Heikel es mi amigo y se ha ganado mi cariño, así que lo quiero, pero no de la manera en que Archer piensa. Él cree que yo estoy enamorada de Heikel, y no es así. Jamás podré amar a otro hombre como lo amo a él. Jamás otro hombre podrá robarme el corazón, porque Archer se lo llevó consigo desde la primera vez que nuestros ojos se toparon…
Fue amor a primera vista. Tan así, que jamás pudimos ser amigos. Nuestro grupo se juntaba, pero por más que nosotros dos tratábamos de actuar como dos compañeros más, no podíamos. Era imposible.
—Buena suerte mañana en tu viaje, Farah.
Él comienza a caminar, alejándose de mí.
Yo debería quedarme quieta, pero no puedo.
—¿Eso es todo?
—¿Solo de eso querías hablar conmigo? ¿En serio?
Él detiene sus pasos y voltea a mirarme una vez más. Sus dolidos ojos verdes me hacen contener la respiración. Él sufre. No me gusta verlo sufrir.
Por un instante quiero asegurarle que no tiene nada de qué preocuparse, que siempre ha sido él y solo él, pero entierro mis uñas en las palmas de mis manos cuando aprieto mis puños, lastimándome. Recordándome que estoy hecha por y para el dolor. Que la única manera de tener los pies sobre la tierra y mantenerme cuerda es haciéndome daño.
Por algún motivo, el dolor me hace tener las cosas claras, por eso siempre trato de encontrar una manera de buscarlo.
—Quería preguntarte por qué tu madre me odia. Ella y yo ya no tenemos la misma confianza de antes, eso es demasiado obvio, pero no le he hecho nada…
—No te odia.
—Me miró molesta y me evitó en todo momento.
Porque estaba tratando de huir y ocultar a tu propia hija de ti.
Pero no le podía decir eso.
No se me ocurre nada más para inventar, así que me quedo callada.
—Buenos días, Farah.
—Adiós, Archer —le susurro de vuelta y ahora sí lo veo alejarse, caminando en dirección hacia su auto.
Le hago señas a Winston para que me espere un poco y este asiente con su cabeza estando de acuerdo. Entro en el edificio una vez más, y aunque trato de fingir ser la misma de siempre, esa mujer correcta, imperturbable y con un carácter de los mil demonios, cada vez se me hace más imposible.
‘’Dijiste que yo iba a poder, que confiabas en mi…’’
Mi mirada se empaña mientras marco el número del piso donde se encuentra mi oficina, justo antes de que el ascensor comience a subir. Limpio una lágrima que ha rodado sin mi permiso y salgo del cubículo cuando este se detiene y abre sus puertas.
Analía no está en su puesto, y agradezco que no haya nadie más en el pasillo porque entonces me verían hacer algo que jamás he permitido que vean: que Farah Brownbear puede llorar.
Al entrar a mi oficina, mi madre deja de acomodar el cabello postizo de mi hija y frunce el ceño.
—¿Lo ha descubierto?
Niego con mi cabeza.
—Pero ya hoy es jueves y se casa el sábado… —murmuro en un susurro y mi cuerpo se sacude en temblores antes de finalmente romperme como no lo había hecho hasta ahora y tenía tantas ganas de hacer.
He explotado finalmente. Y la verdad es que he aguantado mucho.
Pensé que caería mucho antes, pero, llorar dos días antes de su boda está bien… ¿verdad?
—Cariño… —mi madre viene hacia mí y me abraza, refugiándome entre sus brazos.
Lloro sobre su hombro, como nunca antes lo había hecho. Sollozo con fuerza, y aunque intento contenerme, porque estamos en la empresa y cualquiera podría verme y comenzar a especular, no puedo detenerme. Ya no tengo control alguno sobre mi cuerpo, ha llegado el momento de soltarme, permitirle a mi cuerpo y mente descansar. Que dejen de estar adoctrinados por mí y que sean libres de sentir.
Unas manos pequeñas jalan de mi falda y miro hacia abajo. Mi madre hace lo mismo. Se nota que mi hija nos está pidiendo atención a ambas.
Estrella le dice a su abuela que le haga espacio, y mamá se aleja, yéndose a sentar frente al escritorio nuevamente. Mi hija toma mis manos y yo me acuclillo ante ella para que estemos a la misma altura y podamos vernos a los ojos.
—No me gusta verte llorar, mami. Me dan ganas de llorar a mí también… —sus pucheros me hacen querer sollozar con más fuerza.
