderlo aguantar más, me lanzo hacia su boca, juntándola con la mía y arrebatándole todo su aliento. Él cierra sus ojos y yo sonrío en medio del beso porque lo veo. Es tan apasionado…, mi lengua se junta con la suya y llevo mis manos hacia su espalda, haciendo fuerza para atraerlo más hacia mí y que nuestros cuerpos queden pegados, sin siquiera un centímetro de distancia.
Sus manos traviesas no dejan de acunar las mejillas de mi culo, apretando mis nalgas con ganas, cosa que hace que su paquete se pegue de mi zona. A pesar de que no está despierto puedo sentir toda su extensión.
Creo que, desde que todo se supo, me he sentido más necesitada de lo normal.
Ahora que sé que tengo a Archer, quiero que demos el siguiente paso cuanto antes, pero no me atrevo a decírselo porque sé que es demasiado obvio y él no va a decírmelo porque es un caballero que cree que está bien darme mi espacio y que soy yo quien debe tomar la iniciativa.
Jadeo en medio del beso y ataco una vez más. Chupo su labio inferior y lo succiono con fuerza. Él jadea y muerde el mío. Nos separa un poco y su mirada brilla cuando se encuentra con la mía.
—Te amo, Farah —susurra, acariciando mi rostro y cuello con su dedo pulgar.
—También te amo, Archer —aseguro.
Enredo mis brazos en su cuello y nos quedamos unos minutos así, abrazándonos, aferrados el uno en el otro como si temiéramos soltarnos.
—Vamos a almorzar…
Toma mi mano y me lleva hacia la mesa. Me siento allí y lamo mis labios mientras lo miro moverse de un lado al otro, sirviendo la milanesa napolitana en platos y luego calentando todo en el microondas. Coloca los platos frente a mí y me incita a levantarme, para él sentarse donde yo me encuentro y luego hacerme sentar en sus piernas.
—Dime, ¿qué decisiones hay que tomar? —Le pregunto mientras comenzamos a comer. A veces él pincha de mi plato y me da de comer y yo agarro de a una papa y se la doy en la boca.
—Tú tienes tu departamento y yo tengo el mío, ambos queremos estar con Estrella y supongo que no queremos espacio…, al menos yo no quiero.
Lamo mi labio.
—¿Y qué propones?
—Puedes venirte a vivir a mi departamento, podemos comprar una casa, o si quieres puedo irme a vivir a tu departamento, no tengo problemas con eso.
—Sigo pensando que es muy pronto todo, pero al mismo tiempo mi corazón me pide que te diga que compremos una casa y un perro para Estrella —respondo.
Ambos reímos y nos abrazamos mientras continuamos dándonos de comer. Le cuento cosas sobre los pasatiempos de Estrella y las cosas que ha hecho hasta ahora y luego comenzamos a planear cosas: nuestro hogar debe tener una pista de ballet porque nuestra hija baila. Deber tener muchos zumos de naranja porque es su bebida favorita, y también habrá una piscina porque en la escuela va a natación y aunque no es una experta, es algo que quiere aprender. Ahora, la cosa más importante es ambientar dos habitaciones, una suya y otra que sea de arte. Allí realizará esos dibujos que tanto le gusta hacer y Archer ha prometido convencer a Aarón de que sea el maestro de Estrella.
Estoy segura de que va a lograr que acepte.
Un rato después de haber acabado tanto de comer como de planear cosas que nos tienen riendo como locos, él se pone serio, y veo el temor o vergüenza en sus ojos. Hay algo que quiere saber y no se atreve a preguntarme.
—Dime…
Lo incito a que hable.
—Quiero que me cuentes todo. Desde que te fuiste, cuando nació Estrella, el viaje a Los Ángeles, su enfermedad, el secreto, mi abuela, mi hermano… Todo, Farah. Es momento. Quiero que me lo digas todo.
Gente... No tienen idea de lo que se viene.
