Debía haber sabido que él nunca sería suyo. Dimitry Romanov líder de la mafia rusa estaba destinado a casarse con su hermana gemela, era a Natalya a quien amaba pero ella había muerto y ahora a Tarah le tocaba asumir aquel matrimonio inesperado con su peor enemigo. Su padre la había manipulado para hacerlo y pronto Tarah se vio enredada en el desgarrador deseo oculto que sentía hacia su esposo quien lo único que quería de ella era un heredero. Ilusamente había creído poder enamorar a Dimitry, estaba a punto de confesarle sus sentimientos y que llevaba en su vientre el hijo que tanto deseaba. Pero ese momento se desmoronó con la resurrección de su hermana. Ella había llegado para quitarle todo lo que Tarah le había robado y el corazón de ella se quebró al ver que solo había sido el reemplazo de Natalya, pues había encontrado a su marido en los brazos de ella. Entonces escapó con su bebé dejando solo los papeles del divorcio. Aunque aquel mafioso no iba a dejarla ir tan fácil.
Ler maisTarah sintió que cada parte de su cuerpo se erizaba con su cercanía y en medio del brumoso miedo había también lujuria rasgando su autocontrol.Jamás se había sentido de ese modo.Su cuerpo estaba atrapado debajo del suyo masculino, Satarah empujó su pecho pero era demasiado pesado para poder moverlo.—Tú...Sus palabras fueron cortadas por el atrevido toque inesperado de él entre sus piernas. Su manose había colado en la abertura de sus piernas sin pedir permiso como si ella le perteneciera.Sus labios se encontraron con los suyos en un beso dominante y brutal que sacudió cada uno de sus huesos llenándola de un éxtasis inesperado que la puso a temblar. Como si se viera hipnotizada por él, le devolvió el beso con la misma urgencia con la que ese desconocido la besaba.Si en algún otro momento le hubieran dicho que estaba en aquella situación con un hombre desconocido se reiría pero ahora que sus cuerpos se estaban rozando de esa manera, Satarah impulsivamente estaba dejándose acarici
SIETE AÑOS ATRÁSTarah miró a su alrededor incómoda.La música retumbaba sumamente fuerte golpeando sus oídos.No debería estar festejando Halloween pero ahí estaba.Lya prácticamente la había obligado a ir con ella ya que el centro de la ciudad se activaba para celebrarlo y su mejor amiga también iría así que ambas la convencieron.Lya terminó arreglándola.Su distraz no era nada terrorífico sino sexy, justo como algo que usaría Natalya.Sus pechos se alzaban con el corsé y cuando se había visto al espejo se sentía increíblemente caliente.—¿Ya podemos volver a casa? Siento como si todos estuvieran mirándome las tetas.Lya resopló una risa y negó con la cabeza.—¡No seas aburrida! Si te saqué de ese encierro fue para divertirte, llegaremos temprano, no te preocupes. Satarah asintió sin creerlo demasiado pero aún así siguió a su hermana.Natalya y ella podían ser gemelas pero no se parecían en nada a la hora de actuar. Tarah observó con admiración como su hermana compenetraba con tod
—Fuego, ¡Prendieron fuego el lugar y nos dejaron encerrados aquí! —gimió Satarah aún en los brazos de su esposo.El ambiente de tristeza cambió por un momento a uno de inquietud y rabia.Dimitry la dejó apoyarse sobre sus pies para que comenzaran a recorrer la pequeña oficina intentando encontrar otra salida.Dimitry sacó su arma y disparó a la cerradura cerrada pero esa no cedió.La habían reforzado específicamente para que no pudieran huir.Su mente corría rápido con la necesidad de sacar a Satarah del lugar mientras la escuchaba toser al otro lado de la habitación. —¡Por aquí hay una ventana! —escuchó el grito de Gian.El humo cada vez se hacía más fuerte mientras que el fuego lamía las paredes arrazándolo todo en cuestión de segundos.La desesperación por salvar a Satarah lo hizo tomarla de la muñeca con brusquedad haciéndola correr hasta el baño donde estaba Gian.Antes de girarse a ver la ventana se quitó la camisa antes de abrir el grifo del lavamanos y mojarla.—Sostenla sobre
MEDIA HORA ANTES—¿La tiene allí en su casa?—Al parecer sí. Todo parece normal, él la adoptó legalmente aunque no sé cómo demonios se lo permitieron si no está casado.Dimitry se pasó una mano por el cabello antes de suspirar irritado.—No me gusta. Es mucha casualidad que la haya adoptado específicamente a ella. Necesito traerla a casa, pero tenemos que actuar con cautela por si acaso Seleznev quiere usarla como escudo humano. Tenemos que protegerla.Después de suspirar tratando de dejar ir la ansiedad miró a Valerik pensando sus próximos movimientos.—Para atacarlo necesitamos reunir la msyor cantidad posible de hombres, nuestras armas son las mejores del mercado pero necesitamos los mejores tiradores. Además debes asegurarte del número exacto de los hombres con los que cuenta Seleznev, no quiero sorpresas. Tenemos que saber a quienes nos estamos enfrentando y la seguridad de Ava es lo más importante.Dimitry empezó a trazar un plan mental. Después de que supieran cuántos hombres t
