04/ Cuatro días.

22 de febrero de 2022.

Archer Alarcón.

Mis pulmones se extienden con fuerza cuando tomo una profunda bocanada de aire. Estiro mis manos y me desestreso un poco antes de inclinarme y quedar sentado en la cama.

Un nuevo día.

Solo cuatro días para mi boda.

Sonrío porque voy a casarme con una mujer maravillosa.

Volteo a mirarla dormir y la veo con su brazo tapando su rostro mientras respira con suavidad.

Como siempre, me inclino hacia ella y dejo un beso en su frente antes de acariciar su rostro.

—Darla, es momento de despertar —susurro con suavidad para no incomodarla o que se levante asustada. Soy yo el que me encargo de levantarla todas las mañanas. Fue un acuerdo tácito al que hemos llegado.

—Otro poco más… —pide, acurrucándose contra sí misma.

—Sabes que no hay ratitos más, debes levantarte para ir a patearle el trasero a todos los empleados que compiten contra ti.

—Ya te pareces a tu amigo hablando de esa manera.

—¿A cuál de los dos? —Bromeo.

—Iba a decir que a Ángel, pero Aarón también habla así en ocasiones. Él es una mezcla rara de ustedes dos.

—Dime algo que no sepa —ruedo mis ojos, y cuando planeo colocarme de pie, ella toma mi mano y me hace caer de nuevo en la cama.

—Buenos días, mi chiquito —susurra contra mis labios, y aunque nunca le he dicho que su apodo no me gusta para no hacerla sentir mal, ahora sí que me entran unas enormes ganas de hacerlo. ¡No soy chiquito!

—Buenos días, cariño —correspondo su pequeño beso antes de sonreírle y salir de la cama.

Mi mente me recuerda una vez más que aún no le he dicho nada y hago una mueca al estremecerme. ¿Irá a ser esta nuestra primera pelea grave? De verdad, espero que no. A veces tenemos mínimas discusiones porque no estamos de acuerdo con algunas cosas, y es muy válido porque somos personas diferentes, con gustos diferentes y no siempre nos va a gustar lo mismo que el otro.

Pero este…

Este sí que es un tema delicado.

—¿Estás bien? —Pregunta, colocándose de pie y restregándose los ojos.

—Eh, sí. Solo… debo ir al baño —invento con rapidez. Qué cobarde soy. Siempre le cuento todo a la primera, sin importar lo que sea. Fue un acuerdo al que llegamos y lo estoy rompiendo. Suspiro.

La verdad es que no me cuesta nada, pero me da miedo su reacción.

—Mejor me voy al baño del living porque no vaya a ser que dejes este impregnado de tu olor… —exclama entre risas y yo abro mi boca, indignado.

—¡Oye! ¡Sabes que solo voy a asearme!

—Y si fueses a hacer otras cosas, no tendría nada de malo, chiquito. Al fin y al cabo, los cuerpos tienen necesidades, hasta el mío. —Niego con mi cabeza y la veo caminar hacia afuera, pero antes de que pueda salir, soy yo quien toma su cintura y la rodeo con mis brazos, abrazándola desde la espalda.

—Sabes que te quiero mucho ¿verdad? —Le pregunto, porque así es.

—¿Y tú sabes que te quiero mucho a ti? —Responde de vuelta.

La hago voltearse y quedar frente a mí. Este es el momento. Es ahora o nunca. Trago saliva con fuerza y su sonrisa va mermando. Sabe que hay algo que voy a decirle.

—Hay algo que debes saber, y que, debí habértelo dicho ayer, pero me tenía y sigue teniendo un poco… no sé, asustado, tal vez, por cómo lo vayas a tomar o a reaccionar. A lo mejor pienses mal, pero te juro desde ya que no es así.

Frunce el ceño, pero estira su mano y con ella acaricia mi hombro desnudo, dejando pequeños círculos allí, dándome el conforte necesario para decirle lo que ocurre.

—Te escucho…

—Bueno, es que… —Respiro con fuerza y decido soltarlo todo de una vez: —Farah Brownbear se comunicó conmigo ayer y yo fui a verla —. Miro su reacción y, en realidad, no hace ni muestra nada, Darla solo me mira, esperando a que me explique más —tiene un problema legal, y me ofrecí a ayudarla. Yo seré su abogado para ese problema del que, por códigos de mi empresa, no puedo hablarte, pero te juro que es solo por ayudarla.

—¿Fue ella quien te buscó? Siempre se ha mantenido alejada de ti… ¿no? —Pregunta, volviendo a dejar pequeñas caricias en mi piel.

—Sí, por eso se me hizo extraño. El que ella me escribiera cuando me estaba evitando desde hace años, me parece…

—Eso solo significa que su problema es grave y por mucho que te evitara, sabe que esta vez era mejor dejar de lado cualquier diferencia y centrarse en lo que realmente importa, y bueno, no es por subirte el ego, pero eres el mejor en lo que haces.

Eso me hace sonreír. Conozco de una que se hubiese alborotado de escuchar un halago así.

