07/ Por la misma razón que tú… p2

Miro a Analía detrás de él, y ella vuelve a encogerse. Mentiría si dijera que no estoy disfrutando esto.

—¿Ustedes son pareja? —Pregunta Archer de repente, mirándolos fijamente.

—No. De hecho, Analía tiene novio, pero ese novio no es Josh. ¿Cómo es que terminaron en esto?

—Lo siento… —la escucho susurrar, y bufo.

—Cariño, te dejaré dos lecciones que tu decidirás si vas a tomar o no: la primera es que pase lo que pase, jamás te arrepientas de hacer algo que te ha gustado mucho. La segunda es que, si ese algo que te gusta, puede dañar a un tercero o incluso a ti misma, entonces deja a ese tercero y quédate con lo que te gusta, porque luego las consecuencias podrían ser fatales.

—Sí, bueno, no sé si sea atrevido que le responda a mi superior ya que podría despedirme… —es Josh quien habla porque Analía parece un cachorrito asustado.

—Agradezco la sinceridad y que me digan las cosas de frente a que lo hagan a mis espaldas. Allí si los despediría con todo el gusto del mundo.

—Solo quería hacer énfasis en la segunda lección que estás dando, ya que hay un periódico con tu foto y la de un hombre misterioso merendando y al que están ligando amorosamente contigo, pero todos sabemos que ese hombre en realidad vendría siendo el tercero en la discordia y que no te estás quedando con quien realmente te gusta —él mira sin disimulo alguno a Archer.

Noto a Archer entrar en confusión. Entiende perfectamente lo que Josh quiere decir, pero prefiere no arriesgarse a decir alguna cosa que yo refute y lo hiera.

—Es válido, pero ¿estoy o no estoy en lo correcto? ¿O acaso prefieres quedarte como el simple gusto y que gane el tercero en la discordia?

—Señorita Farah, muchas veces luché y ya me cansé de hacerlo. Voy a tomar todo lo que me dé sin obligarla a hacer algo que no quiere. Si eso significa que se quedará con el tercero en la discordia, bien, que lo haga; pero, si va a estar conmigo, que sea porque le nace, y no porque yo vaya a prácticamente forzarla a hacerlo al insistir más de lo permitido. ¿Alguna otra duda que tenga?

—Sí, tengo otra, pero no para ti, sino para ella.

Veo a mi secretaria tensarse en su lugar.

—Farah… —escucho el susurro de Archer, pero lo ignoro.

—¿Cómo es que estás dejando ir a este hombre? —Le pregunto, sin poder creerlo.

Analía podría haberme mirado con enojo, o incluso con rudeza y odio, pero lo hizo con comprensión y tristeza. Miró a Archer detrás de mí y entonces lo supe.

—Por la misma razón que tú… —murmuró tan bajo que casi no logré escucharla, pero lo hice.

—Necesito que te hagas cargo hoy de todo lo que pase en la oficina, y me ordenes las conferencias o lo que tenga que hacer para el día de mañana. Hoy me tomaré el día ya que, como puedes ver, estuve toda la noche en este sótano y estoy cansada. Necesito dormir.

—Está bien.

—Mañana también veremos el tema de los puntos para los trabajadores y quienes son los candidatos a los beneficios. En la noche sale mi vuelo hacia los ángeles, así que la noticia la daré por videoconferencia el día lunes veintiocho.

—Ya me pongo en eso.

Tomo mi cartera y salgo del lugar recordando, sin poderlo evitar, todo lo ocurrido el día anterior: los ruegos, los lamentos, la sinceridad, el dibujo y las bromas… ¿Cómo voy a olvidarme de él?

No sé si en algún momento pueda lograrlo.

—¿Estás bien? —Pregunta Archer, mientras baja el ascensor conmigo.

—No.

—Cierto. Debes estar cansada. Y hasta debes haber dormido mal, estábamos en el piso.

De hecho, si supiera que jamás dormí tanto como anoche. Esta mañana incluso me costó levantarme, y saberme entre sus brazos fue como un trauma, y al mismo tiempo, algo tan hermoso. Pero debo olvidarlo, debo decirle a mi mente que lo borre, que no pasó.

—Claro, es eso.

Una vez que salimos del edificio él me da algunas instrucciones con respecto a cómo llevaremos el caso, y yo internamente me debato su seguir con él o no. La idea era pedirle cambio de abogado, pero me iré mañana a Los Ángeles y solo lo veré a través de una pantalla de computadora. Y pocas serán las veces que nos veamos en persona, así que no creo que sea necesario llegar a tanto.

Asiento a todo lo que me dice y nos miramos fijamente al acabar de hablar, sin saber cómo despedirnos.

Al final, tan solo me doy media vuelta y camino hacia mi coche, donde Winston me espera recostado frente a este. Tiene el ceño fruncido mientras evalúa mi ropa.

—No digas nada —lo amenazo. Él ríe y yo ruedo mis ojos.

—No lo haré.

—Estuve esperando tu mensaje toda la noche para venir a buscarte, pero nunca llegó —explica, mientras abre mi puerta y me ayuda a entrar en la parte trasera, para luego rodear el auto y subirse de piloto.

—Yo…

Lo que voy a decir se corta cuando veo cuando veo que un taxi se detiene a pocos metros de nosotros y de este salen mi madre y mi hija.

Mi cabeza se mueve rápidamente hacia donde está Archer. Él todavía no ha subido a su auto, de hecho, está mirando a Stella y Jezabel quienes vienen saliendo del edificio.

Mi corazón pasa de estar acelerado a detenerse abruptamente cuando, luego de él saludar a las chicas, voltea a ver a mi madre, quien va entrando a la empresa con mi hija, su hija, tomada de las manos de ella.

—Oh, m****a… —escucho a Winston decir. Él no pone el auto en marcha, pues acaba de notar lo mismo que yo.

Esto se va a ir a la m****a si no intercedo ya.

Pero no sé cómo hacerlo.

Menos al ver cómo Archer decide caminar hacia mi madre y tomar su brazo haciéndola voltearse. La primera reacción de ella es abrir mucho sus ojos y esconder a la niña detrás de ella, pero es tarde, Archer ya la ha visto y sé que preguntará sobre ella.

Aiis

¡Perdón por la demora! Entre el trabajo y la universidad, ando sin vida propia, pero aquí estoy y espero actualizar ahora un poco más seguido. Ya tengo casi acabado el siguiente capítulo, así que en un rato lo subo.

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