Todo lo que ella me cuenta es demasiado para soportar. No imagino lo que tuvo que vivir, no quiero siquiera pensar lo que fue estar en su piel en ese momento. Debió ser horrible, y yo… yo no estuve allí.
De solo pensarlo mi pecho punza en dolor.
>>Tuve lo que se le llama Síndrome del Gemelo Evanescente. Ellas serían gemelas. No sería solo Estrella. Iban a ser Estrella y Luna.
—Íbamos a tener dos hijas… —susurro. Sintiendo el shock asentarse en todas mis terminaciones nerviosas.
—Perdóname, Archer, fue mi culpa. Fue mi culpa.
Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y la hago levantarse para cargarla hasta el mueble más cercano y sentarnos allí. Ambos lloramos juntos.
Ahora la entiendo. Entiendo su miedo. El trauma que desarrolló todo lo que vivió y todo lo que ese temor causó. Ella ha perdido mucho. Demasiado.
Y eso ya ha acabado.
Es hora de que termine porque no es justo que sigamos perdiendo cuando no le hemos hecho daño a nadie. No lo merecemos. Ella menos que nadie.
—No las cuidé como debía. No las protegí. Si no las protegí estando guardadas en mi cuerpo… ¿Cómo es que las protegería de ella una vez que naciera la única que me quedaba? Estaba aterrada. Todavía estoy aterrada porque pienso que le hará daño a Estrella.
—No fue tu culpa. Ella te hizo mucho, desarrollaste enfermedades por todo lo que viviste y a causa de eso perdiste a una bebé a la que hubiésemos amado igual a como amamos a Estrella. No tengo nada que perdonarte. Hiciste y seguirás haciendo un gran trabajo como madre y padre. Lo hiciste increíble.
—Incluso ahora, aunque intento hacerme la fuerte, la verdad es que estoy aterrada de que Estrella esté por fuera. Sé que está en buenas manos, pero aun así no dejo de sentir terror, porque si me arrebatan a mi pequeña, aquí acaba todo, Archer. ¿Lo entiendes? Ella es todo para mí. Sin ella, mi vida no tiene sentido.
—Lo entiendo, mi vida. Comprendo. Y quiero que sepas que es algo normal. ¿Vale? Tu miedo es normal. En unos minutos llamaré y ella vendrá. Voy a encargarme de todo, Farah, de Edward, de Adelaida, y de quien intente hacernos daño. Estaremos bien —beso su cabeza y la abrazo con la misma fuerza con la que ella se aferra a mí.
—Mi embarazo fue de alto riesgo, Estrella estuvo en observación por un largo tiempo, y yo igual, por todo el desorden alimenticio que tenía. No podía surtirle bien su alimento a la niña y eso me hizo entrar en depresión. Mi madre se encargaba de mi hija y mi padre de mí. Muchas veces, él me consolaba y me trataba bien, y en otras me gritaba que yo era fuerte, que era una Brownbear y ninguna enfermedad de m****a podría acabarme. Ojalá todo fuera tan fácil como él decía.
>>Casi estaba curada. Incluso la niña ya estaba fuera de peligro. No quería separarme de ella por nada del mundo… y entonces, llegó el día en que mi padre murió en ese accidente automovilístico. Yo estaba mejor, sí. Y mi madre cayó y yo la consolé y ayudé todo lo que pude, pero era demasiado, y tiempo después, recaí. Nuevamente mi alimentación, depresión, miedos, todo. Eso le hacía mal a la niña…, le hizo tanto mal que la enfermó. Ella no paraba de enfermarse, no entendíamos qué pasaba, y verla así me ponía el triple de peor de lo que ya estaba. Mi madre estaba con ella, pero yo no tenía a nadie, tan solo a Heikel cuando venía cada dos o tres meses por tres días, pero luego no tenía a nadie y…, y…
—Farah.
