Capítulo 40

Hoy es un día especial, y aunque he pasado por muchas cosas en mi vida, debo admitir que estoy más nervioso de lo que pensaba. Hoy es la fiesta de revelación de género, un momento que tanto Sam como yo hemos esperado con ansias. Aún recuerdo el día en que Sam me dijo que estaba embarazada. No podía creerlo, y al mismo tiempo, sentí una alegría indescriptible. Ahora, estamos aquí, a punto de compartir la noticia con nuestras familias y amigos más cercanos.

Me miro en el espejo y ajusto el cuello de mi camisa blanca. Es simple, pero perfecta para la ocasión. Quiero estar a la altura de este momento tan importante. Salgo de la habitación y me encuentro con Sam en la sala. Ella luce absolutamente hermosa en su vestido blanco. Su barriguita se nota más ahora, y no puedo evitar sonreír cada vez que la veo.

—Te ves hermosa —le digo mientras la abrazo por detrás y beso su mejilla.

—Gracias, Eddie —responde, mirándome con esos ojos llenos de amor que siempre me hacen sentir como el hombre más afortunado del mundo—. Tú también te ves increíble.

Nos quedamos un momento así, disfrutando de nuestra pequeña burbuja antes de que empiece la fiesta. Sé que Sam está tan emocionada como yo, pero también puedo notar el leve nerviosismo en su sonrisa.

—¿Estás lista para la gran revelación? —le pregunto, queriendo asegurarme de que esté tranquila.

—Más que lista —dice con una risa suave—. Aunque no sé si podré contener las lágrimas cuando lo sepamos.

Le sonrío y tomo su mano, entrelazando nuestros dedos. Hemos hablado tanto sobre este día, imaginando cómo será la reacción de todos, pero sobre todo, cómo nos sentiremos nosotros al saber si vamos a tener un niño o una niña.

Poco a poco, los invitados comienzan a llegar. El ambiente se llena de risas, conversaciones animadas y abrazos. Nuestra familia y amigos están tan emocionados como nosotros. Han estado con nosotros en cada paso de este camino, y su apoyo ha significado todo para nosotros.

El lugar está decorado en tonos neutros, con detalles sutiles en azul y rosa que añaden un toque especial sin revelar nada antes de tiempo. Hay una mesa con aperitivos, un pastel en el centro que oculta el secreto, y globos que flotan suavemente en el aire.

Mis padres se acercan a nosotros, y mi madre no puede evitar tocar la barriga de Sam con una sonrisa llena de ternura.

—Estoy tan feliz por ustedes —dice ella, abrazando a Sam con cariño—. Este bebé va a tener mucha suerte de tenerlos como padres.

—Gracias —responde Sam, devolviendo el abrazo—. No sabes cuánto significa para mí tenerte aquí.

Mi padre me da una palmada en el hombro y sonríe, con ese aire de orgullo que siempre ha tenido.

—Lo has hecho bien, hijo —dice—. Estás formando una hermosa familia.

Justo antes de que llegue el momento de la gran revelación, veo a las amigas de Sam entrando al salón. Todas vienen radiantes, con sus vestidos coloridos y sonrisas que reflejan la emoción del día. Sam, al notar su llegada, no puede evitar sonreír aún más y se dirige hacia ellas rápidamente.

—¡Chicas! —exclama Sam con entusiasmo, abriendo los brazos para recibirlas.

—¡Sam! —responde Lucy, mientras todas se acercan para abrazarla.

—Estamos tan emocionadas —añade Rosalie—. No podíamos perdernos esto por nada del mundo.

Nataly y Daniela también se suman al abrazo grupal, y por un momento, las veo rodeadas de un halo de felicidad que es contagioso. Me acerco para saludarlas y agradecerles por estar aquí.

—Gracias por venir —les digo, sonriendo mientras las abrazo también—. Significa mucho para nosotros.

—¡Por supuesto, Edward! —responde Nataly—. No nos habríamos perdido esto por nada.

—Estamos aquí para celebrar con ustedes —añade Daniela, mientras me da un abrazo rápido.

Justo en ese momento, Luke también hace su entrada. Al verlo, me siento aún más completo. Luke es un gran amigo para Sam, y tenerlo aquí significa mucho para ella. Nos acercamos a saludarnos con un apretón de manos que rápidamente se convierte en un abrazo fraternal.

—¡Qué bueno verte, Luke! —le digo, sonriendo.

—¡Igualmente, amigo! —responde, dándome una palmada en la espalda—. No podía faltar en un día como hoy.

—Estamos por hacer la revelación —les digo, mirando a todos—. Estoy tan nervioso como emocionado.

—Va a ser increíble, lo sé —responde Luke, dándome un apretón en el hombro para tranquilizarme.

Sam se une a nuestro pequeño círculo, todavía sonriendo después de haber saludado a todas sus amigas. Nos rodean con su alegría y comienzan a charlar sobre lo que creen que será el género del bebé.

—Estoy tan emocionada —dice Lucy, dando un pequeño salto—. ¡Esto va a ser épico!

Todos nos reunimos alrededor del escenario improvisado, con Sam a mi lado, su mano firmemente entrelazada con la mía. El ambiente está cargado de emoción y expectativa; es como si todo el mundo contuviera la respiración, esperando el gran momento. Las amigas de Sam y Luke nos rodean, sus rostros llenos de anticipación y sonrisas.

—¿Listos? —pregunto, mi voz reflejando una mezcla de nerviosismo y alegría.

