Cuando Sofía regresa a la casa que compartirá con su mejor amiga, al entrar en su piso, se encontró a su amiga Vicky en el suelo, moribunda, esta le encarga, que vaya al gimnasio, al que ambas asisten y en la taquilla de Sofía, escondió una bolsa negra con unas instrucciones que ella debe seguir, ya que, la vida de muchas personas está en peligro. La vio morir entre sus brazos y promete vengarla, es así como sigue las instrucciones que ella le dejó. Se pone en contacto con la colega, a la que su amiga le daba lo que había descubierto. Aunque para hacerlo debe inyectarse primero, un microchip en el antebrazo. La colega a la que Sofía está buscando, no es otra que Samary Nikolaus que pide ayuda a su marido, el intimidante CEO Constantine Nikolaus. Tras analizar la información que ha obtenido su mujer, comprende que el único que les puede ayudar, es alguien que también está afectado Vermont Wilson, alias Cops, ya que la empresa que pretenden utilizar, los asesinos de Vicky, no es otra que la empresa de la familia de Vermont. Vermont Wilson, es sargento de la policía de Nueva York,, por eso rechazó seguir los pasos que su familia y ser el heredero de Wilson Weapons Technology Group. Ante este descubrimiento, sólo queda, volver a ser el heredero y proteger a la única mujer, que en su cuerpo, lleva lo único que puede detener a los terroristas. Aunque para ello, ambos deban hacerse pasar por recién casados, aunque para ello deban aprender soportarse, cada vez que están juntos saltan chipas, existe una atracción de opuesto, muy peligrosa. ¿Podrán llevar la misión en estas condiciones, o se matarán el uno al otro por el camino?.
Leer másOtras de mis preciosas niñas acabadas, como siempre os agradezco que me seáis fiel y leáis mis novelas hasta el final, comprendo que esta novela es un poquito más larga que las otras, pero, por otro lado, tendréis más tiempo para disfrutarlas. Como siempre os tengo una sorpresa, mis dos próximas novelas se van a centrar, en la historia de los mellizos de mi novela prima: “La noche que te convertiste en la madre de mis hijos”, muchos de ustedes me habéis pedido, qué os cuente la historia de los hijos de esta pareja, así que he terminado cediendo. Así mismo, pretendo hacer novelas nuevas, con visiones diferentes, explorar cosas distintas, así que aquí tendremos unas novelas que se entremezclarán entre ellas contando la historia de los dos mellizos de Roy William Miller y de Ailan Caroline Miller, donde ambas explorarán más el amor físico, las diferencias y los malos entendidos, que centrándose más en hacer pareja que se compenetren desde el principio. Por eso aquí os dejo los títulos
Sofía. Han pasado dos semanas desde lo que pocas personas conocen, el posible atentado que hubiera acabado con muchas personas y buena parte de la humanidad. Todos los responsables fueron encarcelados en Guantánamo, ni quisiera saber qué es lo que están haciendo con ellos, no es falta de piedad, simplemente ellos tampoco pensaron en las personas a las que le iban a arrebatar su vida. Todas las personas que estábamos implicadas en todo esto, hemos continuado con nuestra vida. La gente García, ha vuelto a su puesto en Nueva York, y muy pronto la conoceré, por lo que sé, ha mantenido muy especial amistad con el agente de la CIA, que la acompañó en esta misión, aunque no sé qué de especial esa amistad, ya que, por primera vez, y sorprendentemente, palabras textuales de mi marido, “Esa descarada policía mantiene un total secretismo sobre su relación con su eventual compañero”. Las familias Nikolaus, y Martin, han vuelto al completo a sus respectivas residencias en Nueva York, pronto est
Vermont. Desde el inicio supe que Andrew Corneld iba en serio, ese hombre iba a matar o a morir, así que, si quería cumplir con lo que le había prometido a mi esposa, tenía que sobrevivir como fuera. Las estocadas surgían, unas tras otra, gracias a Dios yo era mucho más rápido que él, y más ágil, así que podía esquivarlo, en múltiples ocasiones fue fácil, pero él era mucho más diestro con esa arma que yo, con lo cual los mandobles, tenía que preverlos con tiempo, para poder esquivarlos, ambos sufrimos cortes de diferente gravedad, pero cuando ya conseguí, cansarlo, para mí fue rápido poderlo acorralarlo y desarmarlos de un solo golpe. Al mismo tiempo que yo, mantenía la espada cerca del cuello de Andrew para que se rindiera, mientras su espada yacía a metros de sus manos, tras haberlo desarmado. Mis amigos tuvieron que intervenir, golpeando a los padrinos, que había llevado Andrew, ya que lejos de sus acciones honorables, ese maldito estúpido había ordenado que en el caso de que y
Sofía (alias Isabel). Las lágrimas me caían en cascada por las mejillas cuando lo sentía alejarse de mí, entre lágrimas pude ver cómo desaparecía, por una de las puertas laterales del gran almacén, ese maldito hombre se había ido y me había dejado, con el corazón encogido, pobre de él que no cumpliera sus promesas, nunca se lo iba a perdonar. - “Recuérdalo bien, He-man me lo has prometido, no puedes romper esta promesa.”- Le dije en alto a la puerta que acababa de cerrarse, para llevarse tras él a mi único amor. Bajé las escaleras para reunirme con las chicas, y me sorprendí por verlas también arrasadas por las lágrimas. No hizo falta que preguntara qué había pasado, su cara es un fiel reflejo de la mía. Y como ellas, la angustia, el miedo, y el dolor por la posible pérdida, nos tenía paralizada. - “Tengo que cumplir una misión lo he prometido, debemos proseguir. Él va a cumplir su promesa y va a volver, yo debo cumplir la mía.”- dije en alto más para mí misma que para mis dos a