—Leucemia. Comenzaba a avanzar. Fue detectada a tiempo, o eso decían, pero Estrella, a pesar de sus esfuerzos por sonreír, se veía muy mal. Lloró demasiado por su cabello cuando tuvimos que cortarlo. Ya era un hecho el quedarnos allí en Los Ángeles. Pasó el tiempo, Estrella en ocasiones empeoraba, en otras mejoraba. Mi madre cuidaba mejor de mi hija que yo, y fue quien me pidió que me hiciera cargo de la compañía, porque no sabía nada de cómo sacar adelante una, y decía que yo debía respirar un poco para no recaer nuevamente. Prácticamente fui obligada a alejarme, porque yo no quería hacerlo, pero varias sesiones después que tuve con mi psicóloga me hicieron entender que era necesario. Que era lo mejor.
—Por eso viajabas constantemente. Cada dos o tres meses.
—Me convertí en Heikel en versión femenina, sí. ¿Recuerdas el año pasado? ¿En la fiesta de Stella Gilabert? —Asiento, mientras comienzo a frotar su espalda, acariciándola —, ese día me fui corriendo porque se supone que Estrella ya estaba fuera de peligro, pero volvieron a internarla porque se puso muy mal. Se descompensó, incluso no tenía pulso. Fue tan grave que, mi madre, a quien no le gustaba llamarme para que viajara, y prefería que yo estuviese más acá en Nueva York que en Los Ángeles, me llamó en ese momento y me dijo: vente ya mismo, es Estrella y es demasiado grave. Creo que me habré visto demasiado mal, pero tan mal, que enseguida Aarón se ofreció a llevarme al aeropuerto.
—¿Estrella duró mucho tiempo mal? —Me intereso en saber.
—Solo había agotado más su energía de lo que debía. No entendía que había cosas que ya no podía hacer, al menos no con la misma fuerza y entusiasmo con las que lo hacía antes. Tú ayudaste mucho ¿sabes?
—¿Yo? —Pregunto asombrado.
—Ella quería saber mil cosas de ti, y una vez que comencé, no pude parar de hablar. Eras su todo, aun cuando no sabías de su existencia.
—Gracias por nunca ocultarle que yo era su papá. Su hubieses pensado en no decirle porque así estaría más a salvo, no te hubiese culpado, porque ahora te entiendo más que nunca, Farah, pero, aun así, preferiste contarle de mí. Agradezco eso.
—No había manera en que ella no lo supiera. Jamás iba a ocultarle eso —asegura y yo sonrío, limpiando sus lágrimas y dejando un sonoro beso en su frente, ella cierra sus ojos y sigue hablando: —, poco tiempo después, fue cuando tu hermano se enteró de Estrella nos protegió, pero eso yo no lo sabía. Me enteré hace unos días.
—Por eso están tan juntos todo el tiempo…
—Así es.
—Son muchas cosas para procesar.
—Demasiadas. Y ya no tengo el ánimo de ir al trabajo, pero debo hacerlo —se queja ella y yo sonrío.
—Recuerda la cena de esta noche. No llegues tan tarde.
—No me olvidaría de Ángel por nada del mundo. Lo de quedarme trabajando hasta mañana, no lo decía en serio…
Rio porque sé que sí lo decía en serio. Farah se toma muy en serio su trabajo, pero también es una muy buena amiga, así que no dejaría a Ángel, ni, aunque le pagaran.
Mi sonrisa se va apagando de a poco y mis ojos se cristalizan una vez más al ver sus ojos hinchados y recordar sus palabras:
‘’Iban a ser Estrella y Luna’’.
—Así que íbamos a tener otra hija que se llamaría Luna… —ella sonría y asiente —¿Por qué Luna y Estrella?
—Porque ellas serían todo mi universo.
—Siempre serán nuestro universo —le dejo en claro, mientras seguimos aferrándonos el uno al otro como hace tanto no lo hacíamos.
Espero que me hayan extrañado y que este capítulo les haya hecho lanzar por lo menos una lagrimita así como sucedió conmigo mientras escribía. PD: toda esta historia va a tener un extra donde se narra mejor detallada y se cuenta de primera mano por parte de Farah, pero ese será el extra 6 y estará disponible para cuando finalice esta historia, porque es un relato demasiado largo y necesito avanzar primero con esta novela. Les aviso para que vayan preparando sus pañuelos porque si esto no los hizo llorar, ese relato lo hará. Nos vemos prontito.
