—Analía, llama a los trabajadores que fueron despedidos y ofrézcale sus propios puestos más una indemnización. Si alguno no quiere regresar porque ya consiguió trabajo o algún otro motivo, de todas maneras, te pido que revises su liquidación para darles un poco más de dinero a causa de despido y también busca reemplazo para ellos. Pero solo si alguno no regresa. Si regresan todos, obviamente no busques a nadie más. ¿Cuántos trabajadores fueron despedidos?
—Veintisiete, señorita —la miro fijamente y ella baja sus hombros y se pone nerviosa. No quiero intimidarla, porque es que mi reacción no es para ella. Es para ese maldito imbécil que despidió a veintisiete personas que eran claves para el funcionamiento de la empresa.
—Lo voy a matar —siseo entre mis dientes. Paso mis manos por mi rostro con frustración y vuelvo a voltearme a mirar a mis trabajadores. Todos se ponen rectos en cuanto ven que me dirijo a ellos —. Voy a vigilar que me hagan todo como se debe para esta semana. Olvídense de lo que sea que ese imbécil les dijo, deben trabajar como lo han hecho desde que están conmigo. Volveremos a los beneficios, mientras mejor trabajen, más puntos ganarán y el área con puntaje más alto tendrá sus beneficios —muchos celebran esta noticia —. Espero que no hayan perdido la practica porque para el mes que viene este ya esta revista debe estar nuevamente remontada en los ratings del mundo. Pueden irse.
Todos comienzan a salir y tomo a Analía del brazo cuando pretende hacerlo.
—Necesito que los trabajadores se incorporen ya. Si es posible mañana mismo. Trata de hacer todo lo posible, Analía. Confío en ti.
—Sí, señorita Brownbear.
—Y llama a mi abogado. Ese hijo de perra de Daniels no se saldrá con la suya.
—Pasa que, los abogados Los Pinos han renunciado en su mayoría, y Navarro fue uno de ellos.
—¿Qué m****a me estás diciendo?
¿Qué otra cosa mala podría pasarme hoy? Definitivamente no es mi día.
—Archer Alarcón se llevó a toda su clientela en menos de un año. Los dejó prácticamente en bancarrota. Navarro se fue del país y te dejó unas carpetas y cosas de los trabajos anteriores que ustedes han tenido.
¡Maldito seas, Archer Alarcón! ¡Te odio! ¡Te detesto!
—¿Algún otro bufete de abogados que podamos contactar? —Pregunto con desesperación.
—Jefa, perdón por lo que voy a decirte. Corro el riesgo de quedar sin cabeza, pero debo hacerlo.
—¿Qué? ¿Ahora qué pasa?
—Si usted quiere hundir como se debe a Edward Daniels debe ir con Archer —comienzo a mover mis dedos y a cerrar mis manos en puños. Ir con Archer… vaya ironía de la vida —. Si llegas a buscar un abogado por tu parte y Daniels logra conseguirse uno del bufete de Archer, perderás. Por más que seas la víctima en este caso y tengas todas las pruebas a favor, vas a perder. Desde que Archer se posicionó no ha perdido ningún caso.
—No creo que Archer sea de los que toma un caso sin importarle si realmente son inocentes o no. Él ayuda a las personas que lo merecen… —susurro. O al menos eso quiero seguir creyendo. Archer no pudo haber cambiado tanto ¿verdad? Me niego a creerlo. Él es bueno, es la persona con el corazón más puro del mundo.
—Es mejor no arriesgarse a averiguarlo.
¿Qué otra cosa podría pasarme hoy?
—Llévame un café cargado a mi oficina, por favor. Y contáctate con Archer Alarcón. Pregúntale si tiene el tiempo de atenderme personalmente, que es por un asunto personal y muy importante. Pídele una cita —todo lo digo en automático. Mirando hacia la nada.
Después de un año veré esos ojos verdes idénticos a los de mi hija. Siento la ansiedad recorrer mi cuerpo y las ganes de salir corriendo se asientan en mi ser. Si así estoy ahora, no sé cómo será cuando esté ante él.
