Tarah tragó saliva sintiendo que su corazón latía cada vez más rápido ante la intimidante presencia de su esposo.—¿Q-qué haces aquí? —preguntó con un hilo de voz sin apartar su mirada de Dimitry.El hombre la recorría como si estuviera estudiando cada parte de su cuerpo.Arqueó una ceja casi divertido por el tono que ella había utilizado y dio un paso más cerca de la cama. Enseguida Satarah contuvo el aliento.Su cuerpo brillaba con las gotas de agua que se deslizaban por su piel maciza. —¿Qué hago aquí? Es nuestra habitación de casados ¿Acaso lo olvidaste, Malyshka? Su tono enronquecido provocó que el vello se erizara bajo su mirada aunque trató de fingir indiferencia por lo que él le hacía sentir.—Ayer no dormiste aquí, así que puedes irte a donde quiera que estuvieras.Giró la cabeza para que él no pudiera notar el rubor en sus mejillas pero al escuchar la risita divertida de Dimitry no pudo evitar girarse a verlo desconcertada con el ceño fruncido.—¿Me extrañaste ayer?—Ni en
—¿Qué haces? —gruñó Polina mirando como desquiciada a Tarah quien se cambiaba a toda velocidad.—¿Siguen detrás de la puerta los gorilas?Su amiga entornó los ojos divertida sabiendo que se refería a los hombres de Dimitry quienes ahora no la dejaban sola ni siquiera cuando entraba a clases.El baño era el único lugar al que podía ingresar sin que ellos entraran junto con ella así que esa mañana se había llevado a la universidad ropa para poder escaparse.—¿De dónde sacaste esa ropa tan espectacular?Polina la miró boquiabierta cuando se colocó aquel vestido elegante que se ceñía a su cuerpo como una segunda piel.—Es parte de “la señora Romanova”.—Así que Dimitry te está mimando.Satarah le echa una mirada fulminante a su amiga y esta estalla en carcajadas.—Más bien está intentando que no lo avergüence con mi estilo de ropa.—Pues si te soy sincera te queda espectacular. —No voy a cambiar nada por él. ¿Trajiste la peluca?Polina saca la peluca natural de su bolso y Satarah no duda
Dimitry estaba furioso desde mucho antes del momento en el que sus hombres le avisaron que Satarah se había escapado.La había escuchado decir que solo era un año, pues vería todo lo que podía pasar en un año.—¡Búsquenla por todos lados! ¡Si le pasa algo a mi mujer los mataré a todos ustedes, bastardos! —rugió a través del altavoz.Anastasya se detuvo detrás de él inclinándose sobre su cuerpo apoyando sus manos en los fuertes hombros de Dimitry.—No deberías darle tanta importancia a esa mujer. Lo que hace es solo para llamar tu atención. Ella sabe que no es nada para ti.Su boca rozó el lóbulo de su oreja y Dimitry se apartó levantándose de golpe.—Largo de aquí Anastasya, no estoy de humor.—Pero…—No lo volveré a repetir, te quiero fuera de mi oficina. La pelirroja lo observó con los labios apretados, ellos habían sido amantes por años, esperaba que Dimitry se casara con ella después de la muerte de Natalya pero en su lugar había llevado a la estúpida de su hermana y ahora la ign
—Eso no quiere decir que puedas tratarme como se te da la gana, ¿Acaso te volviste loco?Ella se apartó de él aunque no podía dejar de sentirse intimidada por Dimitry.Su mirada fija no se había apartado ni siquiera por un minuto de ella así que Satarah alzó su barbilla retadoramente cruzándose de brazos.—¿A dónde fuiste?Esta vez él formuló la pregunta suavemente pero Satarah se sintió aún más nerviosa. Porque su tranquilidad solo llamaba al peligro.Soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo.—Necesitaba un poco de espacio. Me está volviendo loca que esos hombres me sigan a todas partes Dimitry.—¿Sabes quién eres ahora Satarah? La mujer del Pakhan, si alguien hubiera llegado a verte sola te secuestrarían o te harían quién demonios sabe qué.Podía notar la tensión escrita en cada parte de su cuerpo.—Sé defenderme sola.Dimitry arqueó una ceja, quería burlarse de ella pero en ese instante solo sentía la necesidad de ahorcarla.“¿Por qué carajo es tan terca?”—No contra mis en
