No es justo. Ella dijo que no vendría y yo bajé la guardia, si hubiese sabido que estaría aquí, por lo menos me hubiese preparado.
—Eso no importa, Archer. Solo enfócate en lo que sucederá ahora. Será nada más y nada menos que tu boda.
Asiento, dándole la razón.
Suspiro profundamente y miro a otros invitados. Mi familia está en los asientos de adelante, mis abuelos, los padres de mi papá, están en los asientos del lado derecho. Mi abuelo levanta sus pulgares hacia mí, pero mi abuela no deja de mirar hacia los asientos puestos en el lado izquierdo, donde se encuentra su otro nieto, Stefan, junto con mi ex novia, Farah. Al lado de mis abuelos están mis padres, quienes me miran con orgullo, mamá incluso está llorando, y eso que todavía no comienza la boda.
Analizo a las demás personas que se encuentran tratando de no mirar hacia Farah: detrás de mis familiares, abuelos, primos y tíos, están los padres de Aarón y algunos compañeros que tuve en la facultad y con los que sigo manteniendo contacto, pero no hablamos tan seguido, al menos no como con Aarón y Ángel. Del otro lado, del izquierdo, se encontraban puros amigos del trabajo y otras personas conocidas. También estaban los padres de Darla y algunas de sus tías.
Todo estaba bien, todo estaba perfecto…
Hasta que mi mirada siguió de largo y volví a verla: Farah estaba con un vestido color violeta, un morado oscuro que hacía resaltar su pálida piel. Su larga coleta recogida desde el comienzo de su cabeza y caía por sobre la parte delantera de su vestido y llegaba hasta su cintura. Sus ojos se veían más oscuros de lo normal debido al maquillaje que cubría sus facciones y las resaltaba más. Sus labios iban de un marrón rojizo intenso y en su cuello tenía un colgante con una estrella como dije.
—Archer… —escucho un susurro, pero no le presto atención —. ¡Archer! —Esta vez el susurro es más firme, así que volteo a mirar qué es lo que Aarón quiere.
Cuando planeo preguntarle qué es lo que quiere, una música me hace abrir los ojos y enfocar mi mirada en la entrada de la iglesia.
Darla aparece, hermosa, muy hermosa. Tiene un enorme vestido blanco que llega hasta sus tobillos y se estira hacia atrás, en una enorme cola que dos de sus sobrinas toman con sus pequeñas manos. Su rostro está cubierto por un velo blanco transparentoso. Ella camina hacia mí, y siento… siento…
Maldición.
Son muchas emociones encontradas a la vez, pero si hablamos de sentir…
Siento que no es lo correcto.
Trago saliva con fuerza. Y me convenzo una vez más.
Es momento de ser feliz, Archer. De continuar tu camino y no seguir estancado esperando algo que no va a suceder y a alguien que en realidad no te quiere en su vida.
Así que sonrío. Y lo hago de verdad. Con sinceridad.
Darla me mira y sonríe también. Sigue caminando a través de las personas, en medio de ellas, tan linda y brillante. La espero, espero a que llegue a donde estoy y cuando lo hace, estiro mi mano hacia ella.
La cantidad de flashes son incontables. Desde su entrada se ha alborotado todo tanto fuera como dentro de la iglesia.
La ayudo a subir el escalón que da hacia el altar y ella queda parada frente a mí.
El cura comienza a dar la bienvenida y a decir unas palabras, yo me inclino hacia adelante y descubro su rostro cuando me lo indican. Va pasando el tiempo y todo va ocurriendo, siento que pasa rápido, pero que se siente bien. Sonrío y no suelto las manos de Darla mientras escuchamos las palabras destinadas a nosotros. A nuestro presente y futuro, el cual se ruega que sea infinito.
—Archer Alarcón, pon este anillo a tu esposa/esposo como señal de fidelidad y amor —Aarón y Ángel se acercan a mí y este último me entrega el aniño de alianza. Ambos me abrazan y se retiran a sus lugares.
