25 de febrero de 2022.
Farah Brownbear.
—Es una suerte, sabes… Es una suerte que Estrella vaya a tener una amiga o amigo con el que pueda jugar muy pronto.
El mundo se derrumba ante mí.
Stefan lo sabe, él lo sabe…
Eso significa que…
—¿Él también lo sabe? ¿Y no le ha interesado…? —Pregunto en un susurro.
Mi mirada se vuelve borrosa enseguida. Las lágrimas nublan mi visión. ¿Por qué no lo sabría? Son hermanos. Stefan se lo debe de haber contado, o caso contrario. Yo de estúpida creyendo que Archer no lo sabía, pero resulta que siempre lo supo y le importó un carajo.
Estrella no es importante para él…
El corazón se me encoge. Siento como si alguien lo estuviese tomando con una mano y apretándolo con todas sus fuerzas, dejándome sin posibilidad alguna de contención, de poder sobrevivir ante tal pensamiento. Si solo creer eso me desestabiliza, no quiero imaginar cómo estaré cuando Stefan lo confirme.
Bajo mi mirada. No quiero verlo a los ojos cuando lo diga. Ya han pasado unos segundos, pero no dice nada. Solo siento como toma mi antebrazo y me hace caminar un poco.
—Cálmate, por favor. Estás comenzando a temblar y eso no es bueno, se preguntarán por qué actúas así.
—¿Y eso ya qué importa? ¿Lo sabe? ¿Él lo sabe? —Continúo sin subir mi mirada, y, en cambio, quito mi brazo de su agarre y me envuelvo yo misma, frotando mis brazos, queriendo tener ese apoyo que siento que me ha faltado durante tanto tiempo.
—Importa porque solo yo lo sé.
—No te creo —susurro por lo bajo. Gruesas lágrimas comienzan a descender y no puedo controlarme.
—Te contaré cómo lo sé, pero ya comenzamos a llamar la atención debido a tu comportamiento. Archer nos acaba de ver y comienza a caminar hacia acá.
—Ay, Dios… —quiero huir, pero Stefan vuelve a detenerme tomando mi brazo. Mi celular suena en el bolsillo trasero de mi pantalón y lo tomo. Intentando calmarme y centrar mi atención en otra cosa.
Soy Farah Brownbear, puedo con esto y más. Puedo controlar mi vida. Siempre lo hago…
Bueno, casi siempre.
—Recuerda que él no lo sabe —murmura por lo bajo Stefan y yo asiento. Mi cuerpo se relaja un poco al escucharlo decirlo. Ya lo había dicho anteriormente un par de veces, pero con mi ataque de nervios no podía escucharlo. No creía lo que me decía.
Ni siquiera puedo creer que llegara a pensar que a Archer no le importaría.
Miro al hombre del que he estado enamorada toda mi vida detenerse frente a nosotros. Él incluso ignora a su hermano y me mira fijamente, evaluándome.
No. Él definitivamente no es así. Él habría buscado a su hija y hubiese hecho lo que fuera para formar parte de ella.
No puedo sostener su mirada así que la bajo hacia el celular, el cual vuelve a llamar mi atención cuando vibra una vez más. El mismo número ha dejado dos mensajes en mi bandeja de entrada. Lo leo al tiempo que mis ojos se abren horrorizados por lo que veo.
—¿Te encuentras bien? ¿Te sientes bien? —Pregunta Archer.
—O ella, sus lágrimas y tristeza… es que… pues…
Stefan es pésimo mintiendo. Ni siquiera sé cómo es que ha mantenido el secreto por tanto tiempo.
—Esto es lo que pasa.
Tomo de excusa los mensajes que han llegado y le entrego el teléfono a Archer para que los lea.
—Si querías pelea, pelea tendrás. Cuídate, Farah. Tu físico parece el de una modelo y tus facciones los de una diosa del olimpo. Pero pronto podría dejar de ser así. Sería una desgracia que algo le pasara a tu delicada piel… ¿verdad? —Archer fue frunciendo el ceño de a poco a medida que iba leyendo —. Es un número que no tienes agregado.
Stefan me mira, sin comprender.
—Sí. El mensaje acaba de llegar y justo lo leí frente a Stefan y me entraron los nervios. Por eso ando así —me excuso.
