28 de febrero de 2022
Farah Brownbear.
—¡Quiero a todo mundo en la sala de juntas! ¡Ahora! —Entro al edificio gritando.
Tengo que apretar mis labios con fuerza para no reírme como quisiera. Tengo que aparentar rectitud y seriedad, algo que últimamente me cuesta mucho hacer. Quiero sonreír a cada rato. De solo pensar en el día de ayer mientras miraba a mi hija y su padre jugar, cantar y contarse mil cosas, es imposible no querer estar con los labios ensanchados a cada rato.
Sin embargo, también recuerdo las palabras de Archer a la perfección: no debo demostrarle miedo a las personas. Mucho menos si se trata de su abuela, a quien sí le temo, he de decir, pero ella no tiene por qué saberlo. No tiene por qué seguirlo creyendo. Llegó Farah Brownbear, aquella que antes era insolente, aquella a la que algunos denominaban como: ‘’Corazón de hielo’’, o directamente aseguraban que ni corazón tenía.
Antes, mi seria, indestructible y firmeza forma de ser se debía a una careta que debía imponer debido a mi hija, a quien intentaba proteger, incluso de Archer, pero ahora las cosas son diferentes. Vuelvo a ser seria, indestructible y firme, me siento poderosa, pero eso es porque tengo personas que son pilares fundamentales, son las bases que están haciendo relucir a la antigua Farah. Esa de la secundaria y de la facultad. Aquella que luchaba por quienes quería, protegía a quienes amaba, pero mejor aún: no temía demostrar lo enamorada que estaba.
Yo estaba escondiendo mis sentimientos, pero ya no más.
Y como dijo Archer: que no nos importe lo que digan los demás.
Subo al ascensor y ya es completamente imposible controlar la sonrisa que brota de mis labios. Cuando llego a mi plata veo a todos moviéndose con agilidad, otros huyendo despavoridos y un susurro, que no logro distinguir quien lo dice, asegura que ‘’mucho duró la Farah buena, de seguro regresó la Farah arpía’’.
Analía me recibe en mi escritorio con una taza de café caliente y una carpeta que abre para comenzar a hablar sobre todas las reuniones y cosas que debemos hacer hoy. Hay una cosa que llama mucho mi atención, ella se ve rara.
—¿Follaste con Josh? —Le pregunto directamente, mientras me siento en mi silla y pongo mis manos juntas sobre la mesa, inclinándome hacia delante y dándole toda mi atención.
—¿Qué? —Sus mejillas enrojecen de inmediato.
—No sé, siento un aura rara en ti. Es como si estuvieras feliz, pero al mismo tiempo vinieras del velorio de tu esposo.
—No creo que sea algo para hablar con mi jefa.
—Tu jefa los encontró a Josh y a ti a nada de tener sexo en el archivero —le recuerdo.
—Archivero donde Archer y tu pasaron la noche ya que, casualmente, se quedaron encerrados…, con la noticia de que tienen una hija y parece que están nuevamente juntos, la verdad no me sorprendería si en ese momento también follaron —contraataca, pero cuando se da cuenta de lo que dijo lleva sus manos a su boca de inmediato —. Oh, por Dios…
—Uhhhh, pero si es que tengo una asistente con garras. Ya era hora de que las sacara —ruedo los ojos.
—Jefa…
—La actitud de que no rompes un plato y estás siempre de sumisa me tenía harta, espero que sigas sacando a relucir más de ti. Me refiero a tu verdadero yo.
—Lo siento…
—Solo explícame eso que decías de que muchos quieren entrevistarme debido a todo el escándalo que se armó en la boda de Archer. ¿No se supone que lo deben perseguir a él? —Me quejo.
—El pobre la debe estar pasando peor que tú.
—Quiero que todos estén en cinco minutos en la sala de juntas. Absolutamente todo el personal. Tengo noticias que darles, decisiones que tomar, y una idea que acaba de aparecer divinamente en mi inteligente cerebro.
—Sí, señorita Brownbear.