Vermont. - “No solo pone que en dos horas todo esto va a explotar, también ha mandado a localizarme para llevarme con él, podemos correr el riesgo, de que todo esto se descubre antes de tiempo, y decidan activarlo todo de golpe, sin darnos tiempo a nada.”- dijo Sofía, en cuanto lo vi supe lo que tenía que hacer. Respiré dos segundos para, aceptar lo inevitable, estaba claro que, si tenía que elegir entre mi vida y la de ella, siempre elegiría la de ella. - “Solo hay una forma, y es darle a Corneld lo que quiere.”-sentencié mirando a mis amigos para que comprendieran lo que quería decir, ellos simplemente asintieron, mientras a nuestro alrededor nuestras mujeres nos miraban esperando que explicara lo que acabas de decir. Pero sabían, que no podía revelar todo, ya que sí mi esposa sabía lo que iba a ocurrir, muy probablemente, no me dejaría ir. Es más, conociéndola, ella sería la que se ofrecería voluntaria por encima de todo. Cosa que no podía hacer debido a que ella era nuestra a
Narrador: - “Señor ya está todo listo, el almacenamiento de los misiles se ha realizado con éxito. A partir de la semana que viene comenzará el reparto hacia los diferentes hilos así que estamos a pocos días de conseguir nuestro objetivo, nuestra gran venganza se acerca.”- le dijo uno de sus colaboradores a Andrew Corneld. - “¿Se sabe algo de Macferson?”- preguntó de nuevo el CEO de Corneld. Hacía más de veinticuatro horas que no sabía nada de su asistente, y eso era algo más que preocupante, muchas cosas podían irse al traste, si lo que él suponía, se estuviera llevando a cabo. - “No, Sayyid , aún nada”- dijo agachado la cabeza el jefe de sus escoltas, y segunda mano derecha de Andrew. - “¿Se puede saber qué es lo que estáis pensando?, necesito que lo localicéis, pero ya, pagamos millonadas por tener informantes, ¿y nadie me puede decir nada?, asegúrate que encuentren a Macferson, y si no elimínalos a todos, no necesitamos a personas tan incapaces en la célula.”- sentenció Andre
Sofía (alias Isabel). - “Me llamo Sofía Wilson, antes Sofía Martínez, y soy la mejor amiga de la persona que tú asesinaste, soy la que tiene toda la información que lleváis buscando, y soy la que tiene en su cuerpo la única arma que va a destruir vuestros planes, pero sabes lo mejor de todo, que no vas a poder hacer nada para evitarlo, mi Doilus Dey Unnur, empieza hoy y acabará mañana.”- le dije haciéndome referencia a un de los grandes retos que podía hacerte un árabe, un duelo de honor. La ira abierta en sus ojos era patente, yo una mujer, había retado a un hombre de las características de Cotton Macferson, el asistente personal de quien hubiera sido el futuro Gran Sayyid. Prácticamente será de las peores ofensas que podía recibir un hombre, y yo lo sabía. Notaba como al lado mío, He-man se mostraba inquieto, No entendía lo que el maldito asesino y yo estábamos hablando, pero le dejaba claro que no era una conversación amistosa, ni mucho menos. Lo hubiera dado todo para que so
Sofía (alias Isabel). Poco a poco fui recobrando la conciencia, notaba traqueteo del coche a mi alrededor, dándome una idea de que no estábamos en una pista firme, sino más bien en un terreno Irregular. Permanecí con los ojos cerrados, para evitar que se dieran cuenta de que estabas despierta, los oía hablar entre ellos en árabe. Principalmente hablaba al conductor con el otro acompañante que tenía delante, y junto a mí, estaba Cotton Macferson. El cual previamente me había anunciado que iba a acabar con mi vida, aunque yo aún no entendía la razón, no me habían relacionado con Vicky, ni con la célula. No quería engañarme tenía miedo, pero sabía que no se los iba a poner fácil para acabar conmigo, tenía muchas cosas por las que luchar, solo tenía que esperar la oportunidad para escaparme, y si estaba atenta seguro que se presentaría. Sentí a mi lado como Cotton se movía inquieto, y en un momento recibía una llamada. Debía De ser de alguien que le incomodaba, porque antes de descol
Sofía (alias Isabel). Prácticamente, no vimos venir a nuestros asaltantes, mientras charlábamos sobre las medidas que pretendía utilizar Samary para ayudar, de alguna forma, a la gente García y al agente secreto de la CIA, que se hacía pasar por mí y mi marido, en México. Nos vimos sorprendidas cuando nos rodearon los escoltas mientras otros intentaban evitar que los asaltantes llegaran a nosotras. Por desgracia los asaltantes eran muy hábiles. Y en un momento me preparé para defenderme, sorprendiéndome que mis amigas también optarán por el mismo estilo de autodefensa. Varias veces me había comentado Vale, que debido a una situación que se dio hace años, que algún día me contaría, durante un tiempo ella y Samary, dieron clases de defensa personal. Así que no eran las típicas modelos, débiles que necesitaran un hombre, para autoprotegerse. Pero este era verdaderamente mi problema. En estos dos días había pasado, por varias emociones, desde la felicidad el saber qué Vermont corresp