Camino a mi oficina y comienzo a buscar carpetas y todo el papeleo relacionado con el último año. Dejo las cosas más importantes en una carpeta color rojo y las que no me sirven las regreso a sus estantes. Analía me trae el café y me dice que enseguida irá a comunicarse con Archer. Trato de que no me afecte su nombre. Soy una mujer nueva que ya no tiene nada que ver con él. Él tiene pareja, yo soy una madre soltera que está cambiando para bien… O eso quiero creer, porque esto de tener que contener mis emociones y ser más amable como que no va conmigo, pero por lo menos lo estoy intentando.
Me enrumbo hacia la oficina del imbécil de Edward y la registro de pies a cabeza. Dejo todo hecho un desastre. Paso toda la tarde tirando cosas, quedándome con lo que puede incriminarlo y decomisándole su laptop y hasta su máquina de chocolate caliente me llevo conmigo. Le pido a Josh que la ponga en mi oficina y ruedo los ojos cuando veo la tensión entre él y Analía cuando se ven. Santo Dios, son las dos personas más estúpidas del mundo.
Se gustan desde que se conocieron aquí en el trabajo, tuvieron un pequeño amorío que terminó mal. Él sigue detrás de ella y ella según salió adelante, olvidándose de él, pero todo el edificio sabe que es a quien ama. Eso de tener otra pareja no quita sus sentimientos verdaderos.
No iré a saberlo yo… já.
Niego con mi cabeza y voy a mi oficina. Me adentro y sonrío al ver la máquina a un costado. Se ve hermosa. Ya quiero que su dueño venga a reclamarla.
Analía entra y me mira de forma extraña. Pensé que ya su miedo había pasado.
—¿Qué pasó? ¿Acaso llegó Daniels? Dile que entre. Lo estaré esperando con todo el gusto del mundo.
—No es eso, es que… —ella traga saliva con fuerza.
—Analía, no tengo paciencia. Habla ahora o…
—Tenemos un gran problema, señorita Farah —su rostro cada vez se torna más pálido.
—Analía… —estoy perdiendo mi paciencia ya.
¿Ven lo que pasa cuando uno quiere ser mejor persona? Me la están poniendo muy difícil. Creo que mejor sigo siendo la Farah de siempre.
—Hablé con Archer Alarcón, cuando supo que era de tu parte decidió atenderme enseguida… —trato de mantenerme tranquila. Parece que aún soy un poco importante en su vida —. Él está viniendo hacia acá en este momento, dijo que estaba muy cerca de aquí, así que pasaría ahora.
—Mejor. Si la conversación ocurre en mi territorio, es mucho mejor. No le veo el problema —me cruzo de brazos y hago girar mi asiento un poco.
—El problema es que acaba de llegar otra visita…
—¿Qué visita?
Desearía no haberlo preguntado porque la puerta se abre de repente y un gran grito resuena en toda mi oficina.
—¡Mami! —Una emocionada Estrella corre hacia mí. Me levanto conmocionada y asustada, mirándola venir hacia mí y arroparme con su cuerpo. El miedo se impregna en todo mi ser. Esto no puede ser —¡Sorpresa! —Grita ella, abrazándome con más fuerzas.
Miro a mi madre posarse en el marco de la puerta de mi oficina con una enorme sonrisa en sus labios. ¿Qué hicieron? ¡¿Qué m****a acaban de hacer?!
—¡¿Qué carajos hacen aquí?! —Grito esta vez yo, sin poder contenerme.
Siento a mi hija separarse y mirarme asustada. No me gusta su reacción, jamás la he regañado o tratado mal, es la primera vez que me mira así, pero no lo puedo evitar. Todo se me está acumulando y no puedo controlar mi reacción.
La sonrisa de mi madre se borra y me mira con el ceño fruncido. Mi hija corre hacia ella y me mira con culpabilidad. Sabe que lo que hicieron está mal.
El teléfono del escritorio de Analía, afuera, suena. Ella va hacia él y siento mis ojos picar porque sé quién es.
—Señorita Brownbear… —susurra mi secretaria, mirándome con miedo —Archer Alarcón está aquí. Ya viene subiendo el ascensor.
Mi madre me mira con sus ojos muy abiertos y no quiero ni imaginarme como estoy yo. Nos vemos las caras entre todos, angustiados, hasta que mi hija nos hace mirarla, puesto que es la única con una enorme sonrisa en sus labios y con toda la felicidad del mundo dice:
—¿Mi papá?
