10/ Amenazas, secretos y verdades.

24 de febrero de 2022.

Farah Brownbear.

—¿Saben esos momentos que tienen con sus hermanos? ¿Risas? ¿Abrazos? Pero…, el más importante… ¿Peleas? ¿Discusiones? ¿Ofensas? Bueno. Mi hermano y yo no éramos los mejores. De hecho, había cero comprensión, confianza y compañerismo entre nosotros. No teníamos contacto básicamente, y cada uno prefería refugiarse en otra persona antes que ir con aquella con la que deberías de tener el mayor vínculo posible.

>>Por suerte, hemos hecho las paces y estamos en un buen momento ahora. Me siento como cuando éramos niños y discutíamos, pero luego nos poníamos a jugar nuevamente, olvidándonos de lo ocurrido. Con el tiempo eso cambió, pero ahora tuvimos la dicha de conversarlo, meditarlo, y tratar de unirnos un poco más. Ser ese apoyo que debimos ser desde el principio y para siempre.

>>Por desgracia, no en todos los casos sucede así. Hay muchos hermanos, familiares, amigos…, que dejan de hablarse en un momento y ya nada vuelve a ser igual, o discuten y ya de plano se ignoran para toda la vida. Eso es horrible. Solo deben pensar en todos esos momentos bonitos que compartieron durante tanto tiempo en su infancia para añorar esos días en que eran felices. Sé que hay ocasiones donde eso que ocurrió fue algo demasiado fuerte y que es irreversible, que no es algo que pueda perdonarse o tomarse a la ligera, pero también sé que, es horrible guardar rencor en tu corazón porque este termina ennegreciéndose y al final de cuentas ese sentimiento maligno se apodera de ti y te hunde. Si hay alguna posibilidad, por más mínima que sea, de que puedas perdonar, o volver a estar al lado de aquella persona que una vez te hizo tanto bien y marcó tu vida de manera trascendental, entonces háganlo, háblenles, perdónenles.

>>La vida es corta, chicos. Disfrútenla como si no hubiera un mañana.

Ya veo por qué el conductor de radio eres tú y no yo —me sorprende escuchar la voz de Stefan allí, en el programa de radio de Archer —. Sí que eres bueno, hermanito…

—¡No me digas así! —Se indigna el padre de mi hija, y yo río al escucharlos, mientras sigo preparando la cena —. En realidad, sí me puedes llamar así porque soy el hermano menor, pero no con ese tonito de burla. ¡Ser el menor no es sinónimo de ser inferior!

Repítelo bastante hasta que te lo creas.

Oye, están mandando bastantes mensajes al programa pidiéndome tu número. Dicen que cada vez que sales en la tele o en alguna revista mueren de lo guapo que eres —le dice Archer a Stefan.

¿Lo ves? El mayor siempre es el mejor. Está científicamente comprobado.

Archer resopla y yo sigo riendo mientras los escucho discutir. Al final, Archer da unos consejos más sobre la importancia de la familia, amigos y relaciones. Él cree en la lucha, en que vale la pena ir por aquello que nos hace felices y donde somos correspondidos.

—Cambiaste las carcajadas por una sonrisa triste y nostálgica —me informan desde el marco de la puerta que da hacia la entrada de la cocina.

—Solo me parece irónico el hecho de que toque justamente ese tema dos días antes de su boda.

—Uno.

—¿Qué cosa?

—Que ya es de noche, que ya mañana es veinticinco y la boda es el veintiséis. Falta un día prácticamente —me recuerda mi madre. Bajo mi mirada hacia el pan que pico por la mitad y verifico que tenga la milanesa, lechuga, tomate y un poco de queso y jamón para ponerlo a tostar un rato, tal y como le gusta a mi pequeña. Prefiero centrarme en lo que estoy haciendo que en el dolor que me causa escuchar las palabras de mi madre. Un dolor que yo misma causé —. Hace unos minutos tu hija vino a la cocina, quería enseñarte otro dibujo que hizo, y regresó a la habitación contándome que no te quiso interrumpir porque te veías muy feliz mientras escuchabas a su papá y si tío hablar en la pequeña radio que te compraste hace poco. Ella tiene curiosidad por su tío. Solo ha visto a su papá en fotos y ahora que lo vio en persona, pero no conoce a ningún otro miembro de su familia paterna y tiene curiosidad.

—Mamá…

—Va a seguir creciendo y va a ocurrir una de las dos siguientes cosas: va a odiarlo o va a buscarlo. Y va a ser peor que lo busque sin que él sepa que ella existe. Y, de todas maneras, tampoco sería justo.

—¿Y para mi si es justo? ¿Crees que no le he dicho que tiene una hija tan solo porque me da la gana?

—No he dicho eso.

—Entiendo que lo defiendas porque tienes toda la razón. Sé que Archer es la victima aquí y no merece nada de lo que le hago. ¿Crees que el peso que tengo dentro me deja dormir? No solo se trata de que le estoy ocultando algo y ya. Ese algo es su hija. Él va a odiarme. Cuando se entere, porque sé que tarde o temprano pasará, mi mayor miedo es ver el odio en sus ojos, porque él nunca me ha mirado así, ni siquiera cuando creyó que yo lo engañé con Heikel.

—Dios, todo esto es demasiado complicado.

—Necesito que se vayan mañana, tal y como habíamos quedado. Por favor.

—¿Cómo que se vayan? ¿Y tú? Se supone que vienes con nosotros.

Niego con mi cabeza.

—He cambiado el vuelo para el día sábado.

—No lo hagas, Farah. Se lo que planeas. Si vas a allí vas a destruirte. Verlos a acabar contigo.

—Ya me destruyó, mamá. Lo que soy ahora… todo lo que soy… la única razón por la que sigo en pie es por mi hija, sino la tuviese a ella, no sé qué sería de mi —admito —. Dime que se irán mañana y me esperarán allá, por favor.

Necesitaba escucharlo de sus labios.

Ella duda un momento, pero luego suspira y asiente con su cabeza. Un poco de alivio entra en mí. Ellas se van mañana en la mañana y yo al día siguiente también en la mañana.

—Regresaremos a Los Ángeles. Ya todo va a acabar… —aseguré. Aunque, por algún motivo, no conseguía creerme mis propias palabras.

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