Cuando la puerta del auto se abrió él no dudó en cargar a Satarah en sus brazos.—Dim…Ella acercó su nariz a su cuello y el simple roce lo puso mucho más duro de lo que estaba.“Autocontrol Dimitry, ella está drogada. No sabe qué demonios está haciendo.”—¿Señor, la llevo por usted?Él lo fulminó con la mirada de inmediato y el hombre se apartó enseguida. —Como la mierda que vas a tocar a mi mujer estando así. ¡Abre la puta puerta!Satarah ajena a sus celos lamió descaradamente el cuello de Dimitry enviando descargas eléctricas por todo su cuerpo. —Satarah —gruñó.Ella alzó la mirada encontrándose con esos ojos celestes tan hermosos mientras le sonreía. —¿Qué pasa Dim?—No vuelvas a hacerlo.Ella hizo un motín apoyando ahora su frente en el hombro de Dimitry intentando controlar el fuego que ardía dentro de ella. El mismo que necesitaba ser apagado.Dimitry inhaló profundamente, estaba luchando por ser un caballero aunque nunca en su vida lo había sido, sin vacilar entró a su casa
Dimitry termina de desnudarse y coloca una toalla alrededor de su cintura antes de ir a servirse un vaso de whisky que no dudó en vaciar rápidamente. El alcohol le quema la garganta pero eso poco le importa mientras mira a la mujer sobre su cama.Quiere acercarse a ella pero sabe que si lo hace puede que no se controle.Pasó una mano por su cabello, ansioso. Aunque se corrió cuando vio a Satarah hacerlo, seguía jodidamente duro por ella. La deseaba.Dejó el vaso sobre la encimera y tomó su teléfono marcando a su Vory.—¿Está listo?—¿Piensas matarlo? Es un civil —indagó enseguida Valerik.Su mejor amigo no tenía idea de que al hijo de perra que iba a torturar había cruzado la línea. Él no le permitiría a nadie hacerle daño a su mujer. Incluso aunque Satarah solo estuviera con él por ese maldito contrato.—Un civil que se atrevió a tocar lo que es mío. Prepara mis herramientas, voy a hacerlo sufrir incluso peor de lo que quería hacerle a mi mujer.Valerik por un segundo se quedó en sil
Satarah estaba a punto de correr pero el vidrio del auto se bajó y se dio cuenta que se trataba del guardaespaldas rubio.Embobada miró como el hombre se bajaba los lentes de sol para que lo mirara a los ojos. —¿Estás bien, señora? ¿Quieres que te lleve a algún lugar? Él arqueó una ceja esperando su respuesta y Satarah se acercó abriendo la puerta del copiloto e introduciéndose en el auto.—Debería ir…—En la parte trasera, lo sé. Nadie nos está viendo así que no creo que haya nada de malo en que me suba a tu lado. No estoy para formalismos.Él la miró con curiosidad pero no hizo comentarios sobre eso.—¿A dónde la llevo?Satarah pensó a dónde quería ir.Necesitaba olvidarse de las palabras que Yelena le había dicho y solo conseguiría la paz que ansiaba en un solo lugar.—¿Puedes llevarme al orfanato “Моя надежда”? Es muy importante.El rubio asintió centrando su vista al frente pero Satarah siguió mirándolo fijamente. A diferencia del resto de hombres de Dimitry a este nunca lo hab
—No puedo hablar de mi posición, señora.—¿Incluso conmigo? —preguntó curiosa Satarah antes de comerse su postre con la mirada fija del hombre frente a ella.Andrei sonrió ligeramente antes de contestarle.—Incluso con usted.—Eso solo me dice que no eres solo mi guardaespaldas, hay algo en ti —afirmó sonriéndole.Él se quedó en silencio viendo el movimiento de los labios de Satarah pero cuando se dio cuenta de lo que hacía apartó la mirada con la mandíbula tensa.—Venga, come un poco. No te interrogaré más, al menos no sobre el trabajo.Él se obligó a dar un bocado incluso aunque no tenía hambre.—¿Tienes hermanos? Andrei enseguida se tensó inquieto.—No.—¿Qué haces cuando no me cuidas? ¡Y no estoy hablando de trabajo! —Exclamó ella risueña.El guardaespaldas le sonrió a medias pero enseguida notó a su jefe viniendo en dirección de ambos. Andrei se tensó en su asiento y Dimitry finalmente llegó, colocando su chaqueta sobre el respaldo de una silla antes de sentarse en otra al lado
