C186-SECUESTRO FRUSTRADO.Aaron no podía dormir. Kate descansaba profundamente por primera vez en días, pero él no lograba calmar esa sensación de inquietud que lo carcomía. Algo no estaba bien. Miró la cuna vacía junto a la cama y se levantó del sillón, tratando de no hacer ruido. Salió al pasillo, con el corazón latiendo más rápido de lo normal.El hospital estaba en silencio, demasiado tranquilo. Las luces tenues iluminaban el camino hacia el área de recién nacidos. Cuando llegó, notó algo que lo hizo detenerse en seco: la puerta estaba entreabierta. Frunció el ceño. Esa puerta siempre estaba cerrada.Entró despacio, sintiendo un nudo en el estómago. Las cunas estaban alineadas como siempre, pero la de Catalina estaba vacía. Su corazón se detuvo por un segundo.—¿Hola? —llamó, pero no hubo respuesta.Aaron buscó con la mirada, desesperado. Un sudor frío le recorrió la espalda. Salió corriendo al pasillo, mirando en todas direcciones. Entonces la vio: una mujer vestida de enfermera
187- TE PUDRIRÁS EN LA CÁRCEL.Aaron y Kate entraron a la sala de interrogatorios del centro de detención. Madison estaba sentada al otro lado de la mesa, esposada, con una expresión de desafío que apenas ocultaba su nerviosismo. Las luces frías del lugar resaltaban las ojeras marcadas en su rostro, pero su mirada seguía siendo altiva, como si aún creyera que tenía el control.Kate avanzó primero. Dejó a Catalina con los padres de Aaron, quienes esperaban afuera, y ahora estaba frente a la mujer que casi le arrebató a su hija. Sus manos temblaban, pero no retrocedió. Aaron la miró de reojo, listo para intervenir si era necesario, pero Kate no necesitaba ayuda. Esta vez, ella iba a hablar.—¿Por qué? —preguntó, su voz baja pero firme, casi un susurro cargado de rabia contenida—. ¿Por qué quisiste llevártela? ¿Qué clase de monstruo eres?Madison levantó la mirada, y una sonrisa fría y venenosa se dibujó en su rostro.—¿Por qué? ¿De verdad quieres saberlo? —su tono era gélido y cargado d
188- NOS VEMOS LAS CARAS.En el pasillo, los padres de Aaron esperaban con Catalina en brazos. La bebé estaba tranquila, pero los ojos de ambos abuelos estaban llenos de preocupación. La madre de Aaron, fue la primera en hablar.—¿Están bien? —preguntó, mirándolos con cuidado.Kate tomó a Catalina en brazos, abrazándola como si nunca quisiera soltarla.—Ahora sí —respondió, con un suspiro profundo.El padre de Aaron, que había estado en silencio, dio un paso adelante y puso una mano en el hombro de su hijo.—Hiciste lo correcto, hijo. Esa mujer no volverá a lastimar a nadie.Aaron asintió, pero su mirada estaba fija en Kate y Catalina. Sabía que aún había heridas que tomarían tiempo en sanar. Pero que se sanarían.La madre de Aaron se acercó a Kate y le dio un abrazo inesperado, lleno de calidez.—Eres más fuerte de lo que crees, Kate. Y mi nieta tiene suerte de tenerte como madre.Kate, dejó escapar una pequeña sonrisa, aunque sus ojos seguían llenos de emociones acumuladas.—Gracias
C189- BIENVENIDA A LA FAMILIA. La mansión de Alexander parecía sacada de un cuento de Navidad. Las luces iluminaban la imponente construcción y el aroma a pino fresco y galletas recién horneadas flotaba en el aire. Dentro, todo era elegancia y tradición... hasta que los trillizos llegaron.James, Emma y Olivia irrumpieron como un torbellino, gritando y persiguiendo a Duque, el gran danés de Alexander, que, a pesar de su tamaño, parecía temerle más a ellos que ellos a él. Entre risas y chillidos, los niños comenzaron a lanzarse bolas de nieve dentro en la entrada de la casa.—¡Por todos los cielos! —exclamó Alexander con su tono de siempre, serio y autoritario, pero con un brillo divertido en los ojos—. ¡Esto es una mansión, no un campo de batalla!Lucien, que entraba en ese momento con Grace, suspiró resignado.—Les dije que esperaran…—¡Sí, claro! Como si eso fuera a funcionar —respondió Grace, encogiéndose de hombros.En ese instante, la puerta de otro auto se abrió y Aaron y Kate
Mis queridas hermosas, Finalmente hemos llegado al final de esta novela. Quiero agradecerles de corazón por acompañarme en este viaje. Mis más sinceras disculpas por los retrasos, los errores o cualquier detalle que no haya sido de su agrado. Siempre estoy trabajando para mejorar y crecer, porque ustedes son mi mayor motivación.Gracias infinitas por estar aquí, por su paciencia, su apoyo y su cariño. ¡Las amo con todo mi corazón! Un abrazo enorme para cada una de ustedes.Por cierto, les estaré avisando cuando esté lista la historia de Mateo y Lucy.¡Espero que la disfruten muchísimo!
