21/ No te arrepientas, por favor. p2

—¿Está todo bien? —Pregunta él, y yo lo miro de reojo, acobardándome.

Decido soltarlo todo de una vez.

—Cuando me levanté me puse a pensar en muchas cosas y una de ellas es el revuelo que debe estar ocurriendo en este momento por la salida de la revista y la entrevista.

—No tiene importancia, Farah.

—Decidí pedirte un tiempo.

Sus manos se ponen rígidas sobre las mías, y aunque se toma su tiempo, luego las aparta con lentitud.

—¿Es algo que quieres? Porque si es así, entonces está bien, Farah —lo último lo susurra. Él traga saliva con fuerza e inclina su pecho hacia adelante, dejando sus antebrazos apoyados en sus rodillas. Se queda mirando hacia la nada.

—No quiero que estemos separados, pero sé cuánto va a afectarte esto, Archer. No quedarás en buena posición cuando se dé por hecho que hace dos días ibas a casarte con una mujer, hace un día el mundo supo que tienes una hija, y ahora te muestras con la madre de esa hija. Van a destrozarte.

—¿Crees que no pasará lo mismo contigo?

—A mí van a atacarme verbalmente. Van a tacharme de zorra por ser el motivo del rompimiento de tu boda.

—Entonces, si sabemos que pasará eso contigo, si, lo mejor es mantenernos separados. No quiero que te maltraten u ofendan.

—¡No me importa, Archer! ¡Me importa una m****a lo que ocurra conmigo! —Me levanto de mi asiento y niego con mi cabeza, sin querer voltear a mirarlo —. Yo ya sé lidiar con todo este tipo de cosas, pero no es justo que tengas que hacerlo tú.

—¿Estás acabando conmigo para protegerme y estás molesta porque yo quiero acabar contigo para protegerte?

—En realidad no quiero que terminemos algo que recién está comenzando. Tengo miedo de que los días se conviertan en meses, los meses en años, y que al final del día solo seamos un recuerdo de lo que pudo haber sido. Pero, así como tengo miedo de eso, también lo tengo de que pierdas todo lo que has construido por mi culpa.

—No has entendido nada si piensas por un segundo que prefiero tener mis empresas, mi fama o todo ese dinero, a tenerte a ti y a mi hija conmigo.

Sus palabras me hacen estremecer.

—¿Nos preferirías por sobre todo?

—Por sobre todo y todos, Farah. Pensé que ya había quedado claro.

—Es que no quiero que llegue ese futuro donde te quedas sin hacer las cosas que amas por mi culpa y luego te arrepientes, así como lo estoy haciendo yo por el miedo de que eso pueda llegar a pasar.

Siento que su mano toma mi cintura y me hace retroceder y caer sobre él.

—No te arrepientas, por favor. Te juro que todo lo que quiero es a ustedes. Nada va a destrozarme más que darte ese tiempo que pides, Farah. Porque no quiero alejarme de ti ni un segundo, ya no más. Hemos estado separados desde hace años, ¿qué carajos nos importa lo que digan los demás de nosotros? Solo tú y yo sabemos nuestra historia. Yo sé que, aunque estuve a nada de casarme con otra mujer, por más que lo intenté, nunca llegué ni iba a llegar a amarla, porque siempre has sido tú y únicamente tú, Farah.

—Soy una idiota, lo sé —susurro entrecortadamente, y me acurruco en su pecho cuando él me hace recostarme sobre él.

—Jamás. De hecho, espero que siempre expreses tus dudas e inquietudes como acabas de hacerlo ahora. Una relación no tiene vida si no hay verdadera comunicación, la comunicación es la base del éxito.

—Está bien.

—¿Vas a dejarme?

—No, Archer. No lo haré.

—¿Qué haremos entonces?

Adoro que deje las decisiones en mis manos.

—Nos mudaremos a casa de mi madre y viviremos con ella. Merece estar junto a su nieta.

—Me parece una decisión sabia —inclina su cabeza y besa la coronilla de la mía —. Y, ¿Farah?

—¿Sí?

—No va a importarnos la opinión de los demás. Y si lo hace, nos refugiaremos el uno al otro, porque todo lo que importa es tenernos… ¿vale?

—Perfecto.

Al paso de unos diez minutos, mi madre y mi hija vienen hacia donde estamos nosotros. Decidimos almorzar directamente en un restaurant donde nos lleva Archer y nos pasamos la tarde planeando llevar nuestras cosas desde nuestros departamentos hacia la mansión. Comenzaremos con la mudanza a partir de la semana que viene.

Además de eso, estuvimos visitando algunas tiendas y comprando cosas para Estrella, pero, lo que más la entusiasmó fue cuando visitamos varios colegios. Ella estaba feliz.

Cuando llegamos, muy entrada la noche, Archer recostó el dormido cuerpo de nuestra hija sobre la cama, yo fui hacia la cocina y tomé un vaso con agua.

Estoy por voltearme para ir a dormir también, cuando siento la respiración de Archer en mi cuello. Me quedo quieta, mientras poco a poco mi piel se va erizando y me estremezco cuando siento como sus manos rodean mi cintura y me pegan a su cuerpo.

Su boca está en mi oreja, la cual acaricia con su nariz, antes de susurrar:

—¿Qué opinas? ¿Crees que ya estamos en la etapa donde podemos ducharnos juntos y hacer cosas…?

Sonrío y lamo mis labios, sintiendo mi vientre punzar por anticipación. Un retorcijón de placer me hace lanzar mis nalgas hacia atrás y restregarlas contra la erección que comienza a despertarse.

—Depende de a qué tipo de cosas te refieres…

Aiis

El siguiente es un extra. Ya casi lo tengo listo, en unas horas se los subo.

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