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Esposada al Magnate
Esposada al Magnate
Por: Jo_Alex
01. Una Mentira Necesaria

Siempre pensé que mi trabajo como asistente personal de Chasse Michels sería todo menos aburrido. Coordinaba reuniones, manejaba agendas imposibles y evitaba crisis que parecían sacadas de películas. Pero nada me preparó para lo que ocurrió aquel día.

Todo comenzó en una soleada mañana de lunes. Había llegado temprano, como siempre, con una lista interminable de pendientes. Estaba revisando correos en mi escritorio cuando la puerta de la oficina de Chasse se abrió de golpe.

—Harmony, entra ahora mismo —ordenó con su voz grave y autoritaria, que parecía capaz de silenciar a cualquiera en un radio de diez metros.

Levanté la vista, tratando de no rodar los ojos. Chasse Michels era la clase de jefe que hacía que las palabras perfección obsesiva sonaran como un cumplido. Me levanté de mi silla y caminé hacia su oficina, ajustándome el blazer.

—¿Qué sucede? —pregunté mientras cerraba la puerta tras de mí.

Chasse estaba de pie junto a su escritorio, revisando unos documentos con la mandíbula tensa. Su traje impecable y su reloj de lujo brillaban con la luz que entraba por los ventanales. Me miró como si yo tuviera la respuesta a todos los problemas del mundo.

—El socio principal de GlobalCom, el señor Hainsworth, ha solicitado una reunión hoy por la tarde. Quiere que presente a mi prometida —dijo con un tono seco.

—¿Tu prometida? —repetí, desconcertada.

—Exacto. —Se masajeó las sienes, un gesto que hacía solo cuando estaba realmente frustrado—. Hace meses, en un intento por fortalecer la relación con Hainsworth, le dije que estaba comprometido. Fue una mentira estratégica, pero ahora quiere conocerla.

No pude evitar alzar una ceja. ¿Comprometido? Chasse Michels era conocido por muchas cosas: su inteligencia, su éxito, su carácter difícil... pero definitivamente no por ser un hombre sentimental.

—Y ¿qué piensas hacer? —pregunté, cruzándome de brazos.

—Eso es lo que estoy tratando de resolver, Harmony. Si no puedo presentar a mi prometida, este contrato multimillonario podría estar en riesgo. —Lo miré en silencio, tratando de procesar la situación. Sabía que mi trabajo implicaba lidiar con sus problemas, pero esto era un nivel completamente nuevo.

—Podrías decirle la verdad —sugerí, aunque sabía que no lo haría.

—Eso no es una opción —dijo con un tono cortante—. Mi reputación estaría en juego, y la relación con Hainsworth se arruinaría.

Chasse Michels no era el tipo de hombre que admitía errores, y mucho menos que soportaba perder.

—Entonces, ¿cuál es tu plan? —pregunté finalmente. Él levantó la vista y me miró con intensidad, como si estuviera considerando algo descabellado.

—Te necesito, Harmony. —Mi corazón se detuvo un segundo.

—¿Perdón?

—Quiero que seas mi prometida —declaró, como si fuera la cosa más lógica del mundo. Solté una risa nerviosa.

—Estás bromeando, ¿verdad?

—Estoy completamente serio. Eres la única persona en quien confío para manejar esto. Eres profesional, sabes cómo comportarte en estas situaciones, y Hainsworth no sospechará nada. —Lo miré con incredulidad.

—Me estás pidiendo que finja ser tu prometida para engañar a un multimillonario en una reunión de negocios?

—Si.

—Eso es una locura, Chasse.

— ¿Tienes una mejor idea? —preguntó, levantando una ceja desafiante. No tenía una, pero tampoco quería aceptar. Eso era un desastre esperando a suceder.

—¿Qué pasa si Hainsworth sospecha? —pregunté, buscando una excusa para negarme.

—No lo haré. Solo necesitamos aparecer durante la reunión de esta tarde. Después de eso, no volverá a ser un problema. —Suspiré, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que decir "no" no era realmente una opción.

—Está bien, lo haré. Pero solo por esta vez. —Chasse asintió, como si hubiera esperado esa respuesta desde el principio.

—Gracias, Harmony. Sabía que podía contar contigo. —Salí de su oficina sintiéndome como si hubiera firmado un pacto con el diablo.

La tarde llegó más rápido de lo que esperaba. Me puse un vestido negro elegante, nada llamativo, pero lo suficientemente formal para impresionar. Chasse estaba esperando en la recepción, tan impecable como siempre. Cuando me vio, me dedicó una breve sonrisa aprobatoria.

—Estás perfecta —dijo, ofreciéndome su brazo.

—¿Esto es parte del espectáculo? —pregunté mientras lo tomaba.

—Es nuestra actuación, Harmony. Recuerda: eres mi prometida, estamos profundamente enamorados y todo esto es real.

Entramos a la sala de reuniones, donde el señor Hainsworth ya nos esperaba. Era un hombre mayor, con una sonrisa afable pero unos ojos que no dejaban escapar de nada.

—Chasse, qué gusto verte. —Hainsworth se levantó para estrechar la mano de mi jefe antes de girarse hacia mí—. Y esta debe ser la afortunada.

—Así es —respondió Chasse con naturalidad—. Señor Hainsworth, le presento a Harmony Phillips, mi prometida. —Le tendí la mano con una sonrisa.

—Es un placer conocerlo, señor Hainsworth.

—El placer es mío, querida. —Su apretón de manos fue firme, pero cálido—. Chasse, no me habías dicho que tu prometida era tan encantadora.

—Me gusta mantener mi vida privada fuera del trabajo —respondió Chasse, con una sonrisa que casi parecía genuina.

La reunión continuó sin problemas. Hainsworth parecía encantado con nuestra supuesta relación, haciéndonos preguntas sobre cómo nos habíamos conocido y nuestros planes para el futuro. Respondimos con una sincronía sorprendente, como si hubiéramos ensayado.

—Y, díganme, ¿ya tienen fecha para la boda? —preguntó Hainsworth, mirándonos con curiosidad. Sentí que el corazón se me detenía. No habíamos hablado de eso.

—Estamos pensando en algo íntimo, tal vez el próximo verano —respondió Chasse sin titubear.

—Oh, maravilloso. Una boda íntima siempre es la mejor opción.

Cuando terminó la reunión, Hainsworth parecía más satisfecho. Nos despidió con un apretón de manos y una sonrisa amplia.

—Ha sido un placer conocerla, Harmony. Estoy seguro de que tendrán un futuro maravilloso juntos.

—Gracias, señor Hainsworth —respondí, tratando de no dejar ver mi nerviosismo. 

Cuando salimos de la sala, solté un suspiro de alivio.

—Eso fue... intenso —dije, mirando a Chasse.

—Lo hiciste excelente. Gracias, Harmony.

—Espero que esto haya solucionado tu problema, porque no pienso volver a hacerlo. —Chasse no respondió de inmediato. Me miró con una expresión que no super interpretaba.

—No te preocupes. Esto es solo el principio.

No sabía lo que quería decir con eso, pero algo en su tono me hizo sospechar que esta mentira estaba lejos de terminar.

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