Satarah estaba más que furiosa y que estuviera en un pequeño espacio a solas con Dimitry no ayudaba para nada.Ellos han sido enemigos desde que tiene memoria. Dimitry siempre había tratado de irritarla y viceversa. Sin embargo, que la trataba como lo estaba haciendo solo hacía que quisiera alejarse de él lo más pronto posible.Él tampoco estaba mirándola, su mandíbula estaba apretada mientras pensaba en lo último que Satarah le había dicho.¡Y aunque lo fuera, tú serías el último maldito hombre sobre la faz de la tierra con quien me acostaría!Sus puños se apretaron en molestia.“¿Quién demonios se cree que es?”Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que habían llegado a casa hasta que Satarah salió del auto abruptamente. —Borya, dile a Andrei que lo quiero en mi oficina, ahora —gruñó ordenándoselo a uno de sus hombres y este enseguida asintió.Sus ojos se desviaron al cuerpo de Satarah y lamió su labio inferior imaginándolo desnudo como la noche pasada. —Mal
Satarah estaba mirando por la ventana cuando la puerta de su habitación se abrió.No tenía que girarse a ver de quién se trataba porque sabía que era Dimitry. Su presencia era intimidante y abarcaba todo el lugar. Tuvo que poner todo de ella para no mirarlo. Sin embargo, al escuchar el susurro de su ropa cayendo al suelo no pudo evitar tensarse.El recuerdo de aquella noche donde la drogaron llegó a su cabeza, sus ojos celestes sobre ella habían sido suficientes para ponerla cada vez más caliente y Satarah temía que no fuera solo a causa de la droga.—¿Te vas a quedar todo el día mirando por la ventana? —Su voz burlona le llamó la atención.Satarah enseguida frunció el ceño volteándolo a ver con la mandíbula apretada pero su pulso se disparó al notar la desnudez de Dimitry.Él le sonrió desvergonzado y ella no pudo evitar mirar sus atributos.Recorrió su rostro desprovisto de aquella sorna con la que le había hablado. Era demasiado guapo para lo desgraciado que era, sus ojos penetrant
Después de que terminó en el jardín estaba toda cubierta de tierra pero eso poco le importaba, se había sentido relajada como en mucho tiempo no había estado. Debía admitir que le gustaba demasiado la jardinería, la plantación de flores tanto como la repostería, pero aún no se atrevía a acercarse a la cocina. Esa siempre estaba llena de gente.—Fue de mucha ayuda señora.—Gracias por dejarme ayudarte Mariane.Ambas se despidieron y Satarah comenzó a ir en dirección a su habitación pero las voces de un par de empleadas hicieron que se detuviera.—La señorita Anastasya se ve muy elegante y hermosa con ese vestido. —Sí. A lo mejor fue por eso que el señor Dimitry prefirió llevarla para ese evento a ella en vez de a la señora Satarah.Satarah sintió que su respiración se detenía no solo por sus palabras sino que ahora veía de lo que ellas estaban hablando. En la televisión estaban trasmitiendo una gala benéfica en la que estaba Dimitry junto a Anastasya.Satarah sintió una opresión en el
—¡¿Qué carajos te pasa?! ¡¿Cuándo te volviste tan malditamente irrespetuosa?! ¡¿Cómo te atreves a entrar en mi oficina sabiendo que tenía una reunión?!Su padre la tomó por el cuello golpeando fuertemente su cabeza contra la pared detrás de ella y Satarah no pudo evitar gemir en voz alta abriendo los ojos abruptamente. Su padre jamás la había golpeado en la vida y estaba sorprendida de que lo hiciera ahora cuando era una mujer.Satarah tembló no solo de miedo sino también de dolor al ver la ira ardiendo en los ojos de Noel Alekseev. —¿Pa…?—Siempre has sido un jodido estorbo Satarah, logré deshacerme de ti ¿y ahora qué carajos haces aquí? Ya no eres mi maldito problema sino de Dimitry.Un nuevo golpe para su corazón. Sus ojos se llenaron de lágrimas pero recordó que no era la niña débil que él había visto crecer. Satarah había entrenado por años a espaldas de todos y no desaprovechó la oportunidad para dejarlo ver.Su mano voló hasta los ojos de Noel quien enseguida gritó soltándola