21 de febrero de 2022.Archer Alarcón.Le pongo seguro al auto una vez que me bajo de él y cierro su respectiva puerta. Trago con fuerza mirando el enorme edificio frente a mí. Ahora entiendo a Stella, podré haberlo visto muchas veces anteriormente, incluso podría venir a diario y siempre sentiría lo mismo: da una sensación de miedo mezclado con emoción. Este lugar crea una de las revistas más importantes del país y del mundo, y encima, comandado por una mujer con carácter, fuerza y dedicación.Nadie hubiese sacado adelante a esta empresa como lo hizo Farah. No tiene comparación alguna.Y no lo digo como su ex, o porque tenga ese tipo de sentimientos por ella aun, que no es el caso, sino porque he sido testigo de cuanto le ha costado mantenerse en la cima y llegar donde está, y que, aún con todas las adversidades, nunca se dio por vencida.Respiro profundamente y quiero reírme de mi porque no puedo evitar sentirme como ese chiquillo tímido y al que le costaba decir o hacer las cosas p
—¿Por qué estoy viendo muchas cuentas bancarias vacías? ¿Registro de gente a la que han echado con una liquidación tan pobre? ¿Quejas de maltrato laboral? ¿Qué es esto Farah? —Decido pasar a lo verdaderamente importante. —Iba a venderle esta empresa a Edward Daniels. —Tienes que estar bromeando. —Hablo en serio. Iba a quedarme en Los Ángeles a vivir y ya quería descansar de todo esto. Estaban pasando muchas cosas en ese momento y no pensé, simplemente actué. No me importaba tener que venderlo todo para tener el dinero necesario para… —La observo apretar sus labios y cerrar sus ojos con fuerza. Suspira y vuelve a mirarme —, para algo personal. —Okey… —Así que accedí a venderle mis acciones. Yo tan solo me quedaría con una minoría, él básicamente sería el dueño de todo. —Ese hombre no tiene buenas referencias en los negocios que ha hecho. Ha tenido éxito pasando por sobre todo y todos. —Le informo. —No lo sé, ¿vale? Solo sé que yo llevaba tiempo conociéndolo y se veía como alguien
22 de febrero de 2022.Archer Alarcón.Mis pulmones se extienden con fuerza cuando tomo una profunda bocanada de aire. Estiro mis manos y me desestreso un poco antes de inclinarme y quedar sentado en la cama.Un nuevo día.Solo cuatro días para mi boda.Sonrío porque voy a casarme con una mujer maravillosa.Volteo a mirarla dormir y la veo con su brazo tapando su rostro mientras respira con suavidad.Como siempre, me inclino hacia ella y dejo un beso en su frente antes de acariciar su rostro.—Darla, es momento de despertar —susurro con suavidad para no incomodarla o que se levante asustada. Soy yo el que me encargo de levantarla todas las mañanas. Fue un acuerdo tácito al que hemos llegado.—Otro poco más… —pide, acurrucándose contra sí misma.—Sabes que no hay ratitos más, debes levantarte para ir a patearle el trasero a todos los empleados que compiten contra ti.—Ya te pareces a tu amigo hablando de esa manera.—¿A cuál de los dos? —Bromeo.—Iba a decir que a Ángel, pero Aarón tam
Voy a la cocina y caliento café ya hecho en el microondas para luego tomarme un poco mientras sigo leyendo las estupideces que ponen. A lo lejos miro a Darla entrar a la ducha y yo miro la hora, estoy bien de tiempo, tiempo un poco de sobra antes de irme a la empresa. [Jezabel: ¡Ya lo leí! ¿Lo prometes?] Frunzo el ceño al leer lo que escribe. ¿Prometer qué? Ah, y otra vez me han ignorado. De todas maneras, lo que puse, es cierto. [Ángel: Lo prometo, niña intocable] [Jezabel: Bien, iré] [Ángel: Y si no pretendías ir, te buscaba yo mismo y te llevaba cargada] [Jezabel: Quisiera verte intentarlo] [Ángel: ¿Acaso me estás retando?] [Stella: Niños, basta] [Ángel: ¿Niños? Respeta Gilabert] [*Ángel ha agregado a un número nuevo al grupo*] Escupo el café que tengo en la boca y con suma rapidez agarro una pequeña toalla de la encimera de la cocina para limpiarlo. Voy hacia la habitación y tomo un pequeño pañuelo al que le rocío un poco de alcohol para pasarlo sobre el aparato. Jamás