—Tú y yo sabemos perfectamente de quién se trata, Farah. No pensé que este hijo de… —suspira, intentando tranquilizarse —, llegaría tan lejos —termina de completar su oración.
—¿Puedo saber quién es? Justo estabas por explicarme eso, ex cuñada.
Archer y yo nos miramos con incertidumbre debido a cómo acaba de llamarme su hermano, y luego volteamos a verlo con cara de pocos amigos.
—Es mi ex socio. Se mandó una cagada con la empresa y estamos por vernos debido a una demanda que le hice. Estamos en un proceso judicial y se atreve a amenazarme —explico.
—Por favor, no borres los mensajes y tómale capturas a todo lo que llegue. Y, lo más importante. Nunca respondas a ellos —me aconseja Archer y yo aprieto el celular con mis manos por que lo primero que pensé cuando vi el mensaje fue en regresarle un audio maldiciendo hasta a su tatarabuela por haber traído a la vida a personas que luego lo engendraron a él.
—Pero…
—Hablo enserio, Farah.
—Amo ver a mi hermano en modo abogado.
—¡Silencio!
—¡Cállate!
Dijimos Archer y yo al mismo tiempo.
—Adorables —habla Stefan una vez más haciéndome bufar por andar de entrometido.
—No responderé. ¿Bien?
—Perfecto. Y envíame todas las capturas de pantalla a mi correo. Son pruebas a nuestro favor.
—Okey.
—Y también busca un guardaespaldas.
—Tengo a Winston.
—Es tu chofer ocasional. Ni siquiera está contigo todos los días.
—¿Qué quieres de mí, Archer? No me gusta tener a la gente encima. Adoro mi privacidad y estar sola.
—Créeme que lo sé —dice de manera irónica. Incluso siento un poco de reproche en su voz y mi cuerpo se pone rígido.
—Esto está más bueno que mi novela de las diez. No me la pierdo por nada del mundo. Incluso tengo un televisor en mi oficina que solo lo uso a esa hora —habla Stefan una vez más.
Él que siempre fue tan misterioso y cerrado, ahora está mostrando su verdadera personalidad y… me encanta.
—¿De verdad el televisor en tu oficina es para eso? Pensé que veías las noticias en la mañana.
—Pffff. ¿Noticias? ¿A mi qué carajos me interesa lo que pase con el mundo? A mí solo me importan las narcoseries. Quiero que Teresa Mendoza acabe hasta con el nido de la perra.
Y entonces suelta un ‘’ahrre’’, que es una palabra muy usada en México. Archer y yo nos vemos una vez más y aunque comenzamos riendo por las ocurrencias de su hermano, nuestras sonrisas se van borrando cuando él posa su mirada en mis labios y examina mi rostro.
—Todavía tienes rastro de tus lágrimas… —susurra, cortando el espacio que nos separaba y limpiando mi mejilla derecha con su pulgar. Su mano queda un poco más de lo necesario, e incluso puedo sentir una leve caricia.
Un suave suspiro brota de entre mis labios y aprieto mis manos con fuerza porque siento una electricidad que las impulsa a querer tomar su rostro, así como él está tomando el mío. Nos quedamos suspendidos en nuestra burbuja por un tiempo en el que sus pupilas verdes envuelven a mis ojos negros.
—No permitiré que él te haga daño. Ni él ni nadie —promete.
Su mano retrocede un poco más y su pulgar termina tocando el lóbulo de mi oreja y parte de mi cuello. No puedo actuar. No tengo la fuerza para apartarlo.
No es justo. No es justo para mí, ni para él, y mucho menos para su futura esposa.
—Darla te está buscando.
En cuanto Stefan suelta esa frase, Archer retira su mano y yo me aparto, dando tres pasos hacia atrás con rapidez. Miro a Stefan con reproche. ¿Por qué no nos separó desde el principio? No. Él tenía que esperar a que viniera la prometida de Archer.