Sam asiente, sus ojos brillando con emoción. Siento su mano apretarse un poco más fuerte, y sé que, al igual que yo, está viviendo este momento con una mezcla de incredulidad y felicidad.

—Vamos a empezar el conteo —anuncia Sam, dirigiéndose a todos los presentes.

—¡Diez, nueve, ocho…! —comenzamos todos a contar juntos, nuestras voces elevándose en un crescendo.

Puedo sentir cómo la emoción aumenta con cada número. Las risas nerviosas y los susurros emocionados llenan el aire, mientras los ojos de todos están fijos en nosotros, esperando el desenlace.

—¡Tres, dos, uno…!

—¡Cero! —exclama Sam con entusiasmo, y al mismo tiempo, ambos presionamos el botón juntos.

Por un breve instante, hay un silencio absoluto, como si el mundo entero se detuviera. Y luego, de repente, un estallido de humo azul comienza a salir detrás de nosotros, llenando el aire con su vibrante color.

¡Es un niño!

El grito de emoción que surge de la multitud es ensordecedor. Las amigas de Sam saltan de alegría, abrazándose unas a otras mientras gritan de felicidad. Luke me da una palmada en la espalda, y yo no puedo evitar sonreír de oreja a oreja.

—¡Es un niño! —grita Sam, volviéndose hacia mí con los ojos llenos de lágrimas de felicidad.

La abrazo con fuerza, sintiendo cómo la emoción nos envuelve. Es un momento que nunca olvidaré, un instante en el que todo lo que hemos soñado y esperado se ha materializado en un destello de azul.

—¡Vamos a tener un niño! —susurro en su oído, mientras la sostengo cerca de mí.

—¡Sí! —responde ella, su voz temblando por la emoción—. ¡Nuestro pequeño niño!

La celebración continúa mientras todos se acercan para felicitarnos. Nos rodean, compartiendo en nuestra felicidad, y el aire está lleno de risas, abrazos y felicitaciones.

—¡Felicidades, chicos! —dice Lucy, abrazándonos a ambos—. Estoy tan feliz por ustedes.

—¡Es un niño! —exclama Rosalie, saltando de alegría—. ¡Esto es increíble!

Mientras tanto, Luke se queda a mi lado, sonriendo con orgullo.

—Sabía que sería un niño —dice con una sonrisa cómplice—. Felicidades, amigo.

—Gracias, Luke —respondo, sintiendo cómo la felicidad sigue burbujeando dentro de mí—. No podría estar más emocionado.

El humo azul sigue flotando a nuestro alrededor, creando un hermoso telón de fondo para la celebración. Sam y yo nos tomamos de la mano, observando a nuestros amigos y familiares disfrutar del momento con nosotros.

A medida que la emoción comienza a asentarse, me doy cuenta de lo afortunados que somos. No solo porque vamos a tener un hijo, sino porque tenemos a estas personas increíbles en nuestras vidas, compartiendo nuestra alegría.

Sam me mira, y en sus ojos veo el reflejo de todo lo que sentimos en este momento. Es un amor profundo, una conexión que se ha fortalecido aún más con la noticia de nuestro pequeño.

—Esto es solo el comienzo, Eddie —dice, sonriendo a través de sus lágrimas de felicidad.

—Lo sé, Sam —respondo, besándola suavemente en la frente—. Y no podría imaginar un mejor comienzo que este.

Después de la explosión de alegría que siguió al humo azul, Sam y yo nos encontramos un poco apartados del bullicio, disfrutando de un breve momento de calma en medio de la celebración. Todavía sostengo su mano, incapaz de dejar de sonreír mientras observo cómo nuestros amigos y familiares siguen hablando emocionados sobre el futuro.

Me vuelvo hacia Sam, quien me mira con esa mezcla de ternura y emoción que me derrite cada vez.

—¿Ya has pensado en un nombre? —le pregunto, curioso por saber si tiene alguna idea en mente.

Ella sonríe, mordiéndose el labio inferior de manera juguetona.

—He pensado en algunos, pero quiero que lo elijas tú, Eddie. Quiero que nuestro hijo tenga el nombre que tú elijas.

Su respuesta me toma un poco por sorpresa, pero al mismo tiempo, me llena de una calidez indescriptible. Saber que confía en mí para una decisión tan importante me conmueve profundamente.

La miro a los ojos, buscando inspiración en ese momento tan perfecto.

—¿Qué te parece Louis? —propongo finalmente, el nombre fluyendo con naturalidad desde lo más profundo de mi corazón.

Por un instante, Sam me observa en silencio, como si estuviera dejando que el nombre se asentara en su mente. Luego, una sonrisa radiante se extiende por su rostro.

—Louis… —repite suavemente, saboreando la palabra—. Sí, me encanta. Es perfecto, Eddie.

Su aprobación hace que mi corazón dé un salto de alegría. Nos miramos el uno al otro, compartiendo un momento de complicidad y amor que es tan íntimo como profundo.

—Louis será, entonces —digo, inclinándome para besarla con ternura.

—Nuestro pequeño Louis —añade ella, con una risa suave—. No puedo esperar para conocerlo.

—Yo tampoco —susurro contra sus labios, sintiendo cómo la felicidad se expande dentro de mí, completando este momento perfecto.

Louis. Ya tiene un nombre, y con él, nuestro hijo comienza a sentirse aún más real, más presente en nuestras vidas. Es un nombre que llevaré siempre en mi corazón, un recordatorio de este día maravilloso en el que Sam y yo dimos un paso más hacia nuestro futuro juntos.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo