Archer Alarcón
—Ni siquiera estoy nervioso.
Una vez que llegué a la iglesia, me hicieron adentrarme en una pequeña habitación que se encuentra entre la entrada y la sala donde se está celebrando la ceremonia, en la iglesia. Es una enorme capilla, muy bien decorada y bonita.
Suspiro con fuerza, Aarón se acerca a mí y pone su mano en mi hombro.
—Yo en ese momento, a pesar de que todo fue improvisado y muy de locos, estaba que me cagada de los nervios en los pantalones. Mi corazón no paraba de latir con fuerza, estaba muy desesperado, pero era porque quería estar unido ya a ella, y una vez que estuvimos casados, fue la única manera en que paró. Ese sentimiento, de todas maneras, permanece en mí, siempre. Cada vez que la veo, cada vez que sé que nos pertenecemos, me hace poner nervioso, por temor a echarlo a perder todo en algún momento, pero al mismo tiempo es como si, a pesar de todo el sobresalto, me siento en calma y en paz conmigo mismo porque sé que haría hasta lo imposible por mi esposa. Porque la amo, y estar sin ella es algo inimaginable e innegociable. Mucho menos ahora que tendremos un hijo.
Escucho la risa burlona de Ángel y Aarón frunce el ceño, volteándose hacia él.
—¿Te estás burlando de mis palabras? —Le pregunta indignado. Cruzándose de brazos.
—No es eso. Es que, aunque sí sonaron demasiado cursis para mi gusto, lo que me dio risa fue el hecho de que tu discurso está incluso mejor que el que ha escrito Archer y ha estado repasando toda la madrugada e incluso ahora.
Miro el papel entre mis manos con mis votos matrimoniales, y pues sí. Ángel tiene razón.
—Deja de ser un imbécil por lo menos hoy —le pide Aarón.
—¿Imbécil por decir la verdad? Yo apreciaría si, en caso de ser contrario, en caso de yo llegar a amar a una mujer, cosa que jamás ocurrirá, espero que ustedes se pongan los zapatos de los mejores amigos que creo que son, y me lo digan. Si ven que planeo ir con otra chica, que no es la que me trae loco, espero que me enfrenten. Aunque, no creo que pase, porque si eso llegara a pasar, ella no tendría lugar alguno donde esconderse de mí. No necesitaría que alguien abriera mis ojos, o que me dijera lo evidente, porque, aunque suelo negar las cosas ahora, si fuese algo que llegara a pasar, lo tomaría, lo aceptaría, y no hay nada ni nadie en el mundo que pueda hacer algo para que ella y yo no estemos juntos.
—Jamás pensé que te escucharía hablando así —admito.
—Solo lo hacía para darte una idea. Hay solo un uno por ciento de probabilidades de que Ángel Alcacer pueda llegar a enamorarse, y en el fondo sé que no sucederá. Al fin y al cabo, la vida siempre le hace jugadas a los hijos de pu*ta como yo, que no tienen corazón. Un millonario sin corazón… —él ríe. Se levanta de su asiento y camina hacia la salida, sin dejar de hablar —. En fin, deberías borrar la estupidez que dirás y escribir lo que dijo Aarón, así por lo menos vas a fingir tan bien que hasta sonarás genuinamente enamorado y nadie sabrá la verdad de que tu corazón está tomadísimo por otra.
Miro como sale del lugar, molesto.
Tengo su apoyo, él me lo dejó en claro, pero aun así aclaró que no estaba de acuerdo con esta boda. Allí donde ven a Ángel, él está incluso más preocupado por Darla y lo dañada que puede llegar a salir. Ángel tiene un gran don para leer a las personas, él supo que Elizabeth estaba obsesionada con Aarón antes que cualquiera, e incluso, llegó a advertirlo y nadie le hizo caso. Creo que comienzo a lamentar el no hacerle caso.
Sin embargo, también sé que ya Farah y yo hemos tenido un cierre. Se acabó. Somos libres el uno del otro, mi destino está con Darla y lucharé por ella. Me lo merezco.
—¿Sabes qué es curioso? —Me pregunta Aarón sin dejar de mirar la puerta cerrada por donde anteriormente Ángel salió.
—¿Qué cosa?
—Que Ángel tiene razón respecto a ti, pero hay una falla en todo su argumento…
Eso sí que me da curiosidad.
—¿De qué hablas?
—Dice que sabe que no se enamorará…
—Siempre ha asegurado que estará solo por el resto de su vida.
Aarón sonríe.
—Pero es que él ya está enamorado. Lo sabe, no es un imbécil. Solo que no quiere aceptarlo.