—¡Hola, cariño! Te estaba buscando —llega Darla, con una enorme sonrisa en sus labios, abrazando los hombros de Archer y recostando su cabeza en su pecho. Él la envuelve con sus reconfortantes brazos y yo solo tengo ganas de irme a casa a llorar lo que resta de la noche. —Sí. ¿Recuerdas que te comenté sobre el caso que tengo con Farah? —La chica asiente, estando realmente interesada. No puedo negarlo, ella es linda, y no hablo solo de su físico. Es una persona maravillosa en todos los sentidos. Es buena. Es todo lo contrario a mí. Y aunque Archer es el amor de mi vida, sé que no puedo estar con él, así que me alegra que sea con ella con quien esté. —Sí, me acuerdo. ¿Han avanzado algo? —Pregunta. —Seguimos con esto de las pruebas, ya luego vendrán los primeros encuentros en la corte, pero ahora, no sé si decir que se está poniendo interesante o turbio. Su ex-socio está acosándola. —¿Y no pueden hacer algo para que se detenga? —Sí —Archer se voltea hacia mí —. Por favor, recuerda e
Hace un año.Stefan se entera de la existencia de Estrella.—¡Te estoy diciendo que no va a pasar! ¿Me crees una inútil o qué?Stefan sacude su cabeza para poder centrarse. Está un poco ebrio, pero aún se encuentra consciente. Pasó una noche de maravilla, una que necesitaba y que le hizo bien.Una voz resuena en toda la casa, pero él no le presta atención. Está muy concentrado en tararear la última canción que escuchó en el lugar al que fue y que le gustó mucho. Esperaba mañana recordar por lo menos el ritmo, para así poder buscarla en su Spotify y escucharla por siempre.—¡Si no se ha enterado en todos estos años, menos va a pasar ahora!Ese grito lo hace detenerse en su lugar y quedarse mirando fijamente hacia el frente.Ay, no. Está borracho, pero no pendejo. Sabe que, si lo descubren entrando a la mansión a hurtadillas y con ese aspecto de vagabundo ebrio, lo van a echar a patadas. Sobre todo, su abuela, con ese carácter que se carga.Con sumo cuidado, termina de cerrar la puerta
25 de febrero de 2022.Archer AlarcónNi siquiera había acabado el almuerzo todavía. Al final, nada resultó ser como lo esperaba. Obviamente, el embarazo de Stella era algo que ya sabía. Lo supe accidentalmente. La esposa de mi mejor amigo cree que disimula bien, pero no sabe hacerlo. No aguantaba su felicidad y tocaba su vientre demás, aun cuando todavía se encuentra plano. Si las personas fuesen más atentas como yo, se habrían dado cuenta desde un principio y no hubiese habido esa pequeña celebración, puesto que ya todos lo hubiesen sabido.Sonrío y aprieto el volante mientras manejo estando atento a la carretera. La verdad es que todo salió bien. Hubo sus momentos de incertidumbre. Ninguna celebración se considera verdadera si no pasa algo relevante, y, con relevante, me refiero a algo dramático.Comencemos a enumerar todo. ¿Recuerdan cuándo dije que soy muy atento? Bueno, pues…1. El trato de Jezabel con Farah. Conozco a la mujer de la que he estado enamorado por años. Ella jamás
—Buenas noches, Heikel. Perdón por haberte hecho perder el tiempo —me levanto del asiento y acomodo mi traje, él copia mi acción, pero esa estúpida sonrisa no abandona su rostro.—Para nada, me hiciste pasar un buen rato. Tus teorías fueron muy buenas, pero repito: entre Farah y yo no hubo, ni habrá nada. Nos hicimos buenos amigos, eso no te lo niego, y esa pequeña que tiene se ha convertido en una personita muy importante para mí.—Farah la ha criado sola…—Sé lo que quieres preguntar, pero también sabes que no te lo diré. ¿Me permites a mi darte un consejo, Archer?Esto como que sí me interesa. ¿Qué de bueno tendría un matón para decirme?—Soy todo oídos —respondo.—Deja de buscar en otras personas el cariño que no deseas que te den, porque por más que te lo den, para ti no será suficiente al no provenir de la persona correcta.—¿Y eso qué significa? —Bufo, sin entenderlo.—Buenas noches, Alarcón.Heikel se va del lugar, dejándome con la mente vuelta un lío y con mis manos tembloros