28 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Sube que ya vamos tarde.—Dijeron que nos veríamos dentro de una hora en el restaurante…—Ya ves que no.—No. Me iré solo.—Es que ya no vamos al restaurante. Cambiaron los planes. Sube —comienzo a estresarme cuando lo veo negar con su cabeza —¡Ángel, sube al auto!—No.—Por favor, tío Ángel…La sonrisa del susodicho se borra de su rostro cuando mira a mi hija asomarse desde la parte trasera hasta quedar en medio de los dos asientos delanteros de mi auto. Lo mira con carita adorable y junta sus manos en súplica. Yo aprieto mis labios para no reír.—¿Así que eso harán a partir de ahora para convencerme de hacer lo que quieran? —Pregunta él, cruzándose de brazos.Mi niña intensifica su mirada de gatito de Sherk, y yo sonrío orgullosa de ella cuando mi mejor amigo resopla y rodea el auto para subirse. Decide subir hacia la parte trasera y saludar a Estrella dándole un beso en su mejilla.Arranco el auto mientras ellos comienzan a hablar y escucho
—Yo se lo dije y ella no me hizo caso —escucho a Stella refunfuñar y salgo de mi estupor para observar cómo se voltea entre los brazos de Aarón y cruza sus brazos molesta —. Quiero golpear a mi mejor amiga. Mucho.—Quiero entender por qué quieres golpear a Jezabel…Ella vuelve a voltearse entre los brazos de Aarón para dejar de mirarlo y ahora mirarme a mí.—Le dije que había una chispa entre ella y Ángel. Me aseguró que no, que solo son amigos que se hacen bromas y compiten por todo, y para demostrármelo, llamó a su ex, quien ahora no es su maldito ex porque lo llamó justo para decirle que sí quería regresar con él.—Vaya…—Hace un año terminó con Darvin. La verdad es que era un buen chico. Ella lo hacía enloquecer, y siempre buscaba motivos para terminar con él. Pensaba que él la engañaba con la veterinaria de su gata, o que viajaba para ver a sus padres a otro país para no tener que soportar su actitud, y que a él le molestaba su forma de ser…, aunque eso último era cierto. Darvin
—Entonces, el cumpleañero… —Sé que soy más importante que todo mundo, incluso cuando no es mi cumpleaños, pero el día de hoy se han excedido un montón —Ángel se acerca a nosotros y yo me coloco al lado de Archer, mientras observo la escena, con una ceja enarcada. Esto va a estar interesante. —¿Eres Ángel? ¿El cumpleañero? —La persona más importante del día, del mundo, y digamos que del universo también —el mencionado se encoge de hombros. —Bueno, una buena autoestima, supongo —el chico ríe y estira su mano hacia Ángel, entregándole una caja envuelta con un lazo de regalo. Oh, oh. —Los amigos de Jezabel, también son los míos. —Lo dudo —responde Ángel, dejando al chico pasmado en su lugar. Ángel rompe la caja del regalo y saca lo que hay en él. Tira la caja al cesto de basura que hay a un lado y luego observa con una ceja levantada el reloj de lo que parece ser plata, que había dentro. —¿Te parece que me visto con diseños de segunda mano? O lo que es peor… ¿Te parece que me pongo
Archer Alarcón.No ha acabado un drama cuando enseguida comienza otro.Básicamente es así: Jezabel, en medio de una cena un poco apagada para ser una celebración de cumpleaños, recibe una llamada inesperada. Su hermano se encuentra preso, en la comisaría, por conducir ebrio y encima provocó un choque.Debido a este pequeño acontecimiento, ella creyó que era mejor que yo me hiciera cargo, cosa que era cierta, podría hacerme cargo, sí, pero… ¿Por qué mejor no complicar un poco más las cosas?Es decir…, en este preciso momento me encuentro de maravilla. Mi hija acaba de despertarse luego de haber dormido dos largas horas. Se levantó justo a tiempo, para cenar. Y tengo a una mujer que me hace enloquecer de la mejor manera posible recostada de mi pecho, mientras vemos a nuestra hija reírse, estando feliz, estando con Ángel a su lado, quien es el que le cuenta pequeñas anécdotas de Aarón, él y yo de cuando éramos pequeños.¿Por qué tendría yo que renunciar a disfrutar de mi familia? Sé que