—No creí que viviría para esto… ¿Ángel enamorado?
—Y el día en que lo acepte, el mundo va a explotar, literalmente.
Varios golpes en la puerta nos interrumpen y un joven asoma su cabeza por ella tras abrirla.
—Ya pueden ir saliendo los padrinos y el novio. En diez minutos llega la novia y comienza oficialmente la ceremonia.
Aarón asiente hacia él y el joven se retira, cerrando la puerta detrás de él. Mi amigo camina hacia mí y coloca mis manos sobre mis hombros. Hace que levante mi cabeza y nuestras miradas conecten. Dirá algo sabio, como solo él sabe hacerlo.
—Entiendo la postura de Ángel y entiendo tu postura. Nosotros no somos adivinos para saber qué ocurrirá en un futuro o como siquiera acabará esto; solo sabemos que, Ángel te quiere como a un hermano y solo desea que vayas por lo que quieres y no uses a terceros aun cuando no lo veas como que la estás usando. Y también sabemos que, por tu parte, tan solo quieres ser feliz y seguir adelante, y que, a pesar de todo, quieres mucho a Darla. Es una buena chica que se adentró a nuestras vidas y las iluminó con su bondad, así que te entiendo, todo lo que quieres es paz entre tanto caos y tanto luchar por algo que no se dio y que después de tantos años es improbable que se dé. Así que, solo quería decirte que, lo mereces, Archer. Mereces ser feliz.
>>Muchas veces, las personas no terminan estando con aquellas a las que más amaron en el mundo, pero, en cambio, terminan con una a la que, aunque el sentimiento no es tan fuerte al principio, con el paso del tiempo, con la estabilidad, tranquilidad y apoyo mutuo, aprenden a dejarla entrar por completo hasta que llega el momento en el que lo o la aman incluso más que a quien fue su gran amor…, espero que este sea tu caso.
—Gracias por tus palabras, Aarón. Me han dado el empujón que necesitaba para terminar de hacerlo.
—No lo hagas debido a mis palabras, hazlo porque es algo que quieres y no que debes hacer —me aconseja.
Recuerdo entonces las palabras de Heikel: Deja de buscar en otras personas el cariño que no deseas que te den, porque por más que te lo den, para ti no será suficiente al no provenir de la persona correcta.
Creo que comienzo a entenderlo, pero me rehúso a que sea así.
—Es difícil que las palabras no influyan. Me duele incluso que Ángel tenga tanta razón y que esté conmigo aquí, apoyándome, pero al mismo tiempo es como si no estuviera, porque sé que lo hace por obligación precisamente porque somos como hermanos.
—Lo importante es que, a pesar de su terquedad y obstinada forma de ser, él está aquí.
—Supongo que sí.
Tomo una gran bocanada y aire y estiro un poco mi cuerpo antes de darme un último vistazo en el espejo a mi traje de tres piezas. Cada cosa está en su lugar, incluso el peinado que me hice dejando mi cabello de lado, sin siquiera un cabello fuera de lugar.
Y ni hablemos en las tres pequeñas rosas que están puestas en el bolsillo delantero de la camisa manga larga que está cubierta por el saco.
—Bueno, ha llegado el momento… —Murmuro, atreviéndome a voltear y mirar la puerta por donde debo salir.
—Otro triple A atrapado. Ya nada más nos queda Ángel. Eso no me consuela, creo que nos la pondrá difícil.
Sonrío y él me palmea el hombro mientras caminamos a la par del otro.
—Creo que, ni siquiera llegará a casarse… —bromeo.
—Como que ya no estoy tan seguro de eso.
—Bueno, Aarón. Tú parece que sabes muchas cosas que no me has dicho. Creo que debemos tener una larga conversación sobre Ángel Alcacer y su interés amoroso.
—Hecho. Después de tu luna de miel te contaré todo lo que sé.
Cerramos el trato tomándonos las manos y riéndonos por las estupideces que estamos diciendo, mientras atravesamos el pasillo y llegamos a ceremonia como tal. Todos los invitados se levantan y aplauden cuando sigo de largo, quedando entre las dos hileras de filas, y yo sonrío, saludando a varias personas, hasta que…
Me detengo abruptamente y mi sonrisa se borra con suma rapidez. Frunzo el ceño, e incluso, parpadeo un par de veces.
¿Acaso son imaginaciones mías?
—Sigue caminando, Archer —Aarón ordena detrás de mí e incluso me da un empujoncito que me hace entrar en razón y sacudir mi cabeza, saliendo del aturdimiento.
