Sara ha tenido una rara relación telefónica con su jefe desde hace cinco años, perdidamente enamora de él, espera el momento oportuno para conocerse, pero todo no es lo que ella cree, porque aquel hombre que la enamoró por medio de llamadas y mensajes no es para nada lo que ella esperaba. Sara estará entre la espada y la pared, cuando Alan un Jeque muy famoso y poderoso llegue a su vida y haga que su corazón palpite por él como hace cinco años. Lo que ella no imaginaba era que él escondía un secreto y que no estaba dispuesto a dejarlo por el amor que le decía tener. ¿Podría ella olvidar el engaño?, ¿O el amor no es tan fuerte como creen?
Leer másSara observaba todo desde detrás de la espalda de Alan, estaba asustada, no quería que esto terminara mal, no quería perderlo, el y sus hijos fueron la fuerza que ella necesitó para seguir soportando todo lo que él le hacia. —¿Que pretendes entonces? —dijo Alan. —Tener un familia, eso es lo que quiero, y con ella es con quien lo deseo. —No va a pasar eso, ella se va a ir conmigo. —Primero te mato —dijo el con el arma en alto. —¡¡No, no!! —dijo Sara, saliendo detrás de Alan y colocándose frente a él. —Por favor, no, es suficiente, ya no más. Dijo Sara sollozando, si lo pierde a él, todo será diferente y no soportará nada más —Entonces ven, si no quieres que el termine muerto a tus pies, ven conmigo ahora mismo —dijo Ronald con el arma en alt,o, en dirección a Alan. —No, claro que no, no volverás a su lado, ya fue suficiente, el debe estar en una cárcel o en una fosa común como tu padre —Ronald titubeo. —¿Que?, eso no es verdad, mi madre no lo permitiría. L
Sarah está en la cocina de la casa preparando la comida como todas las noches, llevaba un mes al lado de Ronald, después de haberlo curado, había ganado su confianza, por lo que ya no estaba en ese oscuro y sucio lugar sino en la parte de arriba de la casa. Había descubierto que se encontraban una casa de lago en un bosque, nunca había visto ese lugar, y por más que intento buscar la manera de escapar, todo fue en vano. Ahora tenía que actuar como si fueran una familia aunque ella siempre estaba encadenada y solamente se podía mover por la casa si lo autorizaba. Sus hijos estaban bien, y por muy sorprendente que su pudiera ser, hace 15 días había sido operada por fin de su corazón corazón, las cosas habían salido mejor de lo que esperaba y su cuerpo había aceptado el corazón de Mariana. En ese momento una charla que tuvo con Ronald llega a su mente con rapidez. —¿ por qué estás haciendo esto? — quiso saber ella, había llegado con un médico para decirle que hoy sería su operac
Había pasado un mes, un mes en el que Alan no sabía nada de Sarah, un mes en el que las cosas estaban mal, se había distanciado de sus hermanos, comía no dormía, y le dolía ver poco a poco como la mamá de Sarah iba enfermando y muriendo un poco más. Willy sus hermanos estaban enfocados en encontrar a Ronald, pero el hombre había desaparecido de la faz de la tierra, no se sabía de él, lo poco que se sabía era algo que no servía para nada. Alan se acercó a la cuna de su pequeña hija, y acarició su pelo rojo como el de su madre. — sé que extrañas a tu mamá hija, yo también lo hago, pero te juro que estoy haciendo lo imposible para encontrarla Su pequeña hija hizo un pequeño ruido que se hizo cuando él siguió acariciando su pequeñita cabeza. Alan apretó los dientes con fuerza porque un soso quería salir de él, nunca había llorado en su vida o bueno lo había hecho desde que conocí a Sarah, pero como ahora jamás, todas las noches se quedaba dormido llorando imaginando que nunca
Sara observaba el lugar en el que se encontraba con miedo y temor, no sabía donde se encontraba, estaba lleno de suciedad y mal olor, no sabía porque la había traído aquí, pero de lo que si estaba segura era que necesitaba salir de aquí como fuera, no podía seguir ni un día más en este lugar del que no sabía que le esperaba. —Está un poco sucio, pero todo estará mejor cuando salgamos de aquí. Ella miraba a Ronald como si se hubiera vuelto loco, no tenía idea de lo que él tenía en mente, pero no quería saberlo y el miedo que ahora mismo estaba sintiendo, jamás lo había sentido, y eso le aterraba más que el sentirlo a él cada vez más cerca. —No quiero estar aquí, Ronald, sabes que este no es mi lugar, necesito que me dejes ir, que me dejes seguir mi vida. —Tu vida es a mi lado, y es lo que va a pasar, así que es mejor que lo aceptes lo más rápido que puedas para que no te duela. —¡¡Esque no tengo nada que aceptar, ni lugar no está a tu lado y tienes que aceptarlo!!, ¡¡Jam
Sara se movía por medio de su habitación, estaba impaciente, no podía creer que ellos sí hubieran hecho eso, las cosas no estaban saliendo bien, o eso era lo que ellos creían. El lugar estaba en silencio y ella estaba un poco paranoica, se encontraba sola en casa porque sus padres habían salido a la rutina diaria de las citas de su mamá. Un fuerte golpe en la parte de abajo la hizo salir rápido su habitación y bajar las escaleras para averiguar que estaba pasando. Sarif estaba en el piso bocabajo estrategias se encontraba la persona que pensó que jamás volvería a ver —Hola hermosa — Dijo Ronald —¿ qué haces aquí? — preguntó ella con su voz temblando —¿ no es obvio? —ella negó asustada. — no, no lo es y no lo quiero saber, ahora? Qué le hiciste?— Dice ella mirando al piso donde se encuentra desmayada su hermana. — no me gustan los caos sueltos, ella siempre fue un caos suelto, y me encargué de ella — Sarah intentó acercarse para saber si estaba viva, pero Ronald negó
Ahora nos observaba la mujer que tenía frente a él una y otra vez, la mujer que tenía la cara desfigurada le sonreía como si fuera su mejor amiga. —¿ no me recuerdas? — ella aún sin dejar de sonreír. — no te cuide quién eres. — claro que lo sabes, dentro de tu mente hay un recuerdo que no quieres traer, pero cuando lo hagas recordarás quién soy. Alan negó un par de veces, él sabía que una parte de él lo conocía pero no recordaba de dónde. —¿ qué es lo que quieren de mí? — preguntó ella. — ya lo sabes, la pregunta aquí es, ahora, Qué estás dispuesta a hacer para irte de aquí?--¿Quien te dijo que quiero irme? --Alan levanto una de sus cejas negras.--¿No quieres irte? --La verdad esque aquí estoy muy bien, no tengo necesidad de regresar al lugar en el que estaba.Azar miro Alan sin comprender de que estaba hablando esa mujer, ¿como era que estaba mejor estando aqui?, estaba amarrada a una silla, y paso la noche incomoda, ¿estaba loca? -Se lo que están pensando, que si estoy lo
Will observaba a los hermanos con frustración, si alguien le hubiera dicho en este momento que estarían en esta situación se reirían en su cara. Llevaban media hora intentando entrar para llevarse a la Mujer de Raft y todavía ha sido un caos —¡¡ puedes dejar de discutir y por favor hacer algo!! — gruñón con fuerza will. — nunca hemos secuestrado a nadie, así que discúlpanos si no sabemos cómo hacerlos — dijo con fuerza Alan — sabes que esto lo estamos haciendo por el bien de todos, así que no me hagan ver a mí como el malo del paseo. Dijo Will mirando a los hermanos con una de sus cejas en alto, sabía que estaban buscando la manera de hacerlo sentir culpable por lo que estaba haciendo, pero él en ningún momento se había sentido así, estas personas habían acabado con su vida, llevándose a su mujer y hijos asesinándolas. — sé lo que están intentando hacer, y voy a decirles de una vez que no lo van a lograr, no siento remordimiento ni nada parecido por querer capturar de la m
Al final Alan había podido estar con su esposa, era el hombre más feliz del mundo en ese momento, por fin pudo tocarla, besarla y demostrarle todo lo que sentía por ella y lo mucho que la había extraño. Dejó un beso en la frente de su esposa y se levantó de la cama para cambiarse y luego salir de ella, descendió por la escaleras hasta el primer piso, donde estaban sus hermanos y ahora suegros. Porque Elena y el padre de Sara habían llegado hace unos días después de lo que había pasado con Sara. Las mirada de las personas en la sala se posó sobre el. —¿Que?, ¿porque me miran así? —dijo gruñendo. —¿Ella está bien? —le pregunto su hermano Azar con un deje de preocupación en la voz. —¿Disculpa? —pregunto Alan con furia. —Sabes a lo que me refiero, pudimos escuchar y si es lo que pensamos, sabes lo que para ella eso ocasiona. —¡¡¿Como te atreves?!!, no vas a decirme cómo tratar o estar con mi esposa, no soy estúpido, Alan, se como tratarla y que debo y no hacer. —
Las cosas habían mejorado con el pasar del tiempo, estaban muy cerca de atraparlos, cada día aparecían más cosas que los inculpaban y Will ya tenía permiso para atraparlos, al final se supo quienes estaban ayudándolos y aquellas personas fueron llevadas a juicio y encerradas. Sara estaba un poco mejor, su riesgo de aborto al final había sido controlado, estaba en su quinto mes de embarazo y sus bebés estaban mejor de lo que ella pensaba. Cada día se movían más y la hacían muy feliz, ella necesitaba un poco de paz y tranquilidad para que su embarazo pudiera llegar al menos al mes séptimo, donde lo más seguro esque fuera intervenida para que sus bebés pudieran salir de ella vivos. Sara acaricia su vientre mientras sonríe porque se siente muy feliz de poder sentirlos. —¿Estas feliz? —le pregunto Alan mientras salía del baño con solo una toalla. —Si, estoy muy feliz, lo he sentido muy seguido y eso me alegra. Significa que están muy bien. Alan se acercó a ella para poder acariciarle