Descubriendo traiciones y verdades

Mientras Miguel se daba cuenta de quién era realmente su amigo y se alistaba para ir por su mujer e hijas, Luz estaba sufriendo silenciosamente. Si bien ella se había alejado de Jorge, fue muy doloroso escuchar de su propia boca lo que pensaban de su mamá y de ella.

Por primera vez vio la verdadera personalidad de Jorge. Si bien ella se había dado cuenta de que Don Jesús era un hombre machista y clasista, que siempre la molestaba con respecto a su relación con Luis y demeritaba sus logros, no pensó que Jorge fuera igual o incluso peor. Se dio cuenta al escucharlo que realmente pensaba que la podía manipular fácilmente, situación que le molestó más, ya que de no haber acordado con Luis alejarse de él, quizás hubiera caído con las palabras y gestos que Jorge le brindaba. Le dolía darse cuenta de que muy ilusamente guardaba la esperanza de que más adelante Jorge y Luis podrían llevarse bien y, por ende, podría tener en su vida a ambos.

Por otro lado, Jorge, que venía despertando al lado de Mich, recordó lo que había sucedido y fue corriendo a buscar a su padre, quien lo tranquilizó ya que le mencionó que tenían de su lado a Miguel y que él lo iba a apoyar para que Luz dejara al muchachito ese e iniciara una relación con él.

Jorge no estaba muy conforme, pero era lo que le pedía su padre para que, una vez que consiguiera hacerse de los bienes que quería de Miguel, él podría irse con Mich y vivir en paz con el amor de su vida.

Siendo aproximadamente las 10 a. m., Miguel iba entrando en la casa de P**e acompañado de Luis, tratando de encontrar las palabras para enmendar su error y recuperar a su familia.

—Hola Miguel, veo que ya estás más tranquilo. Pasa, por favor, ahorita le pido a mi mujer que le avise a Luzma —le dijo P**e, recibiendo con un abrazo a Miguel.

Luis aprovechó para subir a la habitación de su hermana, donde se estaban quedando las chicas.

—Amor, ¿estás bien? —le preguntó Luis a su novia al verla recostada y llorando.

—Sí, no te preocupes, es que la situación me rebasa. Me siento una tonta. Me dejé envolver por el cariño que le tenía a Jorge y no me di cuenta de todo lo que andaban tramando —le expresó Luz a su novio, quitando un par de lágrimas con el dorso de su mano—, y ahora ve cómo está todo, mi familia se rompió, no sé qué va a pasar con mi papá y su negocio.

—Tranquila, mi amor. Tu papá vino conmigo, seguro arreglan las cosas —dijo Luis acostándose a un lado y abrazando a Luz—. Tu mamá fue muy inteligente al poner las cámaras, eso sirvió para terminar de abrirle los ojos a tu papá. Verás que todo se solucionará, no te quiero ver mal.

—¿En serio, Luis? ¿Mi papá vino a buscarnos? —dijo Luz abrazándose a su novio—. Me preocupa mucho la reacción de mi papá; tú viste cómo se puso —dijo tocando el rostro de su novio, donde se veían los rastros del golpe que le dio Miguel.

—Amor, verás que todo sale bien. Lo primero es que arreglen el tema familiar y ya después habrá que ver el tema del negocio, amor, aunque no me gusta mucho que sigas ahí, entiendo que debes apoyar a tu padre.

—¿No te enteraste? Anoche, cuando me iba, renuncié. Yo tampoco quiero estar cerca de ellos, pero creo que tienes razón, debo apoyar a mi papá —Luz, tomando el rostro de su novio, le preguntó—: Luis, amor, yo sé que no es tu fuerte, pero la verdad me sentiría más segura si, en tanto arreglamos la situación del negocio, ¿nos podrías apoyar? Yo hablaría con mi papá, no creo que se niegue —terminó Luz con un ligero beso en sus labios.

—¿En serio, amor? Yo con gusto los apoyo en lo que pueda —respondió Luis con otro beso, que poco a poco fue subiendo de intensidad. Luis entró en razón y trató de separarse de Luz—. Amor, no podemos, cualquiera puede entrar y sorprendernos.

—Por favor, Luis, te necesito ahora —le dijo comenzando a besar su cuello y oreja.

—Está bien, Luz, pero aquí no, ven —dijo Luis tomándola con premura del brazo hasta arrastrarla a su habitación, donde cerró con seguro, y después se dirigió al baño de la habitación—. Amor, debemos ser rápidos si no queremos que nos descubran.

Así, a escondidas, dieron rienda suelta a la pasión desbordada que ambos sentían. En un movimiento rápido, Luis bajó un poco su pantalón e hizo a un lado la panti de Luz, entrando de una sola embestida en su novia, recibiendo como respuesta un largo gemido que trató de callar con un beso.

Luz, tomando un poco de impulso, se abrazó con sus piernas a las caderas de su novio y, sujetándose fuertemente del cuello de su novio, trataba de seguir el ritmo de las embestidas que le daba.

Solo unos minutos después, ambos llegaron juntos al clímax.

Una vez que se recuperaron y, aprovechando que estaban en el baño, se asearon rápido y salieron. Sin embargo, se quedaron estáticos al salir de la habitación y encontrarse con la mirada escrutadora de…

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