Ella se da media vuelta y yo tomo de mi café. Levanto mi vista y me percato de que se encuentra detenida en la entrada/salida de mi oficina. Suspira con resignación antes de voltearse y caminar de regreso hacia mí. Se sienta en una de las sillas de enfrente y entonces…, lo suelta todo:
—Josh y yo follamos, sí. Él fue a mi departamento porque yo necesitaba ayuda con algo…, pero eso fue una excusa porque yo lo que quería era verlo. Contrario a lo que parecía, Josh y yo nunca habíamos pasado más allá de besos y toqueteos, pero anoche no lo aguantamos más y…
—Y pasó —respondo, tratando de ayudarla, ya que debido a sus nervios no puede concentrarse bien. Es completamente entendible.
—Cuando acabamos, sentí a alguien entrar en el departamento y era Michael. Yo antes le había prometido a Josh que era el momento, que dejaría a Michael, pero soy una cobarde m****a.
—Así que no lo hiciste… —deduzco y veo sus ojos cristalizarse.
—En cambio prácticamente lo arrastré para que se escondiera en el armario, y estuvo allí hasta que la velada acabó porque Michael tuvo la brillante idea de llevar a su madre y su hermana a conocerme y…, y..., pues allí oficializamos el compromiso, una decisión que ya habíamos tomado hace tiempo.
—¿Por qué Analía? ¿Por qué te sigues haciendo esto?
Ella en cambio, ahora llorando, cuenta lo que pasó a continuación:
—Lo peor vino cuando ellas se fueron y Michael y yo fuimos a dormir en la cama donde había estado minutos antes con Josh, y donde Josh podía mirarnos perfectamente a través de las tablas del armario.
—Vaya…
—Esta mañana decidí decirle todo a Michael, porque ya no puedo seguir así, pero…, pero ahora Josh no quiere saber nada de mí. Ni siquiera me deja hablar, explicarle, nada.
—¿Y qué vas a decirle? ¿Cuál va a ser tu excusa?
—Su familia me detesta.
—¿Y? La abuela de Archer me detesta y sus padres me odian porque creen que lo dañé a propósito hace años, y, sin embargo, ahora que todo explotó, si Archer sigue queriendo estar conmigo, ellos me importan un comino. Solo me interesa que él me ame. Punto. Y lo hace, así que ¡Al demonio! No pienso dejarlo ir.
Sí, cuando quiero puedo ser posesiva.
—Soy una estúpida —lleva las manos hacia su rostro y lo frota.
Yo levanto mis hombros y acabo mi café antes de decir:
—Sí, lo eres.
Ella me mira ofendida y yo sonrío.
—Mis padres tienen ideas raras sobre las familias y todo eso me lo han transmitido por años. Ellos me aseguran que ninguna pareja durará su la pareja no es aceptada por la familia de cada uno.
—Diles que tienen mucha imaginación y que deberían crear un libro trágico, donde los protagonistas no puedan estar juntos debido a esa excusa tan absurda —me burlo.
—Estoy hablando en serio, Farah —paso por alto el hecho de que me ha llamado por mi nombre y no como corresponde al ser su superior.
—Yo también.
—Pues, quería conversarlo y que me dieras una buena opinión.
—Sí lo que querías era un buen consejo en vez de algo fatalista, viniste con la persona equivocada. Quien escucha todo y opina como se debe es Stella, no yo —le aclaro. Todavía recuerdo esas veces en las que Stella entraba a mi oficina y yo me encontraba escuchando el programa de radio de Archer. Por más que trataba de callarme, como lo hacía con todo mundo, era inevitable hacerlo con ella. Siempre terminaba contándole o diciéndole cosas.
—Stella está ocupada. Demasiado. No va a ayudarme y no quiero estorbar.