—¿Dimitry?Satarah dio un paso apartándose del cuerpo inconsciente de Pavel sin dejar de mirar a su esposo. Enseguida notó la mirada oscura de este posada sobre el tipo.Ella no se perdió de la perfección de sus rasgos pareciendo ahora mucho más atractivo, incluso aunque su mandíbula estuviera firmemente apretada.—Ven aquí, nos vamos —demandó volviendo su mirada a ella.Satarah vio su mano grande estirada para que la tomara y se preguntó si realmente tenía que hacerlo.Después de todo a Dimitry no le gustaba que lo tocara, sin embargo, estaba tentada a hacerlo.Cuando dio un paso más en su dirección captó enseguida la furia contenida en sus pupilas y casi se estremeció. Un calor extraño la recorrió de repente ocasionando que gimiera mientras sentía que sus pechos rozaban la tela del vestido que estaba usando de manera deliciosa.—Satarah… maldición —gruñó de repente dando un par de zancadas para llegar a ella.Tomó su rostro entre sus grandes manos alzándolo y sus ojos se encontraron
Cuando la puerta del auto se abrió él no dudó en cargar a Satarah en sus brazos.—Dim…Ella acercó su nariz a su cuello y el simple roce lo puso mucho más duro de lo que estaba.“Autocontrol Dimitry, ella está drogada. No sabe qué demonios está haciendo.”—¿Señor, la llevo por usted?Él lo fulminó con la mirada de inmediato y el hombre se apartó enseguida. —Como la mierda que vas a tocar a mi mujer estando así. ¡Abre la puta puerta!Satarah ajena a sus celos lamió descaradamente el cuello de Dimitry enviando descargas eléctricas por todo su cuerpo. —Satarah —gruñó.Ella alzó la mirada encontrándose con esos ojos celestes tan hermosos mientras le sonreía. —¿Qué pasa Dim?—No vuelvas a hacerlo.Ella hizo un motín apoyando ahora su frente en el hombro de Dimitry intentando controlar el fuego que ardía dentro de ella. El mismo que necesitaba ser apagado.Dimitry inhaló profundamente, estaba luchando por ser un caballero aunque nunca en su vida lo había sido, sin vacilar entró a su casa
Dimitry termina de desnudarse y coloca una toalla alrededor de su cintura antes de ir a servirse un vaso de whisky que no dudó en vaciar rápidamente. El alcohol le quema la garganta pero eso poco le importa mientras mira a la mujer sobre su cama.Quiere acercarse a ella pero sabe que si lo hace puede que no se controle.Pasó una mano por su cabello, ansioso. Aunque se corrió cuando vio a Satarah hacerlo, seguía jodidamente duro por ella. La deseaba.Dejó el vaso sobre la encimera y tomó su teléfono marcando a su Vory.—¿Está listo?—¿Piensas matarlo? Es un civil —indagó enseguida Valerik.Su mejor amigo no tenía idea de que al hijo de perra que iba a torturar había cruzado la línea. Él no le permitiría a nadie hacerle daño a su mujer. Incluso aunque Satarah solo estuviera con él por ese maldito contrato.—Un civil que se atrevió a tocar lo que es mío. Prepara mis herramientas, voy a hacerlo sufrir incluso peor de lo que quería hacerle a mi mujer.Valerik por un segundo se quedó en sil
Satarah estaba a punto de correr pero el vidrio del auto se bajó y se dio cuenta que se trataba del guardaespaldas rubio.Embobada miró como el hombre se bajaba los lentes de sol para que lo mirara a los ojos. —¿Estás bien, señora? ¿Quieres que te lleve a algún lugar? Él arqueó una ceja esperando su respuesta y Satarah se acercó abriendo la puerta del copiloto e introduciéndose en el auto.—Debería ir…—En la parte trasera, lo sé. Nadie nos está viendo así que no creo que haya nada de malo en que me suba a tu lado. No estoy para formalismos.Él la miró con curiosidad pero no hizo comentarios sobre eso.—¿A dónde la llevo?Satarah pensó a dónde quería ir.Necesitaba olvidarse de las palabras que Yelena le había dicho y solo conseguiría la paz que ansiaba en un solo lugar.—¿Puedes llevarme al orfanato “Моя надежда”? Es muy importante.El rubio asintió centrando su vista al frente pero Satarah siguió mirándolo fijamente. A diferencia del resto de hombres de Dimitry a este nunca lo hab