Tomo la mano derecha de Darla y trago saliva con fuerza, tomando todo de mí para no voltear a mirar otra cosa que no sea ella. La miro con fijeza y mientras coloco el anillo en el dedo anular le digo las siguientes palabras:
—Darla Mickayla Montreal, llegaste a mi vida para ser la luz que ilumina mis días. Eres eso que necesitaba y que tanta paz me trae. Espero estar a tu altura y hacerte tan feliz como me haces y como sé que me seguirás haciendo a mí.
Ella repite mi acción, tomando mi mano derecha y colocando el anillo que previamente le entregaron dos de sus mejores amigas, las cuales fueron sus madrinas, en mi dedo anular.
—Archer Alarcón. Siempre supe que mi vida estaba destinada a un gran hombre, pero no sabía que tú, eres incluso mucho más que eso. En definitiva, no pareces de este planeta. Tu amabilidad, bondad y hermosa manera de querer son las que te hacen ser una maravilla de persona. Te quiero un mundo, y espero que vengan buenos tiempos para nosotros.
Ambos nos miramos, su sonrisa es inmensa y yo también sonrío y luego volteamos a mirar al cura, pero por un momento, alguien en la entrada llama nuestra atención.
Es inevitable no mirar a Jezabel entrar, con su mentón en alto, ceja levantada y actitud retadora. Ángel le murmura algo a Aarón, creo oir que dice: ‘’la conozco, algo trama’’, pero la chica tan solo va y se sienta junto a su amiga, que, aunque no se escucha lo que le dice porque hablan en voz baja, sé que le está dando un sermón por prácticamente irrumpir en la boda de esa manera. Estaba invitada, pero está llegando tarde.
—Archer Alarcón… —El cura llama mi atención y así es como la boda continúa —. ¿Aceptas a esta mujer, Darla Montreal, para amarla y respetarla, cuidarla y protegerla, hasta que la muerte los separe…?
Respiro profundamente y asiento.
—Acepto.
—Darla Montreal… ¿Aceptas a este hombre, Archer Alarcón, para amarlo y respetarlo, cuidarlo y protegerlo, hasta que la muerte los separe…?
—Acepto.
Nos miramos una vez más.
Ya casi estamos listos. Ya casi somos esposos.
—Si hay alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o…
Mi corazón comenzó a saltar con fuerza a escuchar unas pequeñas pero muy firmes pisadas. Voltee enseguida a mirar qué ocurrida, y una pequeña voz…
Esa pequeña voz… se hizo presente en todo el lugar, dejándonos mudos a todos.
—¡Yo me opongo!
Frunzo el ceño, soltando las manos de Darla y volteándome por completo para mirarla bien. Ella es…
Mi cabeza gira hacia Farah, quien a su vez observa a su hija. Esa pequeña acaba de interrumpir la boda y hacer a todos callarse. Es el centro de atención.
La pequeña no deja de caminar, con la cabeza en alto y su meta firme. Su vestido floreado hace juego con sus zapatillas rosas, que incluso tienen un poco de tacón. Sus uñas las tiene pintadas, y su cabello rosado va a juego con sus joyas.
Cuando llega ante Darla y yo, ella me sonríe, solo a mí, quita los lentes que cubren su mirada y el aire se drena de mis pulmones. Sus ojos…
Esos ojos son mis ojos. Son verdes iguales que los míos.
—Tú… —doy un paso hacia ella. Miro a Farah, quien es protegida por el cuerpo de mi hermano, y vuelvo a mirar a la pequeña.
—Mucho gusto —la niña estira su mano y yo la miro aturdido, pero, aun así, la tomo —. Mi nombre es Estrella Anjana Brownbear…, y soy tu hija.
No les puedo decir lo que me causó escribir este capítulo. Andaba gritando toda emocionada. Ya quería llegar a esta parte.