28 de febrero de 2022Archer AlarcónSiento su cuerpo ponerse rígido en cuánto hago el pedido. Levanta su mirada a la mía y analiza mi rostro, yo frunzo el ceño, esperando a que hable, y pienso que no va a hacerlo.Me gustaría que fuese abierta conmigo en este aspecto, porque a pesar de que soy parte de ese pasado tan hermoso como doloroso, no parezco ser tan fiable o seguro como para ella hablar de eso conmigo.Su rostro perdido me pide disculpas y mis hombros se hunden cuando confirman lo que ya sé: no dirá nada, y no me gusta obligar a las personas a hablar si no lo quieren hacer.Justo cuando estoy por asentir, sintiéndome derrotado, su voz me sorprende:—Necesito estar un poco distanciada para poder hablarte de todo, porque si sigo sentada en tus piernas, y teniendo tu cuerpo a solo un centímetro de mí, voy a llorar a cada segundo, queriendo que me tengas abrazada y nunca terminaré de contarte todo. Va a ser muy dificil.Aun procesando en mi mente todo lo que ha dicho, muevo mi c
Todo lo que ella me cuenta es demasiado para soportar. No imagino lo que tuvo que vivir, no quiero siquiera pensar lo que fue estar en su piel en ese momento. Debió ser horrible, y yo… yo no estuve allí. De solo pensarlo mi pecho punza en dolor. >>Tuve lo que se le llama Síndrome del Gemelo Evanescente. Ellas serían gemelas. No sería solo Estrella. Iban a ser Estrella y Luna. —Íbamos a tener dos hijas… —susurro. Sintiendo el shock asentarse en todas mis terminaciones nerviosas. —Perdóname, Archer, fue mi culpa. Fue mi culpa. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y la hago levantarse para cargarla hasta el mueble más cercano y sentarnos allí. Ambos lloramos juntos. Ahora la entiendo. Entiendo su miedo. El trauma que desarrolló todo lo que vivió y todo lo que ese temor causó. Ella ha perdido mucho. Demasiado. Y eso ya ha acabado. Es hora de que termine porque no es justo que sigamos perdiendo cuando no le hemos hecho daño a nadie. No lo merecemos. Ella menos que nadie.
28 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Sube que ya vamos tarde.—Dijeron que nos veríamos dentro de una hora en el restaurante…—Ya ves que no.—No. Me iré solo.—Es que ya no vamos al restaurante. Cambiaron los planes. Sube —comienzo a estresarme cuando lo veo negar con su cabeza —¡Ángel, sube al auto!—No.—Por favor, tío Ángel…La sonrisa del susodicho se borra de su rostro cuando mira a mi hija asomarse desde la parte trasera hasta quedar en medio de los dos asientos delanteros de mi auto. Lo mira con carita adorable y junta sus manos en súplica. Yo aprieto mis labios para no reír.—¿Así que eso harán a partir de ahora para convencerme de hacer lo que quieran? —Pregunta él, cruzándose de brazos.Mi niña intensifica su mirada de gatito de Sherk, y yo sonrío orgullosa de ella cuando mi mejor amigo resopla y rodea el auto para subirse. Decide subir hacia la parte trasera y saludar a Estrella dándole un beso en su mejilla.Arranco el auto mientras ellos comienzan a hablar y escucho
—Yo se lo dije y ella no me hizo caso —escucho a Stella refunfuñar y salgo de mi estupor para observar cómo se voltea entre los brazos de Aarón y cruza sus brazos molesta —. Quiero golpear a mi mejor amiga. Mucho.—Quiero entender por qué quieres golpear a Jezabel…Ella vuelve a voltearse entre los brazos de Aarón para dejar de mirarlo y ahora mirarme a mí.—Le dije que había una chispa entre ella y Ángel. Me aseguró que no, que solo son amigos que se hacen bromas y compiten por todo, y para demostrármelo, llamó a su ex, quien ahora no es su maldito ex porque lo llamó justo para decirle que sí quería regresar con él.—Vaya…—Hace un año terminó con Darvin. La verdad es que era un buen chico. Ella lo hacía enloquecer, y siempre buscaba motivos para terminar con él. Pensaba que él la engañaba con la veterinaria de su gata, o que viajaba para ver a sus padres a otro país para no tener que soportar su actitud, y que a él le molestaba su forma de ser…, aunque eso último era cierto. Darvin
