Harmony Phillips es una mujer trabajadora y decidida, asistente personal del CEO más imponente y perfeccionista de la industria de telecomunicaciones, Chasse Michels. En un giro inesperado, una reunión clave obliga a Chasse a improvisar y presentar a Harmony como su prometida frente a importantes socios. Lo que comienza como una mentira estratégica se transforma en una propuesta de matrimonio por contrato, con reglas claras: nada de emociones, nada de complicaciones. Pero a medida que comparten momentos inesperados y descubren facetas desconocidas el uno del otro, las líneas comienzan a desdibujarse. Cuando un amor del pasado de Harmony reaparece, sacudiendo los cimientos de su relación, ella toma una decisión que lo cambia todo: escapar embarazada. Dos años después, Chasse la encuentra, decidió a recuperar no solo a la mujer que nunca dejó de amar, sino también a la familia que siempre soñó tener. Pero con tantas heridas abiertas, ¿podrá Harmony arriesgarse de nuevo y creer en un amor que nació de una mentira?
Leer másLos rayos del sol de la tarde se filtraban por las ventanas de nuestra casa, bañando todo con una luz cálida y dorada. La risa de Emma resonaba por las paredes mientras corría por el jardín, moviendo sus pequeños brazos al aire mientras Chasse la perseguía con una sonrisa que parecía iluminar todo a su alrededor. Desde la silla en el porche, observaba la escena con el corazón lleno. Era un momento sencillo, pero representaba todo lo que alguna vez había deseado.Nuestra vida había cambiado tanto desde aquel día en que decidimos darnos una segunda oportunidad. Habíamos enfrentado el pasado, dejado atrás los miedos y construido algo hermoso juntos. Esta casa, este hogar, era el reflejo de todo lo que habíamos logrado. No era una mansión, ni pretendíamos que lo fuera. Era perfecta, con un jardín amplio para que Emma explorara, un porche donde nos sentábamos a tomar café por las mañanas y una chimenea que se había convertido en el rincón favorito de los tres en las noches frías.Las mañan
La primera mañana de nuestra luna de miel comenzó con el sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla y la luz del sol entrando por las ventanas del pequeño bungalow que habíamos alquilado en una isla privada. Estábamos lejos de todo, desconectados del mundo, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que no había nada que temer, nada que nos retuviera. Era solo Chasse y yo, juntos, finalmente libres de las sombras del pasado.Me giré en la cama y lo encontré mirándome, una sonrisa tranquila en su rostro.—Buenos días, señora Michels —dijo, su voz todavía ronca por el sueño.—Buenos días, señor Michels —respondí, dejando escapar una risa suave.Había algo tan natural en esa interacción, tan sencillo y lleno de alegría, que no pude evitar sentir un nudo de felicidad en el pecho. Este era nuestro nuevo comienzo, y estaba lista para abrazarlo.Después de desayunar, decidimos explorar la pequeña isla que habíamos elegido como destino. Era un lugar paradisíaco, con playas de aren
El día de la boda llegó más rápido de lo que esperaba. A pesar de todas las dudas, los miedos y los recuerdos del pasado que me habían perseguido durante semanas, esa mañana me desperté con una calma inesperada. El cielo estaba despejado, el aire fresco, y Emma dormía tranquilamente en su cuna. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que todo estaba exactamente donde debía estar.Habíamos decidido mantener la boda sencilla, íntima, rodeados solo de las personas que realmente importaban. El lugar era el parque donde tantas veces habíamos estado con Emma, un lugar que se había convertido en nuestro refugio. Era perfecto, no solo por su belleza, sino por el significado que tenía para nosotros.Lucy llegó temprano esa mañana para ayudarme a prepararme. Mientras me peinaba y ajustaba los últimos detalles de mi vestido, no podía evitar sentir una mezcla de emociones. Estaba emocionada, sí, pero también había una leve ansiedad, como si una pequeña parte de mí todavía temiera dar este paso.—¿
Los días se deslizaban con rapidez mientras continuábamos con los preparativos para la boda. A pesar de que los miedos seguían acechando en la parte más vulnerable de mi mente, algo en la manera de actuar de Chasse me daba pequeñas dosis de tranquilidad. Cada gesto suyo, cada palabra, me demostraban que estaba comprometido con esta nueva etapa. Pero lo que realmente terminó por convencerme no fueron sus promesas ni las flores que dejaba ocasionalmente en mi puerta, sino algo mucho más profundo: su amor incondicional, demostrado de maneras que nunca había imaginado.Era una mañana tranquila. Emma estaba sentada en su silla alta, moviendo con entusiasmo la cuchara de su papilla, mientras yo intentaba limpiar el desastre que había hecho en la mesa. La rutina era agotadora pero familiar, y me reconfortaba tener estos pequeños momentos con ella.Estaba concentrada limpiando el suelo cuando escuché el sonido de la llave girando en la cerradura. Chasse había llegado temprano, algo que se es
