Voy a la cocina y caliento café ya hecho en el microondas para luego tomarme un poco mientras sigo leyendo las estupideces que ponen. A lo lejos miro a Darla entrar a la ducha y yo miro la hora, estoy bien de tiempo, tiempo un poco de sobra antes de irme a la empresa.
[Jezabel: ¡Ya lo leí! ¿Lo prometes?]
Frunzo el ceño al leer lo que escribe. ¿Prometer qué?
Ah, y otra vez me han ignorado.
De todas maneras, lo que puse, es cierto.
[Ángel: Lo prometo, niña intocable]
[Jezabel: Bien, iré]
[Ángel: Y si no pretendías ir, te buscaba yo mismo y te llevaba cargada]
[Jezabel: Quisiera verte intentarlo]
[Ángel: ¿Acaso me estás retando?]
[Stella: Niños, basta]
[Ángel: ¿Niños? Respeta Gilabert]
[*Ángel ha agregado a un número nuevo al grupo*]
Escupo el café que tengo en la boca y con suma rapidez agarro una pequeña toalla de la encimera de la cocina para limpiarlo. Voy hacia la habitación y tomo un pequeño pañuelo al que le rocío un poco de alcohol para pasarlo sobre el aparato. Jamás reacciono así, pero esta vez me tomó por sorpresa.
¡¿Por qué Ángel ha integrado a Farah a nuestro grupo?¡
¡¿Y sin avisar?!
[Farah: ¿Qué es esto? ¿Por qué ahora estoy en un grupo que se llama ‘’El Burdel de los triple A’’?]
[Ángel: Bienvenida al grupo, Farah. Te extrañaba]
[Farah: Gracias, Ángel. Muy amable, pero ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es esto?]
[Stella: ¡Hola, jefa!]
[Farah: ¿Stella? Te vi hace unos segundos por los pasillos de la oficina. Acabas de llegar ¿no?]
[Stella: Vine temprano a adelantar trabajo]
[Farah: Ah]
[Jezabel: ¿Farah? ¡Dios! ¡Farah!]
[Farah: Ajá]
[Jezabel: ¿Te acuerdas de mí? ¡Soy la que las ayudó a ti y a Stella a escuchar a Elizabeth declararle su amor a Aarón! IMPOSIBLE OLVIDARLO…]
[Farah: Yo solo pasé por ahí, no sé de qué hablas…]
[Jezabel: ¿Debo recordarte que también te pusiste celosa de que ella sí estuviese cerca de AQUELLOS chicos…?]
[Farah: Repito: no sé de qué hablas. Tengo una reunión urgente, debo irme]
[Ángel: ¿De qué chicos hablan?]
[Archer: Hasta yo tengo curiosidad]
[Aarón: Un momento, ¿Hablan del cumpleaños de Stella? ¿Espiaron mi conversación con Elizabeth?]
[Stella: Farah tiene razón, tenemos una muy importante reunión que durará toda una semana. Nos vemos la semana que viene. Adiós]
[Aarón: Ya nos veremos en casa, Stella]
[Jezabel: ¿Cómo hago para autoeliminarme de este mundo? Siempre digo y hago cosas que minutos después razono y noto que estaban mal. Jé]
[Archer: Tranquila, así te queremos. Eres igual a alguien a quien estoy llamando en este momento para mandarlo a la…]
Envío el mensaje sin terminarlo y dejo de leer la conversación para llamar a Ángel.
—¿Me dejas dormir más y luego te molestas por lo que hice? —Pregunta.
—No. Me dices ahora por qué hiciste eso.
—Bien. —Escucho un ruido en la otra linea y una exhalación antes de que empiece a hablar: —fue tu culpa —. Es lo primero que dice.
—¡¿Perdón?! —Me altero.
—¿Por qué todo mundo me pide perdón? Sé que soy importante y muchos me creen una entidad superior, pero no se pasen.
Bufo. Él y su ego de m****a.
—A ver, prostituto de callejón, dime en este momento, por qué metiste a Farah a nuestro grupo.
—Dijiste que ella se puso feliz al hablarte de nosotros. Que sonrió y te dijo que fue un buen día y la pasamos muy bien cuando fui a verla a Los Ángeles. ¿No fue así? —Bajo mi mirada y no le respondo. Fue así. —Dijiste que ella no nos había dejado de considerar sus amigos.
—Lo hace. Aún lo somos —le confirmo en un susurro. No sé por qué duele, pero lo hace.