26 de febrero de 2022Archer Alarcón—Mucho gusto —la niña estira su mano y yo la miro aturdido, pero, aun así, la tomo —. Mi nombre es Estrella Anjana Brownbear…, y soy tu hija.—Hi… ¿Hija? —Pregunto aturdido. Ni siquiera sé qué carajos estoy balbuceando. No debería preguntar lo obvio, esa pequeña es una mini yo.Llevo mi mirada nuevamente hacia el lugar donde se supone que debería seguir Farah, pero ella, sin embargo, comienza a alejarse, va hacia la entrada, yéndose. Mi hermano está a su lado. Su madre, Rebeka, pasa a su lado y la mira con pena, sin siquiera intentar hacerla quedarse. Sabe que su hija necesita espacio, el mismo espacio que necesito yo para pensar bien las cosas, pero mi curiosidad puede más.Y la verdad es que…Ahora que sé que soy su papá, no quiero ni piensa dejarla ir.Rebeka se coloca al lado de Jezabel. La mujer tiene su rostro serio y no deja de ver por su nieta como de seguro estuvo haciéndolo todo este tiempo.Dios, todo era tan obvio…¿Cómo es que nunca me
—Vas a ver, Archer, que esa mujer volverá a jugar contigo y te destruirá peor de lo que lo hizo la primera vez —dice Adelaida, con sus dientes apretados. Se sacude y hace que Ángel la suelte, antes de dar media vuelta y salir con mucha rapidez de la iglesia.Miro a mi padre y levanto el mentón, esperando a que diga algo, pero prefiero adelantarme, así que le digo:—Si tú también quieres reprocharme, vas a tener que esperar porque tengo a una niña a la que cuidar de la gente que no acepta la realidad. Es mi hija —trato de decirle lo más calmado posible, pero la verdad es que mi voz es tan amenazadora como llena de veneno.Todos están sorprendidos con esta faceta de mí, y no es para menos…, Archer Alarcón suele ser el más tranquilo, pacífico y mediador, pero eso se acabó.—¿Cómo te atreves, Archer? Pareciera que no me conocieras. Por Dios, esa niña es prácticamente una copia tuya. Es tu hija, eso está más que claro.Trago saliva con fuerza y siento un claro alivio al escuchar sus palabr
26 de febrero de 2022.Farah Brownbear—No tienes idea de cuánto te odio, Farah. Te odio como jamás pensé odiar a nadie en este mundo.El abrir la puerta y encontrarme con nada más y nada menos que a una de las tres personas a las que más amo en este mundo decirme esas horribles palabras con semejante firmeza, es de lejos lo peor que me ha pasado. El que Archer me odie lo supera todo.No sé por qué me impacta tanto el que me lo diga. Tenía muy en claro que, una vez que se enterara que tenía una hija a la que no crió por años, iba a odiarme.Pensé que estaba preparada para cuando llegara este momento.Se supone que tuve años donde me fui haciendo a la idea y no me dolería tanto cuando ese día llegara…Pero ese día es hoy, y no solo duele. Está destrozándome por dentro.El saber que soy la culpable de sus ojos rojizos, lágrimas incontenibles, cuerpo tembloroso y rígido, me parte por dentro.Ni siquiera intento cerrar la puerta. Lo hecho, hecho está. El día ha llegado, debo afrontar las
—Entonces… ¿sí me crees? —Pregunto con timidez. —Siempre. —¿Por qué? Te he dañado mucho, Archer. Incluso la persona más enamorada, luego de tanta decepción, se da por vencida —reconozco. —Siempre supe que había un motivo. Sabía que me amabas. Había una razón la suficientemente fuerte para que no me quisieras a tu lado aun cuando me amabas con la misma intensidad con la que yo te amo. Por eso no me daba por vencido contigo, hasta que casi logras convencerme…, desde hace una semana estaba convencido de que tú no me querías y que esas miradas de anhelo que me dabas eran imaginaciones mías. —¿Me amas o me odias? No logro entenderlo —susurro contra sus labios. —¿Creerás la respuesta que voy a darte? —responde como yo le respondí al comienzo de nuestra conversación. No espera a que yo responda —. Puedo entender tus motivos, Farah, pero pienso que debiste confiar un poco más en mí y darme más crédito. Independientemente de si era muy joven o no, debiste decirme y que juntos buscáramos un