Los días posteriores a la propuesta de Chasse fueron una mezcla de emociones. Por un lado, estaba emocionada. El anillo en mi dedo era un recordatorio constante de que estábamos avanzando hacia algo real, algo que ambos queríamos construir juntos. Pero por otro lado, el miedo comenzaba a instalarse. No podía evitar pensar en los errores del pasado, en las promesas rotas y en las heridas que aún intentábamos sanar.Emma, por supuesto, estaba emocionada. Desde el momento en que le contamos la noticia, no había borrado la sonrisa de su rostro. Como si supiera que lo que estaba por suceder cambiaría por completo nuestras vidas, como si lograra entender que finalmente seríamos una familia. Sus actos eran pura dulzura, pero también pesaban en mi corazón. Quería que esta vez fuera diferente, no solo por mí, sino también por ella. No podía fallarle.Una semana después de la propuesta, Chasse sugirió que comenzáramos a planear la boda.—No quiero que sientas que hay prisa —dijo una noche mien
El pensamiento de hacerle una propuesta de matrimonio a Harmony había estado rondando mi mente durante días. No era una idea impulsiva ni algo que surgiera de la emoción del momento. Era algo que venía sintiendo desde que aceptó darme una segunda oportunidad. Sabía que esta vez tenía que ser diferente, que no podía haber nada que pareciera forzado o condicionado. Esta vez, quería que fuera real.Habíamos avanzado mucho desde que empezamos a reconstruir nuestra relación, y aunque aún quedaban cosas por resolver, sentía que estábamos listos para dar el siguiente paso. Harmony merecía algo especial, algo que mostrara lo mucho que la valoraba. Y esta vez, quería que todo fuera perfecto.Comencé a planear la propuesta con cuidado, asegurándome de que cada detalle reflejara lo que sentía por ella. Quería que el momento fuera íntimo, algo que nos representara a los tres como familia. Pensé en hacerla en público, pero rápidamente descarté la idea. Harmony no era alguien que disfrutara de gran
CHASSEDespués de nuestra conversación, algo cambió en mí. Enfrentar el pasado había sido doloroso, pero también liberador. Ahora, sabía con certeza lo que quería y lo que debía hacer para no perderlo. Harmony y Emma eran mi prioridad, y estaba dispuesto a reorganizar mi vida para asegurarme de que lo supieran, no solo con palabras, sino con acciones.Me desperté temprano esa mañana, decidido a empezar a hacer los cambios necesarios. Mi trabajo había sido el eje de mi vida durante tanto tiempo que casi no sabía cómo desconectarme de él, pero estaba claro que no podía seguir permitiendo que consumiera cada parte de mí. Si quería recuperar a Harmony y ser un padre presente para Emma, tenía que demostrarles que estaba dispuesto a hacer sacrificios.La primera persona con la que hablé fue Danna, mi asistente. Sabía que ella sería fundamental para ayudarme a reorganizar mi agenda y delegar parte de las responsabilidades que normalmente asumía personalmente.—Danna, necesito que hagas algun
Las primeras semanas después de aceptar darle una segunda oportunidad a Chasse fueron tranquilas, casi demasiado tranquilas. Nos movíamos con cautela, aprendiendo a convivir sin tocar las heridas más profundas. Ambos sabíamos que no podíamos seguir así para siempre. Había demasiados recuerdos, demasiados errores que aún no habíamos abordado, y si realmente queríamos construir algo nuevo, tendríamos que enfrentarlos. Fue Chasse quien sugirió que habláramos abiertamente sobre lo que había pasado.—Harmony, no podemos seguir avanzando si seguimos ignorando lo que nos separó en primer lugar —dijo una noche mientras tomábamos café después de acostar a Emma. —Lo miré, sorprendida por su franqueza. Siempre había sido el tipo de persona que evitaba las conversaciones incómodas, pero este nuevo Chasse parecía decidido a no dejar cabos sueltos.—Sé que tienes razón —admití finalmente—. Pero no será fácil.—Nada de esto lo es —respondió, su mirada fija en la mía—. Pero creo que vale la pena. —Su
Desperté con una sensación de calma completamente inesperada, a pesar de pasar la noche anterior prácticamente en vela, después de que Chasse se fue, apenas había dormido. Mi mente estaba inundada de pensamientos sobre aquel beso, sobre todo lo que significaba y lo que implicaba para nosotros. Había sido un momento real, un reflejo de lo que todavía existía entre nosotros, pero también un recordatorio de todo lo que habíamos perdido.Mientras preparaba el desayuno, escuché a Emma corretear por la sala con su juguete favorito en la mano. Su risa llenaba el espacio, pero mi mente estaba en otra parte. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que tenía que tomar una decisión, no solo por mí, sino también por ella.Más tarde, envié un mensaje a Chasse: "Podemos vernos esta tarde. Hay algo de lo que quiero hablar contigo."Su respuesta llegó casi de inmediato: "Dime dónde y estaré allí."Decidí que el parque sería un lugar neutral, un lugar donde pudiera pensar con claridad y sentirme menos