—Mi vida… —intento abrazarla, pero ella niega con su cabeza, y entiendo que primero quiero quitarse todo lo que trae encima. La pobre está toda sudada.
La ayudo con su peluca, mientras ella quita sus lentes y abrigo. Ambas sonreímos cuando casi se va de lado y yo tengo que sostenerla, ayudándola a mantener su equilibrio.
Mi hija toma mi rostro entre sus manos y mis ojos se cristalizan todavía más. Sus ojos son verdes, muy verdes, intensos y deslumbrantes. Idénticos a los de su padre.
—Yo lo voy a arreglar todo, mami. Lo juro.
En el momento en que lo dijo, no creí que esa frase fuese a causar tantos problemas.
—Esto no tiene arreglo, hija. Solo debe seguir su curso, y ya.
—Si tiene arreglo. Pero solo te pido que luego no me odies tanto.
Eso debió alarmarme, pero quiero creer que es mi tristeza la que me hizo no darme cuenta del significado de las palabras de mi hija.
—Nunca podría odiarte, hija. Nunca.
—Te quiero mucho, mami.
—Y yo a ti, hija.
—¿Mami? ¿Hija?
No sé qué tan rápido reaccioné, pero, en cuanto escuché esa voz femenina y muy conocida, me levanté como un resorte y la miré con los ojos muy abiertos. Justo, así como ella mirada de Estrella a mí y de mi a Estrella.
—Jezabel… —susurré, entrando en pánico.
Ahora ella no me miraba a mí. Sus ojos estaban puestos en mi hija, quien miraba hacia todos lados, incómoda, sin saber qué hacer. Fui testigo de cómo la realidad golpeó la memoria de Jezabel, haciéndola darse cuenta de algo que no supo comprender desde un principio.
—Archer… —dijo, sin dejar de ver a mi niña.
Toda mi piel se erizó.
Mierd*a, no.
Ella intentó retroceder y yo caminé hacia ella, tomándola del brazo y haciéndola entrar en la oficina.
—Vayan al auto, por favor —le pedí a mi madre y a mi hija —. ¡Primero vuelve a disfrazarla! —Chillé, en pánico. Estaba a nada de volverme loca.
Hice que Jezabel se sentara donde estaba mi madre anteriormente y le dije que se quedara allí. Ella asintió, aunque creo que ni siquiera me escuchó. Estaba todavía en trance, sin dejar de mirar a mi hija.
Si para ella fue tan fácil deducir la verdad con solo ver a Estrella… ¿Cómo será si otra persona llega a verla?
Mi madre y mi hija se van a toda prisa y ante la aturdida mirada de Jezabel llamo a Winston y le pido que busque a mi madre e hija en recepción y las meta al auto sin dejarlas salir.
—Ella es… idéntica a él.
—Sí.
—Es su hija…
—Sí.
—Y no lo sabe…
—Sí.
—¡¿Eso es todo lo que dirás?! —Grita de pronto.
—¡No sé qué más decir! ¿Okey? —Le grito de regreso.
—¡¿Cómo ocurrió esto?!
—Supongo que no debo explicarte cómo se crea a un ser. ¿Verdad? —Ironizo.
—¡Farah! —Vuelve a gritar.
—¡Basta! —Respiro de manera profunda, tratando de controlarme —. Por favor, dejemos de gritar. Van a escucharnos y nadie puede saber.
—Tienes que dar muchas explicaciones.
—No puedo. Archer no puede enterarse, Jezabel —susurro. Ella me mira horrorizada.
—Sabía que podías llegar a ser tan cruel, pero no tanto así. Esto es muy extremista, Farah. ¡Es su hija! ¡Tiene derecho a saberlo!
—Por favor… —susurro en medio de un llanto descontrolado —. Aunque no lo creas, esta vez no lo hago por avaricia, ni por querer dañar o solo porque sí. Es muy complicado, Jezabel. Estoy amenazada, y si se llega a saber la verdad, van a destruirme, me quitarán a mi hija, dañarán a mi madre, e incluso al mismo Archer.
—No entiendo, no entiendo nada. —Susurra ella con su mirada cristalizada también.
—Nadie más que yo quisiera que Archer sepa que tiene una hija que lo ama con su vida, pero si eso llega a pasar, me alejarán de ella y se la quitarán a él. No nos tendrá a ninguno de los dos.
—No puedo hacer esto, Farah… —me dice, y la entiendo.
