19/ Es el mejor regalo… p2

—Yo se lo dije y ella no me hizo caso —escucho a Stella refunfuñar y salgo de mi estupor para observar cómo se voltea entre los brazos de Aarón y cruza sus brazos molesta —. Quiero golpear a mi mejor amiga. Mucho.

—Quiero entender por qué quieres golpear a Jezabel…

Ella vuelve a voltearse entre los brazos de Aarón para dejar de mirarlo y ahora mirarme a mí.

—Le dije que había una chispa entre ella y Ángel. Me aseguró que no, que solo son amigos que se hacen bromas y compiten por todo, y para demostrármelo, llamó a su ex, quien ahora no es su maldito ex porque lo llamó justo para decirle que sí quería regresar con él.

—Vaya…

—Hace un año terminó con Darvin. La verdad es que era un buen chico. Ella lo hacía enloquecer, y siempre buscaba motivos para terminar con él. Pensaba que él la engañaba con la veterinaria de su gata, o que viajaba para ver a sus padres a otro país para no tener que soportar su actitud, y que a él le molestaba su forma de ser…, aunque eso último era cierto. Darvin le pedía cambiar, que fuese más halagadora con los demás y no consigo misma. A él no le gustaba que Jezabel resaltara sus atributos y que hablara de lo que hermosa que se veía, porque la hacía ver creída, y a él no le gustaba eso.

—Si es así, entonces puede que el hecho de que se iba de viaje no fuese solo por querer ver a sus padres, como pensaba Jezabel. A lo mejor sí que quería huir de ella —concluyo.

—Pues, sí, pero, independientemente de la razón, Jezabel buscaba cualquier motivo para acabarle porque no le gustaba las salidas con él, odiaba que fuese cien por ciento romántico y nada ardiente y, lo peor, es que él siempre discutía por lo que te dije anteriormente. La verdad es que no congeniaban, no pegaban con nada. No eran ni son el uno para el otro. Dicen que lo opuesto se atraen, y es cierto, porque funciona contigo y con Archer, pero en el caso de ella es completamente diferente. He visto como es con Ángel. Son tan parecidos, tienen los mismos gustos, aman retarse, y no les gusta que terceros sean mejores que ellos... ¡Por Dios! Sí, voy a golpearla para que reaccione.

—¿De verdad crees que ella y Ángel podrían llegar a tener algo? —Pregunto, todavía sorprendida por lo que mis oídos escuchan.

—Estoy cien por ciento segura de que incluso ya tienen algo, solo que ellos mismos todavía no lo saben.

Me volteo a mirar a Aarón, quien no dejaba de mirar a su mujer como un idiota embobado.

—¿Qué opinas de lo que dice Stella?

—Tiene toda la razón. Ya lo he comentado con Archer. Esto es una bomba de tiempo…, tenemos miedo tanto por si ocurre, como por si no ocurre. Hemos visto a un Ángel mujeriego, famoso por sus hábitos e insoportable con la gente que no le cae bien, pero a un Ángel enamorado… creo que comenzamos a presenciarlo.

—Pues, yo nunca lo había visto comportarse como se acaba de comportar hace unos segundos…

—¿De qué hablan? —Archer se acerca a nosotros y llega abrazándome de la misma manera en la que Aarón tiene abrazada a Stella, y deja un pequeño beso en mi mejilla —. ¿Por qué no están en la mesa?

—Estábamos hablando sobre Ángel y Jezabel.

—Y el hecho de que la quiero golpear —murmura Stella. El timbre suena y ella rueda sus ojos —. Esto va a ser una masacre.

—¿Estamos esperando a alguien más? Sé que invitaron a mi madre, pero ella decidió no venir.

—No, Farah, no es tu mamá —Stella suena cada vez más cabreada.

—Es Darvin —Aarón habla esta vez y yo abro mis ojos ampliamente al escucharlo —. Jezabel lo invitó y Stella todavía está molesta por eso.

—¡Es una reunión privada! ¡Ellos apenas regresaron esta mañana y ella ya lo está invitando a eventos donde no debería estar! —Explota.

—Tiene razón —me cruzo de brazos y Aarón resopla.

—Sí, pero no quiero que se siga alterando porque puede hacerle daño. Perdón, pero si Ángel y Jezabel no se dan cuenta de su chispa, como tú lo llamas, y si ella prefiere estar con Darvin en vez de arriesgarse a lo que tú dices que es algo que obviamente está ocurriendo con Ángel, es muy problema de ellos. Tienen que tomar sus propias decisiones y hacerse cargo de su vida —Aarón le habla, sin dejar de mirarla.

—Solo quiero lo mejor para mi amiga.

