59

Me cerré a todos, ansiando un momento de calma y soledad.

Sabía que Risa no tardaría en regresar a su habitación, de modo que abrí el panel para escuchar cuando llegara y fui a pararme frente a mi ventana.

Quería verla, saber cómo estaba, consolarla, cuidarla. Me abrumaba la culpa por haberla puesto en esa situación, y sentirme furioso con las humanas no servía para aliviar mi remordimiento.

Al fin la oí entrar a su habitación. Me asomé al primer peldaño aguzando el oído. Trabó la puerta y permaneció allí, inmóvil. Luego la oí abrir la ventana y un rumor de papel, como si pasara páginas de un libro.

Sin poder contenerme más, bajé la escalera a paso rápido. Oí su corazón latir desbocado. Sus palabras me detuvieron a dos escalones de su panel, demostrando que me había escuchado

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP