Valeria
El eco de los disparos disminuyó poco a poco, pero la tensión en el aire seguía siendo insoportable. Mi corazón latía con fuerza mientras Luca me miraba fijamente, como si pudiera leer cada pensamiento que cruzaba mi mente. A su alrededor, sus hombres comenzaban a reagruparse, limpiando las evidencias del ataque. —Ven conmigo —ordenó Luca, con una voz que no admitía discusiones. Me tomó de la mano y me condujo por un pasillo hacia su oficina, un espacio que ahora parecía un refugio seguro en medio del caos. Cerró la puerta detrás de nosotros y se giró para mirarme. —¿Estás herida? Negué con la cabeza, aunque mi cuerpo temblaba por la adrenalina. —Estoy bien. Pero… ¿y tú? —pregunté, notando una mancha de sangre en la manga de su camisa. —No es mía —respondió con frialdad, quitándose la camisa con un movimiento rápido. Su torso estaba tenso, lleno de cicatrices que hablaban de una vida marcada por el peligro. No pude apartar la mirada. Cada línea de su cuerpo parecía gritar fuerza y resistencia, pero también soledad. —Valeria, escúchame. —Su voz me sacó de mi ensoñación. —Esto que pasó hoy no fue un ataque cualquiera. Fue un mensaje claro de Petrov: no se detendrá hasta destruirlo todo. —¿Por qué? ¿Qué quiere realmente? Luca suspiró y pasó una mano por su cabello. —Poder, control… Lo mismo que quieren todos los hombres como él. Pero esta vez, quiere algo más. Quiere demostrar que puede llegar a mí donde más me importa. Mis ojos se abrieron de golpe al comprender el significado de sus palabras. —¿Yo? —pregunté, con la voz apenas un susurro. Él asintió, sus ojos oscuros llenos de determinación. —Sí. Tú. Luca Decirlo en voz alta hizo que todo se sintiera más real. Petrov no solo me había declarado la guerra, sino que había decidido usar a Valeria como su arma. No podía permitirlo. —Tengo que sacarte de aquí —dije finalmente. —¿Qué? —Su respuesta fue inmediata, sus ojos llenos de incredulidad. —Es demasiado peligroso. Si Petrov descubre dónde estás, irá tras ti sin dudar. —¿Y qué pasa contigo? —preguntó, dando un paso hacia mí. —¿Qué pasa con todo esto? —Eso no importa. Mi prioridad es que estés a salvo. Ella negó con la cabeza, su cabello oscuro cayendo en cascada sobre sus hombros. —No me iré, Luca. No puedes decidir esto por mí. Su terquedad me frustraba, pero también la admiraba por ello. Valeria no era como las demás personas que había conocido. No se rendía, incluso cuando estaba rodeada de peligro. —No tienes elección, Valeria. Esto no es negociable. —¿Por qué te importa tanto? —preguntó de repente, su voz quebrándose. —¿Por qué estás dispuesto a arriesgar tanto por mí? La pregunta me tomó por sorpresa. Por un momento, no supe qué responder. Pero entonces lo supe, con una claridad que me golpeó como un puño. —Porque no puedo perderte. Valeria Sus palabras me dejaron sin aliento. Había algo en su tono, en la forma en que me miraba, que me hizo creer que estaba siendo completamente honesto. —Luca… Él dio un paso hacia mí, acortando la distancia entre nosotros. Su mano se alzó y rozó suavemente mi mejilla, un gesto inesperadamente tierno en medio de toda la violencia que nos rodeaba. —No quiero que tengas miedo, pero tampoco puedo prometerte que todo estará bien. Lo único que puedo prometer es que haré lo que sea necesario para protegerte. Quise responder, decirle algo que pudiera aliviar la carga que llevaba sobre sus hombros, pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. En cambio, levanté una mano y la coloqué sobre la suya, permitiéndome por un momento confiar en él. El silencio entre nosotros era intenso, cargado de emociones que ninguno de los dos estaba listo para nombrar. Finalmente, Luca rompió el contacto y dio un paso atrás. —Sam te llevará a un lugar seguro. Será solo por un tiempo, hasta que todo esto termine. —¿Y si nunca termina? —pregunté, mi voz temblando. Él no respondió. Luca No podía mentirle. Sabía que esta guerra no terminaría fácilmente, y no podía garantizar que todo saliera como esperaba. Pero lo que sí sabía era que no podía permitir que Valeria se quedara atrapada en el fuego cruzado. Sam llegó unos minutos después, su rostro grave como siempre. —Todo está listo, Luca. Tenemos un lugar preparado. Asentí, aunque