—¿Y cómo sabes que lo mejor es Ángel? —Stella se queda callada —. Sé que hay conexión, que hay atracción y hasta cariño entre ellos, yo también lo he presenciado a cada instante en el que se encuentran, pero eso no nos dice nada. He visto a Ángel en acción y a los minutos dejar tiradas a las mujeres porque no quiere nada serio con nadie, y ha dejado en claro que no cambiará. No quiere una pareja estable, está bien con la vida que lleva, y, si en algún momento deja de estarlo y quiere emparejarse con alguien, pues bien, que lo haga, que sea con quien desee hacerlo, pero no lo hará solamente porque así lo deseamos nosotros. Menos tratándose de Ángel. No va a ceder, y mucho menos si se siente obligado a hacerlo. Odia que lo obliguen, y perdón, pero no voy a perder a mi mejor amigo por andar sugiriéndole cosas que lo van a hacer sentir incómodo, y ustedes tampoco lo harán.

>>Siento mucho si estoy siendo duro, Stella, pero cada quien debe hacerse cargo de sus decisiones y tomar las que crean correctas, no porque otros lo quieran, sino porque así él o ella lo quiere, y si Jezabel quiere estar ahora con Darvin, pues que lo esté.

—No te molestes conmigo… —susurra ella y él suspira para luego sonreír, tomando su rostro entre sus manos —. No. Yo entiendo que es tu mejor amiga, y que quieres lo mejor para ella, pero ya cumpliste con tu parte de decirle tu opinión. Al final, es ella quien debe decidir si tomarla o no. Yo me preocupo por ti, Corazón. Todo este tema te tiene mal y te altera. En realidad, no es solo eso. Últimamente te andas alterando un poco por cualquier cosa, y eso no es bueno para el embarazo. Quiero que estés bien.

Ella asiente y él la abraza, antes de darle un beso y llevársela casi arrastras hacia la mesa.

—Me hubiese gustado preocuparme por tu embarazo de la manera en la que Aarón se preocupa por Stella… —susurra Archer y mi corazón se encoge.

Doy media vuelta y sus ojos verdes observan los míos oscuros. Mis dedos índice y medio recorren su mejilla y él cierra sus ojos, disfrutando del tacto.

—Es cierto que tuve muchos problemas, pero el saber que era tuyo y mío, me daban la poca fuerza con la que luchaba para que ella llegara a este mundo y no perderla en el camino como ya perdimos a nuestra luna.

—Siento mucho que hayamos perdido a Luna.

—Y yo haberte quitado todos estos años con Estrella…

El timbre de la casa vuelve a sonar y yo enarco una ceja cuando veo a Jezabel corriendo hacia la puerta para abrirla. De repente recuerdo a los padres de Archer y todo mi cuerpo se pone rígido. Me separo de él de inmediato y lo miro con el ceño fruncido.

—¡No me dijiste que tus padres estarían aquí! ¡Me odian! —reclamo.

—No lo hacen.

—Por supuesto que sí.

—Conocen a Ángel desde pequeño, vinieron por él, pero ya conversamos en el camino y les comenté sobre mi abuela. Mi padre, sobre todo, está avergonzado. Ellos no te odian, Farah.

—Yo solo…, no quiero que esto sea incómodo.

—Te juro que, a la primera señal de incomodidad, tú, Estrella y yo, nos iremos.

—¿Estrella está bien?

—Sí. Tardé un poco en venir porque se removió cuando la acosté en la cama y al saber que era yo quien la estaba acostando me pidió quedarme, y bueno, me quedé hasta que volvió a dormirse.

—Estaba muy ilusionada con el cumpleaños y mira, se quedó dormida —niego con mi cabeza —, de todas maneras, es probable que se vuelva a despertar en un rato, es algo que hace mucho.

—¿Eso es debido a qué?

—No lo sé. Ella dice que no hay ningún motivo, que está acostumbrada.

Dice que ya es como un hábito que ha tomado, aunque yo sospecho que hay más detrás.

—¿Quieres ir conmigo donde están mis padres?

—Necesito un momento más, Archer. Te juro que no puedo con los nervios. —Admito.

—Vale. Todo el tiempo que necesites.

—Hola, mucho gusto. Mi nombre es Darvin —Un chico tan solo un poco más alto que Jezabel se acerca a nosotros. Ella viene atrás dándonos una sonrisa de boca cerrada. Archer es el primero en saludar —. Supongo que tú no eres el cumpleañero.

—Soy Archer, un placer.

Archer le da la mano, presentándose y siendo amable, como siempre suele ser. Yo, sin embargo, cuando él voltea a verme, también tomo su mano, pero ni siquiera sonrío.

—Farah —es todo lo que digo.

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