—Simplemente, llama ahora a Michael y dile que no quieres estar con él. Sin importar si luego te arreglas o no con Josh, Michael no se merece lo que estás haciéndole. Déjalo ir. —Asiente mientras baja la mirada hacia el escritorio. No entiendo por qué todos bajamos la mirada cuando nos sentimos incómodos, regañados o molestos, yo soy una —. Luego de eso, díselo a Josh. Y que él decida si creerte o no, pero, él ya luchó un montón por ti, así que, independientemente de lo que piense, ahora deberás tú luchar por él.
—Jamás he luchado por alguien. No sé cómo hacer eso.
Se esconde en su silla, haciéndose bolita, pero se sobresalta cuando planto uno de mis puños con fuerzas sobre el escritorio. Me mira con terror.
Me conoce a la perfección. No voy a pedirle, ni a aconsejarle, le voy a ordenar.
—Vas a ir, vas a adularlo todo el tiempo, diciendo el mejor de los comentarios sobre él con todo mundo, vas a regalarle flores, chocolates, entradas al cine, o las carreras de auto, lo sorprenderás en su cumpleaños con una velada, dejarás notas de disculpas y de amor sobre su escritorio y te acercarás a él a saludarlo, sin dejar de mirarlo nunca. Le vas a transmitir todo lo que sientes por él ¡¿Entendiste?!
—Sí, si…, pero…
—¡¿Pero?! —Me levanto alterada.
—Bueno, es que…, ¿Flores y chocolates? Papá dice que eso solo lo regala el hombre…
—¡Y también debes desligarte de los anticuados pensamientos de tus padres! ¡Sé tú misma! ¡Toma las riendas de tu vida y ten pensamientos propios! —Grito, levantándome y volviendo a golpear mi escritorio.
—¡Si, señorita Farah! —Se levanta como un resorte y me mira con ojos muy abiertos.
—Ahora ve a pedirle a todos que estén en la sala de juntas. Tienes dos minutos o te despido.
Sin dejar de asentir, sale apresurada de la oficina. Yo río como nunca y niego con mi cabeza antes de tomar mi celular y buscar el número de Ángel.
[Farah: Feliz cumpleaños a mi demonio favorito. No puedo esperar a que sea de noche para que vayamos a cenar. ¡Estrella está súper contenta! Pd: te tengo el mejor regalo de cumpleaños. Hoy sucederá algo y lo filmaré para dártelo exclusivamente a ti. Tendrás esa primicia que podrás soltar hoy mismo en tu canal televisivo y así los demás te envidiarán. ¿Qué te parece?]
[Ángel: Entre demonios nos entendemos]
Río más al ver cómo mi amigo me dice que los dos somos demonios. Bueno, por algo ha de ser.
[Ángel: 1: gracias. 2: no estoy entusiasmado con la cena, pero soy un buen tío que cumple su palabra. No me gusta eso de ser sometido por una niña, fue una jugada sucia, pero lo haré. 3: Mi canal televisivo es solo de deporte, pero supongo que ya viste que hay un bloque que se creó hace poco donde se habla de todo. Será un placer transmitirlo allí. Si me pasas esa filmación antes de las 14hs a las 16 lo estaremos transmitiendo].
[Farah: Te enviaré la filmación a las 12hs. Y deja de renegar de mi hija, es lo más maravilloso del mundo]
[Ángel: De eso no tengo duda alguna, demonio 2.0]
Guardo mi celular después de confirmarle a Archer el almuerzo en su departamento. Estrella y mi madre están con él en este momento y no deja de enviarme fotos y videos de las cosas que hacen.