—Ya estamos muy grandes como para seguir con esto del rencor, Archer —admito que sus palabras me sorprenden, más que nada porque vienen de él —. Ella fue una pieza fundamental en nuestra adolescencia y nosotros en la suya. Y si bien, es cierto que estuvieron juntos, también es cierto que no funcionó, punto. Independientemente del motivo, ya todos seguimos adelante. Tú te vas a casar, y eso está bien, puede con que yo bromee con no aceptar a tu novia, pero es tu decisión y siempre respetaré la decisión de mis amigos, si quieres estar con ella, yo soy feliz por ti, y si Farah me considera su amigo y yo todavía la quiero, porque lo hago y mucho, ¿quién soy para negarme a serlo?
>>Si te molesta que esté en el grupo o piensas que tendrás problemas con tu pareja por esto, pues perfecto, la saco y armo otro grupo yo con ella y le pregunto a los demás si quieren estar, pero no nos vayas a poner a elegir por favor. Tienes las de ganar, porque lo que pasó fue culpa de Farah, y por ello te elegiría a ti, pero no sería justo y me decepcionaría que lo hicieras justamente tú, el más sabio, comprensivo y bueno de nosotros tres.
>>Si alguna vez me pones a elegir, te caerías de mi pedestal, cura joven.
Jamás lo había escuchado sonar tan sincero.
—No lo preguntaba con esa intención. En cierta forma me alegra que ella esté abriéndose a otras personas y más si son aquellas con las que ya tuvo una gran amistad, es solo que, admito que me da un poco de miedo.
—Sé por qué te da miedo, y odio hacer esto, en serio, pero debo dejar las cosas en claro. Sabes que, si no lo hago, no soy yo.
—Dilo.
—Si tú no quisieras a Farah, o la quisieras solo como a una amiga, entonces no tendrías miedo por su pronto acercamiento a todos nosotros. Ambos sabemos, Archer, que ya te está desestabilizando. Apenas escuchaste que venía de regreso te tembló todo. Creías haberla superado, porque no estaba presente, pero incluso en su ausencia, tus sentimientos nunca se fueron, solo se durmieron. Cuatro días, amigo.
—Quiero a Darla, sé que si lo doy todo de mi va a funcionar.
—No hay peor engaño que el que se hace uno mismo.
—No estoy enamorado de Farah. Eso se acabó hace años. —Trato de sonar convencido y determinado.
—Yo solo cumplo con mi deber de amigo de decirte las cosas de frente. Tú decides si las tomas o no.
Él cuelga la llamada y yo me quedo mirando la pantalla del celular. Me siento sobre mi cama, y tiro el pequeño pañuelo con alcohol que había tomado antes para limpiar mi celular, al pequeño cesto de basura que está debajo de un escritorio que está en una de las cuatro esquinas de la enorme habitación.
-
—¿A dónde me llevas? —Sonrío, apretando mi mano en la suya. Ella me lleva a rastras hacia el lago que está en la parte trasera de la mansión de los Abernathy.
Estamos en noche buena y se nos ha ocurrido escaparnos del intercambio de regalos que suelen hacer en estas fechas, para hablar conmigo. Me ha dicho que quiere decirme algo. Todavía no sé qué es, pero me causa curiosidad. El lago está completamente a oscuras y solo, no hay ni un alma alrededor. Supongo que todos están disfrutando de esta noche en familia. Lo único que ilumina un poco el lugar es la luz de la luna.
—Estás temblando… —Sonríe Farah cuando nos detenemos. Ella lleva mis manos a su cintura, me hace apretarla, dejar que su espalda se pegara más del árbol en el que se ha recostado —, y tu rostro se ha enrojecido. Te ves tan tierno y adorable…
—Tiemblo porque hace frío —me excuso.
—Hace un calor de los mil demonios, Archer —se burla, llevando su mano a mi frente y limpiando una gota de sudor que venía cayendo.
—Es que… —Mi respiración se corta de repente cuando siento como baja más mis manos, dejándolas en su trasero.
—Apriétalas —Pide, en un susurro. Y yo, esclavo de sus deseos, hago todo lo que me pide —. ¿Por qué tiemblas, Archer?
—Yo…
—¿No es algo que deseas? Podemos irnos si quieres, no pasa nada. Puedo esperarte para cuando estés listo.
¿Quién lo diría? Una chica esperando a que un chico esté listo para tener sexo.
—Te deseo con mi vida, Farah. —Susurro.
—Entonces tómame, Archer. Soy tuya. Tuya para siempre.
Y allí, parados, y penetrándola contra ese árbol fue que Farah y yo tuvimos nuestra primera vez. Ella tenía veintiún años recién cumplidos y yo aún dieciocho, en unos dos meses cumpliría los diecinueve.
En ese momento supe que Farah de esas chicas que no se conformaban con follar solo en la cama, era de la que les gustaba hacerlo en infinidades de lugares y yo, no era quien para negarme a complacerla.