cada fibra de mi ser odiaba la idea de separarme de Valeria. —Cuídala, Sam. Si algo le pasa… —No pasará nada. Te lo prometo. Me giré hacia Valeria una última vez. —Esto no es un adiós. Es solo una forma de mantenerte a salvo. Ella no dijo nada, pero su mirada decía más de lo que las palabras podrían expresar. Cuando finalmente salió de la habitación con Sam, sentí que una parte de mí se iba con ella. La guerra con Petrov estaba lejos de terminar, pero ahora tenía una razón más para ganarla. ---ValeriaEl viaje fue silencioso, apenas roto por el zumbido constante del motor del auto. Sam estaba sentado a mi lado, su expresión dura como siempre, pero esta vez había algo diferente en él, como si estuviera evaluando cada sombra que pasábamos.—¿Dónde vamos? —pregunté finalmente, incapaz de soportar el silencio por más tiempo.—A un lugar seguro —respondió sin mirarme.Rodé los ojos ante su falta de detalles. Si había algo que había aprendido en este mundo, era que todos hablaban en enigmas, como si dar una respuesta directa fuera un delito.—¿Qué pasa si Petrov nos encuentra? —insistí, esta vez con más fuerza.Sam se giró hacia mí, su mirada intensa.—No lo hará. No bajo mi vigilancia.Quise creerle, pero la realidad de lo que acababa de suceder en la mansión seguía pesando en mi mente. No podía dejar de preguntarme si Luca estaría bien, si lograría salir de esta guerra sin perderlo todo… o a sí mismo.LucaLa mansión estaba en silencio ahora, un contraste marcado con el caos de
Sinopsis de "Entre Sombras y Deseos"Valeria Torres es una joven luchadora que ha tenido que adaptarse a una vida de sacrificio y supervivencia desde que su madre enfermó. Con apenas 20 años, trabaja como camarera en un café del centro de la ciudad, y sus sueños parecen lejanos e inalcanzables. Sin embargo, cuando un desafortunado accidente pone en peligro una valiosa posesión de Luca Moretti, el temido jefe de la mafia local, su vida cambia para siempre.Luca es todo lo que Valeria ha aprendido a temer: poderoso, implacable y peligroso. Sus ojos oscuros parecen leer el alma de las personas, y su fama le precede en cada rincón de la ciudad. Líder de una de las organizaciones criminales más temidas, su vida está marcada por la violencia, el poder y un distanciamiento emocional que lo convierte en un hombre sin escrúpulos. No tiene tiempo ni interés en emociones como el amor, pues sabe que en su mundo no hay cabida para la debilidad.Cuando Valeria se ve forzada a enfrentarse a Luca deb
Valeria El café siempre estaba lleno. Las mesas estrechas y las sillas de madera rústica no eran precisamente lo que alguien esperaría de un lugar acogedor, pero para muchos de nuestros clientes, el bullicio del lugar era parte de su rutina diaria. Yo había trabajado allí durante meses, y había aprendido a adaptarme al ruido constante, al ajetreo, a las prisas de los clientes que entraban y salían sin dejar de hablar por teléfono o revisar sus correos electrónicos. Era un lugar donde el tiempo parecía acelerarse. La jornada había comenzado como cualquier otra. Mi jefe, Don Felipe, me había asignado la peor de las tareas, como siempre: limpiar las mesas, repartir las órdenes y sonreír mientras atendía a los clientes más exigentes. El restaurante siempre estaba lleno a estas horas, y el reloj parecía moverse en cámara rápida. Pero me mantenía ocupada, y eso era lo único que me importaba. No tenía espacio para los sueños ni para mis propios deseos. Mi mundo era simple: trabajo, casa,
ValeriaLos días siguientes parecieron desvanecerse con la misma rutina. El café seguía lleno, los clientes seguían entrando y saliendo, y mi jefe, Don Felipe, no dejaba de presionarme para que todo fuera perfecto. Pero, aunque mi cuerpo estaba allí, mi mente no dejaba de regresar a aquella tarde. A Luca Moretti.Cada vez que cerraba los ojos, podía ver su rostro: sus ojos oscuros que no dejaban de escrutarme, la forma en que su voz había resonado en mis oídos, tan profunda y firme. Aquella presencia imponente… algo en su cercanía me había sacudido profundamente, y no podía dejar de pensar en lo que había sucedido en el café. Había sido un encuentro fugaz, casi insignificante para él. Pero para mí, algo se había encendido dentro, algo que no sabía cómo apagar.Mi vida estaba lejos de ser interesante o emocionante. Estaba atrapada en un ciclo de trabajo y responsabilidades, en el que no había espacio para nada más. ¿Por qué entonces no podía dejar de pensar en Luca? ¿Qué era lo que ten
