—¿Está todo bien? —Pregunta él, y yo lo miro de reojo, acobardándome.
Decido soltarlo todo de una vez.
—Cuando me levanté me puse a pensar en muchas cosas y una de ellas es el revuelo que debe estar ocurriendo en este momento por la salida de la revista y la entrevista.
—No tiene importancia, Farah.
—Decidí pedirte un tiempo.
Sus manos se ponen rígidas sobre las mías, y aunque se toma su tiempo, luego las aparta con lentitud.
—¿Es algo que quieres? Porque si es así, entonces está bien, Farah —lo último lo susurra. Él traga saliva con fuerza e inclina su pecho hacia adelante, dejando sus antebrazos apoyados en sus rodillas. Se queda mirando hacia la nada.
—No quiero que estemos separados, pero sé cuánto va a afectarte esto, Archer. No quedarás en buena posición cuando se dé por hecho que hace dos días ibas a casarte con una mujer, hace un día el mundo supo que tienes una hija, y ahora te muestras con la madre de esa hija. Van a destrozarte.
—¿Crees que no pasará lo mismo contigo?
—A mí van a atacarme verbalmente. Van a tacharme de zorra por ser el motivo del rompimiento de tu boda.
—Entonces, si sabemos que pasará eso contigo, si, lo mejor es mantenernos separados. No quiero que te maltraten u ofendan.
—¡No me importa, Archer! ¡Me importa una m****a lo que ocurra conmigo! —Me levanto de mi asiento y niego con mi cabeza, sin querer voltear a mirarlo —. Yo ya sé lidiar con todo este tipo de cosas, pero no es justo que tengas que hacerlo tú.
—¿Estás acabando conmigo para protegerme y estás molesta porque yo quiero acabar contigo para protegerte?
—En realidad no quiero que terminemos algo que recién está comenzando. Tengo miedo de que los días se conviertan en meses, los meses en años, y que al final del día solo seamos un recuerdo de lo que pudo haber sido. Pero, así como tengo miedo de eso, también lo tengo de que pierdas todo lo que has construido por mi culpa.
—No has entendido nada si piensas por un segundo que prefiero tener mis empresas, mi fama o todo ese dinero, a tenerte a ti y a mi hija conmigo.
Sus palabras me hacen estremecer.
—¿Nos preferirías por sobre todo?
—Por sobre todo y todos, Farah. Pensé que ya había quedado claro.
—Es que no quiero que llegue ese futuro donde te quedas sin hacer las cosas que amas por mi culpa y luego te arrepientes, así como lo estoy haciendo yo por el miedo de que eso pueda llegar a pasar.
Siento que su mano toma mi cintura y me hace retroceder y caer sobre él.
—No te arrepientas, por favor. Te juro que todo lo que quiero es a ustedes. Nada va a destrozarme más que darte ese tiempo que pides, Farah. Porque no quiero alejarme de ti ni un segundo, ya no más. Hemos estado separados desde hace años, ¿qué carajos nos importa lo que digan los demás de nosotros? Solo tú y yo sabemos nuestra historia. Yo sé que, aunque estuve a nada de casarme con otra mujer, por más que lo intenté, nunca llegué ni iba a llegar a amarla, porque siempre has sido tú y únicamente tú, Farah.
—Soy una idiota, lo sé —susurro entrecortadamente, y me acurruco en su pecho cuando él me hace recostarme sobre él.
—Jamás. De hecho, espero que siempre expreses tus dudas e inquietudes como acabas de hacerlo ahora. Una relación no tiene vida si no hay verdadera comunicación, la comunicación es la base del éxito.
—Está bien.
—¿Vas a dejarme?
—No, Archer. No lo haré.
—¿Qué haremos entonces?
Adoro que deje las decisiones en mis manos.
—Nos mudaremos a casa de mi madre y viviremos con ella. Merece estar junto a su nieta.
—Me parece una decisión sabia —inclina su cabeza y besa la coronilla de la mía —. Y, ¿Farah?
—¿Sí?
—No va a importarnos la opinión de los demás. Y si lo hace, nos refugiaremos el uno al otro, porque todo lo que importa es tenernos… ¿vale?
—Perfecto.
Al paso de unos diez minutos, mi madre y mi hija vienen hacia donde estamos nosotros. Decidimos almorzar directamente en un restaurant donde nos lleva Archer y nos pasamos la tarde planeando llevar nuestras cosas desde nuestros departamentos hacia la mansión. Comenzaremos con la mudanza a partir de la semana que viene.
Además de eso, estuvimos visitando algunas tiendas y comprando cosas para Estrella, pero, lo que más la entusiasmó fue cuando visitamos varios colegios. Ella estaba feliz.