—Estamos en peligro… —No. Se supone que yo no sé de mi sobrina. ¿Recuerdas? Pero, aun así, debemos armar una buena coartada del por qué nos quedamos hablando dentro del auto un buen rato. —Te dije que era mejor cenar en un restaurante y conversar. —Y yo te respondí que esta es una conversación muy complicada y que allí podían escucharnos. —Si supo que estabas en los Ángeles… ¿Cómo fue que evitaste que ella supiera que fuiste a ayudarnos a tu sobrina y a mí? ¿Y cómo nos ayudaste? Yo nunca me sentí en peligro o presentí que nos pasaría algo. Dios, de solo pensarlo… si no hubieses estado allí, mi hija y yo estaríamos muertas. —En ese momento, ella solo quería muerta a Estrella —admite él y mi piel se eriza. Quiero ir corriendo con mi hija ahora mismo. Esa mujer está desquiciada. —¿Por qué hace todo esto? —Pregunto en un susurro. —Archer se sorprendió cuando lo llamé la misma noche en la que planeaba ir a Los Ángeles. A pesar de que le dije a mi familia que este socio, Montiel, era
26 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—El ver algo con tus propios ojos para poder asegurarte de que es así, tampoco significa que realmente sea así. El hecho de que Archer sea el mejor actor del mundo, y le haga creer, dentro de pocos segundos a todos que es el hombre más enamorado del planeta, solo muestra que, en este mundo, se ha aprendido a fingir tanto, y se le ha dedicado tanto tiempo a eso, que al final termina siendo bueno, muy bueno.—¿Y si mejor me traduces lo que acabas de decirme? —Finalmente, levanto mi mirada hacia él, quien contiene el aliento al mirarme.Odio sus ojos, la manera en la que me ven. Se nota la lastima en ellos. La comprensión; y el dolor. Dolor que se refleja de los míos, porque esa es la única verdad.Yo soy la única persona rota en este día. Y no puedo quejarme o reprochar nada, porque yo misma me he buscado. Todo lo que está ocurriendo ha sido fruto de mi cosecha. No tengo por qué quejarme.—Que así veas que Archer se estará entregando a otra mujer,
Archer Alarcón—Ni siquiera estoy nervioso.Una vez que llegué a la iglesia, me hicieron adentrarme en una pequeña habitación que se encuentra entre la entrada y la sala donde se está celebrando la ceremonia, en la iglesia. Es una enorme capilla, muy bien decorada y bonita.Suspiro con fuerza, Aarón se acerca a mí y pone su mano en mi hombro.—Yo en ese momento, a pesar de que todo fue improvisado y muy de locos, estaba que me cagada de los nervios en los pantalones. Mi corazón no paraba de latir con fuerza, estaba muy desesperado, pero era porque quería estar unido ya a ella, y una vez que estuvimos casados, fue la única manera en que paró. Ese sentimiento, de todas maneras, permanece en mí, siempre. Cada vez que la veo, cada vez que sé que nos pertenecemos, me hace poner nervioso, por temor a echarlo a perder todo en algún momento, pero al mismo tiempo es como si, a pesar de todo el sobresalto, me siento en calma y en paz conmigo mismo porque sé que haría hasta lo imposible por mi e
No es justo. Ella dijo que no vendría y yo bajé la guardia, si hubiese sabido que estaría aquí, por lo menos me hubiese preparado. —Eso no importa, Archer. Solo enfócate en lo que sucederá ahora. Será nada más y nada menos que tu boda. Asiento, dándole la razón. Suspiro profundamente y miro a otros invitados. Mi familia está en los asientos de adelante, mis abuelos, los padres de mi papá, están en los asientos del lado derecho. Mi abuelo levanta sus pulgares hacia mí, pero mi abuela no deja de mirar hacia los asientos puestos en el lado izquierdo, donde se encuentra su otro nieto, Stefan, junto con mi ex novia, Farah. Al lado de mis abuelos están mis padres, quienes me miran con orgullo, mamá incluso está llorando, y eso que todavía no comienza la boda. Analizo a las demás personas que se encuentran tratando de no mirar hacia Farah: detrás de mis familiares, abuelos, primos y tíos, están los padres de Aarón y algunos compañeros que tuve en la facultad y con los que sigo manteniendo