Valeria
Había algo intoxicante y aterrador en la forma en que Luca me había besado. No podía negarlo: lo había sentido hasta el fondo de mi ser. Pero, ¿qué significaba realmente? ¿Era un reflejo de algo genuino o solo otro intento suyo de controlarme? Pasé el día evitando su mirada. No quería enfrentar las preguntas que él, o incluso yo misma, podría hacerme. El sol empezaba a ponerse, tiñendo los cielos de un rojo profundo, cuando decidí salir al jardín. Necesitaba un respiro, algo que me recordara que el mundo seguía existiendo más allá de estas paredes. El aire fresco llenó mis pulmones, pero la tranquilidad no duró mucho. Sentí una presencia antes de escuchar una voz detrás de mí. —No deberías estar sola aquí. Giré y lo vi: Sam. Siempre parecía estar vigilándome, aunque no de forma hostil. Había algo en él que me hacía pensar que su lealtad hacia Luca era absoluta, pero también que no estaba del todo de acuerdo con su forma de manejar las cosas. —Necesitaba espacio —respondí, cruzándome de brazos. Sam se acercó, quedando a pocos pasos de mí. —Lo entiendo. Pero el espacio puede ser peligroso, sobre todo con Petrov tan cerca. El nombre de Viktor Petrov me hizo estremecer. Desde que Luca había mencionado su nombre, no podía dejar de imaginar quién era realmente ese hombre. —¿Por qué me quieren tanto? —pregunté finalmente, esperando que Sam fuera más honesto que Luca. Él me miró con una mezcla de simpatía y algo que no pude identificar. —No es a ti a quien quieren, Valeria. Es a Luca. Tú solo eres una forma de alcanzarlo. Esa respuesta no me tranquilizó en absoluto. —Entonces, ¿soy un peón? Sam negó con la cabeza rápidamente. —No. Luca no te ve como un peón. Créeme, si fuera así, no estarías aquí. Quise preguntarle más, pero en ese momento, un ruido en la distancia nos puso en alerta. Sam se movió rápido, colocando una mano en su cinturón, donde llevaba un arma. —¿Qué fue eso? —pregunté, mi voz apenas un susurro. —Quédate aquí. Antes de que pudiera protestar, Sam se adentró en la oscuridad del jardín. Mi instinto me decía que regresara a la casa, pero mi cuerpo no se movió. Algo en mi interior sabía que lo que estaba por venir no podía ignorarse. Unos minutos después, Sam regresó. Su expresión era tensa, y en sus manos llevaba un teléfono que no le pertenecía. —Es un mensaje para Luca —dijo, su voz grave. —Necesitas volver a la casa. Ahora. Luca Cuando Sam entró en mi oficina con Valeria detrás de él, supe que algo andaba mal. Lo primero que noté fue el teléfono que sostenía, y la expresión en su rostro confirmó mis sospechas. —¿Qué pasa? —pregunté, poniéndome de pie. Sam no respondió de inmediato. Extendió el teléfono hacia mí y lo tomé con cautela. Al desbloquearlo, vi un video que hizo que la sangre se me helara. Era uno de mis almacenes. Estaba en llamas, y frente a él, un hombre encapuchado sostenía un cartel que decía: "Esto es solo el comienzo." —Petrov —murmuré, mi voz cargada de rabia. Valeria se acercó, su rostro lleno de preocupación. —¿Qué significa esto? —Significa que está declarando la guerra. Ella me miró, confusa y asustada. Sabía que no podía explicarle todo, pero también sabía que no podía seguir dejándola en la oscuridad. —Este no es solo un ataque a mis negocios. Es un mensaje. Petrov quiere que sepa que puede alcanzar cualquier cosa que me importe. Sus ojos se abrieron ligeramente al darse cuenta de lo que eso implicaba. —¿Yo soy parte de eso, verdad? —preguntó, su voz temblando. No pude negarlo. —Sí. Valeria La confirmación me golpeó como una tonelada de ladrillos. Siempre había sospechado que mi presencia aquí era más una carga que una protección, pero escucharlo de Luca lo hacía real. —Entonces, ¿qué vas a hacer? —pregunté, tratando de mantener la calma. —Voy a detenerlo. —Su respuesta fue inmediata, cargada de una determinación que no dejaba lugar a dudas. —¿Y si no puedes? —Mi pregunta fue un desafío, pero también una preocupación genuina. Luca se acercó, su mirada fija en la mía. —No es una opción. Quería creerle. Quería pensar que él tenía todo bajo control, pero algo en mi interior me decía que las cosas estaban a punto de salirse de control. Luca Sabía que no podía permitirme fallar. Cada movimiento de Petrov era un recordatorio de que Valeria estaba en peligro, y no podía permitir que él la alcanzara. —Sam, refuerza la seguridad en la casa —ordené. —Quiero a todos alertas. —Hecho —respondió sin dudarlo. Cuando se fue, me volví hacia Valeria. —Esto no será fácil. Pero prometo que te mantendré a salvo. Ella no respondió de inmediato. Me miró con esos ojos que parecían atravesarme, buscando algo en mí que ni siquiera estaba seguro de tener. —Espero que puedas cumplir esa promesa, Luca. Porque no estoy segura de poder sobrevivir si no lo haces. ---LucaLa amenaza de Petrov estaba cada vez más cerca. Su mensaje no era solo una advertencia, sino un recordatorio de lo que estaba dispuesto a hacer. Mi mundo siempre había estado envuelto en violencia, pero ahora no se trataba solo de proteger mis negocios o a mi gente, sino a ella.Valeria.No podía permitirme pensar demasiado en lo que sentía por ella, pero cada mirada suya me desarmaba un poco más. Esa noche, mientras repasaba los informes con Sam y mis hombres, mi mente volvía a sus ojos, a su voz temblorosa cuando me exigió respuestas. Ella estaba dentro de este mundo ahora, aunque no lo quisiera, y yo era el único capaz de mantenerla a salvo.—Luca, necesitamos más tiempo para reforzar el perímetro —dijo Sam, interrumpiendo mis pensamientos.—No tenemos tiempo —respondí con dureza. —Petrov no nos dará tregua. Si quiere la guerra, la tendrá, pero no lo dejaremos ganar.Sam asintió, pero su mirada me dejó claro que estaba tan preocupado como yo.—¿Qué hacemos con Valeria? —pregun
ValeriaEl aire en la mansión se sentía pesado, casi irrespirable. Cada paso que daba parecía resonar en los pasillos vacíos, y la tensión era palpable. Después de mi conversación con Luca, había regresado a mi habitación con una sensación que no podía describir: una mezcla de miedo, esperanza y algo que se parecía demasiado a la atracción.No podía negar lo que él despertaba en mí. Pero tampoco podía ignorar lo que representaba. Luca era peligroso, un hombre acostumbrado a tomar lo que quería sin dudar. Y yo… yo no era más que una extraña en su mundo. Una pieza más en un tablero lleno de amenazas y secretos.Esa mañana, el sonido de voces al otro lado de la puerta me sacó de mis pensamientos. Me acerqué con cautela y escuché.—Petrov no retrocederá. —Era la voz de Sam, firme y seria.—Lo sé. —Luca respondió con esa calma helada que parecía dominarlo todo. —Pero no vamos a ceder. Si quiere jugar, jugaremos, y él será el que caiga.No pude escuchar más porque las voces se alejaron, per
ValeriaEl caos estalló en cuestión de segundos, los gritos y los disparos llenaron el aire, y mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que pensé que se me saldría del pecho.No sabía hacia donde correr ni qué hacer, pero las palabras de lucas resonaban en mi cabeza: "vuelve a la casa, ahora."Corrí tan rápido como pude, pero los disparos parecían acercarse cada vez más. El jardín, que por la tarde había sido un refugio, ahora era un campo de batalla. Cuando llegue al patio trasero, una figura oscura emergió frente a mí.—¡Valeria! —grito Sam, apareciendo de l nada. Su rostro estaba cubierto de sudor, pero sus ojos eran decididos. —Ven conmigo, rápido.Antes de que pudiera responder, me tomó del brazo, y me arrastró a un lado de la mansión, dónde un grupo de hombres armados se movían en formación.—¿Qué está pasando? —logré preguntar, con mi voz temblorosa.—Petrov —respondió Sam, sin detenerse. —sus hombres están aquí.Sentí que la sangre se me helaba. Esto no era una advertencia n
Valeria El eco de los disparos disminuyó poco a poco, pero la tensión en el aire seguía siendo insoportable. Mi corazón latía con fuerza mientras Luca me miraba fijamente, como si pudiera leer cada pensamiento que cruzaba mi mente. A su alrededor, sus hombres comenzaban a reagruparse, limpiando las evidencias del ataque. —Ven conmigo —ordenó Luca, con una voz que no admitía discusiones. Me tomó de la mano y me condujo por un pasillo hacia su oficina, un espacio que ahora parecía un refugio seguro en medio del caos. Cerró la puerta detrás de nosotros y se giró para mirarme. —¿Estás herida? Negué con la cabeza, aunque mi cuerpo temblaba por la adrenalina. —Estoy bien. Pero… ¿y tú? —pregunté, notando una mancha de sangre en la manga de su camisa. —No es mía —respondió con frialdad, quitándose la camisa con un movimiento rápido. Su torso estaba tenso, lleno de cicatrices que hablaban de una vida marcada por el peligro. No pude apartar la mirada. Cada línea de su cuerpo parecía gr
ValeriaEl viaje fue silencioso, apenas roto por el zumbido constante del motor del auto. Sam estaba sentado a mi lado, su expresión dura como siempre, pero esta vez había algo diferente en él, como si estuviera evaluando cada sombra que pasábamos.—¿Dónde vamos? —pregunté finalmente, incapaz de soportar el silencio por más tiempo.—A un lugar seguro —respondió sin mirarme.Rodé los ojos ante su falta de detalles. Si había algo que había aprendido en este mundo, era que todos hablaban en enigmas, como si dar una respuesta directa fuera un delito.—¿Qué pasa si Petrov nos encuentra? —insistí, esta vez con más fuerza.Sam se giró hacia mí, su mirada intensa.—No lo hará. No bajo mi vigilancia.Quise creerle, pero la realidad de lo que acababa de suceder en la mansión seguía pesando en mi mente. No podía dejar de preguntarme si Luca estaría bien, si lograría salir de esta guerra sin perderlo todo… o a sí mismo.LucaLa mansión estaba en silencio ahora, un contraste marcado con el caos de
Sinopsis de "Entre Sombras y Deseos"Valeria Torres es una joven luchadora que ha tenido que adaptarse a una vida de sacrificio y supervivencia desde que su madre enfermó. Con apenas 20 años, trabaja como camarera en un café del centro de la ciudad, y sus sueños parecen lejanos e inalcanzables. Sin embargo, cuando un desafortunado accidente pone en peligro una valiosa posesión de Luca Moretti, el temido jefe de la mafia local, su vida cambia para siempre.Luca es todo lo que Valeria ha aprendido a temer: poderoso, implacable y peligroso. Sus ojos oscuros parecen leer el alma de las personas, y su fama le precede en cada rincón de la ciudad. Líder de una de las organizaciones criminales más temidas, su vida está marcada por la violencia, el poder y un distanciamiento emocional que lo convierte en un hombre sin escrúpulos. No tiene tiempo ni interés en emociones como el amor, pues sabe que en su mundo no hay cabida para la debilidad.Cuando Valeria se ve forzada a enfrentarse a Luca deb
Valeria El café siempre estaba lleno. Las mesas estrechas y las sillas de madera rústica no eran precisamente lo que alguien esperaría de un lugar acogedor, pero para muchos de nuestros clientes, el bullicio del lugar era parte de su rutina diaria. Yo había trabajado allí durante meses, y había aprendido a adaptarme al ruido constante, al ajetreo, a las prisas de los clientes que entraban y salían sin dejar de hablar por teléfono o revisar sus correos electrónicos. Era un lugar donde el tiempo parecía acelerarse. La jornada había comenzado como cualquier otra. Mi jefe, Don Felipe, me había asignado la peor de las tareas, como siempre: limpiar las mesas, repartir las órdenes y sonreír mientras atendía a los clientes más exigentes. El restaurante siempre estaba lleno a estas horas, y el reloj parecía moverse en cámara rápida. Pero me mantenía ocupada, y eso era lo único que me importaba. No tenía espacio para los sueños ni para mis propios deseos. Mi mundo era simple: trabajo, casa,
ValeriaLos días siguientes parecieron desvanecerse con la misma rutina. El café seguía lleno, los clientes seguían entrando y saliendo, y mi jefe, Don Felipe, no dejaba de presionarme para que todo fuera perfecto. Pero, aunque mi cuerpo estaba allí, mi mente no dejaba de regresar a aquella tarde. A Luca Moretti.Cada vez que cerraba los ojos, podía ver su rostro: sus ojos oscuros que no dejaban de escrutarme, la forma en que su voz había resonado en mis oídos, tan profunda y firme. Aquella presencia imponente… algo en su cercanía me había sacudido profundamente, y no podía dejar de pensar en lo que había sucedido en el café. Había sido un encuentro fugaz, casi insignificante para él. Pero para mí, algo se había encendido dentro, algo que no sabía cómo apagar.Mi vida estaba lejos de ser interesante o emocionante. Estaba atrapada en un ciclo de trabajo y responsabilidades, en el que no había espacio para nada más. ¿Por qué entonces no podía dejar de pensar en Luca? ¿Qué era lo que ten