23 de febrero de 2022.Farah Brownbear.—Pero quiero ir contigo… —suplica mi hija por décima vez esta mañana.Mientras la escucho hablar y hablar, yo me muevo por la cocina verificando que esté todo listo para que ellas no tengan que hacer muchas cosas. Ya les preparé el almuerzo y guardé un poco en una vianda para llevarme, me ha quedado delicioso el pollo al horno que he realizado.Ella sigue hablando de las razones por las que yo debo dejar que salgan y vean la ciudad. La más importante, según mi hija, es que le quedan solo tres días para ponerse al día y disfrutar lo más que puedan antes de que nos vayamos.—No puedes ir conmigo al trabajo, es un riesgo para ti si saben quién eres —es todo lo que respondo mientras camino por el pasillo que da hacia su habitación. Quiero verificar que hizo sus tareas matutinas antes de irme. Sonrío mientras escucho sus pasos detrás de mí. Volteo a mirarla de reojo y la encuentro con sus brazos cruzados, un puchero en sus labios y viendo al piso, si
Enorme sorpresa la que me llevo cuando estaciono frente a ella y dos de los vigilantes se acercan a mí. El chico que siempre recibe mi auto y se lo lleva hacia el estacionamiento y retrocedo un poco cuando miro como Edward da grandes pasos hacia mí, pero es agarrado por otros dos guardias. —¡Tú m*****a perr*a! —Me grita, intentando soltarse de mí. Sus ojos son rojos, pero no por haber llorado, él se ha tomado todos los licores de la ciudad, por lo que veo —¡¿Cómo te atreviste?! ¡¿Cómo pudiste?! Prácticamente me muerdo la lengua para no responderle y poder cumplir con mi promesa a Archer. Dejo de mirarlo y en medio de sus gritos y los flashes que no sé de dónde vienen, levanto mi cabeza y mentón, con determinación, y me adentro al edificio. Todo mundo me mira con la boca y ojos muy abiertos, impresionados. Supongo que no solo su asombro es por lo que acaba de pasar, sino por la reacción de mi parte. Normalmente no me hubiese podido controlar. La Farah de hace unos meses se hubiese l
>>Pero hubo dos sobrevivientes y también vieron los videos de seguridad de la empresa. Piensan que ella estuvo de nuestra parte todo este tiempo. Creen que como impedimos que la mataran y la llevamos con nosotros, forma parte de nuestro equipo, y no es así. —¿Pero entonces sigue contigo? —Sí, no la puedo dejar ir hasta que esté a salvo o logre comprobar que no trabaja para mí. —Y supongo que ella quiere irse. —Supones bien, pero yo no la dejo ir. Por eso es que te digo que es un secuestro. Es por su bien. —Se encoge de hombros al decirlo, y se acerca más a mí, quitando las manos de mi rostro y juntando nuestras frentes —. En el fondo no quiero encontrar alguna prueba y quiero dejar que ellos sigan creyendo que ella trabaja para mí, porque así no tendría que dejarla ir… —Te gusta… —Susurro, sonriendo. —Creo que es más que eso… —¿Y ella? —Ella es una testaruda de m****a —se aparta de mí y suspira fuertemente, mirando hacia el piso, como quedando en un pequeño trance que lo hace n
23 de febrero de 2022.Archer Alarcón.—No. No, no, no, no, no. ¡¿Por qué?! —La escucho gritar y golpear la puerta con una mano, pues la otra la tiene ocupada intentando sujetar bien tanto el postre como su cartera —. ¡Maldición!—¿Tan malo es? Digo, puedes llamar a los vigilantes que estaban allá afuera…Ella voltea a mirarme, y, por un momento, vuelvo a ser ese chico tímido que le avergonzaba decir estupideces. Farah se molestaba porque luego de que dijera las cosas, no las sostenía. Decía que por más vergüenza que uno sienta, lo hecho, hecho está, y no cambiará, así que hay que vivir con ello y no pensar tanto en las cosas.Solo se debe seguir adelante intento superarlo. Punto.—Ya cambiaron de turno, pero los que se fueron, tuvieron que haberle avisado a los que entraron que estamos acá, así que esperar a los vigilantes sería una buena opción, pero hay dos cosas que me hacen afirmarte que ellos no vendrán en nuestra ayuda. Al menos, no pronto.—¿Qué cosas? —Pregunto, comenzando a