Miro a las personas a mi alrededor una vez más y vuelvo a darles una pequeña sonrisa, pero esta vez es forzada. Ahora me miran con extrañez, y también miran a la persona a la que yo miré.
Toma todo de mí no voltear a verla una vez más.
—Ella dijo que no vendría.
—Lo sé —Responde Aarón, quien se detiene a mi lado una vez que llegamos al altar.
Me remuevo inquieto.
No lo hagas, Archer, concéntrate. Solo debes concentrarte.
—¿Qué hace aquí?
No es justo. Ella dijo que no vendría y yo bajé la guardia, si hubiese sabido que estaría aquí, por lo menos me hubiese preparado. —Eso no importa, Archer. Solo enfócate en lo que sucederá ahora. Será nada más y nada menos que tu boda. Asiento, dándole la razón. Suspiro profundamente y miro a otros invitados. Mi familia está en los asientos de adelante, mis abuelos, los padres de mi papá, están en los asientos del lado derecho. Mi abuelo levanta sus pulgares hacia mí, pero mi abuela no deja de mirar hacia los asientos puestos en el lado izquierdo, donde se encuentra su otro nieto, Stefan, junto con mi ex novia, Farah. Al lado de mis abuelos están mis padres, quienes me miran con orgullo, mamá incluso está llorando, y eso que todavía no comienza la boda. Analizo a las demás personas que se encuentran tratando de no mirar hacia Farah: detrás de mis familiares, abuelos, primos y tíos, están los padres de Aarón y algunos compañeros que tuve en la facultad y con los que sigo manteniendo
26 de febrero de 2022Archer Alarcón—Mucho gusto —la niña estira su mano y yo la miro aturdido, pero, aun así, la tomo —. Mi nombre es Estrella Anjana Brownbear…, y soy tu hija.—Hi… ¿Hija? —Pregunto aturdido. Ni siquiera sé qué carajos estoy balbuceando. No debería preguntar lo obvio, esa pequeña es una mini yo.Llevo mi mirada nuevamente hacia el lugar donde se supone que debería seguir Farah, pero ella, sin embargo, comienza a alejarse, va hacia la entrada, yéndose. Mi hermano está a su lado. Su madre, Rebeka, pasa a su lado y la mira con pena, sin siquiera intentar hacerla quedarse. Sabe que su hija necesita espacio, el mismo espacio que necesito yo para pensar bien las cosas, pero mi curiosidad puede más.Y la verdad es que…Ahora que sé que soy su papá, no quiero ni piensa dejarla ir.Rebeka se coloca al lado de Jezabel. La mujer tiene su rostro serio y no deja de ver por su nieta como de seguro estuvo haciéndolo todo este tiempo.Dios, todo era tan obvio…¿Cómo es que nunca me
—Vas a ver, Archer, que esa mujer volverá a jugar contigo y te destruirá peor de lo que lo hizo la primera vez —dice Adelaida, con sus dientes apretados. Se sacude y hace que Ángel la suelte, antes de dar media vuelta y salir con mucha rapidez de la iglesia.Miro a mi padre y levanto el mentón, esperando a que diga algo, pero prefiero adelantarme, así que le digo:—Si tú también quieres reprocharme, vas a tener que esperar porque tengo a una niña a la que cuidar de la gente que no acepta la realidad. Es mi hija —trato de decirle lo más calmado posible, pero la verdad es que mi voz es tan amenazadora como llena de veneno.Todos están sorprendidos con esta faceta de mí, y no es para menos…, Archer Alarcón suele ser el más tranquilo, pacífico y mediador, pero eso se acabó.—¿Cómo te atreves, Archer? Pareciera que no me conocieras. Por Dios, esa niña es prácticamente una copia tuya. Es tu hija, eso está más que claro.Trago saliva con fuerza y siento un claro alivio al escuchar sus palabr
26 de febrero de 2022.Farah Brownbear—No tienes idea de cuánto te odio, Farah. Te odio como jamás pensé odiar a nadie en este mundo.El abrir la puerta y encontrarme con nada más y nada menos que a una de las tres personas a las que más amo en este mundo decirme esas horribles palabras con semejante firmeza, es de lejos lo peor que me ha pasado. El que Archer me odie lo supera todo.No sé por qué me impacta tanto el que me lo diga. Tenía muy en claro que, una vez que se enterara que tenía una hija a la que no crió por años, iba a odiarme.Pensé que estaba preparada para cuando llegara este momento.Se supone que tuve años donde me fui haciendo a la idea y no me dolería tanto cuando ese día llegara…Pero ese día es hoy, y no solo duele. Está destrozándome por dentro.El saber que soy la culpable de sus ojos rojizos, lágrimas incontenibles, cuerpo tembloroso y rígido, me parte por dentro.Ni siquiera intento cerrar la puerta. Lo hecho, hecho está. El día ha llegado, debo afrontar las