Cuando llegamos, muy entrada la noche, Archer recostó el dormido cuerpo de nuestra hija sobre la cama, yo fui hacia la cocina y tomé un vaso con agua.
Estoy por voltearme para ir a dormir también, cuando siento la respiración de Archer en mi cuello. Me quedo quieta, mientras poco a poco mi piel se va erizando y me estremezco cuando siento como sus manos rodean mi cintura y me pegan a su cuerpo.
Su boca está en mi oreja, la cual acaricia con su nariz, antes de susurrar:
—¿Qué opinas? ¿Crees que ya estamos en la etapa donde podemos ducharnos juntos y hacer cosas…?
Sonrío y lamo mis labios, sintiendo mi vientre punzar por anticipación. Un retorcijón de placer me hace lanzar mis nalgas hacia atrás y restregarlas contra la erección que comienza a despertarse.
—Depende de a qué tipo de cosas te refieres…
El siguiente es un extra. Ya casi lo tengo listo, en unas horas se los subo.
Stella le hace la entrevista a Farah.—Buenas tardes, Stella.—Buenas tardes, jefa. Un placer haber sido elegida para realizar esta entrevista.—Tú solo quieres saber el chisme, ni siquiera te interesa la primicia, sino saber sobre mi vida personal y el por qué hay una mini Farah rondando por las calles tan de repente —Farah rueda sus ojos y sin cambiar su seria expresión se sienta en la silla alta que fue colocada en un extremo de la pequeña habitación donde estarían haciendo la entrevista.Stella se ríe debido a las palabras de su jefa.—Bueno, se supone que hasta hace unas horas tú no tenías hija y Archer era un empresario comprometido con otra.Farah enarca una ceja y aclara su garganta.—No me hagas arrepentirme de haberte elegido para hacerme la entrevista —amenaza.La sonrisa se borra de inmediato de la boca de la empleada y traga saliva con fuerza mientras se remueve en su asiento.—Lo siento.Los camarógrafos captan todo el momento y algunos de ellos casi ni respiran. Se divi
Archer AlarcónMe atrevo a apretar sus caderas con fuerza, sosteniendo su agarre, para que no deje de restregarse contra mi erección la cual hace crecer cada vez más. Ella lleva una de sus manos hacia mi cuello, y voltea su cabeza un poco, dejando algo de acceso para que pueda encargarme de hacer eso que a ella tanto le gusta: lamer su cuello. Ese siempre fue y veo que sigue siendo su punto débil, una zona donde el cosquilleo y las sensaciones que brotan de allí la hace estremecerse y encenderse.Ella de verdad quiere esto al igual que lo quiero yo.No veía el momento de estar con ella así, estando solos junto con nuestra hija, siendo felices, cocinándonos, ayudándonos con las cosas del hogar, saliendo como familia, y el sexo. Tocarla, sentirla, probarla…, es algo que de solo pensar en que estoy a nada de hacerlo, me acelera el corazón y me roba el aliento.Primero juego con mi nariz en lo que sería el pulso de su cuello, el cual se encuentra errático. Ella está igual que desesperada
—Eres muy guapo, Archer. —Gracias, solo me interesa que tú veas mi guapura. —Guapura… —ella se carcajea y nuestras partes se chocan, haciéndonos estremecer —. Te necesito, Archer. Dios. Quiero que me folles. —¿Y tú no te estás cuidando? —Ella niega con su cabeza y sonrío cuando escucho ese mismo sonido lastimero —. Podemos hacer otras cosas para obtener placer, Farah. No tenemos que follar para pasarla bien. —Pero yo quiero que me folles, Archer. He esperado demasiado, ya no puedo esperar más. Escucharla hablar así hace que me punce más el miembro. —Por favor… —suplica. Su mirada negra y profundamente dilatada me enloquece a tal punto que tomo su cuello y estampo mis labios contra los suyos, besándola con énfasis y desesperación. Tomo su cintura con mi otra mano y la levanto, sentándola sobre mí y haciéndola encajar en mi miembro de una sola estocada. Tengo que actuar rápido y taparle la boca ante el grito que suelta. Decido que es mejor seguir besándola mientras comienzo a mov
16 de marzo de 2022Archer AlarcónMi sentido del olfato se agudece y en medio de mis sueños frunzo el ceño e inspiro con ganas. Hay muchas mezclas de olores, todos muy ricos.Decido luchar contra las ganas de seguir durmiendo y abrir mis ojos. Muevo mi cuello de lado a lado y me desperezo, antes de inclinarme, sentándome en la cama y observar a mi alrededor. Nada. Nadie. Ninguna de mis dos chicas está en mi habitación.Sin embargo, sonrío al saber dónde están. El sonido de las ollas y música con volumen bajo proveniente de la cocina las delata.—No puede ser… —susurro para mí mismo, mientras una pequeña sonrisa se mece entre mis labios.Me levanto y voy directo hacia el pequeño baño de mi habitación. Realizo mis necesidades, lavo mis dientes y decido primero ir con mi mujer y mi hija antes de tener que alistarme para ir al trabajo.Salgo de la habitación y me adentro al living. Mi sonrisa se amplía cuando veo y escucho a Farah indicándole a Estrella cuál es el polvo de hornear, y en