-
—¿Te encuentras bien, chiquito? —La voz de Darla me hace sacudir mi cabeza y regresar al presente.
La miro fijamente y trago saliva con fuerza. ¿Qué m****a estoy haciendo?
—Todo bien, cariño —susurro, levantándome de la cama y yendo al closet a buscar un traje para ponerme luego de haberme duchado —. Voy a prepararme.
Evito su mirada y camino con rapidez hacia afuera, en la búsqueda del baño que ella usó para tenerla lejos de mí. No quiero que vea la culpa en mis ojos.
No debería de estar pensando en estas cosas cuando estoy a nada de casarme.
Cuatro días.
23 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Pero quiero ir contigo… —suplica mi hija por décima vez esta mañana.Mientras la escucho hablar y hablar, yo me muevo por la cocina verificando que esté todo listo para que ellas no tengan que hacer muchas cosas. Ya les preparé el almuerzo y guardé un poco en una vianda para llevarme, me ha quedado delicioso el pollo al horno que he realizado.Ella sigue hablando de las razones por las que yo debo dejar que salgan y vean la ciudad. La más importante, según mi hija, es que le quedan solo tres días para ponerse al día y disfrutar lo más que puedan antes de que nos vayamos.—No puedes ir conmigo al trabajo, es un riesgo para ti si saben quién eres —es todo lo que respondo mientras camino por el pasillo que da hacia su habitación. Quiero verificar que hizo sus tareas matutinas antes de irme. Sonrío mientras escucho sus pasos detrás de mí. Volteo a mirarla de reojo y la encuentro con sus brazos cruzados, un puchero en sus labios y viendo al piso, si
Enorme sorpresa la que me llevo cuando estaciono frente a ella y dos de los vigilantes se acercan a mí. El chico que siempre recibe mi auto y se lo lleva hacia el estacionamiento y retrocedo un poco cuando miro como Edward da grandes pasos hacia mí, pero es agarrado por otros dos guardias. —¡Tú m*****a perr*a! —Me grita, intentando soltarse de mí. Sus ojos son rojos, pero no por haber llorado, él se ha tomado todos los licores de la ciudad, por lo que veo —¡¿Cómo te atreviste?! ¡¿Cómo pudiste?! Prácticamente me muerdo la lengua para no responderle y poder cumplir con mi promesa a Archer. Dejo de mirarlo y en medio de sus gritos y los flashes que no sé de dónde vienen, levanto mi cabeza y mentón, con determinación, y me adentro al edificio. Todo mundo me mira con la boca y ojos muy abiertos, impresionados. Supongo que no solo su asombro es por lo que acaba de pasar, sino por la reacción de mi parte. Normalmente no me hubiese podido controlar. La Farah de hace unos meses se hubiese l
>>Pero hubo dos sobrevivientes y también vieron los videos de seguridad de la empresa. Piensan que ella estuvo de nuestra parte todo este tiempo. Creen que como impedimos que la mataran y la llevamos con nosotros, forma parte de nuestro equipo, y no es así. —¿Pero entonces sigue contigo? —Sí, no la puedo dejar ir hasta que esté a salvo o logre comprobar que no trabaja para mí. —Y supongo que ella quiere irse. —Supones bien, pero yo no la dejo ir. Por eso es que te digo que es un secuestro. Es por su bien. —Se encoge de hombros al decirlo, y se acerca más a mí, quitando las manos de mi rostro y juntando nuestras frentes —. En el fondo no quiero encontrar alguna prueba y quiero dejar que ellos sigan creyendo que ella trabaja para mí, porque así no tendría que dejarla ir… —Te gusta… —Susurro, sonriendo. —Creo que es más que eso… —¿Y ella? —Ella es una testaruda de m****a —se aparta de mí y suspira fuertemente, mirando hacia el piso, como quedando en un pequeño trance que lo hace n
23 de febrero de 2022.Archer Alarcón.—No. No, no, no, no, no. ¡¿Por qué?! —La escucho gritar y golpear la puerta con una mano, pues la otra la tiene ocupada intentando sujetar bien tanto el postre como su cartera —. ¡Maldición!—¿Tan malo es? Digo, puedes llamar a los vigilantes que estaban allá afuera…Ella voltea a mirarme, y, por un momento, vuelvo a ser ese chico tímido que le avergonzaba decir estupideces. Farah se molestaba porque luego de que dijera las cosas, no las sostenía. Decía que por más vergüenza que uno sienta, lo hecho, hecho está, y no cambiará, así que hay que vivir con ello y no pensar tanto en las cosas.Solo se debe seguir adelante intento superarlo. Punto.—Ya cambiaron de turno, pero los que se fueron, tuvieron que haberle avisado a los que entraron que estamos acá, así que esperar a los vigilantes sería una buena opción, pero hay dos cosas que me hacen afirmarte que ellos no vendrán en nuestra ayuda. Al menos, no pronto.—¿Qué cosas? —Pregunto, comenzando a