—Por favor… por lo menos escucha. Escúchame. Y si luego de todo lo que te digo, quieres ir corriendo a decirle a Archer que tiene una hija, puedes hacerlo. No voy a impedirlo.
Y temblé del miedo.
Todo podría desvelarse de un momento a otro si mi relato no lograba convencer lo suficiente a Jezabel de que hiciera silencio.
24 de febrero de 2022.Archer Alarcón.Me sentía como el propio imbécil. Mi corazón palpitaba demasiado rápido y mi sangre hervía y escocía, sentía un vacío inmenso en mi pecho, lo cual era completamente contradictorio con el hecho de que tuviese punzadas de dolor debido a una perdida.Pero aquí es donde pienso: ¿Qué perdida? Se siente como si la ruptura de Farah y mía hubiese sido reciente, sin embargo, ocurrió hace años. Soy el único idiota aquí que aún siente algo por el otro. Estoy enamorado solo. Antes de que ella regresara no me atrevía admitirlo, pero ya es una completa estupidez seguirlo ignorando.Voy a casarme con una chica a la que no amo y a la que no sé si pueda llegar a amar.Tengo certeza de que la quiero. Esa chica se ha sabido ganar mi cariño, pero no de la manera en la que un futuro espeso debería amar su futura esposa.Y me siento sucio por no tener las agallas necesarias para parar todo esto por el solo hecho de no decepcionarla.Solo puedo pensar en que, no quiero
—¿Desde cuándo lo conoces? —Comienzo a preguntarle.Necesito entender.—Hace un año. Febrero del año pasado. Solo viene en estas fechas.—¿Por qué?—Visita a su hermana en estas fechas, el resto del año está en otro país.—¿Él te gusta?—Sí.No estaba preparado para algo tan rotundo. A lo mejor no me hubiese sorprendido tanto si supiera que a mi hermano le gustaban los hombres.—Pero Micaela….—Prácticamente me obligaron a casarme con ella por el bien de esta familia, y lo mismo está pasando contigo.—A mí no me están obligando a nada —porque era cierto. La decisión de casarse con Darla fue mía.—Eso es lo que tú piensas. Eres tan ingenuo, Archer, que no te das cuenta de que nuestra madre y abuela nos han metido a estas mujeres por los ojos y nos han ido lavando el cerebro con palabras bonitas e insinuaciones que de inocentes no tienen nada, para que estemos con ellas. Todo lo que les importa es mantener el estatus social y que una vez que ellas mueran el legado continúe estando limpi
24 de febrero de 2022. Farah Brownbear. —¿Saben esos momentos que tienen con sus hermanos? ¿Risas? ¿Abrazos? Pero…, el más importante… ¿Peleas? ¿Discusiones? ¿Ofensas? Bueno. Mi hermano y yo no éramos los mejores. De hecho, había cero comprensión, confianza y compañerismo entre nosotros. No teníamos contacto básicamente, y cada uno prefería refugiarse en otra persona antes que ir con aquella con la que deberías de tener el mayor vínculo posible. >>Por suerte, hemos hecho las paces y estamos en un buen momento ahora. Me siento como cuando éramos niños y discutíamos, pero luego nos poníamos a jugar nuevamente, olvidándonos de lo ocurrido. Con el tiempo eso cambió, pero ahora tuvimos la dicha de conversarlo, meditarlo, y tratar de unirnos un poco más. Ser ese apoyo que debimos ser desde el principio y para siempre. >>Por desgracia, no en todos los casos sucede así. Hay muchos hermanos, familiares, amigos…, que dejan de hablarse en un momento y ya nada vuelve a ser igual, o discuten y
25 de febrero de 2022Cuando llego al lugar me paralizo al salir del auto. Ni siquiera cierro la puerta, simplemente me quedo parada mientras veo como de mi lado izquierdo se detiene el auto de Jezabel, quien sale de él y me sonríe de manera forzada. Ella mira detrás de mí, con una ceja enarcada y una mueca burlona en sus labios. Y ni hablar de la tensión en su cuerpo. Definitivamente está disfrutando ver como el auto de Archer se estaciona a mi lado derecho.Sí, mi auto quedó entre el de ellos dos. Y no es toda la sorpresa, de verdad me veo muy intrigada ante el hecho de verlo bajar de su auto con su prometida y que el día de mañana será esposa, y de la parte trasera sale su hermano mayor, quien lleva unos lentes de sol, pantalones ajustados y un aura muy misteriosa a su alrededor. Él me recuerda mucho a Ángel. Ante el mundo son cubos de hielos inalcanzables que jamás sonríen y actúan como robots, pero con sus amigos son los más protectores, alegres y con un gran apoyo incondicional.