Me levanto y me encamino hacia la sala de junta donde todos me esperan. Vuelvo a contenerme para no reírme en sus caras por lo mal y angustiados que se ven. Ellos creen que de verdad regresó la Farah que era una arpía con ellos, que no los dejaba descansar y que no quería más que perfección para su empresa. —Comentaré unas cosas y ordenaré otras —comienzo a decir. Miro la hora en el reloj postrado en la pared sobre mí y volteo a verlos a todos, quienes ahora me miran atentos. —Traigo buenas noticias: más de la mitad del personal que habían despedido han decidido regresar, el resto no lo hizo y se les indemnizó por el mal trato recibido a causa del imbé…, de Edward —me corrijo rápidamente, antes de continuar hablando —. Más manos de obra, menos trabajo —los oigo celebrar y yo sonrío con malicia —, pero eso será a partir del día dos porque hoy nadie se va de acá sin que una segunda revista esté lista para salir mañana mismo. La sala se queda completamente muda. —Es imposible que añ
28 de febrero de 2022Archer AlarcónSiento su cuerpo ponerse rígido en cuánto hago el pedido. Levanta su mirada a la mía y analiza mi rostro, yo frunzo el ceño, esperando a que hable, y pienso que no va a hacerlo.Me gustaría que fuese abierta conmigo en este aspecto, porque a pesar de que soy parte de ese pasado tan hermoso como doloroso, no parezco ser tan fiable o seguro como para ella hablar de eso conmigo.Su rostro perdido me pide disculpas y mis hombros se hunden cuando confirman lo que ya sé: no dirá nada, y no me gusta obligar a las personas a hablar si no lo quieren hacer.Justo cuando estoy por asentir, sintiéndome derrotado, su voz me sorprende:—Necesito estar un poco distanciada para poder hablarte de todo, porque si sigo sentada en tus piernas, y teniendo tu cuerpo a solo un centímetro de mí, voy a llorar a cada segundo, queriendo que me tengas abrazada y nunca terminaré de contarte todo. Va a ser muy dificil.Aun procesando en mi mente todo lo que ha dicho, muevo mi c
Todo lo que ella me cuenta es demasiado para soportar. No imagino lo que tuvo que vivir, no quiero siquiera pensar lo que fue estar en su piel en ese momento. Debió ser horrible, y yo… yo no estuve allí. De solo pensarlo mi pecho punza en dolor. >>Tuve lo que se le llama Síndrome del Gemelo Evanescente. Ellas serían gemelas. No sería solo Estrella. Iban a ser Estrella y Luna. —Íbamos a tener dos hijas… —susurro. Sintiendo el shock asentarse en todas mis terminaciones nerviosas. —Perdóname, Archer, fue mi culpa. Fue mi culpa. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y la hago levantarse para cargarla hasta el mueble más cercano y sentarnos allí. Ambos lloramos juntos. Ahora la entiendo. Entiendo su miedo. El trauma que desarrolló todo lo que vivió y todo lo que ese temor causó. Ella ha perdido mucho. Demasiado. Y eso ya ha acabado. Es hora de que termine porque no es justo que sigamos perdiendo cuando no le hemos hecho daño a nadie. No lo merecemos. Ella menos que nadie.
28 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Sube que ya vamos tarde.—Dijeron que nos veríamos dentro de una hora en el restaurante…—Ya ves que no.—No. Me iré solo.—Es que ya no vamos al restaurante. Cambiaron los planes. Sube —comienzo a estresarme cuando lo veo negar con su cabeza —¡Ángel, sube al auto!—No.—Por favor, tío Ángel…La sonrisa del susodicho se borra de su rostro cuando mira a mi hija asomarse desde la parte trasera hasta quedar en medio de los dos asientos delanteros de mi auto. Lo mira con carita adorable y junta sus manos en súplica. Yo aprieto mis labios para no reír.—¿Así que eso harán a partir de ahora para convencerme de hacer lo que quieran? —Pregunta él, cruzándose de brazos.Mi niña intensifica su mirada de gatito de Sherk, y yo sonrío orgullosa de ella cuando mi mejor amigo resopla y rodea el auto para subirse. Decide subir hacia la parte trasera y saludar a Estrella dándole un beso en su mejilla.Arranco el auto mientras ellos comienzan a hablar y escucho