Jezabel convence a Estrella y a Rebeka de no permitir a Archer casarse.La chica manejaba mientras sus labios se curvaban en una enorme sonrisa y su mano derecha se movía de lado a lado al ritmo de la canción.Rebeka iba relajada, tranquila, sabiendo que ya estaba por acabar el peligro de ser descubiertas. Ya iban de camino al aeropuerto. Estaba todo planeado: llegarían hoy y esperarían a que Farah se les juntara el día de mañana. Serían la misma familia de tres que se apoyaba y hacían locuras que hicieran sonreír a la pequeña Estrella. Esa niña era todo lo que a su mamá y su abuela les importaba.Así que todo iba bien…Muy bien.De hecho, iba demasiado bien para ser verdad.La paz acabó en cuanto notó como, a pesar de que Jezabel iba cantando y bailando a todo pulmón mientras manejaba, y de cómo la pequeña estrella sonreía y seguía el coro sin dejar de peinarse la peluca color violeta que tenía sobre su cabeza; la chica detrás del volante se desviaba de camino, tomando la ruta de la
Stefan ve a Archer y a Farah durmiendo en su cama.—Todavía tengo miedo de que esto sea un sueño y que cuando despierte tu hayas reaccionado de peor manera y me odies para siempre —admite Farah mirando a Archer con nada más que adoración.La expresión del chico se suaviza y sonríe, dejando un casto beso en sus labios y tomándola de la mano para guiarla hacia el mueble donde primero se sienta él y la hace acomodarse entre sus piernas.—Nunca te había dicho que te odiaba porque pensaba que era algo que jamás sentiría por ti, y no voy a mentirte, Farah, en cuanto supe de la existencia de Estrella, te odié. Te lo dije de manera directa, porque puedo ser tímido para algunas cosas, pero no me gustan las mentiras, y lo sabes…, sin embargo, puede que te haya odiado en ese instante, y puede que todavía sienta que me quitaste mucho, pero también sé que vas a recompensarlo, conmigo y con Estrella. El odio que pude sentir por ti no duró ni dos horas, y es demasiado obvio que eso pasa cuando es im
27 de febrero de 2022.Archer Alarcón.—No creo que sea prudente que lleguemos juntos… —dice Farah al terminar de tragar un bocado de uno de los dos sándwiches que le preparé —. Es decir, sé que todo está bien…, o eso creo —se corrige —, pero ¿no te parece muy apresurado un ‘’nosotros’’?Frunzo el ceño y vuelvo a terminar de preparar mi sándwich, sobre todo cuando la estaba mirando como un idiota que ahora no quiere ver nada más que no sea ella. Ella y esos profundos ojos negros que me recuerdan a un bosque oscuro en el que me he perdido y no hago el más mínimo esfuerzo por ser encontrado. Es un placer vivir en ese bosque para siempre.—¿Crees que nuestros amigos no saben sumar uno más uno? Ninguno de los dos apareció anoche, ni siquiera para saber cómo se encontraba su hija luego de todo el desorden que se armó, cosa que no me enorgullece porque significa que no estoy comenzando mi labor como padre con buen pie… —pongo mis sándwiches listos sobre un plato y me volteo, antes de ir hac
—¿Qué cosa, papi?—Tú, eres perfecta —su sonrisa se amplía mucho más y lleva sus manos también hacia su cabello.—Es cortito, pero me gusta. A veces uso las pelucas porque me gusta usarlas, no porque sean necesarias o porque me de vergüenza mi poco cabello. Me enorgullece porque, como dice mami, significa que soy una guerrera que ha superado algo muuuuuy grande.—En eso estoy totalmente de acuerdo.—Igual, para mí es más dificil superar la escuela que superar la escuela, que superar mi enfermedad. Mami dice que es al revés, pero yo no lo creo.—¿Se te hace muy dificil la escuela?—Sí. La mayor parte del tiempo lo paso en clases virtuales o mi maestra, la tutora designada para mí, viene a casa a darme clases, desde hace dos años, poquitas veces he ido a la escuela.—¿Ella no puede ir al colegio todavía? ¿No puede ir de manera constante? —Le pregunto a Farah.—Se supone que ahora a finales de marzo, que estaría comenzando el primero de los dos cuatrimestres de primaria podría comenzar s