Amores en Juego

Mientras Luz y Luis disfrutaban de su amor, Jorge contestaba la llamada de su padre.

—¿Qué pasa, papá?

—¿Cómo que qué pasa? —le contestó don Jesús, exasperado por la pasividad de su hijo—. ¿Ya hablaste con esa niña? ¿Se va a regresar o va a querer que vayas por ella?

—Nada de eso, papá. Me dijo que se va a quedar, que el hotel ya los tiene resguardados y que mañana se reunirá con sus compañeros.

—¿Qué? ¿Y averiguaste si el muchachito ese estaba con ella?

—No, papá, al parecer él se encuentra en una localidad cercana y, aunque me ofrecí a ir por ella, no quiso. De hecho, me comentó que ya había hablado con sus padres y que ellos estaban de acuerdo en que se quedara allá.

—Miguel no me dijo nada. Jorge, es urgente que enamores a esa chiquilla; necesitamos tenerla de nuestro lado a la brevedad. Su padre fue un estúpido al poner el negocio a nombre de sus hijas.

—Papá, pero ¿qué puede redituarte ese negocio? Tú tienes más negocios e inversiones más rentables. No entiendo por qué tengo que sacrificarme. Me parece muy sosa y aburrida.

—Quizás el negocio como tal no sea tan redituable, pero el lugar donde está ese terreno vale el doble o el triple de lo que mi negocio más rentable me da en un año.

—¿Y por qué no le dices a Javier? A mí no me interesa Luz.

—Pues da la casualidad de que esa niña se la ha vivido embobada contigo, y de no ser por tus tonterías, ahora ya hasta casada estaría. Pero no, el señor se las quiso dar de irremplazable, y llegó ese hijo de mecánico a tumbarle el puesto.

—Ya, papá, en cuanto esté de vuelta, me encargaré de que terminen, pero mientras déjame disfrutar. No me molestes más —le contestó Jorge a su padre mientras acariciaba la espalda de su acompañante.

—¿Sigues de viaje con Mich? Javier, te he pedido por favor que termines esa relación. Sabes perfectamente que ni tu madre ni yo estamos de acuerdo, menos si eso va a afectar el que te puedas acercar a Luz.

—Papá, no voy a dejar a Mich. Sabes que es el amor de mi vida y por nada voy a terminar mi relación. Es más, estoy pensando en alquilar un piso y que nos vayamos a vivir juntos.

—¡Estás loco! De ninguna manera —gritó don Jesús ante la terquedad de su hijo mayor. Tratando de estar más calmado, le ofreció el siguiente trato—: Jorge, por favor, te propongo algo. Tu madre y yo te cedemos la casa que tenemos en Valle de Bravo para que te vayas a vivir tu amor con Mich, pero con la condición de que formalices a la brevedad tu relación con Luz y consigas que te deje la administración de sus bienes.

—Papá, ¿qué pretendes que haga? Por más enamorada que esté, no va a querer comprometerse y menos casarse. Ella quiere estudiar. Lo más que puedo hacer es acercarme a ella y propiciar que termine con su noviecito.

—Pues la embarazas o a ver qué haces, pero antes de eso no va a suceder nada.

—Papá, no seas necio. Te repito, lo que puedo hacer es eso, separarla del novio y ya entonces buscar enamorarla. Pero no esperes que todo suceda tan rápido. Además, ¿no te has puesto a pensar que tu amigo no va a estar de acuerdo en que su hija se case y que puede aun cambiar los papeles? Recuerda que ella aun no es mayor de edad.

—Está bien, pero necesito ver que te esfuerces por alejar a ese noviecito suyo. No me agrada que el padre de este se esté acercando demasiado a Miguel y le llene la cabeza de humo.

—Sí, papá, ahora déjame en paz —dijo Jorge colgando el móvil y contándole a Mich lo que su padre le había propuesto.

—¿Y qué piensas hacer, Jorge? A mí no me agrada mucho verte con esa chiquilla, pero es una muy buena propuesta.

—Amor, no hay por qué preocuparse. Tú y yo sabemos que si yo lo quiero, la tengo en mis manos. Pero la verdad, me aburre; no tolero tenerla cerca. Sería un sacrificio enorme para mí incluso besarla.

—Ay, Jorge, no seas así. Hay que reconocer que es linda la chiquilla, pero no vale la pena el sacrificio, amor.

—Considera que podremos estar juntos en un lugar donde nadie nos conoce y con la aprobación de tus papás. Yo estoy consciente de que ellos no me aceptan por no considerarme la persona adecuada para estar con su hijo.

—Pero a quien le debes parecer la persona adecuada es a mí, así que déjate de tonterías. Yo te amo, y si toca sacrificarse, lo haré pensando que a quien beso y enamoro es a ti.

—Está bien, amor. Yo te apoyaré, aunque me muera de celos. Pero ahora olvidémonos de todos y sigamos disfrutando de nuestras vacaciones.

Jorge se dedicó a consentir a Mich, buscando borrar de su mente las exigencias de su padre. Sin embargo, era consciente de que la ambición de su padre no lo dejaría en paz hasta que consiguiera embaucar a Luz, por lo que empezó a idear cómo separar a la pareja.

Por otro lado, Luz y Luis continuaban disfrutando del viaje, y cada vez que podían, se escabullían del grupo para demostrarse cuánto se amaban y deseaban, ideando cómo continuarían con estos encuentros en cuanto estuvieran de vuelta en la CDMX, teniendo como ventaja que estarían en la misma universidad.

Luz, viviendo su amor con Luis, también olvidó que una vez que llegara a la ciudad, debía aclarar la situación con Jorge y que, en caso de que él no lo aceptara, se alejaría de él por el bien de su relación.

Marilu Jica

Antes que nada, quiero ofrecerles una disculpa por mi ausencia, pero he tenido algunos problemas personales, que no me han permitido conectarme, ni tenía cabeza para escribir. Espero que este capitulo les guste y mañana, procuraré subir un par más.

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