Siento que alguien me mira y pienso que se trata de Jezabel, pero noto que ella está abrazando a Stella, sin querer soltarla, así que volteo en la búsqueda de esa persona que puede que no deje de observarme. Me siento rara. No sé qué me pasa… Tal vez son ideas mías… Pero entonces, me topo con Stefan, quien asiente, como si me comprendiera. Lo ignoro y limpio mis lágrimas antes de respirar profundamente e ir hacia donde se encuentra Stella y felicitarla. Ella no nota nada raro en mí. De hecho, hay varias personas llorando por la emoción, y también me pasa eso, pero es más que nada por mí que me encuentro así. —Bueno, yo creo que ya me voy despidiendo… —Ah, claro, también decidimos organizar esto temprano porque sabíamos que viajabas hoy —menciona Aarón, pero entonces yo suelto lo que no debería… —De hecho, me voy mañana temprano —admito. En cuanto hablo, Jezabel se para a mi lado y toma mi brazo, enroscándolo entre el suyo, cosa que últimamente está haciendo mucho. Siento que en
Hace un año.Stefan conoce al hermano de Jezabel, Zahir.Un año de casado.Eso es todo en lo que iba pensando el hombre mientras caminaba por la calle desolada, con tan solo una botella de licor en una mano y su celular en la otra. Poco le importaba si llegaban a robárselo, pues creía que le harían un favor si lo lograban a hacer.Ese aparato sonaba y sonaba entre sus manos. Su familia había viajado a New York para encontrarse con él y su esposa y así festejar ese año de casado.Se supone que ellos eran felices, una gran compañía el uno para el otro y que sus padres y abuelos acertaron al elegir a la chica perfecta para él, pero no había mentira más grande que esa, puesto que, en vez de estar en esa perfecta cena de celebración, de aniversario, ella le había gritado a él en su cara, una hora antes, que se iba a celebrar montándole los cachos que le montaba desde el día uno, desde que le dieron la desgracia de noticia de que tendría que compartir el resto de su vida con un hombre al qu
25 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Es una suerte, sabes… Es una suerte que Estrella vaya a tener una amiga o amigo con el que pueda jugar muy pronto.El mundo se derrumba ante mí.Stefan lo sabe, él lo sabe…Eso significa que…—¿Él también lo sabe? ¿Y no le ha interesado…? —Pregunto en un susurro.Mi mirada se vuelve borrosa enseguida. Las lágrimas nublan mi visión. ¿Por qué no lo sabría? Son hermanos. Stefan se lo debe de haber contado, o caso contrario. Yo de estúpida creyendo que Archer no lo sabía, pero resulta que siempre lo supo y le importó un carajo.Estrella no es importante para él…El corazón se me encoge. Siento como si alguien lo estuviese tomando con una mano y apretándolo con todas sus fuerzas, dejándome sin posibilidad alguna de contención, de poder sobrevivir ante tal pensamiento. Si solo creer eso me desestabiliza, no quiero imaginar cómo estaré cuando Stefan lo confirme.Bajo mi mirada. No quiero verlo a los ojos cuando lo diga. Ya han pasado unos segundos, pe
—¡Hola, cariño! Te estaba buscando —llega Darla, con una enorme sonrisa en sus labios, abrazando los hombros de Archer y recostando su cabeza en su pecho. Él la envuelve con sus reconfortantes brazos y yo solo tengo ganas de irme a casa a llorar lo que resta de la noche. —Sí. ¿Recuerdas que te comenté sobre el caso que tengo con Farah? —La chica asiente, estando realmente interesada. No puedo negarlo, ella es linda, y no hablo solo de su físico. Es una persona maravillosa en todos los sentidos. Es buena. Es todo lo contrario a mí. Y aunque Archer es el amor de mi vida, sé que no puedo estar con él, así que me alegra que sea con ella con quien esté. —Sí, me acuerdo. ¿Han avanzado algo? —Pregunta. —Seguimos con esto de las pruebas, ya luego vendrán los primeros encuentros en la corte, pero ahora, no sé si decir que se está poniendo interesante o turbio. Su ex-socio está acosándola. —¿Y no pueden hacer algo para que se detenga? —Sí —Archer se voltea hacia mí —. Por favor, recuerda e