—Te quiero, papi. Yo tampoco quería que la abuela quedara solita. —La abuela siempre nos tendrá —le promete su mamá y yo asiento, dándole seguridad a sus palabras. —Tenía miedo de que no te gustara mi dibujo. —¿Cómo no iba a gustarme? Me gusta todo lo que haces. Tienes talento. Estoy comenzando a notar que es algo que te gusta mucho hacer… ¿no? Mi hija se separa de mí, rompiendo el abrazo y sonríe asintiendo. —¿Te gustaría aprender a dibujar y pintar con tío Aarón? Estoy seguro que él no tendrá problemas con darte clases de vez en cuando. —¡Eso estaría genial! ¡También le hice un dibujo por su cumpleaños! —Eso está muy bueno. —En mi dibujo ya la tía Stella tiene una panza enorme —dice, y nos hace reír todavía más a su madre y a mí. —Bueno, no quiero romper la emoción del día, pero Estrella, ya debes ir a vestirte, cariño. Recuerda que iremos a ver lo del colegio donde ingresarás este mes, también iremos a casa de la abuela para ver nuestras habitaciones y limpiar un poco antes
Archer AlarcónTengo que frenar de golpe cuando me doy cuenta de que casi me paso un semáforo en rojo. Retrocedo el auto unos pasos y suspiro cuando escucho el conductor del auto pasando por delante de mi maldecirme. Bueno, tiene razón. Debería ir más atento a la carretera, pero todo lo que me acaban de informar me tiene la cabeza vuelta un lio y no puedo pensar en otra cosa que no sea eso.Sacudo mi cabeza y cierro los ojos por un instante. Ahora escucho bocinas sonando detrás de mí y cuando abro los ojos veo que ya el semáforo cambió a verde. Respiro profundamente y pongo el auto en marcha.La noticia que me dieron no va a dejarme en paz por el resto del día. No estaré tranquilo hasta hablar con Farah y contarle todo, e incluso, creo que ni así podré estarlo.Llego al restaurante y dejo el auto en el estacionamiento. Me adentro a este y Aarón es el primero en levantarse cuando me ve, ofreciéndome un abrazo con sus brazos abiertos. Sonrío, camino hacia él y lo abrazo de vuelta. Por u
Tomo el brazo de Jezabel con mucha suavidad y tacto y la hago caminar hacia el balcón de mi departamento. Ella me sonríe, pero cuando ve mi seriedad, esa sonrisa se tensa y se va borrando de su rostro. Sabe de qué le quiero hablar. Toda la tarde estuve en mi oficina sin hacer nada. Por más que tenía mil cosas para realizar, no pude centrarme en ellas. Mi familia, mi abuela, ocupaban mi cabeza. No podía concentrarme. Incluso cuando llegué a la fiesta y me hice el sorprendido, haciendo feliz a mi hija. Traté de dar el cien por ciento de mí, pero no puedo. Por lo menos ella fue feliz cuando le entregué el reglo que le envió su tío Ángel y cuando tomó los blogs que le regaló su tío Aarón, y, luego, se río de mi cuando vio que su tío Aarón junto con su tía Stella me regalaron otro reloj de muñeca. Este era un Jacob&Co. Vinieron muchas personas a la celebración debido que no solamente yo estoy de cumpleaños, por lo que algunos compañeros de trabajo de Stella y de Aarón vinieron. Y ni habl
Una obsesión capaz de llevarla a cometer los peores delitos. Todo comenzó cuando él tenía la edad de dieciséis años. Arnold Brownbear era un jovencito alegre y muy adelantado para el tiempo en el que vivía. Le gustaba leer y aprenderse los significados de palabras raras o poco comunes. Siempre estaba centrado en el estudio. Le encantaba el idioma español, por lo que estaba inscrito en un curso de español cada sábado. Le gustaba tanto que ya estaba en el nivel avanzado. Lo que más le llamaba la atención de ese idioma, era lo diverso que podía llegar a ser, y el hecho de que una misma palabra pudiera tener muchos significados o viceversa. De hecho, sus padres al principio se preocuparon porque Arnold fuese a perder el rumbo y que quisiera tomar otra vía. Temían que quisiera irse por idiomas, u otra carrera, y no tomar el control de sus empresas. Arnold fue tan centrado que pudo cumplir el sueño de sus padres y al mismo tiempo hacer todo lo que quería. El que tuviese muchos títulos lo