—Entonces, el cumpleañero… —Sé que soy más importante que todo mundo, incluso cuando no es mi cumpleaños, pero el día de hoy se han excedido un montón —Ángel se acerca a nosotros y yo me coloco al lado de Archer, mientras observo la escena, con una ceja enarcada. Esto va a estar interesante. —¿Eres Ángel? ¿El cumpleañero? —La persona más importante del día, del mundo, y digamos que del universo también —el mencionado se encoge de hombros. —Bueno, una buena autoestima, supongo —el chico ríe y estira su mano hacia Ángel, entregándole una caja envuelta con un lazo de regalo. Oh, oh. —Los amigos de Jezabel, también son los míos. —Lo dudo —responde Ángel, dejando al chico pasmado en su lugar. Ángel rompe la caja del regalo y saca lo que hay en él. Tira la caja al cesto de basura que hay a un lado y luego observa con una ceja levantada el reloj de lo que parece ser plata, que había dentro. —¿Te parece que me visto con diseños de segunda mano? O lo que es peor… ¿Te parece que me pongo
Archer Alarcón.No ha acabado un drama cuando enseguida comienza otro.Básicamente es así: Jezabel, en medio de una cena un poco apagada para ser una celebración de cumpleaños, recibe una llamada inesperada. Su hermano se encuentra preso, en la comisaría, por conducir ebrio y encima provocó un choque.Debido a este pequeño acontecimiento, ella creyó que era mejor que yo me hiciera cargo, cosa que era cierta, podría hacerme cargo, sí, pero… ¿Por qué mejor no complicar un poco más las cosas?Es decir…, en este preciso momento me encuentro de maravilla. Mi hija acaba de despertarse luego de haber dormido dos largas horas. Se levantó justo a tiempo, para cenar. Y tengo a una mujer que me hace enloquecer de la mejor manera posible recostada de mi pecho, mientras vemos a nuestra hija reírse, estando feliz, estando con Ángel a su lado, quien es el que le cuenta pequeñas anécdotas de Aarón, él y yo de cuando éramos pequeños.¿Por qué tendría yo que renunciar a disfrutar de mi familia? Sé que
—Siempre te he amado, Farah. Eres la única chica que ha robado mi aliento, mis miradas furtivas, ese temblor de manos al querer tocarte y no poder hacerlo, el hecho de que me pusieras tan nervioso como ninguna otra lo hacía, y al mismo tiempo me volvieras tan hablador para decirte todo lo que sentía. Siempre has sido especial. Tú y solo tú. La única mujer en vida —ahora no solo ella se encuentra acariciando mi mejilla, yo también estoy acariciando la suya.Me inclino para dejar un pequeño beso en sus labios. Uno que luego planeaba profundizar, pero un par de carraspeos nos hace separarnos y ver quien nos ha interrumpido.Siento como Farah se pone rígida de repente.—Mamá, papá…—es todo lo que digo, observando cómo se encuentran parados a nuestro lado. Ni siquiera se atreven a sentarse. Ellos solo quieren hablar. Me dijeron que solo querían llevar las cosas en paz y comenzar a involucrarse más porque quieren conocer a su nieta. Acaricio la espalda de Farah, y ella traga saliva con fuer
—¿Quieres explicarme cómo es que Stefan está involucrado en todo esto? —Pregunta mi madre de repente, y yo suspiro, cansado. Sabía que sería una conversación larga, hay demasiado por decir y procesar. Sin embargo, cuando voy a hablar, otra voz prácticamente grita mientras camina hacia mí. —¿Cómo es que de repente tengo que dejar que mi hermano se quede en un antro siendo cuidado por tu hermano que al parecer lo conoce demasiado bien? —Jezabel llega hasta mí y la incredulidad se hace presente en su rostro. Estira sus manos esperando una respuesta. —¿Su hermano? —Pregunta papá. —¿Stefan? —Ahora habla mamá. —¿Mi hijo? —Ambos se miran, sin entender a lo que se refiere Jezabel. Ella enarca una ceja y me mira primero a mí con una sonrisa antes de dirigirse hacia ellos. —Sí, señores. Y al parecer se conocen demasiado bien…, es eso, o no encuentro otro motivo por el que mi hermano quería comerle la boca a besos. —¡Jezabel! —Grita Farah en advertencia. Mirando hacia mis padres quienes a