Grace Bradford lo tenía todo: una vida perfecta y un futuro prometedor. Pero una noche prohibida con su jefe, el enigmático y peligroso Lucien Stanton, cambió su destino para siempre. Un error inesperado, una traición devastadora y una pérdida irreparable la llevaron a huir, dejando atrás un pasado que la consumía. Siete años después, el hombre que juró olvidar reaparece, arrastrándola de nuevo a su mundo lleno de secretos y sombras. Pero esta vez, no es solo por ella… es por uno de sus hijos, cuya vida pende de un hilo. Y Lucien, hará lo que sea necesario, incluso traerla vuelta bajo el pretexto más cruel: ser la niñera sus propios hijos. Y entre miradas cargadas tensión, recuerdos imposibles enterrar y tres pequeños que conspiran para reunirlos, Grace y Lucien se enfrentarán a un amor que nunca murió y a un pasado que amenaza con destruirlos. ―¡Papi, cásate con la niñera! ―dijeron al unísono sus hijos, con sonrisas traviesas. ―No estoy interesado en el amor. Además, tendrían que compartirme. ―No seas tonto , papi. Te vimos besar a mamá… ¡Admítelo, te gusta nuestra niñera! ¿Podrán vencer la oscuridad que se cierne sobre ellos o sucumbirán a sus propios demonios? Y es que el destino ya ha comenzado a jugar su última carta.
Leer másC91- LO HARÉ BIEN TODO ESTA VEZ.Después de que la verdad salió a la luz, Grace decidió quedarse en la mansión junto a los trillizos, al menos un tiempo hasta que encontrara un lugar adecuado. Los días se volvieron largos y pesados, pero ella intentaba mantenerse fuerte por sus hijos. Lucien, por su parte, se mantenía al margen. Habían pasado semanas sin dirigirse la palabra, pero esa mañana él rompió el silencio.Grace estaba en el jardín, recogiendo algunas flores, cuando el apareció. Se acercó con una sonrisa que parecía sincera, aunque ella no podía evitar sentir una punzada de desconfianza y nervios.—Grace, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó, con un tono más suave de lo que ella recordaba.Ella asintió con cautela, dejando las flores sobre la mesa.―¿Qué quieres decir?—He estado pensando mucho en todo esto —dijo él, mirándola con una expresión que casi parecía de añoranza—. Y quiero hacer las cosas bien. Quiero que… los trillizos lleven tu apellido.Grace guardó silenc
C90- SEREMOS FELICES KATE.Kate miraba por la ventana sin realmente ver nada. El mundo exterior estaba sumido en la oscuridad, pero dentro del coche, en medio del silencio, había algo extraño. A pesar de todo lo que había sucedido, de haber visto la furia de Aaron, de la violencia hacia su padre, Kate no sentía miedo. Al contrario, por primera vez en mucho tiempo, sentía una calma inesperada, como si finalmente pudiera respirar sin la constante presión de su familia sobre ella. El peso de años de opresión parecía desvanecerse poco a poco.Por otro lado, Aaron no decía nada. Su mirada seguía fija en la carretera, pero el movimiento tenso de su mandíbula y sus nudillos apretados contra el volante revelaban su frustración. Una furia visceral se habia apoderado de el al verla lastimada. Y estaba decido a protegerla del mundo entero si era necesario.Cuando el silencio se hizo insoportable, Aaron habló.—No vas a volver a esa casa —dijo sin mirarla.Kate lo observó, sorprendida. No era l
C89- TE HUNDIRÉ MÁS DE LO QUE ESTAS.Kate había pasado la noche anterior en la comisaría. No quería enfrentarse a sus padres, el ambiente en casa siempre era tóxico, y prefería cualquier lugar antes que volver allí. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Apenas había tomado un sorbo de su café, cuando su teléfono sonó. Al mirar la pantalla, vio el nombre de su padre. Dudó antes de contestar, pero finalmente deslizó el dedo para aceptar la llamada.—Kate —dijo Gibson, con su tono habitual, frío y autoritario—. Necesito que vengas a casa. Tenemos cosas importantes que discutir.Ella apretó los labios, sintiendo cómo la rabia y la resignación se acumulaba en su pecho. Casi podia adivinar de que hablarian o que era lo importante.—¿Y si no quiero? —respondió, desafiante.—No es una petición, Kate. Es una orden. No hagas esto más difícil de lo que ya es.La llamada terminó abruptamente, dejándola con un nudo en el estómago. Sabía que no podía evitarlo para siempre, así que, horas más
C88- ESPOSO CONTROLADOR.Kate y Sergio estaban sentados frente a la ventana en un restaurante y ella no dejaba de jugar con el tenedor, apretándolo entre sus dedos, mientras su mente parecía estar en otro lugar. Sergio, su compañero de trabajo y mejor amigo, la observaba en silencio, notando su incomodidad.—No es solo el matrimonio, Sergio… —Kate suspiró, negando con la cabeza—. Es todo… mi familia, las expectativas, la culpa si no lo hago. Me siento atrapada.Sergio la miró, frunciendo el ceño y se inclinó hacia ella, sin pensarlo, le tomó la mano con firmeza.—No tienes que hacer algo que no quieres. Si te sientes atrapada, solo déjalo. No vinimos a este mundo para complacer a nadie. Y tus padres… no pueden dejarte toda la carga de una fortuna que ellos mismos dilapidaron.Kate sintió el nudo en el pecho, como si le faltara el aire. La presión de todo lo que estaba viviendo la asfixiaba.—No sé qué hacer, Sergio. Me siento como si no tuviera opciones.Su amigo sonrió levemente, aun
