Sara observaba la ventana de su oficina con frustración y nerviosismo. Hoy vendría el dueño de la empresa y quien había sido su jefe por más de seis años. Nunca lo vio en persona, sus comunicaciones eran solo telefónicas o por correo, y en ese momento, recordó lo fuerte y gruesa que era su voz, le producía sensaciones que jamás ningún hombre logró, ni su ex prometido. Menea la cabeza para alejar esos pensamientos en el momento en que la puerta es tocada y la cabeza de su mejor amiga y secretaria, aparece por la puerta de su oficina. —Nena, es hora, la junta te espera —suspirando, se da la vuelta y camina hasta la puerta donde Mariana la espera. —¿Lo viste? —dice ella con un tono de desespero. —No, el hombre venía rodeado como por diez hombres y no pude verlo, es de la realeza, nena —ella asiente recordándose eso. Sara llevaba fantaseando con ese hombre por años, y eso no podía seguir permitiéndoselo, Él era un hombre imposible para ella, no solo porque era el jeque de un país, s
Leer más