—Lo he arruinado por tu culpa… —murmura entrecortadamente. Su pequeño llanto no la deja hablar bien y no puedo evitar pegarme más a ella y tomar su barbilla para que me mire fijamente.Estamos demasiado cerca. A nuestros cuerpos solo los separa nuestra ropa, la cual se toca por nuestra cercanía. Sus profundos ojos negros con líneas rojizas debido al llanto me miran con debilidad, con tristeza, e incluso podría jurar que me están gritando mil cosas que no sé interpretar.Solloza, mirándome fijamente, y siento mis ojos pinchar también, pero trato de contenerme lo más que pueda. Sus delicadas facciones se contraen cuando traga saliva con fuerza. Acerca su rostro un poco más y nuestras narices son las que ahora entran en contacto. La siento temblar. Cada vez va más vulnerable.—Quiero consolarte con las mismas fuerzas con las que quiero besarte —me sincero.—Si lo haces no habrá vuelta atrás, Archer. Será incluso peor —gimotea.—Sin embargo, estás allí, sujetando con fuerzas un dibujo que
24 de febrero de 2022.Farah Brownbear.Me remuevo incómoda y aprieto con fuerza la almohada, simulando que es esa persona prohibida a la que quisiera tener a mi lado. Siempre hago lo mismo, la hago pasar por él. No quiero dejarlo ir, pero luego suena la alarma y me saca de mi ensoñación.Solo que… esta vez no hay alarma alguna, y mejor aún —o podría decirse que en vez de mejor debería ser peor—, esta almohada no se siente como una. Se siente de carne y hueso, muy realista.¿Saben de esa sensación que tienen cuando están durmiendo y el sueño es tan pesado que por más que intentan despertar, no pueden hacerlo? Bueno, así estoy desde hace muchos minutos. Quiero levantarme, pero, al mismo tiempo, quiero seguirme sintiendo protegida entre los brazos de este hombre al que mi imaginación está creando.Pero esperen…Él sí estaba acá conmigo…Y este abrazo se siente tan real…Abro mis ojos de golpe.Primero separo mi rostro del suyo y abro mis ojos tan grandes que si cualquier persona me vier
Miro a Analía detrás de él, y ella vuelve a encogerse. Mentiría si dijera que no estoy disfrutando esto. —¿Ustedes son pareja? —Pregunta Archer de repente, mirándolos fijamente. —No. De hecho, Analía tiene novio, pero ese novio no es Josh. ¿Cómo es que terminaron en esto? —Lo siento… —la escucho susurrar, y bufo. —Cariño, te dejaré dos lecciones que tu decidirás si vas a tomar o no: la primera es que pase lo que pase, jamás te arrepientas de hacer algo que te ha gustado mucho. La segunda es que, si ese algo que te gusta, puede dañar a un tercero o incluso a ti misma, entonces deja a ese tercero y quédate con lo que te gusta, porque luego las consecuencias podrían ser fatales. —Sí, bueno, no sé si sea atrevido que le responda a mi superior ya que podría despedirme… —es Josh quien habla porque Analía parece un cachorrito asustado. —Agradezco la sinceridad y que me digan las cosas de frente a que lo hagan a mis espaldas. Allí si los despediría con todo el gusto del mundo. —Solo que
24 de febrero de 2022.Farah Brownbear.Estoy perdida.Creo que tomaré a Winston, lo sacaré del asiento conductor para subirme yo y manejar a toda potencia hasta chocar fuertemente contra algo. Me suicidaré. Así Archer no me odia tanto luego de descubrir la verdad.—Te juro que, si bajas ahora, en vez de quedarte en shock como ya lo estás, vas a lograr que se sepa algo que todavía nadie está listo para escuchar.—Si… ¿Verdad? —Le pregunto, pero mis piernas se niegan a obedecer. Tengo miedo de lo que vaya a pasar ahora.Observo como mi madre mira a Archer como si se hubiese topado con un fantasma. Ella, con mucha lentitud hace que una Estrella muy sonriente se coloque detrás de ella, para que el hombre que me vuelve completamente loca no pueda verla. Pero es tarde. Todo mundo la ha visto.—Sí. Sobre todo, si esa verdad llega a explotar justamente afuera de tu empresa.—Esto va a ser un desastre.Mis manos comenzaron a temblar. Mi respiración agitada no dejaba que el paso de aire hacia