Lily Rousse siente que la vida no tiene sentido, por más que se esfuerza por ser feliz, parece que esa emoción no está disponible para ella. Ha vivido por años enamorada de un hombre que ni siquiera la nota en el trabajo porque todo su mundo gira en torno a su novia. Y en su casa su madre parece odiarla. No tiene amigos y su vida gira en torno a su trabajo donde es invisible para sus compañeros, los cuales creen que ella es algo extraña. Y un día se le ocurre saltar de un puente, lo ha planificado bien, nadie podrá notarlo. Pero alguien sí lo notó: Alejandro, el que pronto será su jefe en el trabajo. La toma de una mano cuando ella queda suspendida en el aire y le grita que no lo haga. Le grita su nombre. Y es allí cuando Lily Rousse sabe que se ha metido en un gran problema, porque ahora sigue con vida y con alguien que sabe su mayor secreto.
Leer más¡Hola, querido lector! —no sé por qué siempre comienzo mis saludos gritando jeje; calma Isa, calma—.Quiero agradecerte, a ti, querido lector por leer esta novela, llegar hasta aquí me llena de tanta alegría. Este es un libro que escribí para la minoría, esas personas que se topan accidentalmente con mi historia, que buscan un refugio, una compañía. Y también para esos lectores fieles que leen todo lo que escribo.Cuando comencé esta novela estaba en una etapa muy difícil de mi vida. Lastimosamente, lo que estamos viviendo en este planeta me ha tocado bastante fuerte, ya que, en el 2020, antes de que comenzara la pandemia yo estaba comenzando a pasar una situación muy difícil en todos los ámbitos de mi vida.Esa Isa era una chica muy emprendedora, que había comenzado a tener todo lo que quería en la vida: un buen trabajo, ser novia de
—Estás casada, tienes un trabajo estable, tu familia te quiere —me decía la psicóloga Alicia— y has comenzado a estudiar una maestría y hace más de dos años no tienes crisis de ansiedad. Me parece que mi trabajo contigo ha finalizado. —Sonrió con satisfacción—. Lily Rousse, eres una persona muy fuerte, de los mejores casos victoriosos que han pasado por este consultorio.Ella lograba ver el miedo en mi semblante. ¿Qué haría ahora que no tenía su guía? Me había acostumbrado a ir semana a semana con ella, después mes a mes y… ahora… ¿ya no habría consultas?—Estarás bien, Lily —me dijo tomándome de una mano por encima del escritorio—. Recuerda que debes estar en constante cambio, tu alma lo necesita. Has todas esas cosas que has pospuesto: viaja, ve a fiestas, recorre el mundo si
Recuerdo vívidamente el momento en que sucedieron una serie de acontecimientos muy importantes que dieron paso a la etapa más hermosa y llena de gloria en mi vida. Con esto no quiero decir que siempre fue color rosa, claro que… como toda historia real tuve altos y bajos, pérdidas y ganancias. Sin embargo, para mí fue hermosa porque conocí del todo a la verdadera Lily Rousse, la que se encontraba dormida en un rincón muy dentro de mí.A mitad de los preparativos de mi boba, logré obtener una solución a la luna de miel, aceptando la propuesta de Alejandro de hacer una serie de viajes por el país para poder ir a bañarnos en aguas termales y saltar en péndula, así como practicar paracaidismo.Pero antes de nuestra boda estuvo el grado de mi hermana Vanessa, que, para mi sorpresa, logró graduarse con honores; mi pequeña había madurado y supo encontrar su pr
—No, Alejandro, menéalo con más fuerza —me ordenó Sarita—. Eso, ahora, échale la verdura. ¡Rápido, rápido!—Ya, ya, no te estreses —supliqué mientras tenía la taza plástica llena de las verduras picadas.Debía impresionar a la familia de Rousse, hacer que todo en la cena familiar estuviera perfecto, por lo mismo le pedí a Sarita y Carlos que me ayudaran a preparar la mejor cena de sus vidas.Sentía que todo estaba yendo por un buen camino, que por fin con Rousse habíamos alcanzado la estabilidad. Hace meses que no la veía teniendo una recaída de depresión, claro, algunas veces estaba triste por pequeños problemas —los que nunca faltan, pero siempre se terminan resolviendo—. Su madurez me sorprendía, lo autosuficiente que era, así mismo como lo autodidacta. Resolvió el problema
Recuerdo esos días con nostalgia. Pensaba que… al ver a mi papá sentado en el sillón con la mirada perdida sería bastante triste, que lloraría y me deprimiría. Sin embargo, fue todo lo contrario, aunque me impactó, cuando le hablé: él logró reconocerme.—Lily… —desplegó una arrugada sonrisa.—Sí… soy yo —me acerqué y me arrodillé frente a él.—Mi niña… —soltó en un hilo ahogado.Lo tomé de las manos y las besé.—Papi… —esbocé mientras sonreía.Volvió a perderse en ese mundo donde se encontraba, tal vez remontándose a su niñez; parecía que le gustaba estar en una época donde mi abuela seguía con vida y lo llevaba a una feria.Me quedé a su lado leyendo en voz al
Con el pasar de los días, a la salida del trabajo mis ojos trataban de buscar a mi madre disimuladamente, y, cuando la veía irse con aquel andar tranquilo y cabizbajo, sentía que algo dentro de mí se calmaba y al mismo tiempo se retorcía. Quería correr a ella y abrazarla, pedirle que se quedara conmigo un rato, al menos unos minutos.Aquel sentimiento fue creciendo con el pasar de los días, un nudo en mi garganta se fue formando de a poco y, cuando quise darme cuenta, estaba llorando cuando me subía al auto.Nunca llegué a creer que amara tanto a mi madre, no me importaba nuestra mala relación, los golpes y maltrato psicológico que recibí de su parte, porque… el darme cuenta que estaba arrepentida de todo eso y deseaba acercarse a mí, barría con todo ese rencor. Yo también quería correr a ella y abrazarla, dejar todo en el pasado.Me di cuenta q
Ya me había hecho una herida en el pulgar derecho por roer con mis uñas en esa parte. La noche anterior no logré dormir y me volví nada cuando pasé el umbral de la puerta del consultorio de la doctora Alicia.—Me estaba esperando en la entrada del C.D.I —comenté con la nariz roja por tanto llorar—. Me dijo que necesitaba hablar conmigo y nos fuimos a un puesto de helado cerca de allí. —Mi mandíbula tembló mientras permanecía abierta—. Estaba cambiadísima, más madura y… me dijo que se iba a graduar este semestre, me invitó a la graduación —intenté mostrar una sonrisa que salió muy nerviosa.—Por lo que me habías comentado anteriormente no tenías buena relación con tu hermana… —la doctora hizo un esfuerzo por recordar.—Vanessa, se llama Vanessa —dije y solt&ea
Nos sentamos a comer. Curiosamente ese día me sentía tímida, comía despacio, con la mente trabajándome a mil, pensando en la razón para que a Alejandro se le ocurriera hacer una cena sin una fecha especial.Debía haber algo especial fuera de las fechas, pero ¿qué podría ser?, ¿estaba pasando algo por alto?, ¿se enojaría después si no lo recordaba?Reparé la comida sobre la mesa: la carne asada bañada en una salsa de verduras, el puré de papa suave que se derretía en el paladar, el vino; las velas, las copas a medio servir y… una diminuta cajita de color negó que se escondía entre toda la decoración.Tragué lento al sentir que a mi mente llegó como un disparo la respuesta.¿Podría ser? ¿Realmente me pediría matrimonio esa noche?Corté con los cubiert
Al principio, cuando comencé a narrar esta historia, dije que, hubo un momento en el que supe lo que Rousse era capaz de hacer y que esa fue la razón por la que yo caí rendido a sus pies. Bueno, pues… en esta parte del relato podrán saber el momento exacto en el que me enamoré de ella para nunca más dejar ese sentimiento.Cuando pude escuchar su súplica sin importarle que todos la estaban viendo, entendí lo leal que Rousse podía ser y comprendí sus palabras cuando muy segura de sí misma me dijo: “(…) Porque ya me hice a la idea de vivir aquí contigo, de ser tu novia y enfrentarme a todos los comentarios del trabajo desde que me volví tu novia. Si terminas con esta relación me estarás echando a los perros para que me devoren viva. Y tendré que pasar por todo un proceso de duelo para hacerme a la idea que todos mis esfuerzos por volver a estar