Después de colgar la llamada, Satarah se levantó de inmediato de la cama saliendo de la habitación.Sus pasos temblorosos la guiaron hasta las escaleras con una esperanza renovada inhaló profundamente para calmar su ímpetu desquiciante dirigiéndose a la salida.Recordó todas las veces que había anhelado poder encontrar a su hija. Alguna pista sobre ella. Su nombre... nada había sido posible. Como si su padre hubiera borrado su existencia hasta ahora.Gian debía haber encontrado algo importante y esa respuesta estaba por descubrirla.Primero tenía que atravesar el jardín pero cuando escuchó la bocina del auto de Gian se echó a correr como una loca hasta la puerta donde habían varios hombres de Dimitry los cuales enseguida se pusieron alerta al verla.—Abran la puerta.—No podemos hacer eso, señora...—Abran. La. Puerta —dijo de manera amenazante mirándolos como si estuviera a punto de matarlos a todos con sus propias manos.—Nadie extraño puede entrar a la casa, son órdenes.—Vale. Nadi
—Joder, no me esperaba que me arrebatara el arma.Zinoviy no apartó sus ojos de ella.Cada movimiento que hacía lo llenaba de orgullo.Estaba frustrado por no poder hablar con ella pero al mismo tiempo disfrutó de la seguridad de Satarah al enfrentarlos.—Estamos jodidos, no puedes volver a la casa de Romanov. Ella se lo contará todo.—Lo sé, maldita sea, es terca. Si se hubiera quedado...—Ella está enamorada de ese bastardo ¿Verdad? —gruñó Zinoviy irritado.Andrei apretó la mandíbula enseguida.—No lo sé.—Sea como sea voy a hacer que Satarah venga conmigo, nunca ha debido casarse con ese maldito de Romanov. Nunca debió tocarla. Con él ella está peligrando y esa m****a no me gusta nada.*Satarah se había dirigido a la casa de Polina e inevitablemente se echó a llorar cuando su mejor amiga le abrió la puerta.—¿Tarah?Polina la abrazó.Ella comenzó a contarle sobre el engaño y cómo la habían utilizado de aquella manera tan cruel para llegar a Dimitry.—No puedo creerlo, ¡Esos hijos d
Satarah sintió que su corazón se apretaba en ese intante. Intentó inhalar profundo pero parecía como si sus pulmones de repente se hubieran cerrado evitándole la posibilidad de respirar. La opresión en el pecho se hizo más fuerte mientras que cerraba el sobre apretándolo contra su pecho.—¿Qué es esto? ¿Es real...?Parpadeó tratando de asimilar la lluvia de pensamientos que comenzó a abordarla en una mezcla entre la esperanza y el terror. Porque si comprobaba que ese cabello en efecto era de su hija ¿Quién la tenía si su padre estaba muerto? ¿Qué le habían hecho a su niña? ¿Dónde estaba y por qué estaban enviándole aquello?—¿Y si ella sabe de mí? —la calidez golpeó su pecho al pensar en ello—. ¿Qué voy a hacer?Tarah volvió a leer la nota mareada en medio de la brumosa sensación de estar perdida en el limbo de pensamientos y emociones.Esperaba encontrar una pista.Algo que le dijera dónde encontrarla.¿Quién se había atrevido a jugar con su cabeza de esa manera?"¿Debo contarle a Di
—¡¿Qué carajos, Satarah?!Él ahora tomó su rostro entre sus manos haciendo que Tarah alzara la cabeza para encontrarse con sus ojos celestes ahora oscurecidos por una emoción furiosa nublándolos.—¡Jamás digas esa m****a otra vez! ¡Ni siquiera lo pienses! ¡Te lo prohíbo! —rugió en un tono que no admitía réplica y ella se quedó mirándolo completamente aturdida.Dimitry parecía tan enojado que Tarah sintió un golpe en su corazón al notar su vehemencia. La intención clara de protegerla.Una vez más como cuando ellos siempre se tocaban la atmósfera cambió notando aquel deseo reprimido empujándolos hacia el otro.—Dimitry...—Ni una palabra de esa m****a. Eres más fuerte que eso, ¿Qué está pasando?Sinceramente Satarah lo miró con sorpresa porque no se esperaba su pregunta.¿Cómo podía responderle que sus pensamientos eran un desastre y que sus sentimientos eran aún peor?—Nada.Satarah quiso irse refugiarse en un lugar donde él no llegaría y eso en definitiva lo frustró.Ella comenzó a ale
El insomnio se había apoderado de ella.Sus ojos permanecieron cerrados fingiendo dormir hasta que sintió que Dimitry se durmió justo a su lado.Después de todo el caos del restaurante habían curado su herida y ella no pudo apartar sus ojos de él.Allí en medio de todo esa locura Satarah había tenido miedo pero lo curioso de todo es que no había temido por ella. Sino por el temor a que pudieran lastimar a Dimitry y en efecto había resultado así."Esta vez no fue más grave pero... ¿Y si es peor después?"Probablemente estaba siendo dramática porque aquella era la línea de "trabajo" de Dimitry pero no podía evitar sentirse angustiada.Incluso después de que le dijeran que la herida no era grave no podía dejar de ver su hombro como si con eso se aseguraba de que su esposo estuviera bien.La imagen del restaurante venía una y otra vez a su cabeza.Dimitry se había interpuesto entre ella y el peligro.La había asegurado, salvado. Se había arriesgado por ella."Dimitry es un hombre de palabr