—Siempre te he amado, Farah. Eres la única chica que ha robado mi aliento, mis miradas furtivas, ese temblor de manos al querer tocarte y no poder hacerlo, el hecho de que me pusieras tan nervioso como ninguna otra lo hacía, y al mismo tiempo me volvieras tan hablador para decirte todo lo que sentía. Siempre has sido especial. Tú y solo tú. La única mujer en vida —ahora no solo ella se encuentra acariciando mi mejilla, yo también estoy acariciando la suya.Me inclino para dejar un pequeño beso en sus labios. Uno que luego planeaba profundizar, pero un par de carraspeos nos hace separarnos y ver quien nos ha interrumpido.Siento como Farah se pone rígida de repente.—Mamá, papá…—es todo lo que digo, observando cómo se encuentran parados a nuestro lado. Ni siquiera se atreven a sentarse. Ellos solo quieren hablar. Me dijeron que solo querían llevar las cosas en paz y comenzar a involucrarse más porque quieren conocer a su nieta. Acaricio la espalda de Farah, y ella traga saliva con fuer
—¿Quieres explicarme cómo es que Stefan está involucrado en todo esto? —Pregunta mi madre de repente, y yo suspiro, cansado. Sabía que sería una conversación larga, hay demasiado por decir y procesar. Sin embargo, cuando voy a hablar, otra voz prácticamente grita mientras camina hacia mí. —¿Cómo es que de repente tengo que dejar que mi hermano se quede en un antro siendo cuidado por tu hermano que al parecer lo conoce demasiado bien? —Jezabel llega hasta mí y la incredulidad se hace presente en su rostro. Estira sus manos esperando una respuesta. —¿Su hermano? —Pregunta papá. —¿Stefan? —Ahora habla mamá. —¿Mi hijo? —Ambos se miran, sin entender a lo que se refiere Jezabel. Ella enarca una ceja y me mira primero a mí con una sonrisa antes de dirigirse hacia ellos. —Sí, señores. Y al parecer se conocen demasiado bien…, es eso, o no encuentro otro motivo por el que mi hermano quería comerle la boca a besos. —¡Jezabel! —Grita Farah en advertencia. Mirando hacia mis padres quienes a
01 de marzo de 2022Farah BrownbearMe remuevo y trato de quitar el brazo adormecido debajo de donde sea que esté. Aún tengo mucho sueño, por eso no abro mis ojos, tan solo quiero dormir sin tener ese peso sobre mí. Hago un sonido lastimero con garganta y, con todo el pesar del mundo, parpadeo varias veces, para luego abrir solo un ojo. La imagen que veo me hace abrir el otro también y fruncir el ceño.El peso en mi brazo es mi hija, ella tiene todo su trasero puesto sobre mi codo, así que poco a poco voy sacando mi brazo de debajo de ella y me voy incorporando en la cama. Estrella me está dando la espalda y se encuentra frente a su padre, tiene su cabeza puesta sobre el pecho de él y este tiene su mano sobre el cabello de ella.Mi hija está babeando el pecho de su padre mientras duerme con la boca abierta, y él refleja una paz mientras se mueve un poco para estar más cerca y besar su frente. Aún con eso, no se despierta.Suspiro mientras recuerdo todo lo que viví con mi hija anterior
—¿Está todo bien? —Pregunta él, y yo lo miro de reojo, acobardándome. Decido soltarlo todo de una vez. —Cuando me levanté me puse a pensar en muchas cosas y una de ellas es el revuelo que debe estar ocurriendo en este momento por la salida de la revista y la entrevista. —No tiene importancia, Farah. —Decidí pedirte un tiempo. Sus manos se ponen rígidas sobre las mías, y aunque se toma su tiempo, luego las aparta con lentitud. —¿Es algo que quieres? Porque si es así, entonces está bien, Farah —lo último lo susurra. Él traga saliva con fuerza e inclina su pecho hacia adelante, dejando sus antebrazos apoyados en sus rodillas. Se queda mirando hacia la nada. —No quiero que estemos separados, pero sé cuánto va a afectarte esto, Archer. No quedarás en buena posición cuando se dé por hecho que hace dos días ibas a casarte con una mujer, hace un día el mundo supo que tienes una hija, y ahora te muestras con la madre de esa hija. Van a destrozarte. —¿Crees que no pasará lo mismo contigo