—Yo se lo dije y ella no me hizo caso —escucho a Stella refunfuñar y salgo de mi estupor para observar cómo se voltea entre los brazos de Aarón y cruza sus brazos molesta —. Quiero golpear a mi mejor amiga. Mucho.—Quiero entender por qué quieres golpear a Jezabel…Ella vuelve a voltearse entre los brazos de Aarón para dejar de mirarlo y ahora mirarme a mí.—Le dije que había una chispa entre ella y Ángel. Me aseguró que no, que solo son amigos que se hacen bromas y compiten por todo, y para demostrármelo, llamó a su ex, quien ahora no es su maldito ex porque lo llamó justo para decirle que sí quería regresar con él.—Vaya…—Hace un año terminó con Darvin. La verdad es que era un buen chico. Ella lo hacía enloquecer, y siempre buscaba motivos para terminar con él. Pensaba que él la engañaba con la veterinaria de su gata, o que viajaba para ver a sus padres a otro país para no tener que soportar su actitud, y que a él le molestaba su forma de ser…, aunque eso último era cierto. Darvin
—Entonces, el cumpleañero… —Sé que soy más importante que todo mundo, incluso cuando no es mi cumpleaños, pero el día de hoy se han excedido un montón —Ángel se acerca a nosotros y yo me coloco al lado de Archer, mientras observo la escena, con una ceja enarcada. Esto va a estar interesante. —¿Eres Ángel? ¿El cumpleañero? —La persona más importante del día, del mundo, y digamos que del universo también —el mencionado se encoge de hombros. —Bueno, una buena autoestima, supongo —el chico ríe y estira su mano hacia Ángel, entregándole una caja envuelta con un lazo de regalo. Oh, oh. —Los amigos de Jezabel, también son los míos. —Lo dudo —responde Ángel, dejando al chico pasmado en su lugar. Ángel rompe la caja del regalo y saca lo que hay en él. Tira la caja al cesto de basura que hay a un lado y luego observa con una ceja levantada el reloj de lo que parece ser plata, que había dentro. —¿Te parece que me visto con diseños de segunda mano? O lo que es peor… ¿Te parece que me pongo
Archer Alarcón.No ha acabado un drama cuando enseguida comienza otro.Básicamente es así: Jezabel, en medio de una cena un poco apagada para ser una celebración de cumpleaños, recibe una llamada inesperada. Su hermano se encuentra preso, en la comisaría, por conducir ebrio y encima provocó un choque.Debido a este pequeño acontecimiento, ella creyó que era mejor que yo me hiciera cargo, cosa que era cierta, podría hacerme cargo, sí, pero… ¿Por qué mejor no complicar un poco más las cosas?Es decir…, en este preciso momento me encuentro de maravilla. Mi hija acaba de despertarse luego de haber dormido dos largas horas. Se levantó justo a tiempo, para cenar. Y tengo a una mujer que me hace enloquecer de la mejor manera posible recostada de mi pecho, mientras vemos a nuestra hija reírse, estando feliz, estando con Ángel a su lado, quien es el que le cuenta pequeñas anécdotas de Aarón, él y yo de cuando éramos pequeños.¿Por qué tendría yo que renunciar a disfrutar de mi familia? Sé que
—Siempre te he amado, Farah. Eres la única chica que ha robado mi aliento, mis miradas furtivas, ese temblor de manos al querer tocarte y no poder hacerlo, el hecho de que me pusieras tan nervioso como ninguna otra lo hacía, y al mismo tiempo me volvieras tan hablador para decirte todo lo que sentía. Siempre has sido especial. Tú y solo tú. La única mujer en vida —ahora no solo ella se encuentra acariciando mi mejilla, yo también estoy acariciando la suya.Me inclino para dejar un pequeño beso en sus labios. Uno que luego planeaba profundizar, pero un par de carraspeos nos hace separarnos y ver quien nos ha interrumpido.Siento como Farah se pone rígida de repente.—Mamá, papá…—es todo lo que digo, observando cómo se encuentran parados a nuestro lado. Ni siquiera se atreven a sentarse. Ellos solo quieren hablar. Me dijeron que solo querían llevar las cosas en paz y comenzar a involucrarse más porque quieren conocer a su nieta. Acaricio la espalda de Farah, y ella traga saliva con fuer