—Darla, antes de que Farah y yo fuésemos novios, fuimos amigos. Muy buenos amigos y nos apoyábamos en todo.

—Tranquilo, yo lo entiendo. Gracias por decírmelo.

—Siempre —vuelvo a besar su frente y ella deja un pequeño beso en mi mejilla antes de salir de la habitación.

Se lo ha tomado bien. No sé por qué he dudado de su reacción, Darla me ha mostrado en estos dos años cómo es realmente: una persona buena, comprensiva, leal y sincera.

Sabe de mi historia con Farah. Cuando intentamos nuestro noviazgo por segunda vez, decidí contarle todo lo que viví con Farah para que nuestra relación fuese cien por ciento transparente y ella también me contó sobre algunos problemas que tuvo. Ella y toda su familia tuvieron que huir de su país natal por culpa de un negocio que salió mal. No sabían quién era la persona con la que llegaron a varios acuerdos, hasta que supieron que se trababa del mayor vendedor y negociante en el mercado negro de Francia. Extorsionaron a su familia y la metieron en muchos problemas legales. Les he ofrecido mi ayuda muchas veces, pero ella no quiere.

Teme que me involucre más de la cuenta, dice que ahora están bien, comenzando de nuevo y han olvidado lo malo, pero en ocasiones pienso que no es tan así. Decido hacerle caso, porque siempre respeto las decisiones de los demás, pero a menudo le dejo en claro que estoy para ella y para todo lo que necesite.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos y lo busco sobre la mesita de noche donde lo he dejado. Sonrío cuando lo tomo al ver que son las chicas quienes ahora hacen alboroto.

El año pasado, en nuestra fiesta de cumpleaños, la de Ángel, Aarón y mía, decidimos integrar a Jezabel a nuestro grupo de whats*app. Ahora somos cinco los que nos encontramos cada sábado o domingo en nuestro bar y la pasamos bien. Mi novia nunca se nos une, le he dicho infinidades de veces que puedo integrarla, pero insiste en que eso es algo de nosotros, como un ritual que con mis amigos el cual ella respeta.

De todas maneras, Darla no es mucho de salir, y en realidad, yo tampoco. Solo me junto con mis amigos ese día de la semana en específico, y solo porque es algo que hemos hecho desde siempre, no porque sea de los que van a cada cosa, como Ángel, por ejemplo.

[Jezabel: Buenos días, señores y mejor amiga]

[Aarón: Buenos días, Jez]

[Jezabel: Hola, cuñado. Les escribo, porque tengo una queja]

[Stella: Dígala]

[Jezabel: Resulta que me estoy dando cuenta de que este fin de semana no hay salida grupal. Eso me tiene indignada]

[Ángel: Estoy de acuerdo con la niña intocable. El viernes la despedida de soltero y soltera, el sábado la boda, y el domingo la despedida para la luna de miel. Estaremos juntos y será como una salida, pero no será la salida grupal de siempre]

[Archer: Oigan, es mi boda de la que hablan, eh. Exijo respeto].

[Jezabel: Yo propongo que, como este fin de semana no tendremos nuestra salida grupal, el otro fin de semana salgamos tanto el sábado como el domingo. Para recuperar la salida de este fin de semana]

Ellos literalmente me están ignorando.

[Ángel: el otro domingo debo estar en un evento por mis hoteles. Están de aniversario y estoy haciendo una pequeña fiesta de celebración por ello, están cordialmente invitados todos, hasta la novia de Archer. No la invitaría, pero para ese momento ya será su esposa, eso es de fuerza mayor].

Ángel sigue sin querer aceptar mi relación con Darla, ¿y saben qué es lo peor? Ella le cae bien. Sabe que es una buena chica y que es ideal para mí, pero aun así no lo acepta. Ahora ha dejado en claro que cuando sea mi esposa ya no habrá nada por hacer, deberá aceptarla, aunque no quiera.

[Stella: yo me apunto]

[Aarón: si mi chica se apunta, yo también]

[Archer: Darla y yo iremos]

[Stella: ¿Jezabel?]

[Jezabel: Eh, no, no podré ir. Lo siento]

[Ángel: Jezabel irá. No se preocupen]

[Jezabel: ¡¿Perdón?!]

[Ángel: No estás perdonada y dejaré de hablarte para toda la vida si no vas]

[Jezabel: Pues yo te dejaré de hablar antes]

[Aarón: Aquí vamos…]

[Ángel: Jezabel irá]

[Jezabel: Oigan a este… ¡Já!]

[Ángel: Responde el privado]

[Jezabel: ¡No pienso hacerlo!]

[Ángel: Eres insufrible, niña intocable. ¡Por lo menos lee el mensaje que te dejé por privado!]

[Aarón: Ustedes son insufribles]

[Stella: Los voy a sacar del grupo para que dejen de andar con sus estupideces]

[Archer: Eso pasa cuando dos personas que tienen el mismo carácter y personalidad se hablan]

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