15/ Lo sabía. Archer no me cree. p2

—Entonces… ¿sí me crees? —Pregunto con timidez.

—Siempre.

—¿Por qué? Te he dañado mucho, Archer. Incluso la persona más enamorada, luego de tanta decepción, se da por vencida —reconozco.

—Siempre supe que había un motivo. Sabía que me amabas. Había una razón la suficientemente fuerte para que no me quisieras a tu lado aun cuando me amabas con la misma intensidad con la que yo te amo. Por eso no me daba por vencido contigo, hasta que casi logras convencerme…, desde hace una semana estaba convencido de que tú no me querías y que esas miradas de anhelo que me dabas eran imaginaciones mías.

—¿Me amas o me odias? No logro entenderlo —susurro contra sus labios.

—¿Creerás la respuesta que voy a darte? —responde como yo le respondí al comienzo de nuestra conversación. No espera a que yo responda —. Puedo entender tus motivos, Farah, pero pienso que debiste confiar un poco más en mí y darme más crédito. Independientemente de si era muy joven o no, debiste decirme y que juntos buscáramos una solución. Eso es lo que odio. Siempre piensas que tienes que hacerlo todo sola, cuando claramente no lo estás…, ni siquiera pensaste en mi cuando nuestra hija enfermó, sé que tiene pelucas, y sus propias palabras lo confirmaron. Ella dice que está bien ya. Necesito oírlo de tus labios.

Asiento con mi cabeza.

—Está bien, pero…, la leucemia puede volver a aparecer. Nuestra podría tener una recaída. Es eso por lo que vivimos en Los Ángeles. No se trata solo de esconderla de ti y de esa mujer, se trata de que allá está la clínica donde fue atendida desde que nació, cuando se enfermó y recuperó. Allá está su expediente y se siguen las citas mensuales.

—Yo debí haber pasado por todo eso con ustedes —su voz se le quiebra y solloza. Sin pedirle permiso, tomo su cuello y lo atraigo hacia mí. Lo consuelo lo mejor que puedo, mientras mi corazón se hunde cada vez más.

—Lo siento. Lo siento mucho, de verdad, estuve por venir a buscarte muchas veces, en una incluso viajé y me presenté en tu casa. ¿Te acuerdas? Hace tres años.

—Mi abuela te sacó de allí y no nos dejó siquiera saludarnos… ¡Dios! ¡Debí haber sospechado de ella!

—Tengo miedo, Archer…, ahora que todo se sabe, estoy aterrada.

—No tienes que estarlo. Ella no le pondrá un dedo encima a mi hija.

—Es que no entiendes… Ella no solo me amenazó con Estrella. Se trata de ti. No le importa que seas su nieto, si tú llegas a aceptar a Estrella, no va a perdonártelo. Te hará daño. Me lo dijo. Por eso tampoco te dije nada, tenía miedo de que te hiciera algo.

—No va a hacerme nada…

—¿Cómo lo sabes?

—Simplemente lo sé.

—Te amo. Eres el único hombre de mi vida, Archer. Perdóname…

Lo miro con fijeza y aunque sus ojos siguen tristes y él se ve un poco desanimado, se acerca y vuelve a abrazarme.

—Aún queda mucho que hablar, Farah, pero estoy demasiado cansado. El agotamiento mental pesa mucho más, incluso que el físico.

—Lo sé. Tómate todo el tiempo que necesites, Archer. Yo lo entiendo. —Soy la única culpable de todo. Debo aceptar la decisión que sea que Archer tome y ahorrarme mis opiniones —. Voy donde Aarón a ver a Estrella. Me iré a mi departamento con ella, puedes venir y estar junto a ella, puedes ir en la mañana, o pueden hacer planes, lo que quieras, solo… protégela.

—Prométeme que no te la llevarás… —su voz suena a súplica.

—No tiene sentido si ya lo sabes todo.

Él tan solo asiente y yo doy media vuelta.

La verdad es que todo salió mejor de lo pensado. Pero sabía que sería así. Archer es una de las mejores personas que conozco y no me haría el daño que yo le hice a él. Es por eso que sé que no lo merezco.

Incluso ahora que todo se sabe, sé y entiendo que, a estas alturas, él debería estar con alguien que sí lo merezca, lo valore y no le mienta como lo he hecho yo todos estos años.

Sin embargo, pueden pasar muchas cosas que te lleven a alejarte de la persona a la que amas, pero cuando son el uno para el otro, ni por todos los problemas del mundo, acaban separados.

—Te odio —esa frase me paraliza en mi intento de huida.

—Lo sé… —digo con resignación.

—Pero te amo más de lo que te odio.

—Eso también lo sé.

Volteo y mi respiración queda atrapada en mis pulmones cuando lo veo estar solo un paso de distancia de mí.

—Tenemos una hija, Farah…

Toma mis manos entre las suyas.

—La tenemos.

—Es mía. Yo soy su padre.

Sus ojos brillan de manera deslumbrante. Su verde se intensifica y lamo mis labios cuando sus ojos miran los míos.

—No quisiera otro padre para ella —admito.

—Bien. Porque no permitiré que tenga algún otro.

¿Qué?

—Arc…

Su nombre muere en mi boca cuando me ataca con la suya. De manera rápida, me hace subir a ahorcadas a su pecho y rodear su cintura con mis piernas. Su cuello es sujetado con mis brazos y mis labios corresponden al escrutinio de los suyos.

¡Jodido Dios! ¡Cuánto necesitaba esto!

—Creí que nunca más probaría tus labios… —jadeo en medio del beso.

Con una mano aprieta mi mandíbula haciéndome abrir más mi boca y así profundizar nuestra comida de boca. Su lengua se descontrola tocando la mía y cuando siento la mano que le quedaba libre posarse en mi trasero, aprieto más su cuerpo hacia mí.

—Mía…, tú y Estrella, ambas son mías.

—Siempre ha sido y siempre será así —no me importa si eso hace que crezca su ego y se vuelva un imbécil como Ángel. Así lo seguiré amando. Siempre.

—Ya no estás sola, Farah. A partir de ahora me dejarás tomar el papel que me corresponde y te relajarás un poco. Me toca a mí proteger a esta familia.

Y, aunque todo mi cuerpo se estremece en miedo, asiento y confío.

Conozco a Archer. Si él dice que estaremos bien, sé que así será.

Puede que pasemos por algunas cosas más, que ya sean fuertes o no tan fuertes, sé que, sabremos apoyarnos y protegernos. Juntos.

Aiis

Ya vamos por la mitad de la historia!!!!!

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