CAPITULO1- UN HOMBRE SIN CORAZON.Las manos de Grace temblaban incontrolablemente mientras sostenía la pequeña prueba de embarazo. Era increíble cómo algo tan diminuto podía contener una verdad tan inmensa. Su corazón latía con fuerza, casi al ritmo del tictac del reloj en la habitación. La imagen de su padre, siempre tan severo y orgulloso, flotaba en su mente, y el eco de sus palabras sobre la respetabilidad y la honra familiar la atormentaban. La familia “Bradford” no solo valoraba la perfección; la exigía. Ahora, todo podía venirse abajo por culpa de aquel pequeño objeto.El miedo la consumía, pero no solo por su familia. Lucien… Su sola imagen le hacía un nudo en el estómago. ¿Cómo reaccionaría él? ¿Sería tan cruel como ella temía? Cerró los ojos, buscando una fuerza que parecía eludirla, y respiró profundamente. «Tienes que hacerlo» se dijo. «No hay vuelta atrás.»Con una determinación palpable, se levantó del sillón, se alisó la falda con manos temblorosas y salió de su consul
CAPÍTULO 2 - UNA VERGÜENZA FAMILIAR.Grace estacionó el auto frente a la imponente casa. La familia Bradford no era cualquier familia. Durante generaciones, habían sido figuras prominentes en el mundo de la medicina: cirujanos, especialistas y directores de hospitales. Era casi un mandato no escrito que sus hijos siguieran el mismo camino. Grace no fue la excepción. Aunque su verdadero sueño era ser arquitecta y diseñar, su padre había dejado claro que "los Bradford no dibujan planos; los Bradford salvan vidas".Apagó el motor y permaneció un momento en el auto, sus manos aún temblando al recordar el día que había cambiado su vida. Todo había comenzado meses atrás, con un descubrimiento que destrozó su mundo.Ella había planeado una sorpresa para su aniversario con Ethan, su novio. Había cocinado su platillo favorito y comprado velas aromáticas para llenar su departamento de un ambiente romántico. Quería que la noche fuera perfecta. Sin embargo, al abrir la puerta, no encontró la sonr
CAPITULO 3-ELLOS NACIERON MUERTOS.8 MESES DESPUES…Las paredes parecían absorber los gritos de Grace, quien yacía en la cama de su dormitorio, retorciéndose de dolor. Su rostro estaba empapado en sudor, y sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas mientras otra contracción la atravesaba como un rayo.—¡Aaah! ¡No puedo más! —gritó.A su lado, la comadrona, trabajaba con calma pero con urgencia. —¡Vamos, Grace! ¡Tienes que seguir pujando! —le dijo mientras le limpiaba la frente con un paño húmedo—. ¡El bebé está cerca, pero necesito que sigas empujando con todas tus fuerzas!Grace negó con la cabeza, lágrimas ya rodando por sus mejillas. El dolor era insoportable, como si su cuerpo estuviera siendo partido en dos.—¡No puedo! ¡No puedo hacerlo! —sollozó.La comadrona no se detuvo. Se inclinó hacia ella y le tomó la mano con fuerza.—¡Sí puedes! ¡Eres fuerte! ¡Vamos, Grace! ¡Por tu bebé! ¡Empuja ahora!Ella cerró los ojos y reunió toda la energía que le quedaba. Gritó mientras emp