ValeriaLa dirección me llevó a un lugar elegante, casi inaccesible para alguien como yo. Al llegar al restaurante, la fachada de cristal y acero me hizo sentir diminuta, como si hubiera entrado en un mundo que no era el mío. Las luces tenues y las columnas doradas daban una sensación de lujo y exclusividad que me hizo dudar por un momento. Mi corazón palpitaba con fuerza en mi pecho, y mi mente trataba de racionalizar lo que estaba a punto de suceder.A pesar de la ansiedad que me invadía, traté de mantener la calma mientras me dirigía hacia la entrada. La puerta se abrió con un suave susurro y, al instante, fui recibida por una anfitriona con una sonrisa profesional que no hizo preguntas, solo me condujo a través del restaurante. La decoración era impresionante, con mesas de madera oscura, manteles de lino blanco y un ambiente refinado que contrastaba con mi ropa simple y mi actitud nerviosa.En el centro de la sala, un hombre se levantó de su silla al verme entrar. No había dudas d
LucaVerla sentada frente a mí, tan nerviosa pero tan decidida a no mostrarlo, era una distracción. No era la primera vez que me encontraba con alguien que intentaba ocultar lo que sentía, pero algo en Valeria me mantenía intrigado. A veces, la fuerza de un ser humano no se mide por lo que muestra, sino por lo que oculta. Y ella, de alguna manera, tenía algo que me empujaba a conocer más, a descubrir la verdad detrás de esa fachada de normalidad.—Te dije que todo tiene un propósito —repetí, observándola fijamente. Sus ojos, esos ojos grandes y brillantes, no se apartaban de los míos. Había algo en su mirada que me decía que, a pesar de su resistencia, algo dentro de ella estaba comenzando a ceder.La cena transcurría en un silencio extraño, lleno de palabras no dichas, de pensamientos no expresados. Ella se movía torpemente, intentando parecer relajada, pero era obvio que el ambiente la sobrepasaba. Yo la observaba con calma, disfrutando de cada momento en que se sentía vulnerable. L
ValeriaMis pies avanzaban por instinto, pero mi mente era un caos. Después de aquella cena, salí del restaurante con la sensación de que había dejado algo atrás, una parte de mí misma que no podía recuperar. Luca Moretti no era un hombre cualquiera. Lo sabía desde el primer momento en que lo vi, pero ahora, después de aquella conversación, estaba segura de algo más: él jugaba con reglas que yo no comprendía, y había comenzado a arrastrarme a su mundo.El aire frío de la noche me golpeó al salir, pero no fue suficiente para calmar los temblores que recorrían mi cuerpo. Cada palabra suya seguía resonando en mi cabeza, especialmente aquella última advertencia: "Las consecuencias serán impredecibles." ¿Qué significaba eso? ¿Por qué sentía que, sin importar lo que eligiera, estaba atrapada?Mientras caminaba hacia mi casa, mi teléfono vibró en el bolsillo. Lo saqué, esperando ver un mensaje de Luca, pero era mi madre. El simple hecho de ver su nombre en la pantalla me hizo volver a la rea
LucaValeria estaba frente a mí, pequeña e indefensa, pero había algo en su mirada que me desafiaba. La mayoría de las personas que se encontraban en mi presencia no se atrevían a mantenerme la mirada, pero ella lo hacía, aunque su temblor en las manos la traicionara. Ese contraste era lo que más me intrigaba: su valentía y su vulnerabilidad, coexistiendo en una batalla constante.—¿Protegerme? —repitió, con su voz llena de incredulidad. —¿Protegerme de qué?Caminé lentamente hacia la mesa cercana y vertí un poco de whisky en un vaso, mi espalda hacia ella mientras consideraba qué tanto debía decirle. No era mi costumbre compartir detalles, pero Valeria no era como las demás personas que habían cruzado mi camino. Ella merecía algo más… una pizca de la verdad.—Valeria —dije finalmente, girándome hacia ella— mi mundo no es como el tuyo. Hay reglas distintas, alianzas, enemigos. Y tú… ahora formas parte de este mundo, lo quieras o no.Su ceño se frunció, y su cuerpo se tensó. Podía ver