—Entonces… ¿sí me crees? —Pregunto con timidez. —Siempre. —¿Por qué? Te he dañado mucho, Archer. Incluso la persona más enamorada, luego de tanta decepción, se da por vencida —reconozco. —Siempre supe que había un motivo. Sabía que me amabas. Había una razón la suficientemente fuerte para que no me quisieras a tu lado aun cuando me amabas con la misma intensidad con la que yo te amo. Por eso no me daba por vencido contigo, hasta que casi logras convencerme…, desde hace una semana estaba convencido de que tú no me querías y que esas miradas de anhelo que me dabas eran imaginaciones mías. —¿Me amas o me odias? No logro entenderlo —susurro contra sus labios. —¿Creerás la respuesta que voy a darte? —responde como yo le respondí al comienzo de nuestra conversación. No espera a que yo responda —. Puedo entender tus motivos, Farah, pero pienso que debiste confiar un poco más en mí y darme más crédito. Independientemente de si era muy joven o no, debiste decirme y que juntos buscáramos un
Jezabel convence a Estrella y a Rebeka de no permitir a Archer casarse.La chica manejaba mientras sus labios se curvaban en una enorme sonrisa y su mano derecha se movía de lado a lado al ritmo de la canción.Rebeka iba relajada, tranquila, sabiendo que ya estaba por acabar el peligro de ser descubiertas. Ya iban de camino al aeropuerto. Estaba todo planeado: llegarían hoy y esperarían a que Farah se les juntara el día de mañana. Serían la misma familia de tres que se apoyaba y hacían locuras que hicieran sonreír a la pequeña Estrella. Esa niña era todo lo que a su mamá y su abuela les importaba.Así que todo iba bien…Muy bien.De hecho, iba demasiado bien para ser verdad.La paz acabó en cuanto notó como, a pesar de que Jezabel iba cantando y bailando a todo pulmón mientras manejaba, y de cómo la pequeña estrella sonreía y seguía el coro sin dejar de peinarse la peluca color violeta que tenía sobre su cabeza; la chica detrás del volante se desviaba de camino, tomando la ruta de la
Stefan ve a Archer y a Farah durmiendo en su cama.—Todavía tengo miedo de que esto sea un sueño y que cuando despierte tu hayas reaccionado de peor manera y me odies para siempre —admite Farah mirando a Archer con nada más que adoración.La expresión del chico se suaviza y sonríe, dejando un casto beso en sus labios y tomándola de la mano para guiarla hacia el mueble donde primero se sienta él y la hace acomodarse entre sus piernas.—Nunca te había dicho que te odiaba porque pensaba que era algo que jamás sentiría por ti, y no voy a mentirte, Farah, en cuanto supe de la existencia de Estrella, te odié. Te lo dije de manera directa, porque puedo ser tímido para algunas cosas, pero no me gustan las mentiras, y lo sabes…, sin embargo, puede que te haya odiado en ese instante, y puede que todavía sienta que me quitaste mucho, pero también sé que vas a recompensarlo, conmigo y con Estrella. El odio que pude sentir por ti no duró ni dos horas, y es demasiado obvio que eso pasa cuando es im
27 de febrero de 2022.Archer Alarcón.—No creo que sea prudente que lleguemos juntos… —dice Farah al terminar de tragar un bocado de uno de los dos sándwiches que le preparé —. Es decir, sé que todo está bien…, o eso creo —se corrige —, pero ¿no te parece muy apresurado un ‘’nosotros’’?Frunzo el ceño y vuelvo a terminar de preparar mi sándwich, sobre todo cuando la estaba mirando como un idiota que ahora no quiere ver nada más que no sea ella. Ella y esos profundos ojos negros que me recuerdan a un bosque oscuro en el que me he perdido y no hago el más mínimo esfuerzo por ser encontrado. Es un placer vivir en ese bosque para siempre.—¿Crees que nuestros amigos no saben sumar uno más uno? Ninguno de los dos apareció anoche, ni siquiera para saber cómo se encontraba su hija luego de todo el desorden que se armó, cosa que no me enorgullece porque significa que no estoy comenzando mi labor como padre con buen pie… —pongo mis sándwiches listos sobre un plato y me volteo, antes de ir hac