C87- NECESITO TU AYUDA.Marsella, FranciaLa lluvia no daba tregua, cada gota caía pesada sobre Lucy, empapándola hasta los huesos. Su cabello chorreaba agua, pegándose a su rostro pálido, pero ella no se movía. Sus ojos permanecían fijos en la mansión que se alzaba imponente frente a ella.Su cuerpo temblaba, no solo por el frío que calaba hasta su piel, sino por el peso de lo que estaba a punto de hacer. Las luces de la propiedad eran un faro en la noche oscura, un recordatorio cruel de que su única opción era esta. Su familia no la ayudaría. Lo sabía. Su abuelo no toleraría que se rebelara. Para él, las acciones imprudentes se pagaban con el desprecio, y estaba segura de que preferiría verla muerta antes que arriesgar su apellido.Un sollozo escapó de sus labios, ahogado y lleno de desesperación. Cerró los ojos, pero eso solo trajo de vuelta los recuerdos que tanto quería enterrar. Las palabras de su marido resonaron en su mente como un eco envenenado."Si intentas dejarme, Lucy,
C86- BAJO MI PROTECCIÓN.Mientras tanto en el estudio de la mansión Stanton…—Blackwell —dijo Lucien, frunciendo el ceño—. La reunión de la junta no es hasta dentro de unas semanas. ¿Qué haces aquí?Alexander levantó el vaso con una sonrisa burlona y tomó un sorbo antes de responder.—Decidí adelantarme un poco —respondió con calma, dejando el vaso sobre la mesa con un suave golpe—. Me quedaré en la ciudad por un tiempo. Muy cerca, de hecho. Vigilando cada paso.Alaric apretó los puños y dio un paso hacia la mesa, golpeándola con fuerza.—No olvides que los Stanton también tienen parte en la sociedad, Alexander. No puedes venir aquí y actuar como si todo fuera tuyo.Alexander inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera considerando las palabras de Alaric, antes de soltar una carcajada breve y despectiva.—¿Parte? —repitió con burla—. ¿Qué... un 20 %, contra un 70 %? Por favor, Alaric. Tú harás lo que yo diga. Siempre ha sido así. —se inclinó ligeramente hacia adelante, sus ojos c
C85- FINALMENTE JUNTOS.—Alexander... —murmuró Alaric entre dientes.La tensión en la sala ya era insoportable, pero con su llegada, todo parecía a punto de explotar. Alexander avanzó con calma, como si nada pudiera alterarlo. Dejó el regalo sobre la mesa con cuidado exagerado y miró a su alrededor, evaluando el desastre: la comida derramada, las copas rotas y el pastel desecho.—Bueno, vine a la cena de compromiso de tu nieto. Aunque... creo que no hay boda, ¿o me equivoco?Alessia se tensó, y su voz cortó el incómodo silencio como un látigo.—¿Y tú quién eres para irrumpir aquí como si te perteneciera todo? —espetó, con un tono ácido que no pudo disimular el temblor en sus palabras.Alexander chasqueó la lengua, girándose hacia ella con una expresión que la desarmó al instante. Su sonrisa seguía intacta, pero sus ojos parecían perforarla. Ella dio un paso atrás, como si hubiera sentido físicamente el error que acababa de cometer.—Alexander Blackwell —respondió, el con una eleganci
C84- ¿QUIÉN ES ELLA?El salón quedó completamente en silencio. Los invitados estaban boquiabiertos, y Alessia no era la excepción. Sus ojos brillaban de rabia y confusión mientras se quitaba los restos de pastel del rostro con movimientos rápidos.—¿Qué clase de broma es esta? —bufó con sarcasmo —. ¡Tú eres solo la niñera!Grace miró a los trillizos y sus manos temblaron al igual que su corazón. —No —dijo, con voz firme pero quebrada—. Soy su madre biológica. Yo soy su madre de verdad.Los niños se miraron entre ellos, intentando procesar lo que acababan de escuchar. Y Emma fue la primera en reaccionar.—¿Nuestra mamá..? —murmuró.—¿Eso es verdad? —preguntó Olivia, su pequeño rostro lleno de confusión.James, el más serio de los tres, la miró fijamente.—¿Tú eres nuestra verdadera mamá?Antes de que Grace pudiera responder, el bastón de Alaric golpeó el suelo con fuerza. Todos giraron la cabeza hacia el anciano, quien se había levantado de golpe.—¡Esto es absurdo! —tronó, apuntando
C83- NO TE METAS CON GRACE.Alessia, completamente derrotada, intentó acercarse a Lucien, pero él dio un paso atrás, mirándola con desprecio.―¡Lucien, por favor! Podemos arreglar esto. ¡Te lo suplico! ―Arreglarlo, dices. ―se burló Lucien dándole una sonrisa helada ―Lo único que hay que arreglar aquí es tu dignidad, Alessia. Aunque dudo que te quede algo de eso.El salón estaba en completo caos. Y Alessia, ahora con el rostro rojo de furia y las manos temblando, sintió cómo la humillación ardía en su piel. Los murmullos de los invitados, las miradas de juicio, y sobre todo, la frialdad de Lucien la estaban consumiendo. Pero cuando sus ojos se posaron en Grace, que permanecía en silencio cuidando a los trillizos, algo dentro de ella explotó.Con un grito cargado de rabia, se giró señalándola con un dedo tembloroso.—¡Tú! —gritó —. ¡Esto es tu culpa! ¡Todo es por tu culpa, m*****a niñera barata!Grace levantó la mirada, sorprendida, pero no dijo nada. Alessia avanzó hacia ella, tambale